Historieta en Costa Rica

El desarrollo del comic costarricense ha tenido un avance irregular debido principalmente a la ausencia de continuidad en la enseñanza de las técnicas narrativas gráficas, por lo cual cada generación de artistas del cómic que surge prácticamente ha tenido que iniciar de cero su aprendizaje. Su historia, además, se encuentra fuertemente ligada al desarrollo del periodismo, siendo este medio de comunicación el difusor histórico de este arte en esta nación centroamericana. Por tanto, existe una fuerte tradición de crítica política y social entre los historietistas costarricenses, por lo que prevalece la tendencia género satírico-humorístico más que nada, salvo contadas excepciones, sin entrar a experimentar y desarrollar en ningún otros géneros del arte gráfico secuencial.

Historia

Década 1960

A raíz de la difusión de material mexicano en el mercado costarricense se logra crear un nicho de posicionamiento para los artistas gráficos secuenciales. Es en esta década que surgen artistas que se convertirían en referentes del cómic costarricense, como por ejemplo Hugo Díaz Jiménez, quien publica una página de caricaturas satíricas en el semanario Pueblo la cual se mantendría vigente durante muchos años, y de la cual se recopilaria el material que da origen al libro El mundo de Hugo Díaz (1978), publicado por la Editorial Costa Rica y Díaz todos los días (1995). También colabora extensamente en la ilustración de obras de la literatura costarricense como Cuentos de mi tía Panchita, de Carmen Lyra; Cocorí, de Joaquín Gutiérrez; Una burbuja en el limbo, de Fabián Dobles; Memorias de Alegría, de Carlos Luis Sáenz o Pantalones Cortos, de Lara Ríos.

Década 1970

Fernando Zeledón Guzmán (F. Zele), publica durante 17 años la historieta de sátira política La Semana en Serio en el semanario del Partido Comunista Adelante; página en la que con humor sarcástico y mordaz retrata la vida política y social de Costa Rica y el mundo, acontecida en una época muy convulsa. Este fue el primer artista gráfico costarricense en lograr popularizar personajes inspirados en la identidad e idiosincrasia típicamente tica o costarricense, tales como el perrito Cutacha, la aguerrida abuelita «de armas tomar» Auristela, la cincuentona Matráfula siempre con los pechos atiborrados de dinero (símbolo de la prensa al servicio de los poderosos) y el vagabundo Patasdihule.

Eventualmente intenta otro proyecto de historietas satíricas, al cerrar el Semanario Adelante, con el título «Los Supermaes» (refiriéndose a la expresión costarricense mae) llevando sus personajes populares al semanario Universidad, sin embargo no logra el éxito deseado y se despide definitivamente al cabo de unos años.

Carlos Figueroa publica Tricolor, que recopilaba historietas de diversos autores y trataba también de la vida y folclore costarricenses. Dicha publicación desaparece después de un tiempo por falta de financiamiento. Poseriormente este mismo autor propone una historieta llamada La historia del Deportivo Saprissa.

Juan Díaz fue un historietista que tuvo un gran éxito con su personaje didáctico Gluppy, siendo el único artista en lograr proyectar internacionalmente un personaje tico a través del continente americano, gracias a la participación del mismo en el King Feactures Sindicate.

Década 1980

Franco Céspedez se dedica a historietar la pasión del aficionado al fútbol costarricense. Su obra El Fanatico ve la luz en periódicos y a manera de revista independiente, sin embargo no logra el financiamiento necesario y desaparece al cabo de tres ediciones.

Oscar Sierra Quintero ("Oki") inica la historieta Mitos y Leyendas de Costa Rica en el diario La Nación y que continuaría publicándose en The Tico Times ya en idioma inglés; dicha publicación se mantuvo durante siete años. Eventualmente, esta historieta ampliaría su repertorio y cambiaría de título a Mitos y Leyendas de Latinoamérica. Finalmente, esta serie cerraría debido a una decisión editorial, a pesar de la buena aceptación de los lectores.

La Pluma Sonriente nace como iniciativa de Oki quien en conjunto con varios historietistas costarricenses organizan este grupo con el objetivo de promover el desarrollo del humor gráfico y la historieta y lograr proyección internacional. Este es el primer esfuerzo de conjuntar talentos para lograr una labor colegiada como gremio que permitió a una generación intercambiar técnicas y conocimientos y apoyarse mutuamente en el desarrollo de su arte.

Como parte de este proceso, la Pluma Sonriente comienza a promocionar su Salón Anual del Humor y la Historieta en conjunto con la creación de su La Pluma Cómic, división enfatizada a la historieta, y la publicación de revistas de humor como De Oreja a Oreja entre 1985 y 1990. chaves es un nica malparido

Referencias

• Periódico La Nación, Aventuras de la historieta en Costa Rica [1]
• Ana C. Sanchez, Caritatura y prensa nacional [2]
• Cultura Comic, Caricaturistas Costarricense el IX aniversario del MUCAHI [3]
• Museo Nacional de Costa Rica, El universo de Hugo Díaz [4]
• Carlos E. Arroyo González, La asociación de humoristas plásticos de Costa Rica “La Zarigüeya” [5]
• Oscar Sierra Quintero, La tardía evolución de la historieta en Costa Rica [6]
• Carlos Molina, Cómic Tico, estado actual [7]
• Neozaga, ¿Existe el cómic tico? [8]
• Animación Infantil, Mangatico y estilos de manga [9]