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Navegación animal

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La pardela pichoneta puede regresar a su territorio en línea directa recorriendo miles de kilómetros sobre tierra o agua.

La navegación animal es la capacidad que tienen algunos animales de orientarse sin mapas ni instrumentos. Aves como el gaviotín ártico, insectos como la mariposa monarca y peces como el salmón realizan migraciones de miles de kilómetros[1]​ muchas otras especies realizan migraciones similares y aun muchas otras más recorren distancias menores. Estas son capaces de regresar a su hábitat.

Mecanismos

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Se han propuesto muchos mecanismos. Los investigadores vieron que las explicaciones más simples no eran suficientes en muchos casos ya que algunos animales son capaces de orientarse en la oscuridad cuando está numblado y no se pueden ver los puntos de referencia o datos celestiales como el sol, la luna o las estreellas. Se han formulado otras hipótesis y acumulado evidencia de algunas de ellas. Numerosos estudios prueban que existen otros mecanismos. A continuación se ilustran algunos.

Recuerdo de puntos de referencia

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Muchos animales, tales como mamíferos, aves e insectos (como abejas y las avispas, Ammophila y Sphex),[2]​ son capaces de memorizar puntos de referencia y de usarlos para orientarse.[3]

Orientación por el sol

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La pulga de playa Talitrus saltator usa el sol y su ritmo circadiano para determinar la dirección

Algunos animales se guían por la posición del sol. Como el sol se mueve en el cielo, este tipo de navegación requiere un reloj interno. Muchos animales dependen de su reloj circadiano.[4]​ Peces, aves, tortugas marinas, mariposas, abejas, pulgas de mar, reptiles y hormigas se cuentan entre los animales que poseen estas facultades.[5]

Orientación por el cielo nocturno

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En un experimento Lockley mostró que una reinita colocada en un planetario se orientaba por las estrellas para volar hacia el sur. Cuando el cielo del planetario rotaba gradualmente el ave adaptaba su vuelo, siempre dirigiéndose en la dirección que las constelaciones indicaban que era el sur. Lockley concluyó que las aves necesitan un sextante y un cronómetro internos para navegar por las estrellas.[6]

Orientación por la luz polarizada

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Algunos animales, notablemente ciertos insectos como la abeja doméstica son sensible a la polarización de la luz. La abeja melífera puede usar la luz polarizada en días nublados para estimar la posición del sol en el cielo, relativa a la dirección de su brújula interna para viajar. Karl von Frisch demostró que las abejas pueden identificar la dirección y distancia entre la colmena y una fuente de alimentos, como un grupo de flores con abundante néctar. Una obrera regresa al nido y comunica tal información a sus hermanas por medio de su danza. Sus compañeras que la observan pueden localizar la fuente de alimentos con la información suministrada,[7]​ aunque algunos biólogos piensan que tal vez no sea así, sino que simplemente son estimuladas a ir en busca de alimento.[8]

La paloma mensajera puede retornar a su hogar fácilmente guiándose por el campo magnético de la Tierra.

Magnetorrecepción

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Algunos animales, incluyendo la rata marmota ciega (Spalacidae)[9]​ y pájaros como algunas palomas perciben el campo magnético de la Tierra.[10]

Olfato

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Los salmones que regresan al lugar de nacimiento pueden usar olores como guías

Algunos animales memorizan olores y crean un mapa mental de olores.[11]

Receptores de la gravedad

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Las palomas mensajeras pueden percibir las variantes regionales en la gravedad. Esto se ha estudiado con sistemas de posicionamiento global (GPS).[12][13]

Otros sentidos

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Los biólogos también han encontrado que otros sentidos contribuyen a la migración animal. Muchos animales marinos usan recepción hidrodinámica que les permite seguir a sus presas gracias a un sentido de los disturbios causados en el agua por el movimiento de los peces.[14]​ Animales marinos como los delfines[15]​ y muchos murciélagos[16]​ usan ecolocalización para percibir el ambiente que los rodea y para ubicar a sus presas.

Referencias

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  1. Dingle, Hugh; Drake, V. Alistair (2007). «What is migration?». BioScience 57 (2): 113-121. doi:10.1641/B570206. 
  2. Tinbergen, 1984, pp. 58–79.
  3. Collett, Thomas S; Graham, Paul. "Animal Navigation: Path Integration, Visual Landmarks and Cognitive Maps" Current Biology, Vol. 14, R475–R477, June 22, 2004. doi 10.1016/j.cub.2004.06.013
  4. Dunlap, Jay C.; Loros, Jennifer; DeCoursey, Patricia J. (2003). Chronobiology: Biological Timekeeping. Sinauer Associates. ISBN 978-0878931491. 
  5. Alcock, John (2009). Animal Behavior: An Evolutionary Approach. Sinauer Associates. pp. 140–143. ISBN 978-0-87893-225-2. 
  6. Lockley, 1967, p. 136.
  7. von Frisch, 1953, pp. 93–96.
  8. Grüter, C.; Balbuena, M.; Farina, W. (2008). «Informational conflicts created by the waggle dance». Proceedings of the Royal Society B 275 (1640): 1321-1327. PMC 2602683. PMID 18331980. doi:10.1098/rspb.2008.0186. 
  9. Kimchi, Tali; Etienne, Ariane S.; Terkel, Joseph (2004). A subterranean mammal uses the magnetic compass for path integration. PNAS, 27 January, vol. 101, no. 4, 1105–1109.
  10. M. Lindauer and H. Martin, in S.R. Galler et al. Animal Orientation and Navigation 559/1, 1972.
  11. Ioalè, P.; Nozzolini, M.; Papi, F. (1990). «Homing pigeons do extract directional information from olfactory stimuli». Behav. Ecol. Sociobiol. 26 (5): 301-305. doi:10.1007/bf00171094. 
  12. Nicole Blaser; Sergei I. Guskov; Virginia Meskenaite; Valerii A. Kanevskyi; Hans-Peter Lipp (23 de octubre de 2013). «Altered Orientation and Flight Paths of Pigeons Reared on Gravity Anomalies: A GPS Tracking Study». PLoS ONE 8 (10): e77102. Bibcode:2013PLoSO...877102B. PMC 3806762. PMID 24194860. doi:10.1371/journal.pone.0077102. 
  13. Nicole Blaser; Sergei I. Guskov; Vladimir A. Entin; David P. Wolfer; Valeryi A. Kanevskyi; Hans-Peter Lipp (2014). «Gravity anomalies without geomagnetic disturbances interfere with pigeon homing – a GPS tracking study». Journal of Experimental Biology 217 (22): 4057-4067. doi:10.1242/jeb.108670. 
  14. Schulte-Pelkum, N.; Wieskotten, S.; Hanke, W.; Dehnhardt, G.; Mauck, B (2007). «Tracking of biogenic hydrodynamic trails in harbour seals (Phoca vitulina)». The Journal of Experimental Biology 210 (5): 781-7. PMID 17297138. doi:10.1242/jeb.02708. 
  15. Schevill, W. E.; McBride, A. F. (1956). «Evidence for echolocation by cetaceans». Deep-Sea Research 3 (2): 153-154. Bibcode:1956DSR.....3..153S. doi:10.1016/0146-6313(56)90096-x. 
  16. Yoon, Carol Kaesuk. Donald R. Griffin, 88, Dies; Argued Animals Can Think, The New York Times, 14 November 2003.

Enlaces externos

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