Diferencia entre revisiones de «Tasa Tobin»

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La Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo ([[UNCTAD]]) concluyó que la tasa Tobin permitiría recaudar 720.000 millones de dólares anuales, distribuibles a partes iguales entre los gobiernos recaudadores y los países más pobres. Por su parte, el [[PNUD]] afirma que con el 10% de la suma recaudada sería posible proporcionar atención sanitaria a todos los habitantes del planeta, suprimir las formas graves de [[malnutrición]] y proporcionar [[agua potable]] a todo el mundo, y que con un 3%, se conseguiría reducir a la mitad la tasa de [[analfabetismo]] presente en la población adulta, universalizando asimismo la [[enseñanza primaria]].
La Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo ([[UNCTAD]]) concluyó que la tasa Tobin permitiría recaudar 720.000 millones de dólares anuales, distribuibles a partes iguales entre los gobiernos recaudadores y los países más pobres. Por su parte, el [[PNUD]] afirma que con el 10% de la suma recaudada sería posible proporcionar atención sanitaria a todos los habitantes del planeta, suprimir las formas graves de [[malnutrición]] y proporcionar [[agua potable]] a todo el mundo, y que con un 3%, se conseguiría reducir a la mitad la tasa de [[analfabetismo]] presente en la población adulta, universalizando asimismo la [[enseñanza primaria]].
rafael celorrio


== Críticas ==
== Críticas ==

Revisión del 15:45 20 jun 2009

La tasa Tobin es un hipotético impuesto sobre el flujo de capitales en el mundo que fue sugerido por el economista James Tobin en 1971, que recibió el Premio Nobel de Economía en 1981, cuya instauración a nivel internacional ha sido propuesta e impulsada por el movimiento ATTAC e Ignacio Ramonet, si bien el propio Tobin considera que se ha abusado de su nombre y su ocurrencia.

Los movimientos por una globalización alternativa opinan que los ingresos que este impuesto produciría podrían ser una importante fuente de financiación para combatir la pobreza en el mundo, pero otros muchos, en especial los liberales de la escuela austriaca lo consideran una medida intervencionista especialmente perniciosa, al obstaculizar el libre comercio, perjudicando a los países más pobres, y presentar enormes dificultades de recaudación, gestión y utilización de los fondos.[1]

Historia

El 15 de agosto de 1971, por orden del presidente Richard M. Nixon, el dólar estadounidense dejó de ser convertible en lingotes de oro incluso para gobiernos y bancos centrales extranjeros. Fue el fin del sistema de Bretton Woods, y el golpe de gracia al patrón oro. Con la adopción de un sistema de tipos de cambio flotantes y el fin de los controles sobre los movimientos de capitales, Tobin sugirió un nuevo sistema para la estabilidad monetaria mundial y propuso que tal sistema debería incluir una tasa que gravara las transacciones comerciales internacionales.

La idea durmió en un cajón durante más de 20 años, rechazada por el propio Tobin, que decía haber sido malinterpretado. Sin embargo, en 1997, Ignacio Ramonet, editor de Le Monde Diplomatique, reimpulsó el debate sobre la creación de la Tasa Tobin y creó una asociación para promoverla: ATTAC (Asociación por la Tasación de las Transacciones y por la Ayuda a los Ciudadanos). La tasa se ha convertido en un asunto defendido por los grupos altermundistas y ha conseguido invadir el debate político en la calle y en algunos parlamentos, llegando a ser incluso defendida parcialmente por el ex presidente francés Jacques Chirac.[2]​ Por otra parte, el recientemente creado Banco del Sur, iniciativa del presidente Hugo Chávez de Venezuela y Néstor Kirchner, contempla, para mantener su autonomía con respecto a los organismos financieros internacionales (Banco Mundial, FMI, BID, CAF, entre otros) su capitalización con ingresos provenientes de una tasa Tobin introducida a escala regional.[3]

La Tasa

La Tasa Tobin consiste en pagar un impuesto cada vez que se produce una operación de cambio entre divisas, para frenar el paso de una moneda a otra y para, en palabras de Tobin, "echar arena en los engranajes demasiado bien engrasados" de los mercados monetarios y financieros internacionales. La tasa debía ser baja, en torno al 0,1%, para penalizar solamente las operaciones puramente especulativas de ida y vuelta a muy corto plazo entre monedas, y no a las inversiones.

La Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD) concluyó que la tasa Tobin permitiría recaudar 720.000 millones de dólares anuales, distribuibles a partes iguales entre los gobiernos recaudadores y los países más pobres. Por su parte, el PNUD afirma que con el 10% de la suma recaudada sería posible proporcionar atención sanitaria a todos los habitantes del planeta, suprimir las formas graves de malnutrición y proporcionar agua potable a todo el mundo, y que con un 3%, se conseguiría reducir a la mitad la tasa de analfabetismo presente en la población adulta, universalizando asimismo la enseñanza primaria.

Críticas

Por ejemplo, los liberales rechazan la idea por perjudicar especialmente a los países pobres. Esgrimen los siguientes motivos que tampoco son exclusivos del liberalismo:

  1. Estos movimientos ya están gravados en numerosos países. Imponer una tasa adicional supone aceptar que los gobiernos son incapaces que controlar la evasión fiscal con impuestos, por lo que una nueva tasa no es más que otra confiscación arbitaria. Además, en palabras de Samir Amin: Controlar la especulación es querer curar los síntomas sin ocuparse de las causas de la enfermedad...
  2. Si bien la tasa Tobin está orientada a la amplitud de transacciones comerciales internacionales, si consideramos reducir el espectro de su aplicación, desde la amplitud del comercio, de la economía real, al campo exclusivo de las transacciones financieras de carácter especulativo, se crearía una importante diferencia. La tasa Tobin deviene así en un instrumento de control de la actividad especulativa -basada en instrumentos financieros complejos, de alto riesgo y alta volatilidad. La crisis financiera actual gatillada por los prestamos hipotecarios en Estados Unidos (préstamos subprime), que al circular globalmente generaron una contaminacióna a nivel global, muestran que en este caso, si la tasa Tobin se aplicase exclusivamente a las actividades especulativas, más bien se convierte en un instrumento estabilizador que podría haber evitado la Crisis Financiera y Económica actual.
  3. Una hipótesis es que la pobreza nunca podrá resolverse con transferencias, porque la pobreza no es un problema de distribución sino de falta de producción. No está nada claro que los obstáculos financieros de la tasa Tobin, al final no fueran a resultar perjudiciales para los pobres. Por lo pronto, la inyección de las cantidades de capital de las que se habla provocaría una inflación catastrófica.
  4. Existen numerosos problemas técnicos para recaudar este impuesto, así como para gestionar y repartir su producto, actividades que requerirían una enorme (y presumiblemente ineficiente) maquinaria burocrática.
  5. El mercado de transacciones en divisas produce utilidades enormes a las instituciones financieras e individuos que participan en el mismo. La Tasa Tobin ataca estos movimientos de capital, obstaculizando el libre comercio y provocando un mayor aislamiento, algo que no necesitan precisamente los países pobres del mundo.
  6. Muchos países del Tercer Mundo tienen ligadas sus débiles monedas al dólar, de manera que si un ciudadano de estos países vendiera sus productos, por ejemplo, a la Unión Europea tendría que cambiar, primero, los euros a dólares (pagando una vez la Tasa Tobin) y, luego, los dólares a la moneda local (pagando dos veces la Tasa Tobin).

Referencias

Enlaces externos