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Diferencia entre revisiones de «Peregrino»

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El término '''peregrino''' (del lat. ''peregrīnus'') refiere en su significado más clásico al viajero que, por devoción o por voto, visita un santuario o algún lugar considerado sagrado. En su acepción más general es todo aquel que anda por tierras extrañas.
El término '''peregrino''' (del lat. ''peregrīnus'') refiere en su significado más troleo al troll que trolea por devoción o por que le divierte, visita un santuario o algún lugar considerado sagrado. En su acepción más general es todo aquel que anda por tierras extrañas.


== Concepción de la vida como peregrinación ==
== Concepción de la vida como peregrinación ==

Revisión del 13:04 22 ene 2013

Peregrino a Santiago, por Hieronymus Bosch, hacia 1500.

El término peregrino (del lat. peregrīnus) refiere en su significado más troleo al troll que trolea por devoción o por que le divierte, visita un santuario o algún lugar considerado sagrado. En su acepción más general es todo aquel que anda por tierras extrañas.

Concepción de la vida como peregrinación

La concepción de la vida del hombre como una peregrinación es común a muchos pueblos y tradiciones. De hecho, el camino constituye una de las cuatro o cinco metáforas mayores primordiales, que pertenecen al acervo cultural de todos los tiempos. Se trata de un símbolo arquetípico, presente ya en las civilizaciones más antiguas y en la psique profunda de los seres humanos, y que se refleja en expresiones cotidianas relativas al llamado «camino de la vida».[Nota 1]​ Eso permite definir al hombre como un «animal itinerante»,[1]​ De allí que la consideración de «la vida como peregrinación» se vincule en muchas culturas y religiones con la idea del origen transcendente del hombre, al tiempo que se consideran los tropiezos y caídas de los caminantes como una representación de sus fallos, carencias y errores.[2]​ El deseo o su aspiración de retornar al estado inicial de inocencia o de pureza, le otorga al hombre un carácter de «extranjero en esta vida terrena», a la vez que recuerda su condición de transitorio y perecedero en todos los pasos de la misma.[3]

Atributos del peregrino

Son atributos del peregrino el cayado, el camino, el manto, el pozo con el agua de salvación, la concha del peregrino.[3]​ Sus significados son diversos:

  • el cayado o bastón simboliza a la vez la prueba de resistencia y de despojo;[4]
  • el morral abierto es símbolo de humildad;
  • la concha del peregrino era el distintivo que traían aquéllos que regresaban de la peregrinación a Santiago de Compostela; entre otros significados, la concha simboliza la muerte y renacimiento;[5]

En la Edad Media

La concha (vieira) de Santiago, símbolo de la peregrinación.

En el catolicismo de la Edad Media se distinguían tres clases de peregrinos:

  1. Romeros, aquellos que iban a Roma.
  2. Palmeros, aquellos que iban a Jerusalén.
  3. Peregrinos propiamente dichos, aquellos que iban a Santiago de Compostela.

En general, implicaba una referencia a alguna forma de:

  • penitencia, autoimpuesta o impuesta sacramentalmente;
  • ampliación de una promesa;
  • penitencia o promesa en nombre de otra persona impedida por alguna razón de realizar la peregrinación.

El penitente emprendía el viaje como forma de expiación de sus faltas. Algunos penitentes llevaban el pecado escrito en una cédula que depositaban en el altar del santuario.

Los peregrinos solían llevar una vestimenta especial, sobre todo en lo referido a complementos que llegaron a constituir símbolos: el zurrón (morral o anapola, bolsa grande de pellejo, que regularmente usan los pastores para guardar y llevar su comida u otras cosas), el bordón o bastón, un sombrero de ala ancha, una capa con esclavina y la calabaza para almacenar agua o vino. También solían llevar como distintivo la famosa concha de peregrino o venera.

Patronazgo de los peregrinos

En el catolicismo, se considera al arcángel Rafael el patrono de los peregrinos.[6]

Véase también

Ruta del peregrino en Jalisco, México

Notas

  1. Muchas expresiones de la vida cotidiana visualizan al hombre como caminante. Los siguientes son solo algunos ejemplos. Llevar una vida recta o dar los pasos correctos para el logro de un fin es «estar bien encaminado»; lo contrario conlleva expresiones como «extraviarse», «perder el rumbo», o «salirse del camino». Los obstáculos son «piedras en el camino». «Sentarse al borde del camino» puede significar inacción, ya sea resultado del desaliento o del cansancio, en tanto que «reemprender la marcha» es continuar una acción que se había interrumpido.

Referencias

  1. Cabodevilla, José María (1986). Juego de la oca o guía de los caminantes. Madrid: Biblioteca de Autores Cristianos. p. 11-12. ISBN 84-220-1266-9. 
  2. Cirlot, Juan Eduardo (2006). Diccionario de símbolos (10ª edición). Madrid: Siruela. ISBN 84-7844-798-9. 
  3. a b Pérez-Rioja, José Antonio (1971). Diccionario de Símbolos y Mitos. Madrid (España): Editorial Tecnos. p. 346. ISBN 84-309-4535-0. 
  4. Chevalier, Jean; Gheerbrant, Alain (1986). Diccionario de los símbolos. Barcelona: Herder. p. 812-813. ISBN 978-84-254-2642-1. 
  5. Chevalier, Jean; Gheerbrant, Alain (1986). Diccionario de los símbolos. Barcelona: Herder. p. 332-333. ISBN 978-84-254-2642-1. 
  6. Cavedo, R. (2000). «Rafael». En Leonardi, C.; Riccardi, A.; Zarri, G., eds. Diccionario de los Santos, volumen II. España: San Pablo. pp. 1950-1951. ISBN 84-285-2259-6. 

Enlaces externos

es:Peregrino