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=== La muerte de la inocencia ===
=== La muerte de la inocencia ===
[[Archivo:Mimus polyglottus1 cropped.png|thumb|En la novela Lee utiliza la figura del ruiseñor para simbolizar la inocencia (Mockingbird se tradujo al español como ruiseñor, nombre con que muchos conocen en Estados Unidos al sinsonte).]]
[[Archivo:Mimus polyglottus1 cropped.png|thumb|En la novela Lee utiliza la figura del ruiseñor para simbolizar la inocencia (Mockingbird se tradujo al español como ruiseñor, nombre con que muchos conocen en América al sinsonte).]]


Los pájaros cantores y el simbolismo asociado a ellos aparece en varias escenas de la novela. Por ejemplo, el apellido de la familia es Finch (en inglés: [[jilguero]]).<ref>Finch era también el apellido de soltera de la madre de Lee.</ref> El [[Mimus polyglottos|ruiseñor]] del título es un motivo principal de este tema, el cual aparece por primera vez cuando Atticus, luego de haberles regalado a sus hijos rifles de aire comprimido como regalo de Navidad, permite que el tío Jack les enseñe a disparar. Atticus les previene que, si bien pueden "matar tantas [[Cyanocitta cristata|urracas azules]] como deseen", sólo deben recordar que "es pecado matar un ruiseñor".<ref name="lee103">Lee, p. 103.</ref> Confundida, Scout le consulta a su vecina la señorita Maudie, quien le explica que los ruiseñores no le causan ningún daño a las otras criaturas vivientes. Y enfatiza que los ruiseñores simplemente dan placer con su canto, diciendo, "Sólo hacen una cosa y es cantar con todo su corazón para nuestro deleite."<ref name="lee103" /> El escritor Edwin Bruell resumió el simbolismo en 1964, cuando expresó que "'Matar un ruiseñor' es matar aquello que es inocente e indefenso — como Tom Robinson."<ref name="bruell" /> Los estudiosos han hecho notar que a menudo Lee trae a colación el tema del ruiseñor cuando trata de enfatizar un tema moral.<ref name="schuster">{{cita publicación|apellido=Schuster|nombre=Edgar|título=Discovering Theme and Structure in the Novel|revista=English Journal|volumen=52|número=7|año=1963|doi=10.2307/810774|páginas=506}}</ref><ref name="dave" /><ref>Johnson, ''Casebook'' p. 207.</ref>
Los pájaros cantores y el simbolismo asociado a ellos aparece en varias escenas de la novela. Por ejemplo, el apellido de la familia es Finch (en inglés: [[jilguero]]).<ref>Finch era también el apellido de soltera de la madre de Lee.</ref> El [[Mimus polyglottos|ruiseñor]] del título es un motivo principal de este tema, el cual aparece por primera vez cuando Atticus, luego de haberles regalado a sus hijos rifles de aire comprimido como regalo de Navidad, permite que el tío Jack les enseñe a disparar. Atticus les previene que, si bien pueden "matar tantas [[Cyanocitta cristata|urracas azules]] como deseen", sólo deben recordar que "es pecado matar un ruiseñor".<ref name="lee103">Lee, p. 103.</ref> Confundida, Scout le consulta a su vecina la señorita Maudie, quien le explica que los ruiseñores no le causan ningún daño a las otras criaturas vivientes. Y enfatiza que los ruiseñores simplemente dan placer con su canto, diciendo, "Sólo hacen una cosa y es cantar con todo su corazón para nuestro deleite."<ref name="lee103" /> El escritor Edwin Bruell resumió el simbolismo en 1964, cuando expresó que "'Matar un ruiseñor' es matar aquello que es inocente e indefenso — como Tom Robinson."<ref name="bruell" /> Los estudiosos han hecho notar que a menudo Lee trae a colación el tema del ruiseñor cuando trata de enfatizar un tema moral.<ref name="schuster">{{cita publicación|apellido=Schuster|nombre=Edgar|título=Discovering Theme and Structure in the Novel|revista=English Journal|volumen=52|número=7|año=1963|doi=10.2307/810774|páginas=506}}</ref><ref name="dave" /><ref>Johnson, ''Casebook'' p. 207.</ref>

Revisión del 22:22 22 jul 2010

Matar un ruiseñor (inglés: To Kill a Mockingbird) es una novela escrita por Harper Lee publicada en 1960, que ganó el Premio Pulitzer. Alcanzó muy rápidamente el éxito y se ha convertido en un clásico de la literatura norteamericana moderna de ficción. La novela está inspirada en las observaciones de la autora sobre su familia y sus vecinos, como también en un incidente que ocurrió cerca de su ciudad en 1936, cuando ella contaba con 10 años de edad.

Aunque la novela trata sobre temas serios como la violación y desigualdad racial, también es alabada por su calidez y humor. El padre de la narradora, Atticus Finch, ha servido como ejemplo de moral para muchos lectores y como modelo de integridad para los abogados. Un crítico explicaba el impacto de la novela diciendo, "En el siglo XX, Matar un ruiseñor es el libro más leído sobre el tema racial en Norteamérica, y su protagonista, Atticus Finch, es el personaje de ficción más destacado de heroismo racial."[1]

Siendo una novela gótica sureña y un Bildungsroman, los temas principales de Matar un ruiseñor comprenden la injusticia racial y la destrucción de la inocencia. Los estudiosos también han hecho notar que Lee también toca temas de clase, coraje y compasión, y de roles de género en el Sur norteamericano. El libro se utiliza ampliamente en las escuelas de países angloparlantes, junto con lecciones que enfatizan la tolerancia y condenan los prejuicios. A pesar de sus temas, Matar un ruiseñor ha sido objeto de campañas para eliminar su uso en las aulas de escuelas públicas. A menudo se le cuestiona por utilizar epítetos racistas, y se ha observado que, si bien los lectores de tez blanca reaccionan favorablemente a la novela, los lectores de tez negra no reaccionan en forma tan positiva.

Resumen

La historia transcurre a lo largo de un período de tres años durante la Gran Depresión en el viejo pueblo ficticio de Maycomb, Alabama. La narradora es Scout Finch, de seis años de edad, quien vive con su hermano mayor Jem y su padre Atticus, un abogado viudo de mediana edad. Jem y Scout traban amistad con un niño llamado Dill que está de visita en Maycomb durante el verano y que se hospeda en la casa de su tía. Los tres niños están aterrorizados y a la vez fascinados por su vecino "Boo" Radley quien posee un carácter huraño. Los adultos de Maycomb evitan hablar sobre Boo y muy pocos le han visto en años. Los niños alimentan su imaginación con rumores sobre las apariciones de Boo y las razones por las que permanece escondido, y elaboran fantasías y planes sobre cómo podrían incitarlo a que salga de su casa. Luego de dos veranos de amistad con Dill, Scout y Jem comienzan a recibir pequeños regalos que alguien coloca en un árbol próximo a la casa de Radley. Varias veces, el misterioso Boo les hace pequeños presentes a los niños, pero para desengaño de ellos, nunca aparece en persona.

A Atticus le encargan la defensa de un hombre de tez negra llamado Tom Robinson, acusado de violar a una joven mujer blanca llamada Mayella Ewell. Aunque muchos de los pobladores de Maycomb no están de acuerdo, Atticus acepta defender a Tom de la mejor manera posible. Otros niños se burlan de Jem y Scout a causa de la posición que toma Atticus, y lo llaman "amante de los negros". Aunque su padre le ha advertido que no lo haga, Scout se encuentra tentada de defender el honor de su padre mediante una pelea. Atticus, por otra parte, debe enfrentarse a un intento de un grupo de hombres que quieren linchar a Tom. Scout, Jem y Dill logran desbaratar esta amenaza cuando aparecen en la escena y logran que la turba se disperse al hacerles comprender la situación desde los puntos de vista de Atticus y Tom.

Dado que Atticus no desea que los niños presencien el juicio de Tom Robinson, Scout, Jem y Dill lo observan en secreto desde un balcón. Atticus logra probar que tanto Mayella como su padre Bob Ewell, el borracho del pueblo, mienten en sus acusaciones. También se comprueba que Mayella había estado realizando insinuaciones de naturaleza sexual a Tom cuando su padre la sorprendió. Aunque existe una evidencia considerable sobre la inocencia de Tom, el jurado lo encuentra culpable. La fe que Jem y Atticus tenían en la justicia se ve sacudida cuando Tom, condenado y desesperado, intenta escapar de la prisión y recibe un tiro.

Humillado por lo que se ha revelado durante el juicio, Bob Ewell jura vengarse. Bob se encuentra con Atticus en la calle y le escupe a la cara, trata de irrumpir en la casa del juez que presidió el juicio, y amenaza a la viuda de Tom Robinson. Finalmente, ataca a los indefensos Jem y Scout cuando se dirigían caminando a su casa de regreso de una feria de Halloween en la escuela. En la reyerta Bob Ewell le rompe un brazo a Jem, pero en el medio de la confusión aparece alguien que rescata a los niños. El hombre misterioso lleva a Jem a su casa, y Scout se da cuenta que el hombre que los ayuda no es otro que el huraño Boo Radley.

El sheriff de Maycomb descubre que Bob Ewell ha muerto durante la riña. Atticus considera que es un homicidio justificado y que Boo Radley será declarado inocente sin problemas. Sin embargo, la niña, Scout, le dice a su padre que exponerle al escrutinio público de un juicio le causaría gran perjuicio sería como "Matar un ruiseñor", haciendo referencia a un consejo dado por el mismo Atticus en el que decía que matar ruiseñores, que sólo nos cantan y no hacen daño, es un acto malvado.

El sheriff discute con Atticus sobre la oportunidad y ética de considerar a Jem o Boo responsables del hecho. Atticus eventualmente acepta la historia del sheriff en el sentido de que Ewell simplemente se cayó sobre su propio cuchillo. Boo le pide a Scout que lo acompañe hasta su casa, y cuando ella se despide, él desaparece nuevamente. Mientras ella está parada en el porche de la casa de Radley, Scout se imagina cómo debe ser la vida desde la perspectiva de Boo y se lamenta de que ellos nunca le agradecieron los obsequios que él les hizo.

Temas

La vida sureña y la injusticia racial

Cuando se publicó el libro, los críticos hicieron notar que estaba dividido en dos partes, y había opiniones encontradas sobre la habilidad de Lee para conectarlas entre sí.[2]​ La primera parte de la novela trata sobre la fascinación de los niños con Boo Radley y la sensación de seguridad que el vecindario les brindaba. Los críticos, en general, estaban embelesados por los comentarios de Scout y Jem sobre sus extraños vecinos. Un escritor estaba tan impresionado por las descripciones detalladas de Lee sobre la gente de Maycomb que catalogó el libro como un regionalismo romántico sureño.[3]​ Este sentimentalismo es evidente en el uso que hace Lee del sistema de castas sureño para explicar el comportamiento de casi todos los personajes en la novela. Por ejemplo, la tía Alexandra explica las fallas y fortalezas de los habitantes de Maycomb mediante el uso de la genealogía (familias que poseen tendencia hacia el juego o hacia la bebida),[4]​ mientras que el narrador describe la historia de la familia Finch y la historia de Maycomb con detalle. Este énfasis en el tema regional se manifiesta también en la aparente falta de capacidad de Mayella Ewell para admitir su simpatía hacia Tom Robinson, y en la definición que utiliza Atticus de "fine folks" para referirse a la gente con buen criterio que hacen lo mejor que pueden con los medios a su alcance. El Sur, con sus tradiciones y tabúes, parece afectar la trama en mayor medida que los personajes.[3]

La segunda parte de la novela trata de lo que el crítico literario Harding LeMay identificó como "la vergüenza que corroe el espíritu del sureño blanco civilizado en sus relaciones con el "Negro"".[5]​ Desde que fue publicada, numerosos críticos han considerado Matar un ruiseñor una novela que principalmente trata sobre las relaciones raciales.[6]​ Claudia Durst Johnson considera que es "razonable considerar" que la novela fue influenciada en gran medida por dos eventos relacionados con temas raciales que ocurrieron en Alabama: la negativa de Rosa Parks a sentarse en la parte posterior de un autobús, que desencadenó el Montgomery Bus Boycott de 1955, y las revueltas de 1956 en la Universidad de Alabama luego de que Autherine Lucy y Polly Myers fueran aceptadas como estudiantes (posteriormenmte Myers retiró su inscripción y Lucy fue expulsada).[7]​ Otros dos estudiosos de la literatura, al referirse al contexto histórico de la novela, destacaban: "Matar un ruiseñor fue escrita y publicada en el medio de la mayor transformación y conflicto social en el Sur desde la Guerra Civil y la Reconstrucción. Inevitablemente, a pesar de estar ambientada a mediados de la década de 1930, el relato, contado desde la perspectiva de la década de 1950, habla de los conflictos, tensiones y miedos inducidos por esta transición."[8]​ Se ha destacado el impacto de la novela en las relaciones interraciales en los Estados Unidos como un factor de su éxito, y que "fue publicada en el momento justo para ayudar al Sur y a la nación con la gestión de las tensiones raciales del creciente movimiento por los derechos civiles".[9]​ Su publicación está tan asociada con el Movimiento por los Derechos Civiles que muchos estudios del libro y biografías de Harper Lee incluyen descripciones de momentos importantes del movimiento, a pesar del hecho que ella no tuvo conexión directa con ninguno de ellos.[10][11][12]

El estudioso Patrick Chura, sugirió que Emmett Till fue el modelo para el personaje de Tom Robinson, enumerando las injusticias que debió soportar el personaje de Tom en la ficción y su correlato con las que afrontó Till. Chura hace notar el icono del violador negro que causa daño a la representación de la "femeneidad mitológica, vulnerable y sagrada del sur".[13]​ Toda transgresión por hombres negros que apenas esbozara un contacto de carácter sexual con mujeres blancas durante la época en que se ambienta la novela a menudo conducían al castigo con la pena de muerte del acusado. El jurado en el juicio a Tom Robinson eran pobres granjeros blancos que lo condenaron a pesar de la amplia evidencia que apoyaba su inocencia, mientras que los pobladores blancos más educados y moderados del pueblo apoyaron la decisión del jurado. Más aún, la víctima de la injusticia racial en Matar un ruiseñor tenía limitaciones físicas, lo que hacía que no hubiera podido cometer el acto del cual era acusado, pero a la vez lo limitaba en varias otras formas.[13]​ Roslyn Siegel ve en Tom Robinson un ejemplo de los motivos recurrentes entre los escritores blancos del Sur en cuanto al hombre negro como "estúpido, patético, indefenso, y dependiente de la caridad de los blancos, en vez de poder recurrir a su inteligencia para sobrevivir".[14]​ Si bien Tom se salva de ser linchado, es asesinado con excesiva violencia durante un intento de fuga de la prisión, recibiendo diecisiete disparos.

El tema de la injusticia racial también aparece en forma simbólica en la novela. Por ejemplo, Atticus debe disparar a un perro enfermo de rabia, aunque ésa no sea su obligación.[15]​ Carolyn Jones opina que el perro representa el prejuicio existente en Maycomb, y Atticus, que en una calle desierta enfrenta al perro para dispararle,[16]​ debe pelear contra el racismo del pueblo sin la ayuda de sus otros conciudadanos blancos. También se encuentra solo cuando se enfrenta a un grupo que intenta linchar a Tom Robinson y nuevamente en la sala de justicia durante el juicio a Tom. Lee utiliza una imagen de ensoñación tomada del incidente del perro rabioso para describir algunas de las escenas en la corte. Jones escribe, "el auténtico perro enfermo de Maycomb es el racismo que niega la humanidad de Tom Robinson.... Cuando Atticus realiza su alegato final al jurado, se expone personalmente al enojo del jurado y de los habitantes del poblado."[16]

A pesar del foco temático de la novela sobre la injusticia racial, los personajes negros son muy esporádicamente desarrollados en todo su potencial, cosa que en cambio sí ocurre con los personajes blancos.[17]​ En el uso que se hace de los epítetos racistas, presentaciones estereotipadas de negros superticiosos, y el personaje de Calpurnia, quien parece ser una versión renovada del personaje del "esclavo contemporizador", se puede interpretar el libro como marginando a los personajes negros.[18]​ Un escritor ha afirmado que el uso de la narración de Scout sirve con un mecanismo conveniente para que los lectores permanezcan inocentes y a cierta distancia del conflicto racial. La voz de Scout "hace las veces de no-me-ocurre-a-mí lo que permite al resto de los lectores – negros y blancos, hombres y mujeres – encontrar nuestra posición dentro de la sociedad".[17]

Si bien la novela ha tenido un impacto generalmente positivo en las relaciones interraciales desde el punto de vista de los lectores blancos, ha sido recibida en forma más ambigua por los lectores negros. Una guía de enseñanza sobre la novela publicada por The English Journal previene, "lo que puede parecer fantástico o motivante para un grupo de estudiantes puede ser interpretado como denigrante por otros".[19]​Una consultora canadiense especializada en educación ha indicado que en su experiencia la novela tenía una buena acogida por los estudiantes blancos, pero los estudiantes negros la encontraban "desmoralizante". Una estudiante que representó el personaje de Calpurnia en una representación escolar resumió su reacción en estas palabras: "Está escrita desde la perspectiva blanca, y el punto de vista del conflicto racial. No hay demasiado material sobre los personajes de los americanos-africanos; uno no llega a conocerlos en un nivel más personal e íntimo.... Pero sin lugar a dudas posee un fuerte mensaje universal. Si bien es básicamente sobre racismo, no es ése el único contenido que posee la novela."[20]

Clase

En una entrevista en 1964, Lee expresó que su aspiración era "ser ... la Jane Austen de South Alabama."[21]​ Tanto Austen como Lee desafiaron el orden social preestablecido y destacaron el valor individual sobre la posición social. Por ejemplo, un día en la casa de Finch, Scout avergüenza a Walter Cunningham, su compañero de escuela quien era pobre; Calpurnia, su cocinera negra, le alecciona por este proceder.[22]​ Atticus respeta el criterio de Calpurnia, y posteriormente se enfrenta a su hermana, la formidable tía Alexandra, cuando ella sugiere con énfasis que Calpurnia debía ser despedida.[23]​ Un escritor hace notar que Scout, "de una manera muy austeniana", satiriza a las mujeres con las cuales no desea ser identificada.[24]​ La crítico literaria Jean Blackall detalla las prioridades compartidas por las dos autoras: "afirmación del orden en la sociedad, obediencia, cortesía, y respeto por el individuo sin importar su estatus".[21]

Los estudiosos son de la opinión que el enfoque de Lee en cuanto a los temas de clase y raza es más complejo "que el mero asignar el prejuicio racial a la 'escoria blanca pobre' ... Lee muestra cómo temas de género y clase son factores que intensifican el prejuicio, acallan las voces que podrían desafiar el orden existente, y complican en gran medida la comprensión que numerosos norteamericanos tienen sobre el racismo y la segregación."[8]​ El uso que hace Lee de la voz de narrador de clase media es un artilugio literario que permite establecer una intimidad con el lector, sin importar su clase o estatus cultural, y que promueve un cierto sentido de nostalgia. Junto con Scout y Jem, el lector se embarca en la relación con la señora Dubose conservadora antebellum; los Ewells de clase baja, y los Cunninghams quienes son todos pobres pero se comportan en formas completamente distintas; el señor Dolphus Raymond que es rico pero ermitaño; Calpurnia y otros miembros de la comunidad negra. Los niños absorben el ejemplo y las enseñanzas de Atticus en el sentido de no juzgar a una persona hasta que no han comprendido los móviles y razones que determinan el comportamiento de dicha persona.[8]

Coraje y compasión

Se ha hecho notar que la novela realiza una certera exploración de diferentes formas de coraje.[25][26]​ Por ejemplo, la impulsiva reacción de Scout a pelear con los estudiantes que insultan a Atticus muestra su intento de dar la cara por él y defenderlo. Atticus es el centro moral de la novela, y sin embargo le enseña a Jem una de las lecciones más significativas de coraje.[27]​ En una frase que muestra la motivación de Atticus en defensa de Tom Robinson y describe a la señora Dubose, quien está decidida a dejar su adicción a la morfina, Atticus le explica a Jem que coraje es "cuando eres golpeado antes de comenzar pero, sin embargo comienzas y continúas con tu tarea no importa lo que suceda".[28]

Según Charles Shields, quien ha escrito una extensa biografía de Harper Lee, la razón de la amplia y prolongada popularidad e impacto de la novela reside en "sus lecciones de dignidad humana y respeto por los otros, enseñanzas que son universales y básicas".[29]​ La lección de Atticus a Scout en el sentido que "nunca comprendes verdaderamente a una persona hasta que consideras las cosas desde su punto de vista — hasta que te metes en su piel y caminas en ella" es un ejemplo de su compasión.[30][26]​ Scout reflexiona sobre este comentario al escuchar el testimonio de Mayella Ewell. Cuando Mayella reacciona con confusión ante la pregunta de Atticus sobre si ella tiene amigos, Scout comenta que Mayella debe estar más sola que Boo Radley. Luego de acompañar a Boo a su hogar después de que él les salvara sus vidas, Scout se detiene en el porche de Radley y medita sobre los eventos de los tres años previos desde la perspectiva de Boo. Tal como lo destacó un escritor, "... si bien la novela trata sobre la tragedia y la injusticia, la pérdida y los contratiempos, también posee una fuerte impronta de coraje, compasión, y sobre la necesidad de ser mejores seres humanos."[26]

Roles de los géneros

Al igual que Lee explora el desarrollo y crecimiento de Jem en su intento por comprender y ubicarse en una sociedad racista e injusta, Scout se da cuenta de lo que significa ser mujer, y varios personajes femeninos influyen sobre su formación. La identificación de Scout con su padre y hermano mayor le permite describir la variedad y características de los personajes femeninos de la novela tanto como uno de ellos como una extraña.[31]​ Los principales modelos de rol femeninos de Scout son Calpurnia y su vecina la señora Maudie, ambas son de gran determinación, independientes y protectoras. Mayella Ewell también ejerce alguna influencia; Scout observa cómo ella destruye a un hombre para esconder su propio deseo hacia él. Los personajes femeninos que más influyen sobre la resistencia de Scout a desarrollar un rol más femenino son también aquellos que promueven las opiniones y puntos de vistas más racistas y de clase.[24]​ Por ejemplo, la señorita Dubose reprende a Scout por no estar vestida con un vestido y camisola, y dice que por esa razón Scout está arruinando el nombre de la familia, además de insultar la decisión de Atticus de defender a Tom Robinson. Balanceando las influencias masculinas de Atticus y Jem con las influencias femeninas de Calpurnia y la señorita Maudie, un estudioso expresó, "Lee gradualmentre muestra que Scout se está convirtiendo en una feminista del Sur, aunque mediante el uso de la narración en primera persona, ella muestra que Scout/ Jean Louise todavía mantiene cierta ambivalencia sobre convertirse en una "Señora del Sur" tal como imaginaba en su primera edad."[24]

Las madres ausentes y los padres abusivos son otro tema que se presenta en la novela. La madre de Scout y Jem falleció siendo Scout muy pequeña, la madre de Mayella también murió, y la señora Radley murió antes que Boo fuera recluido en su casa. Excepto Atticus, los padres descriptos son abusivos.[32]​ Se puede sospechar que Bob Ewell, molestaba a su hija,[17]​ y el señor Radley encerró a su hijo en su casa hasta el extremo que Boo es recordado casi como si fuera un fantasma. Bob Ewell y el señor Radley representan una forma de masculinidad distinta de la encarada por Atticus, y la novela sugiere que estos hombres al igual que las tradicionales mujeres hipócritas de la "Missionary Society" pueden descarrilar a una sociedad. Atticus se diferencia claramente de otros hombres en cuanto a su rol de masculinidad; tal como lo expresó un estudioso: "Es la tarea de los hombres de bien que encarnan las cualidades tradicionales masculinas de individualismo heroico, bravura, y un conocimiento y dedicación a la justicia social y moralidad, a fin de conformar una sociedad recta."[32]

Leyes, escritas y no escritas

Matar un ruiseñor se destaca por sus numerosas alusiones a temas legales, particularmente en aquellas escenas que transcurren fuera del recinto de la corte, y ha atraído la atención de los expertos en leyes. Claudia Durst Johnson hace notar que "una cantidad destacable de comentarios han sido realizados por dos estudiosos de temas legales en revistas legales, al extremo que exceden los comentarios realizados por literatos en publicaciones relacionadas con la literatura".[33]​ El escritor y ensayista del siglo XIX Charles Lamb expresó: "Yo supongo, que los abogados, alguna vez fueron niños." Johnson hace notar que aún en el mundo infantil de Scout y Jem, los compromisos y los acuerdos son sellados escupiéndose las palmas de las manos y Atticus se enfrasca en discusiones sobre las leyes con sus hijos: ¿es correcto que Bob Ewell vaya a cazar fuera de la temporada autorizada? numerosos códigos sociales son traspasados por las personas en salas de corte simbólicas: el señor Dolphus Raymond ha sido exiliado por la sociedad por haberse casado con una mujer negra y haber engendrado niños mestizos; Mayella Ewell es golpeada por su padre como castigo por haber besado a Tom Robinson; al ser convertido en una "no persona", Boo Radley recibe un castigo que excede con creces aquel que le podría haber sido impuesto en una corte.[7]​ En forma repetida Scout quiebra códigos y leyes y reacciona a los castigos que recibe como consecuencia de sus actos. Por ejemplo, ella se niega a vestirse con ropas frilly, alegando que los intentos fanáticos de la tía Alexandra de vestirla con esta ropa la hacen sentirse como una "presa vestida de algodón rosado".[34]​ Johnson destaca que, "la novela es un análisis de cómo Jem y Scout comienzan a percibir la complejidad de los códigos sociales y cómo la conformación de las relaciones dictadas por o influenciadas por estos códigos influyen sobre los habitantes de sus pequeños mundos."[7]

La muerte de la inocencia

En la novela Lee utiliza la figura del ruiseñor para simbolizar la inocencia (Mockingbird se tradujo al español como ruiseñor, nombre con que muchos conocen en América al sinsonte).

Los pájaros cantores y el simbolismo asociado a ellos aparece en varias escenas de la novela. Por ejemplo, el apellido de la familia es Finch (en inglés: jilguero).[35]​ El ruiseñor del título es un motivo principal de este tema, el cual aparece por primera vez cuando Atticus, luego de haberles regalado a sus hijos rifles de aire comprimido como regalo de Navidad, permite que el tío Jack les enseñe a disparar. Atticus les previene que, si bien pueden "matar tantas urracas azules como deseen", sólo deben recordar que "es pecado matar un ruiseñor".[36]​ Confundida, Scout le consulta a su vecina la señorita Maudie, quien le explica que los ruiseñores no le causan ningún daño a las otras criaturas vivientes. Y enfatiza que los ruiseñores simplemente dan placer con su canto, diciendo, "Sólo hacen una cosa y es cantar con todo su corazón para nuestro deleite."[36]​ El escritor Edwin Bruell resumió el simbolismo en 1964, cuando expresó que "'Matar un ruiseñor' es matar aquello que es inocente e indefenso — como Tom Robinson."[4]​ Los estudiosos han hecho notar que a menudo Lee trae a colación el tema del ruiseñor cuando trata de enfatizar un tema moral.[37][38][39]

Tom Robinson es el principal ejemplo de varios inocentes que son destruidos sin ninguna atención o contemplación a lo largo de la novela. Sin embargo, el estudioso Christopher Metress asocia el ruiseñor a Boo Radley: "En vez de querer utilizar a Boo para mofarse de él (como de hecho ella hace al principio de la novela al urdir varios esquemas góticos en la historia), Scout aprende a considerarlo como un 'ruiseñor' – esto es, alguien que posee una bondad interior que debe ser protegida."[40]​ Las páginas finales del libro ilustran este punto cuando Scout le describe a Atticus la moral de una historia que Atticus le ha estado leyendo, y aludiendo a Boo Radley y Tom Robinson[13]​ expresa respecto a un personaje que ha sido malentendido, "cuando ellos finalmente lo comprendieron, y entendieron porque él no había hecho ninguna de esas cosas ... Atticus, él era realmente una buena persona" a lo que él le contesta, "La mayoría de las personas lo son, Scout, cuando finalmente logras verlas en su totalidad."[41]

La novela expresa la pérdida de la inocencia (y los inocentes) con suma frecuencia, al extremo que el crítico R. A. Dave indica que es inevitable que todos los personajes hayan enfrentado o deban enfrentar la derrota, lo que le otorga elementos de una tragedia clásica.[38]​ Al analizar cómo es que cada personaje enfrenta su derrota personal, Lee construye un esquema para juzgar si los personajes son héroes o tontos. Ella guía al lector en estas evaluaciones, alternando entre adoración sin límites y la ironía. Por ejemplo, la ironía es empleada por Lee cuando Scout presencia la reunión de la Missionary Society, cuyos miembros, se burla Scout, intercambian chismes, y "en una actitud colonialista presumida hacia las otras razas" mientras dan la "apariencia de don de gente, piedad, y moralidad".[24]​ En el otro extremo, cuando Atticus pierde el caso de Tom, Atticus es el último en dejar la sala de la corte, excepto por sus hijos y los espectadores negros en el balcón de colores, que se levantan silenciosamente cuando él camina alejándose, en un gesto que hace honor a los esfuerzos desplegados por Atticus.[42]

Referencias

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Bibliografía

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