Sitio de Porto Ferrajo
Invasión
En 1800, Napoleón Bonaparte, Primer Cónsul francés, avanzó hasta Italia, derrotando al Imperio austríaco en las batallas de Marengo y Hohenlinden. Tras un año de enfrentamientos, los franceses y austríacos firmaron el Tratado de Lunéville el 9 de febrero de 1901, por el que se repartieron el norte de Italia y se le otorgó el Gran Ducado de Toscana a Francia. En esta división también se incluía la isla de Elba, situada en el mar de Liguria, cerca de las costas italianas, la cual la compartían en aquel momento la Toscana y el Reino de Nápoles. El 28 de marzo de 1801, Nápoles y Francia firmaron el Tratado de Florencia, mediante el que la isla de Elba pasó a estar íntegramente bajo control francés, a pesar de que los comandantes napolitanos y toscanos de este territorio no habían capitulado todavía.
Aunque las aguas del mar de Liguaria pertenían territorialemente a Francia, Gran Bretaña se había hecho con su control, al igual que con el de todo el mar Mediterráneo, cuando la Marina Real había destruido la flota francesa que navega este mar en la Batalla del Nilo en 1798. En 1801, las bases británicas en Gibraltar, Menorca y Malta les permitían a las fuerzas navales británicas navegar por el mar sin oposición; su presencia obligaba a las fuerzas de la flota francesa restantes, las cuales tenían su base en Tolón, realizar trayectos cortos para poder evitar su intercepción y captura. Por esta razón, hasta que un gran escuadrón francés dirigido por el Contraalmirante Honoré Ganteaume no apoyó brevemente a las fuerzas navales regionales ninguna expedición francesa había sido capaz de conseguir Elba. Este escuadrón partió desde Piombino el 2 de mayo de 1801 con 1500 hombres capitaneados por el General Jean Victor Tharreau, quien desembargó sin oposición el pueblo napolitano de Porto Longone.