Diferencia entre revisiones de «Nicoya»

De Wikipedia, la enciclopedia libre
Contenido eliminado Contenido añadido
m Revertidos los cambios de 200.119.151.178 (disc.) a la última edición de Muro Bot
Línea 5: Línea 5:
== Descripción General ==
== Descripción General ==


Ubicada a 123 metros de altura, es conocida erradamente por algunos como "la ciudad colonial de Costa Rica". En realidad Nicoya, Liberia y todo el Guanacaste siempre fueron territorios independientes y soberanos, Nicoya y todo el territorio del Guanacaste se anexan por propia voluntad a Costa Rica. Una de las edificaciones antiguas más sobresalientes, la iglesia parroquial ubicada en el parque de la localidad (Recaredo Briceño), fue construida pocos años después de la colonización. Fue restaurada exitosamente en años recientes y se exhibe hoy al público. (Jamàs ocurriò de èsa manera: Guanacaste fue,ha sido y serà nicaragüense: sòlo sus costumbres que difieren en todo lo demàs de CR lo dicen todo.Y como llegò a ser parte de CR es una infamia porque la exigieron como pago por haber "participado en la "Gran Guerra Patria",nadie necesita ni quiere ayuda si le van a sangrar de èse modo tan vil.)
Ubicada a 123 metros de altura, es conocida erradamente por algunos como "la ciudad colonial de Costa Rica". En realidad Nicoya, Liberia y todo el Guanacaste siempre fueron territorios independientes y soberanos, Nicoya y todo el territorio del Guanacaste se anexan por propia voluntad a Costa Rica. Una de las edificaciones antiguas más sobresalientes, la iglesia parroquial ubicada en el parque de la localidad (Recaredo Briceño), fue construida pocos años después de la colonización. Fue restaurada exitosamente en años recientes y se exhibe hoy al público.


[[Archivo:Iglesia Colonial de Nicoya.jpg|center‎|thumb|400px|Iglesia Colonial de Nicoya.]]
[[Archivo:Iglesia Colonial de Nicoya.jpg|center‎|thumb|400px|Iglesia Colonial de Nicoya.]]

Revisión del 14:56 11 may 2010

Ciudad de Costa Rica en la provincia de Guanacaste, cabecera del cantón del mismo nombre. La población para el censo del 2000 era de 13,334 habitantes en la ciudad y de 20,945 habitantes para el distrito correspondiente.

Descripción General

Ubicada a 123 metros de altura, es conocida erradamente por algunos como "la ciudad colonial de Costa Rica". En realidad Nicoya, Liberia y todo el Guanacaste siempre fueron territorios independientes y soberanos, Nicoya y todo el territorio del Guanacaste se anexan por propia voluntad a Costa Rica. Una de las edificaciones antiguas más sobresalientes, la iglesia parroquial ubicada en el parque de la localidad (Recaredo Briceño), fue construida pocos años después de la colonización. Fue restaurada exitosamente en años recientes y se exhibe hoy al público.

Iglesia Colonial de Nicoya.

A principios del siglo XVI, Nicoya era la capital del reino de Nicoya y el principal centro demográfico de la cultura chorotega, grupo prehispánico que se ocupaba toda la provincia de Guanacaste y buena parte de Nicaragua que aún cuenta con representación por una localidad Nicoyana (San Vicente) que conserva su arte y cultura * Ecomuseo de la Cerámica Chorotega. Además se distinguía por el activo comercio y una posición geográfica privilegiada. En el decenio de 1520, la población fue visitada por Gil González Dávila y el cronista Gonzalo Fernández de Oviedo.

La dominación española se implantó en Nicoya en el mismo decenio de 1520 y tuvo consecuencias nefastas para sus moradores, que se vieron sometidos a esclavitud y diezmados por la explotación y las enfermedades. Las autoridades españolas trasladaron la población del lugar hoy llamado Nicoya Vieja a su actual emplazamiento y la convirtieron en capital del Corregimiento y Alcaldía Mayor de Nicoya. En 1787 pasó a ser cabecera del Partido de Nicoya.

En 1824 la población se convirtió en el foco de atención política, cuando un grupo de habitantes encabezados por el Jefe Político Subalterno Manuel Briceño acordaron en cabildo abierto la anexión del Partido de Nicoya a Costa Rica, de conformidad con una invitación remitida por las autoridades costarricenses. La cercana población de Santa Cruz también declaró la anexión. Por el contrario, la población de Guanacaste (hoy Liberia) decidió mantenerse unida a Nicaragua y no se incorporó a Costa Rica sino hasta 1826, con base en una disposición del Congreso federal centroamericano.

En la actualidad Nicoya es un ajetreado centro comercial y de servicios: posee uno de los dos hospitales de la provincia (Hospital de la Anexión), y es un nudo de transporte que conecta a diversos centros turísticos de la costa sur de Guanacaste, como Sámara y Nosara, que crece cada vez más con la expansión turística y con las facilidades que permite el moderno Puente sobre el río Tempisque, que facilita por mucho el tránsito hacia el resto del país.

La bandera de Guanacaste tiene su verdadero significado en cuanto a sus colores. El color azul representa el cielo, el blanco la paz del guanacasteco, el verde representa la vegetación de Guanacaste y el rojo la sangre. Es importante tomar en cuenta el significado de este símbolo a la hora de izarla o colocarla en alguna pared.

El tradicional desfile anual de la Pica e' Leña.

HISTORIA

Antecedentes precolombinos

Cuando el conquistador Gil Gonzales Dávila entró Nicoya en 1523, Nicoya era el cacigazco más grande en la costa Pacífica de Costa Rica. La Península y la ciudad de hoy en día derivan sus nombres del cacique Nicoa (ó Nicoya) quien dio la bienvendia a Dávila y su tropa. El Tesorero de la entrada, Andrés Cereceda, dio la cifra de 6,063 almas bajo la autoridad de Nicoya, más que cinco veces más grande que la segunda población más grande encontrado por los españoles sobre la costa Pacífica en la década de 1529 (Peralta 1883:29-31). Según el cronista real Gonzalo Fernández de Oviedo y Valdez (1959:363) quien visitó Nicoya en 1529, el plan de la comunidad incluyía una plaza central con templos, una pirámide baja para sacrificios humanos y plazas especializadas para mercados y las residencias de los líderes. Muchos de los documentos más tempranos que nos podrían decir mucho sobre el Nicoya precolombino probablemente se perdieron en un incendio del archivo de Nicoya en 1768, de “no haver qudado ninguna [documentación] en este Archivo por reducirse a zeniza con quantos papeles tenia” (ANCR Exp. 364). En el vacío documental que nos ha quedado, se han desarrollado un número de interpretaciones sobre Nicoya prehispánico. Principal entre ellas es la creencia que como los representates sureños de Mesoamérica, los nicoyanos vivieron en pueblos nucleados y el conteo de Cereceda de 6,063 almas representa el número de habitantes de un solo pueblo bajo el control de Nicoya (Melendez 1959). Aunque existen leyendas referente a otra ubicación original del pueblo del cacique Nicoya, generalmetne se ha creído que era situada donde la ciudad actual. La história oral local mantiene que el llamado templo colonial fue erejido en 1522-1544 cuando se fundó la parroquia de Nicoya (Mora 1988).

El finado historiador costaricense Carlos Melendez notó la ubicación irregular del templo dentro de la esquina noreste de la plaza central del urbe, cuando la norma Ibérica era situar la iglesia al costado del centro de la plaza, con cara hacía los edificios reales al lado opuesto de la plaza (Markham 1977). Volviendo al breve descripción del Nicoya protohistórico dejado por Oviedo y Valdez, surgerió que la razón de la ubicación irregular del templo colonial es que estaba construido sobre la pirámide del Nicoya indígena, el cual en 1529, según Oviedo, fue montado en la esquina noroeste de la plaza (Melendez 1978). La hipótesis de Melendez fue muy lógica, dado el patron español bien conocido de superimposición directa de edificios político-religiosos sobre estructuras indígenas de índole religiosa como templos ó pirámides.

Investigaciones arqueológicas llevadas a cabo dentro y afuera de la ciudad de Nicoya en los años 1990 fueron llevados a cabo para probar la hipótesis de Melendez y comprender mejor el proceso por lo cual la comunidad indígena de Nicoya se convirtió en un pueblo criollo colonial (Lawrence 2005; 2009). Las excavaciones dentro del centro urbano de Nicoya, incluyendo el templo colonial, no dieron ninguna evidencia de una población precolombina substancial en el centro del Nicoya actual. Investigaciones en el valle circundante a la ciudad localizaron varios sitios de entre 2,5 y 5 ha con montículos bajos localizados en puntos esparcidos pero en nichos ecológicos similares alreadedor del piso ondulante del valle.

Por lo menos dos de estos sitios son posibles cantidatos para el Nicoya protohistóricos. Uno se encuentra en las afueras de la ciudad contemporánea pero incorporándose rápidamente en ella por el desarrollo urbano. El otro se encuentra cerca de la aldea de Sabana Grande, unos seis km al norte de Nicoya. Este sitio parece ser más grande que los demás y tener mónticulos más altos y tener la mayor fama entre los huaqueros por producir la cerámica policromada de alta calidad y artefactos de oro. Además es necesario notar que el ejido (tierras comunes) de la comunidad indígena de Nicoya durante el período colonial no se encontraba en Nicoya sino en Sabana Grande (ANCR; ACG 792; CC 3710, 301).


Dónde Estaba Nicoya?

¿Representa cualquier de estos sitios arqueológicos la Nicoya protohistórica? La respuesta a esta pregunta depende de proyecciones demográficas y de la interpretación de los recursos etnohistóricos disponibles. Por ejemplo, Marcus (1976) cotejó los datos de población de las tierras altas y bajas en sitios de Mesoamérica para los períodos Formativo Temprano y Medio. Sus datos sugieren una densidad de población relativamente uniforme de 25 a 30 personas por hectárea, cálculo que parece ser válido tanto para las aldeas de las tierras altas de Oaxaca como para San Lorenzo (80 hectáreas) en la costa de Veracruz, México. A una densidad máxima de 30 personas por hectárea, Nicoya hubiera tenido que cubrir 200 ha para tener una población de 6.000 almas. Simplemente, no existe un sitio arqueológico que se acerque a ese tamaño en la vecindad de Nicoya.

El hecho que Nicoya era el poblado más importante de la zona no es discutible, pero no existan datos ethnohistóricos que especifiquen el tamaño o densidad de la cabecera del cacigazgo de Nicoya. A Andrés Cereceda, tesorero de Gil González Dávila durante su entrada a Costa Rica en 1522, se le acredita como el autor del primer censo del litoral Pacífico de este país. Es muy conveniente repetir las palabras del propio Cereceda en relación a Nicoya: "El cacique Nicoya está 5 leguas adelante, la tierra adentro: baptizáronse 6.603 ánimas, dio 13.442 pesos de oro, con un poco que dio el cacique Mateo" (en Peralta 1883:30). Como se mencionó arriba, 6.603 es típicamente tomado para representar el número de habitantes de la población del cacique Nicoya, pero Cereceda nunca hizo esa afirmación, sólo apunto el número total de almas bautizadas en el pueblo. Además, él se refiere a un segundo jefe, Mateo, de quien no se menciona más.

También debe anotarse que Gonzalo Fernández de Oviedo, quien visitó Nicoya en 1529 y registró aspectos de la configuración del centro político-religioso del poblado, nunca hizo énfasis en el tamaño grande del población. Sería de esperar que alguna observación fuera hecha por este astuto observador sí, como se ha dicho, Nicoya hubiera tenido un núcleo de población de alta densidad. El Lic. Francisco Castañeda, quien también pasó por Nicoya en el mismo año, nos aporta la siguiente información al respecto:

"el cacique de Nycoya, que es el más principal, este tendrá, a mas tener, dos mill yndios, e aún no creo que tiene tantos, tiene mucha tierra, de que se aprovecha" en Peralta 1883:66

El Lic. Castañeda provee tres observaciones cardinales; primero, la disminución precipitada de la población de la región, con una baja en dos tercios en el espacio de siete años. Más importante, Castañeda enfatiza la extensión territorial del poder de Nicoya, y es explícita en que los Naturales pertenecían al cacique, no al poblado en sí. Si bien estas observaciones son suficiente imprecisas para interpretarse de varias maneras, lo cierto es que no hay una afirmación por ningún testigo ocular de que la población total del cacigazgo de Nicoya se asentaba en un solo poblado.

Aunque Oviedo no registró un total de población, su recuento de un festival de danza y licor asistido por él nos provee con alguna medida del tamaño del poblado. En el día 9 de agosto de 1529,

"dos horas antes que fuese de noche, a una parte de la plaza, comenzaron a cantar e andar en corro en un areito hasta ochenta o cient indios, que debían ser de la gente común e plebea, porque a otra parte de la plaza mesma se sentó el cacique...e sus principales e hasta otros septenta u ochenta indios" Oviedo (1959: IV;416)

Así, Oviedo notó la presencia de un máximo de 180 adultos de ambos sexos incluyendo los principales y la plebe, y nos da de entender que este número representa la mayoría de los adultos que vivían en el pueblo de Nicoya en aquel año. Se utilizarán los datos de los censos del período colonial para extrapolar la población total de Nicoya en el momento de la visita de Oviedo. Los datos del censo de Nicoyanos indígenas en 1756 y 1760 (ANCR; CC 315) proporcionan una media de 5.4 individuos por núcleo familiar. El número total de familias en Nicoya puede calcularse dividiendo por dos el número de adultos observados por Oviedo, lo que resulta en un total de 80 núcleos familiares. Multiplicando este número por el número medio de miembros por familia obtenido del censo, resulta un total de 432 individuos que poblaban Nicoya en 1529. Este procedimiento asume un grado de continuidad en la estructura de los núcleos familiares entre las eras pre y poscolombinas que no puede demostrarse aquí, pero se considera esta extrapolación un uso razonable de los escasos datos disponibles. Obsérvese que el resultado obtenido está mucho más cerca de la población proyectada para los sitios arqueológicos alrededor de Nicoya, que la proyección de 6.000 habitantes basado en un lectura no-crítica de Cereceda.

Claramente se necesista una concepción de la Nicoya protohistórica basada en los datos etnohistóricos en conjunto con las observaciones arqueológicas del patrón de asentamiento en las cercanías de Nicoya. El patrón protohistórico del asentamiento en esta área es uno de varios sitios ubicados en nichos ecológicos similares en la amplia cuenca en que Nicoya está asentada. Este patrón se acomoda mejor a un modelo de una población dispersa en villas políticamente afilidadas al cacique de Nicoya, en lugar de una sola comunidad masiva. Los cacicazgos regionales dirigidos por un jefe supremo, quien controlaba un gran número de pueblos tributarios y sus jefes (Mateo ?), eran característicos de la costa Pacífica de Centro América desde Panamá (Linares 1977; Helms 1979) hasta Nicaragua (MacLeod 1973). También pudiera haber sido el caso en Nicoya. Los mismos datos proveídos por Cereceda subrayan el hecho de que Nicoya era líder regional importante. El número total de personas bautizadas bajo la égida de Nicoya es 5.4 veces más grande que el número bautizado bajo cualquiera de los otros 34 o más caciques registrados por Cereceda, convirtiendo a este cacique en el más poderoso jefe de litoral Pacífico de Costa Rica en tiempos de la conquista.

La evidencia a mano conduce a la hipótesis de que la Nicoya actual es el resultado de una congregación española colonial, formada por la amalgama forzada de gente de varios de los asentamientos Chorotegas dispersos por el valle. En que años sucedió esto, y bajo cúales circunstancias, es desconocido. Los documentos históricos que podrían haber registrado tal evento fueron destruidos en 1768 por un incendio que consumió totalmente los archivos locales. Documentos posteriores (ANCR; CC 3722, 321) son explícitos en cuanto a que Nicoya estaba dividida en dos "parcialidades." Meléndez (conferencia pública, 1992) interpreta que estos son vestigios de formas de organización social Mesoamericanas. Sin embargo, investigaciones de comunidades indígenas en el Valle de México y las tierras altas de Guatemala (Gibson 1964; Hill & Monaghan 1987; Hill 1989) demuestran como las parcialidades de un aldea colonial se formaban de la congregación forzada de comunidades indígenas independientes. Esto también pudo haber sido el caso con Nicoya. Desafortunadamente, los documentos no brindan información específica acerca de la estructura y función de las parcialidades de Nicoya durante el período colonial, que sirva para fortalecer esta comparación.

La Vieja Nicoya y el Pueblo Viejo

En 1926 un libro titulado Vidaurresfue publicado por Sn. Miguel Vidaurres. En este trabajo el autor, basándose en la tradición oral, escribió que la ubicación original de Nicoya era en un pueblo conocido hoy como Pueblo Viejo, 17 km al sureste del sitio actual de Nicoya. La leyenda de Vidaurre, desde su publicación, provocó enormes dudas de que la Nicoya histórica y la actual se ubicaron en el mismo sitio (Meléndez 1988). Sin embargo, nunca se han confirmado independientemente. Existe un sitio arqueológico muy extenso existe en Pueblo Viejo, y que se extiende a lo largo de la orilla del Río Pueblo Viejo desde el Boquerón hasta San Joaquín. Sin embargo, el sitio parece demasiado antiguo para identificarse como la Nicoya protohistórica. Los huaqueros han reportado el hallazgo de jade en el área, y cerámica diagnóstica recuperada durante el estudio que data de los períodos Bicromo en Zonas hasta Policromo Medio, aproximadamente desde 800 a. C. hasta 1.000 d. C. Este no es el inventario de artefactos que se esperaría de un sitio protohistorico y lanza considerables dudas sobre la validéz de la tradición oral registrada por Vidaurre. Para aún complicar más la situación, existen todavía nativos de Pueblo Viejo quienes afirman que sus abuelos se les contaba que los Naturales de Nicoya bajaron para establecerse en Pueblo Viejo, no al contrario (Diaz Acosta 2008).

BIBLIOGRAFIA

Archivo Nacional de Costa Rica (ANCR) 1760 Complementario Colonial, Expediente 315. 1768 Guatemala, Expediente 364 1769 Complementario Colonial, Expediente 3722. 1770 Complementario Colonial, Expediente 301. 1772 Complementario Colonial, Expediente 321. 1816 Complementario Colonial, Expediente 3710. 1802 Guatemala, Expediente 792.

Diaz Acosta, María 2008 Comunicación personal.

Gibson, Charles 1964 The Aztecs Under Spanish Rule: A History of the Indians of the Valley of Mexico, 1519-1810. Stanford University Press, Stanford, CA.

Helms, Mary 1979 Ancient Panama: Chiefs in Search of Power. University of Texas Press, Austin, TX.

Hill, Robert M. 1989 “Social Organization by Decree in Colonial Highland Guatemala.” Ethnohistory, 36(2):170-198.

Hill, R. M. and J. Monaghan 1987 Continuities in Highland Maya Social Organization: Ethnohistory in Sacapulas, Guatemala. University of Pennsylvania Press, Philadelphia, PA.

Lawrence, John W. 2005 “La Arqueología, la historia y la memoria: Interfaces interpretativas en la historiografía colonial de Nicoya, Guanacaste, Costa Rica.” En Memorias del Coloquio Internacional ‘Universos Coloniales Centroamericanos.’ Universidad Rafael Landívar, Guatemala City, Guatemala. 2009 “Archaeology and Ethnohistory on the Spanish Colonial Frontier: Excavations at the Templo Colonial in Nicoya, Guanacaste, Costa Rica.” Historical Archaeology 43(1):65-80.

Linares, Olga 1976 Ecology and the Arts in Ancient Panama. Studies in Pre-Columbian Art and Archaeology, No. 17. Dumbarton Oaks, Washington, D.C.

MacLeod, Murdo J. 1973 Spanish Central America: a socioeconomic history, 1520-1720. University of California Press, Berkeley, CA.

Marcus, Joyce 1967 “Size of the Early Mesoamerican Village.” En The Early Mesoamerican Village. K.V. Flannery ed., pp. 79-89. Academic Press, NY.

Markham, S. D. 1977 “The Gridiron Plan and Caste System in Colonial Central America.” En Western Expansion and Indigenous People. E. Sevilla-Casas, editor, pp. 59-78. Mouton, Paris.

Melendez Chavarria, Carlos 1959 “Tipos de población de Costa Rica a mediados del siglo XVI.” En Actas, 33rd International Congress of Americanists. Vol. 2, pp. 485-494. Imprenta Lehman, San José, Costa Rica. 1978 “Nicoya y sus templos históricas” En Separatas No. 38. Universidad de Costa Rica, San José, Costa Rica. 1988 Comunicación personal.

Oviedo y Valdez, Gonzalo Fernández de 1959 Historia General y Natural de las Indias. Ediciones Atlas, Madrid.

Peralta, Manuel M. de 1883 Costa Rica, Nicaragua y Panamá en el Siglo XVI. Murrillo, Madrid.