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Su figura comienza a tener una aureola de heroísmo que despierta admiración entre la gente del campo y de la capital. Las noticias que exponen sus hazañas son seguidas con gran atención.
Su figura comienza a tener una aureola de heroísmo que despierta admiración entre la gente del campo y de la capital. Las noticias que exponen sus hazañas son seguidas con gran atención.
dejaba mujeres embarasadas,avandonadas,solas y en la calle.


=== Vida en Cerro Largo ===
=== Vida en Cerro Largo ===

Revisión del 01:59 20 jun 2009

Martín Aquino

Martín Aquino a los 20 años
Información personal
Nacimiento 1889
Uruguay Uruguay, Tala
Fallecimiento 1917, 28 años
Uruguay Uruguay, Cerro Largo, Fraile Muerto
Nacionalidad uruguayo
Familia
Padres Francisca Aquino

Ponciano Martín Aquino (Tala, Uruguay, 1889 - Fraile Muerto, Cerro Largo, Uruguay, 5 de marzo de 1917) matrero uruguayo.

Biografía

Infancia y juventud

Célebre matrero, que a principios del siglo XX adquirió fama enfrentándose con la policía en medio de los campos uruguayos. Hijo natural de Francisca Aquino, tuvo dos hermanas: Elisea y Ramona y algunos medios hermanos, hijos de un tal Pineda. A pesar de esto,las últimas investigaciones entienden que en el caso puntual de Martín, su padre natural sería un estanciero de nombre Sánchez. Uno de estos medios hermanos, Gregorio Pinela, lo acompañará en sus andanzas.

Son muchas las fuentes que atestiguan que siendo aún muy joven participó en la revolución Saravista de 1904, peleando según parece para ambos bandos. Primero enlistado con el General Benavente bajo la divisa Colorada en Tala, pero luego, como el mismo declarará años después ante el juzgado de Minas, termina siendo desarmado con el resto de los blancos en Nico Pérez. Se desconoce cuanto tiempo militó en cada bando, y porque circunstancias emigró de uno al otro. Vuelto a su pago, con escasa educación, intentó ejercer diversos oficios (trabajó incluso, durante algunos meses como policía en la localidad de El Tala) para terminar como peón de estancia.

Fuera de la ley

Tropeando caballos para su patrón, y por circunstancias desconocidas lo hiere de tres tiros en medio de un altercado, dándose posteriormente a la fuga y quedando de ahí en más para siempre fuera de la ley. La tradición oral recuerda que el suceso se originaría cuando su patrón le pretendía descontar de su salario un par de vacunos ahogados al cruzar un arroyo, sin embargo la investigación de Abella desmiente este supuesto, y confirma la versión inicialmente enunciada. Aunque, y a favor del matrero, demuestra también que las heridas no eran mortales, y que la muerte del estanciero fue muy posterior y debido a mala praxis médica (seguramente la ingestión accidental de la sonda con que le estaban alimentando). Forzado por las circunstancias, vive entonces como matrero dedicándose al robo de ganado, (fundamentalmente de caballos) y al contrabando, siendo especialmente activo nuevamente en el sur del departamento de Florida y el norte de Canelones. La zona es especialmente propicia para el matrero, por la simpatía que despierta en la población local, que lo protege y lo oculta, y por su excepcional conocimiento de la geografía de la zona, fundamentalmente el monte costero de los arroyos San Gabriel, Chamizo y del propio Río Santa Lucía donde continua con sus correrías.

Se enfrenta en varias ocasiones con la policía y crece el ensañamiento de las autoridades en su persecución. En el año 1909 emboscado por dos guardia civiles ultima en feroz tiroteo al policía Juan Ojeda. Ante la voraz persecución de los cuerpos de seguridad intenta escapar al Brasil pero es detenido y extraditado.

Prisión y sucesos de Horqueta de Arias

Cumple cerca de un año de prisión por los dos homicidios que se le atribuyen en la cárcel de Minas, en el departamento de Lavalleja. Sin embargo, el vaqueano consigue fugarse espectacularmente en el año 1913, causando gran sensación en la prensa nacional y vuelve a estar activo en la zona de Florida, próximo a sus pagos natales de la Rambla. Resuelto a terminar con la leyenda del bandido, en Junio de 1914 el jefe político de Florida, Teniente Coronel Juan T. Cardozo, distinguido combatiente en filas coloradas en la guerra del 04, parte desde la capital departamental con un fuerte escuadrón policial. Lo acompaña el Comisario Taumaturgo Román y al menos otros cinco funcionarios policiales más. Para desgracia de ellos, dan con el matrero y su hermano en Horqueta de Arias. Trás la fuga de su compinche Pinela, Aquino se enfrasca en un osado tiroteo y desde el lomo de su caballo consigue a pesar de ser herido en su cuello, fugarse una vez más de la autoridad policial. En el campo ha quedado tendido ya muerto el coronel Cardozo, el comisario Rondan con heridas que le causaran la muerte a las pocas horas, y otros lesionados menores. El escándalo político ya es de nivel nacional, y desde Montevideo se despachan elementos militares representados por el regimiento 12 de caballería bajo el mando del comandante Klein. Pese a todo, entrelazándose con la leyenda, el matrero consigue una vez más evadirse y se le pierde la pista.

Su figura comienza a tener una aureola de heroísmo que despierta admiración entre la gente del campo y de la capital. Las noticias que exponen sus hazañas son seguidas con gran atención.

Vida en Cerro Largo

Con otra identidad, Aquino consigue el amparo del caudillo nacionalista Neponucemo Saravia. Durante un tiempo, cobijado por este hombre se dedica a tareas de peón agregado, tropeo de ganado, y ocasionalmente al contrabando. Para marzo de 1917 las autoridades reciben informaciones de la presencia de Aquino, seguramente de José Saravia caudillo colorado, tío y enemigo del primero. Es tal la fama del forajido que las autoridades locales, instruidas desde Montevideo deciden realizar un complejo plan para capturarlo. A tales efectos infiltran un hombre dentro de los allegados de Aquino, de nombre Nicomedes Olivera. Confirmada la identidad de Aquino, e informados de sus hábitos la policía se prepara para asestarle el golpe final.

Muerte y leyenda

En un rancho de la localidad de Fraile Muerto, es rodeado por la policía junto a sus compañeros de andanzas: Roque Franco y el Indio Malgarejo. Aquino es desde un principio quién de manera más osada responde con un revolver Colt, y otro Orbana al fuego policial. Melgarejo cae en las refriegas iniciales y Aquino recibe varias heridas que comprometen faltalmente su salud. Vista la situación, Franco consigue escaparse ("ganar el monte" en la terminología de la epoca) y Martín resiste solo, la acometida de los 16 polícias que le tienen rodeado. En un acto que corona su leyenda, usa la última bala que le queda en su cargador para auto eliminarse: prefiere matarse a darle el gusto de que lo hicieran los policías. Su cuerpo, ya muerto, recibe otros balazos y es exhibido infamemente por las calles de Melo desde un humilde carro.

Nadie pueda dar nunca más con Franco. El compañero de andanzas de aquino consigue evadirse instantes antes lanzando un colchón por la ventana, en el que los policias descargan sus tiros, ganando el tiempo justo para escaparse. La venganza de este último matrero penderá siempre en su amenaza sobre la cabeza del traidor Olivera.

Obras sobre su vida

Su vida y sus andanzas, que habían logrado gran repercusión popular, pasan a tener tintes de leyenda luego de su muerte, obteniendo el mote popular de “El último matrero”. Este arraigo como figura popular se expresa artísticamente en distintos textos, canciones y otras obras que en mayor o menor medida incorporan la mitología que rodea a su persona, y que lo mantienen en la memoria colectiva de la campaña oriental. Representa para muchos el último estertor de la folklórica figura del gaucho; incomprendido y perseguido hasta su exterminio por el imparable avance de la modernización

Filmografía

Obras literarias

Canciones

Artes Plásticas

Referencias

  1. «Martin Aquino, el último matrero (1996)». Consultado el 2009. 
  2. «Guillermo Álvarez Castro». Consultado el 2009. 
  3. Martín Aquino en el Museo del P. Rodó.

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