Diferencia entre revisiones de «Complejo de castración»

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Tanto en la mujer como en el varón se establece la premisa fálica: suponen que todo y todos poseen falo. Pero la diferencia anatómica entre los sexos es una realidad objetiva y contradice constantemente ese supuesto. Sin embargo, al menos por un tiempo las racionalizaciones de los niños les hacen creer que la diferencia se debe a que "es más pequeño y no se ve" o "ya crecerá".
Tanto en la mujer como en el varón se establece la premisa fálica: suponen que todo y todos poseen falo. Pero la diferencia anatómica entre los sexos es una realidad objetiva y contradice constantemente ese supuesto. Sin embargo, al menos por un tiempo las racionalizaciones de los niños les hacen creer que la diferencia se debe a que "es más pequeño y no se ve" o "ya crecerá".


En el caso del niño , la amenaza de castración que los padres hacen pender sobre él por su quehacer [[onanismo|onanista]], resignifica la vista de los genitales femeninos, o bien la amenaza es resignificada por su visualización; la pérdida de los propios genitales se ha hecho entonces representable. Este temor objetivado implica para el varón la salida del complejo de Edipo, y un menosprecio que perdurará hacia la criatura castrada.
En el caso del niño varón, la amenaza de castración que los padres hacen pender sobre él por su quehacer [[onanismo|onanista]], resignifica la vista de los genitales femeninos, o bien la amenaza es resignificada por su visualización; la pérdida de los propios genitales se ha hecho entonces representable. Este temor objetivado implica para el varón la salida del complejo de Edipo, y un menosprecio que perdurará hacia la criatura castrada.


Para la niña, en cambio, el complejo de castración marca el ingreso al Edipo. Se sabe ahora castrada, el tiempo le ha desvelado que no tiene falo y que ninguno crecerá, y culpa de ello a su madre, pues es quien la ha "fabricado mal".
Para la mujer, en cambio, el complejo de castración marca el ingreso al Edipo. Se sabe ahora castrada, el tiempo le ha desvelado que no tiene falo y que ninguno crecerá, y culpa de ello a su madre, pues es quien la ha "fabricado mal".


La articulación con el complejo de Edipo es clave en ambos casos, y la posición tomada por el sujeto ante el complejo de castración tendrá gran influencia en la vida psíquica futura, además de estar íntimamente relacionado con el fenómeno de la [[angustia]].
La articulación con el complejo de Edipo es clave en ambos casos, y la posición tomada por el sujeto ante el complejo de castración tendrá gran influencia en la vida psíquica futura, además de estar íntimamente relacionado con el fenómeno de la [[angustia]].

Revisión del 17:53 21 jun 2009

El complejo de castración es un concepto perteneciente al psicoanálisis y se refiere a una estructura que irrumpe en el psiquismo humano a edad temprana en íntima relación con el Complejo de Edipo (tres a cinco años aproximadamente). Básicamente, refiere en el varón el miedo a la pérdida del falo (más allá del pene, en tanto representación de poder, superioridad y posibilidad de reunificación con la madre) a manos de su padre, y en la mujer a la constatación de que "ha sido castrada".

Tanto en la mujer como en el varón se establece la premisa fálica: suponen que todo y todos poseen falo. Pero la diferencia anatómica entre los sexos es una realidad objetiva y contradice constantemente ese supuesto. Sin embargo, al menos por un tiempo las racionalizaciones de los niños les hacen creer que la diferencia se debe a que "es más pequeño y no se ve" o "ya crecerá".

En el caso del niño varón, la amenaza de castración que los padres hacen pender sobre él por su quehacer onanista, resignifica la vista de los genitales femeninos, o bien la amenaza es resignificada por su visualización; la pérdida de los propios genitales se ha hecho entonces representable. Este temor objetivado implica para el varón la salida del complejo de Edipo, y un menosprecio que perdurará hacia la criatura castrada.

Para la mujer, en cambio, el complejo de castración marca el ingreso al Edipo. Se sabe ahora castrada, el tiempo le ha desvelado que no tiene falo y que ninguno crecerá, y culpa de ello a su madre, pues es quien la ha "fabricado mal".

La articulación con el complejo de Edipo es clave en ambos casos, y la posición tomada por el sujeto ante el complejo de castración tendrá gran influencia en la vida psíquica futura, además de estar íntimamente relacionado con el fenómeno de la angustia.

Bibliografía

  • Sigmund Freud: Análisis de la fobia de un niño de cinco años, y A propósito de un caso de neurosis obsesiva (1909). Buenos Aires/Madrid: Amorrortu, 1980. ISBN 978-950-518-586-3
  • André Green: El Complejo de castración. Paidos, 1992. ISBN 950-12-4162-9