Pasivo (sexualidad)

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Este artículo es sobre sexualidad. Para ver el término de contabilidad, ver pasivo.
En esta postura sexual del misionero, quien realiza el rol de activo se encuentra a la derecha y el pasivo a la izquierda (recostado).

El término pasivo se utiliza, en las relaciones homosexuales, para referirse a aquel individuo que durante la relación sexual opta un rol más tranquilo o sumiso, dejando que la iniciativa y control del acto la lleve el activo.

El término puede extrapolarse a las relaciones heterosexuales siendo pasivo/a el hombre o la mujer que opta el papel más calmado en el acto, independientemente de quien sea penetrado/a.

Definición

Este término es empleado tanto para las relaciones lésbicas como para las relaciones entre homosexuales varones. Independientemente a la orientación sexual de quien realice la práctica sexual, se puede considerar pasivo/a a quien opte por relajarse o tenga una postura más tranquila durante el acto, siendo activo el que lleva mayoritariamente el control durante la actividad.

Así, durante una práctica sexual heterosexual y siguiendo los esquemas de roles de género tradicionales, si el hombre sólo recibe placer o realiza pocos movimientos, se dice que está teniendo una postura pasiva, mientras que la mujer cumple el rol activo, sea quien sea el que esté siendo penetrado.

En el pegging

La expresión también es aplicable en el caso de la práctica heterosexual conocida como pegging, en la que la mujer es activa y penetra al hombre pasivo mediante un juguete sexual.

En el BDSM

En prácticas BDSM el término pasivo se aplica a las personas que ejercen el rol sumiso.

Historia

Desde la Grecia clásica, el activo desempeñó un papel dominante o instructor, frente a un pasivo más joven y/o menos favorecido socialmente. Así pues, el homosexual activo ha sido objeto de una persecución bastante menor que el homosexual pasivo en muchas civilizaciones, o incluso no ha sido perseguido en absoluto mientras que cumpliera dicho rol social. Como ejemplo extremo, en determinadas culturas como la vikinga, la violación homosexual se consideraba como un acto de virilidad guerrera para el activo, pero una gran humillación para el pasivo.

Aún en la actualidad, el sujeto pasivo es considerado «más» homosexual que el activo en determinadas culturas no occidentales, como la musulmana, a pesar de ser indistinto el rol que uno cumpla para ser o no homosexual.

Véase también