Psiconeuroendocrinología
La Psiconeuroendocrinología es el estudio de los cambios hormonales y su conexión con el comportamiento de las personas.[1] Desde el punto de vista psiquiátrico, algunos trastornos del humor están relacionados con cambios neuroendocrinos u hormonales que afectan el cerebro. También puede considerarse desde el punto de vista endocrino según el cual ciertos trastornos endocrinológicos pueden estar relacionados con problemas de salud y enfermedades mentales. Las disfunciones cerebrales vinculadas al eje hipotalámico-hipofisario-adrenal (HHA) pueden afectar el sistema endocrino, que a su vez puede dar lugar a síntomas fisiológicos y psicológicos. Esta compleja combinación entre psiquiatría, psicología, neurología, bioquímica y endocrinología es necesaria para comprender todo y tratar los síntomas relacionados con el cerebro, el sistema endocrino (hormonas), y la salud mental. (véase el trastorno neurológico cerebral).
Trastornos
[editar]Síndrome premenstrual (SP) y trastorno disfórico premenstrual
[editar]El síndrome premenstrual es un trastorno emocional que ocurre de manera recurrente en la última parte de la fase lútea del ciclo menstrual y remite durante los dos primeros días tras el comienzo de la menstruación.[2] Entre sus síntomas se incluyen depresión, irritabilidad, ansiedad, insomnio, hinchazón, sensibilidad mamaria, calambres y dolores de cabeza.[2] About 5-9% of women of child-bearing age meet the DSM-IV criteria for PMDD.[2] Entre el 5 y el 9% de las mujeres en edad fértil cumplen con los parámetros del DSM-IV para el TDPM. En algunas mujeres, hay un empeoramiento al final del ciclo que presenta una “magnificación menstrual” con un trastorno emocional subyacente.[3]
El trastorno disfórico premenstrual puede tratarse cíclicamente con anticonceptivos orales o con antidepresivos. Tales fármacos pueden usarse de manera continua o solo durante la fase lútea.[3] Se ha descubierto que algunos inhibidores de recaptación de serotonina, ISRS, son efectivos para el tratamiento del TDP. Los síntomas físicos pueden ser condicionados por la ingesta de cafeína, sal, alcohol, y nicotina, por ello, el uso de estas sustancias debería controlarse y reducirse en la medida de lo posible. Tanto el control de la higiene del sueño, como el ejercicio, la terapia de relajación o la terapia conductista cognitiva son estrategias de tratamiento no farmacológicas potencialmente efectivas para suavizar los síntomas.[2]
Referencias
[editar]- ↑ Psychoneuroendocrinology: The Scientific Basis of Clinical Practice. Owen M. Wolkowitz, Anthony J. Rothschild (2003) 606 pag. Editor: American Psychiatric Association Publishing; ISBN 0880488573, ISBN 9780880488570
- ↑ a b c d Hales E and Yudofsky JA, eds, The American Psychiatric Press Textbook of Psychiatry, Washington, DC: American Psychiatric Publishing, Inc., 2003
- ↑ a b Stahl SM, Stahl's Essential Psychopharmacology: Neuroscientific basis and practical applications, New York: Cambridge University Press, 2008