Diferencia entre revisiones de «Teoría del valor subjetivo»

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== Críticas ==
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[[Paul Mattick]] argumentó que la teoría subjetiva del valor lleva a razonamientos circulares. Se supone que los precios miden la [[utilidad marginal]] de la mercancía. Aun así, los precios son requeridos por el consumidor para evaluar cómo maximizar de la mejor forma su satisfacción. Por ello, el valor subjetivo obviamente reside en un razonamiento circular. Aunque intente explicar los precios, éstos son necesarios para explicar la utilidad marginal. Mattick deniega las relaciones entre la mente humana y el mundo externo propuestas por Carl Menger y los subjetivistas modernos.<ref>{{cite book|last = Mattick|first = Paul|title = Economics, Politics and The Age of Inflation|year = 1977|url = http://www.marxists.org/archive/mattick-paul/1977/inflation/ch03.htm}}</ref>
[[Paul Mattick]] argumentó que la teoría subjetiva del valor lleva a razonamientos circulares. Se supone que los precios miden la [[utilidad marginal]] de la mercancía. Aun así, los precios son requeridos por el consumidor para evaluar cómo maximizar de la mejor forma su satisfacción. Por ello, el valor subjetivo obviamente reside en un razonamiento circular. Aunque intente explicar los precios, éstos son necesarios para explicar la utilidad marginal. Mattick deniega las relaciones entre la mente humana y el mundo externo propuestas por Carl Menger y los subjetivistas modernos.<ref>{{cite book|last = Mattick|first = Paul|title = Economics, Politics and The Age of Inflation|year = 1977|url = http://www.marxists.org/archive/mattick-paul/1977/inflation/ch03.htm}}</ref>

El economista [[Maurice Dobb]] también criticó a la teoría del valor por los supuestos que necesita. Una de las limitaciones de la teoría es que se asocia a la imposible derivación de fenómenos intrínsecamente sociales, como lo son los precios y las variables distributivas, a partir del individuo. Por esto Dobb dice que la teoría padece de un "sesgo individualista".
El economista [[Maurice Dobb]] también criticó a la teoría del valor por los supuestos que necesita. Una de las limitaciones de la teoría es que se asocia a la imposible derivación de fenómenos intrínsecamente sociales, como lo son los precios y las variables distributivas, a partir del individuo. Por esto Dobb dice que la teoría padece de un "sesgo individualista".
Uno de los supuestos criticados es que el elemento subjetivo "utilidad" expresado como utilidad marginal o como preferencias relevadas (o cualquier otro término que aluda a la subjetividad) tiene que ser independiente de los precios y la distribución del ingreso, de otra manera nunca podría cumplir los requisitos para ser una constante que determine el precio o el valor. Este supuesto está en contra de cualquier evidencia y criterio realista.
Uno de los supuestos criticados es que el elemento subjetivo "utilidad" expresado como utilidad marginal o como preferencias relevadas (o cualquier otro término que aluda a la subjetividad) tiene que ser independiente de los precios y la distribución del ingreso, de otra manera nunca podría cumplir los requisitos para ser una constante que determine el precio o el valor. Este supuesto está en contra de cualquier evidencia y criterio realista.
El error se encuentra en atribuirle a la subjetividad calidad de constante cuando ésta es influida por lo que debe determinar.
El error se encuentra en atribuirle a la subjetividad calidad de constante cuando ésta es influida por lo que debe determinar.

En palabras de Dobb: “Un hombre desprovisto de tierras, estimará el “sacrificio” o “desutilidad” que supone alquilar su trabajo en mucho menos de lo que lo estima un campesino dueño de una parcela y de instrumentos de producción […] la postulación de cualesquiera de los valores normales, requiere la postulación previa de una cierta distribución de los ingresos y, por tanto, de una cierta estructura de clases. Dar una forma precisa a las relaciones de cambio de una sociedad determinada requiere, no simplemente la disposición mental de un individuo abstracto, sino también el complejo de instituciones y relaciones sociales de las cuales el individuo concreto forma parte. Y un poco más arriba, había señalado que cuando se habla de la preferencia de un individuo, la misma “dependerá de su ingreso, con el resultado circular de que la naturaleza de los costos fundamentales que afectan el valor de las mercancías y la remuneración de los factores de la producción estará determinada, a su vez, por la distribución del ingreso”
En palabras de Dobb: “Un hombre desprovisto de tierras, estimará el “sacrificio” o “desutilidad” que supone alquilar su trabajo en mucho menos de lo que lo estima un campesino dueño de una parcela y de instrumentos de producción […] la postulación de cualesquiera de los valores normales, requiere la postulación previa de una cierta distribución de los ingresos y, por tanto, de una cierta estructura de clases. Dar una forma precisa a las relaciones de cambio de una sociedad determinada requiere, no simplemente la disposición mental de un individuo abstracto, sino también el complejo de instituciones y relaciones sociales de las cuales el individuo concreto forma parte. Y un poco más arriba, había señalado que cuando se habla de la preferencia de un individuo, la misma “dependerá de su ingreso, con el resultado circular de que la naturaleza de los costos fundamentales que afectan el valor de las mercancías y la remuneración de los factores de la producción estará determinada, a su vez, por la distribución del ingreso”
<ref>Economía política y capitalismo, (México, FCE, 1973, publicado originalmente en inglés en 1937).</ref>
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Revisión del 05:39 4 oct 2016

La teoría subjetiva del valor es una teoría del valor que desarrolla la idea de que el valor de un bien no está determinado por ninguna propiedad inherente a éste, ni por la cantidad de trabajo requerido para producirlo, sino por la importancia que un individuo le da para lograr sus objetivos o deseos.[1][2]​  Esta teoría es uno de los conceptos principales de la Escuela Austriaca de Economía. Mientras que la versión de esta teoría fue creada independiente y casi simultáneamente por William Stanley Jevons, Léon Walras, y Carl Menger en la segunda mitad del siglo XIX[3]​, ya había sido notificada en la Edad Media y el Renacimiento, pero no ganó una aceptación unánime durante tales periodos.[4]​ [¿Fuente fiable?]

Visión general

De acuerdo con esta teoría, el comercio voluntario entre individuos implica que ambas partes en el intercambio perciben subjetivamente los bienes, trabajo o dinero que reciben como de mayor o igual valor que aquellos a los que renuncian. La teoría subjetiva del valor sostiene que alguien puede crear valor simplemente transfiriendo su propiedad de algo a alguien que la valora más, sin necesariamente modificar tal cosa. Si la riqueza se entiende como la valoración subjetiva de los individuos de sus posesiones, el intercambio voluntario podría incrementar la cantidad de riqueza en la sociedad.

Los individuos tenderán a obtener niveles decrecientes de satisfacción, o utilidad marginal de adquirir unidades adicionales de un bien. Priorizarán inicialmente obtener los bienes que necesitan más, como la comida, pero cuando la necesidad de comida llegue a un cierto nivel, el deseo por otros bienes comenzará a tomar mayor importancia relativa, y se pasará de la necesidad ya cubierta de comida hacia la necesidad de otros bienes.[5]

En un mercado libre, la competición entre individuos buscando comerciar objetos que poseen y servicios que pueden ofrecer por bienes que perciben de mayor valor que ambos resulta en un equilibrio de mercado puesto de los precios que emergen.

Economistas clásicos tales como David Ricardo creían que las personas obtienen diferentes niveles de utilidad o 'valor de uso' de un servicio, pero que éstos no conectaban de manera efectiva con los precios de mercado, o 'valor de cambio'.[3]

Menger argumentó que la producción era simplemente otro caso de la teoría de la utilidad marginal.[3]​ La capacidad de ganar un salario de los trabajadores está determinado por el valor de su trabajo para otros, más que sus costos de subsistencia, y trabajan porque valoran la remuneración más que la inactividad.[5]

Paradoja de los diamantes y el agua

El desarrollo de la teoría subjetiva del valor fue parcialmente motivado por la necesidad de resolver la paradoja del valor que dejó perplejos a muchos economistas clásicos. Esta paradoja, también citada descriptivamente como la paradoja del agua y los diamantes, surgió cuando el valor era atribuido a cosas como la cantidad de trabajo que requería la producción de un bien o alternativamente una medida objetiva de la utilidad de un bien. La teoría del valor-trabajo marxista ha resultado la única capaz de dar solución a esa supuesta paradoja, como el propio Karl Marx hizo en una de sus obras principales dedicadas al estudio y crítica de la economía política, El Capital:

[...] La magnitud de valor de una mercancía se mantendría constante, por consiguiente, si también fuera constante el tiempo de trabajo requerido para su producción. Pero éste varía con todo cambio en la fuerza productiva del trabajo. La fuerza productiva del trabajo está determinada por múltiples circunstancias, entre otras por el nivel medio de destreza del obrero, el estadio de desarrollo en que se hallan la ciencia y sus aplicaciones tecnológicas, la coordinación social del proceso de producción, la escala y la eficacia de los medios de producción, las condiciones naturales. La misma cantidad de trabajo, por ejemplo, produce 8 bushels de trigo en un buen año, 4 en un mal año. La misma calidad de trabajo produce más metal en las minas ricas que en las pobres, etc. Los diamantes rara vez afloran en la corteza terrestre, y de ahí que el hallarlos insuma, término medio, mucho tiempo de trabajo. Por consiguiente, en poco volumen representan mucho trabajo. Jacob pone en duda que el oro haya saldado nunca su valor íntegro. Aun más cierto es esto en el caso de los diamantes. Según Eschwege el total de lo extraído durante ochenta años de los yacimientos diamantíferos brasileños todavía no había alcanzado, en 1823, a igualar el precio del producto medio obtenido durante 18 meses en las plantaciones brasileñas de caña o de café, aun cuando representaba mucho más trabajo y por consiguiente más valor. Disponiendo de minas más productivas, la misma cantidad de trabajo se representaría en más diamantes, y el valor de los mismos disminuiría. Y si con poco trabajo se lograra transformar carbón en diamantes, éstos podrían llegar a valer menos que ladrillos. En términos generales: cuanto mayor sea la fuerza productiva del trabajo, tanto menor será el tiempo de trabajo requerido para la producción de un artículo, tanto menor la masa de trabajo cristalizada en él, tanto menor su valor. A la inversa, cuanto menor sea la fuerza productiva del trabajo, tanto mayor será el tiempo de trabajo necesario para la producción de un artículo, tanto mayor su valor. Por ende, la magnitud de valor de una mercancía varía en razón directa a la cantidad de trabajo efectivizado en ella e inversa a la fuerza productiva de ese trabajo.
El Capital, Libro primero, Volumen 1, Sección 1, Karl Marx.

A día de hoy, desde la teoría subjetiva del valor no se puede dar cuenta de la formación de precios, debido a la incapacidad de explicar ''cómo se pondrían de acuerdo'' un panadero y el comprador del pan en el precio de la barra de pan si el valor únicamente es subjetivo, sus variaciones ni tampoco se puede obtener teoría científica del comercio internacional alguna. Por ello, el margiutilitarismo y todos los intentos en esa dirección han resultado en vano y no encuentran hueco en las publicaciones científicas y académicas.

Críticas

Paul Mattick argumentó que la teoría subjetiva del valor lleva a razonamientos circulares. Se supone que los precios miden la utilidad marginal de la mercancía. Aun así, los precios son requeridos por el consumidor para evaluar cómo maximizar de la mejor forma su satisfacción. Por ello, el valor subjetivo obviamente reside en un razonamiento circular. Aunque intente explicar los precios, éstos son necesarios para explicar la utilidad marginal. Mattick deniega las relaciones entre la mente humana y el mundo externo propuestas por Carl Menger y los subjetivistas modernos.[6]

El economista Maurice Dobb también criticó a la teoría del valor por los supuestos que necesita. Una de las limitaciones de la teoría es que se asocia a la imposible derivación de fenómenos intrínsecamente sociales, como lo son los precios y las variables distributivas, a partir del individuo. Por esto Dobb dice que la teoría padece de un "sesgo individualista". Uno de los supuestos criticados es que el elemento subjetivo "utilidad" expresado como utilidad marginal o como preferencias relevadas (o cualquier otro término que aluda a la subjetividad) tiene que ser independiente de los precios y la distribución del ingreso, de otra manera nunca podría cumplir los requisitos para ser una constante que determine el precio o el valor. Este supuesto está en contra de cualquier evidencia y criterio realista. El error se encuentra en atribuirle a la subjetividad calidad de constante cuando ésta es influida por lo que debe determinar.

En palabras de Dobb: “Un hombre desprovisto de tierras, estimará el “sacrificio” o “desutilidad” que supone alquilar su trabajo en mucho menos de lo que lo estima un campesino dueño de una parcela y de instrumentos de producción […] la postulación de cualesquiera de los valores normales, requiere la postulación previa de una cierta distribución de los ingresos y, por tanto, de una cierta estructura de clases. Dar una forma precisa a las relaciones de cambio de una sociedad determinada requiere, no simplemente la disposición mental de un individuo abstracto, sino también el complejo de instituciones y relaciones sociales de las cuales el individuo concreto forma parte. Y un poco más arriba, había señalado que cuando se habla de la preferencia de un individuo, la misma “dependerá de su ingreso, con el resultado circular de que la naturaleza de los costos fundamentales que afectan el valor de las mercancías y la remuneración de los factores de la producción estará determinada, a su vez, por la distribución del ingreso” [7]

Véase también

Referencias

  1. Menger, C. Principles of Economics p. 120 https://www.mises.org/sites/default/files/Principles%20of%20Economics_5.pdf
  2. Mises, Ludwig von. "Human Action", 2010, page 96.
  3. a b c Stigler, George (1950) 'The Development of Utility Theory. I' The Journal of Political Economy
  4. Gordon, David. "An Introduction to Economic Reasoning", 2000.
  5. a b Menger, C. Principles of Economics p. 127 https://www.mises.org/sites/default/files/Principles%20of%20Economics_5.pdf Error en la cita: Etiqueta <ref> no válida; el nombre «menger2» está definido varias veces con contenidos diferentes
  6. Mattick, Paul (1977). Economics, Politics and The Age of Inflation. 
  7. Economía política y capitalismo, (México, FCE, 1973, publicado originalmente en inglés en 1937).

Enlaces externos