José María de la Garza-Falcón

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José María de la Garza-Falcón y Joaristi (1764, Zacatecas), fue un letrado novohispano, abogado de la Real Audiencia de México y teniente del Real Consulado de México, que formó parte junto a su hijo José Ignacio del grupo denominado de Los Guadalupes, promotores de la autonomía de la Nueva España con respecto a la administración peninsular que dio origen a la Independencia de México.

Biografía[editar]

Fue bautizado el 8 de marzo de 1764 en la ciudad de Zacatecas, siendo hijo de José Manuel de la Garza-Falcón y González de Hermosillo, oidor de la Real Audiencia de Guadalajara[1]​, y de María Xaviera de Joaristi y Tagle-Bracho[2][3]​.

Fue colegial del Real Colegio de San Ildefonso, coincidiendo en su estadía con Francisco Primo de Verdad[4]​. Más tarde desempeñó los cargos de sinodal y protonotario de San Ildefonso, llegando incluso a presentarse en la terna para ocupar el cargo de rector, mismo que no consiguió[4]​. Fue abogado de "pobres y presos" de la Real Audiencia de México y miembro del Ilustre y Real Colegio de Abogados de México[5]​, así como asesor y teniente del Real Consulado de México, abogado de la Catedral de México, entre otros puestos y cargos.[6]

Contrajo matrimonio con María Antonia de Espino y Flores-Alatorre con la procreó cuatro hijas y dos hijos, siendo el mayor el insurgente José Ignacio de la Garza-Falcón, a quien pudo deberse su ingreso en Los Guadalupes, grupo en el que se le documenta a partir de 1812, con la perceptible fuga de José Ignacio de la capital virreinal con objeto de unirse a las fuerzas insurgentes.

Los Guadalupes[editar]

El 30 de mayo de 1812 las autoridades virreinales interceptaron diversas cajas de correspondencia pertenecientes a Ignacio López Rayón, capturadas en Sultepec. En ellas se desvelaron una serie de informes y escritos codificados, entre los que se encontraron diversas cartas de José Ignacio de la Garza, identificado como "Y" y "Odorantes" a sus hermanas y a su padre, José María, desde el campo batalla, expresándose contra "el tirano Venegas" y enviándole saludos de Morelos, Rayón, y otros insurgentes, a lo que el virrey Venegas ordenó el allanamiento de su casa.

En la investigación se encontró abundante correspondencia entre José María y José María Morelos e Ignacio López Rayón, así como diversos reportes informando los movimientos de Calleja, documentando incluso su intento de sobornar a los hijos de Leonardo Bravo para aprehender a Morelos. Además, se investigó acerca de las tertulias celebradas en su casa de la ciudad de México con "la honesta diversión de tocar y cantar conciertos", a las que asistían Juan José Flores-Alatorre, José María de Cos, Manuel Velázquez de la Cadena, signatario del Acta de Independencia del Imperio Mexicano[7]​, Joaquín Martínez Pastor, hijo de Manuel Silvestre Martínez[8]​, del Consejo de Su Majestad, entre otros sospechosos de sedición, culminando en el arresto del licenciado Garza en mayo de 1813[4]​.

Como buen abogado, construyó una sólida defensa, culpabilizando de las cartas a otros, además de acumular testimonios favorables a su persona, calidad y carácter por parte de reputados miembros del aparato borbónico, como Juan Francisco de Castañiza, Manuel de Heras-Soto, el conde de Medina y Torres, Ciro de Villaurrutia (hermano de Jacobo) además de oidores, canónigos, y otros con quienes se relacionó a lo largo de su residencia en la capital[4]​. Se concluyó que no había "prueba cumplida del delito de rebelión, pero sí vehementes indicios", siéndole concedida la libertad bajo fianza en agosto de 1813. A pesar de ello, cuando su hijo José Ignacio se acogió al indulto decretado por el virrey para aquellos que habían combatido en la insurgencia, se le condenó al destierro a "50 leguas de la capital" en octubre de 1816, a causa de no permitirse la residencia de "reos indultados" a menor distancia de la capital del reino.[4]

Véase también[editar]

Referencias[editar]