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Perturbación (arqueología)

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Una perturbación arqueológica es cualquier cambio en un yacimiento arqueológico debido a evento ocurridos después de que formara dicho yacimiento. Las perturbaciones pueden haber sido causadas por fenómenos naturales o por actividad humana, y pueden causar daños arqueológicos. En algunos casos resulta difícil distinguir entre las perturbaciones provocadas por los humanos en el periodo de estudio o las provocadas por la actividad humana o causas naturales en épocas posteriores. [1]: 316 

Causas

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Causas naturales

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Desplazamiento de tierra por un animal
Perturbación del terreno por un árbol arrancado

Francis D. Hole. Expert en ciencia del suelo, identificó 9 procesos naturales que provocan perturbaciones en el terreno, como los movimientos de animales y plantas —conocidos como bioturbación, que incluyen la elaboración de madrigueras , el crecimiento de las raíces y el desraizado de árboles—, heladas y deshielo, movimientos causados por la gravedad —como los corrimientos de tierras—, la expansión y contracción de las tierras arcillosas, la acción del viento y el agua, el crecimiento y disolución de cristales de sal y el movimiento causado por los terremotos. Dependiendo de su ubicación, los yacimientos están sujetos a distintos grados, combinaciones e interacciones de estos procesos, y los arqueólogos que trabajan en un determinado yacimiento deben estar familiarizados con los procesos que afectan al lugar para evitar malinterpretar las perturbaciones que pudieran encontrar.[1]: 318 

En algunos entornos, la actividad animal puede voltear completamente el suelo de la superficie en un corto periodo de tiempo.[1]: 320  En particular, la actividad de las lombrices contribuye al enterramiento, y por tanto a la preservación, de objetos que han caído al suelo, pero también enmascara con frecuencia los límites entre suelos perturbados natural o culturalmente, y puede borrar la estratificación vertical utilizada para la datación.[1]: 327–238 

El criolevantamiento puede causar que algunos objetos caigan o se eleven, dependiendo de su conductividad térmica, que es una función del material. Los ciclos de congelación y deshielo también pueden perturbar los suelos de diversas maneras, que reciben el nombre colectivo de crioturbación.[1]: 339  La reptación puede clasificar los objetos por masa o densidad, al igual que las inundaciones.[1]: 351  La humectación y resecación de las arcillas puede provocar que las piedras migren a la superficie,[1]: 354–356  y la acción de los vientos es especialmente común en entornos desérticos.[1]: 358 

Cambio climático

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El cambio climático antropogénico altera, y en algunos casos acelera, los procesos de perturbación natural.[2]​ En Nunalleq, en la costa suroeste de Alaska, un yacimiento yup'ik se encuentra amenazado por el deshielo del permafrost y la mayor frecuencia de marejadas ciclónicas del mar de Bering. El permafrost ha preservado objetos normalmente sujetos a una rápida descomposición, entre ellos cosas de madera o cestas y esteras tejidas con fibras vegetales. Desde que comenzaron las excavaciones en Nunalleg en 2009, la capa de permafrost se ha reducido 0,46 m (1,5 pies), y las olas de las tormentas han arrastrado 11 m (35 pies) del yacimiento. En latitudes norte, el calentamiento climático está revelando arqueología antes desconocida, y al mismo tiempo supone una amenaza a su conservación. Estos yacimientos deben ser prioritarios para la arqueología de rescate.[2]

Causas humanas

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Caballo romano descubierto durante unos trabajos de construcción en Londres

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Agricultura, construcción, asentamientos y extracción de recursos son las causas principales de perturbación.[3]​ Se calcula que la labranza con los potentes tractores actuales ha producido tanto daño en los últimos 60 años del siglo XX como la agricultura tradicional en los seis siglos previos.[4]

La actividad recreative en un yacimiento puede dañar la arqueología de distintas formas. Las búsquedas de aficionados con detector de metales pueden estropear o sacar objetos.[5]​ Los traslados por la superficie, ya sean a pie, en bicicleta o en vehículo motorizado, pueden causar roturas, aplastamiento o desplazamiento de objetos.[6][7]​ Las hogueras de campamento contaminan los yacimientos y causas daños por humo en las pinturas rupestres, y el calor del fuego puede astillar la roca. Los visitantes mueven objetos intencionadamente para examinarlos y compartirlos con otras personas, o con la intención de protegerlos. Esto resulta en una pérdida de un contexto arqueológico que proporcionaría datos sobre cuándo, dónde y cómo se usaron estos objetos.[6]

Antiguo grafiti en la tumba de Ramsés V y Ramsés VI
Escultura sin rostro en una Cueva de Karnataka

Entre los actos de vandalismo que sufre la arqueología, la destrucción de arte rupestre o esculturas, excavación y sustracción de objetos.[6]​ En algunos casos, civilizaciones posteriores han modificado o destruido total o parcialmente antigüedades de pueblos anteriores, sobre todo cuando estos objetos honran a figuras políticas o religiosas que la sociedad posterior ha denunciado. En lugares de enterramiento, con una mención especial de las tumbas de los reyes del antiguo Egipto, los saqueadores de tumbas han sustraído a menudo objetos valiosos, perturbando los yacimientos en el proceso.

Las prácticas arqueológicas inapropiadas también dañan objetos y contexto.[7]

En muchos casos, ciertas perturbaciones creadas por actividades humanas posteriores en un yacimiento tienen su propio valor arqueológico. Algunos sitios se han utilizado, abandonado y vuelto a utilizar en numerosas ocasiones, con frecuencia para distintos propósitos, dejando capas de diferentes periodos que atraviesan o enmascaran capas de periodos anteriores. También se reutilizan materiales de construcción en diferentes épocas.[3]

Atenuación de daños

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Los yacimientos arqueológicas reconocidos suelen estar legalmente protegidos contra la perturbación humana. En la mayoría de países, la sustracción de objetos arqueológicos en terreno público o privado sin permiso es un delito, ya sean producto de una excavación o se encuentren en la superficie. La alteración de restos humanos, incluyendo huesos antiguos es también delito, así como la posesión o desecho de restos obtenidos de forma ilegal.[5]

Los yacimientos también pueden estar protegidos físicamente de perturbaciones naturales o humanas.

Enlaces externos

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Referencias

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  1. a b c d e f g h Wood, W. Raymond; Johnson, Donald Lee (1978). «A Survey of Disturbance Processes in Archaeological Site Formation». Advances in Archaeological Method and Theory 1: 315-381. 
  2. a b Williams, A.R. (Abril de 2017). «Alaska’s Thaw Reveals—and Threatens—a Culture’s Artifacts». National Geographic. Archivado desde el original el 14 de abril de 2021. 
  3. a b «How does all that stuff get underground?». Archeology for Interpreters. National Park Service. Consultado el 8 de marzo de 2023. 
  4. «Ripping up History: Arcaheology Under the Plough» (PDF). English Heritage. Julio de 2003. Archivado desde el original el 11 de marzo de 2005. 
  5. a b «Archaeology Law & Ethics». Society for American Archaeology. Consultado el 8 de marzo de 2023. 
  6. a b c «Impacts to Archaeological Sites». California Department of Parks and Recreation. 
  7. a b «What can damage archeological resources?». Archeology for Interpreters. National Park Service. Consultado el 8 de marzo de 2023.