Discusión:Liberty (periódico)

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Creo que establecer en la entradilla inicial que Liberty es un referente histórico, no de una las sensibilidades dotadas de una definición clásica y bien definida (la primera definición de un socialismo individualista y libertario data de William Godwin en su Investigación sobre la Justicia Politica [1793], es recogida por Josiah Warren en su Manifiesto [1841] y fertilizada por Max Stirner en su El Único y su Propiedad [1844], según Max Nettlau en su Anarquía a través de los Tiempos [1935]) sino de una corriente que se ha dotado de un nombre temporalmente moderno, que no es recogida por ninguno de aquellos estudiosos e historiadores clásicos que recogieran las definiciones de las distintas escuelas anarquistas existentes y se encargaran de perfilarlas sin dejar lugar al equívoco (ni James Guillaume, ni Piotr Kropotkin, ni Ricardo Mella, ni Nettlau, ni Rudolf Rocker, ni Alexander Berkman, ni Anselmo Lorenzo, ni Gustave Landauer, ni Luigi Fabbri, ni Sebastian Faure, hacen, en ninguna de sus obras [digo esto teniendo la mayoría de sus antologías ante mis ojos, en las cuales, buscando la palabra clave “mercado”, jamás aparece como adjetivo de anarquismo], alusión alguna al término “anarquismo de mercado”) y que aquellos clásicos anarquistas, fundadores y exponentes del individualismo socialista y anarquista, como Josiah Warren, Stephen Pearl Andrews, William B. Greene, Lysander Spooner, Ezra Heywood, James L. Walker, John Henry Mackay o Benjamin Ricketson Tucker, nunca utilizaron, pues jamás definieron sus ideas como “anarquismo de mercado”; es, es definitiva (la alusión en dicho párrafo inicial) un grave error.

Estos últimos consagraron con sus plumas otras archiconocidas definiciones que, precisamente en el propio Liberty, dieron a conocer –extrañándome, de sobremanera, que no se haya hecho referencia a las mismos en el artículo en cuestión. Los individualistas norteamericanos consagraron, específicamente, otras denominaciones bastante populares como los nombres de “individualismo socialista” y “comercio justo” (Josiah Warren, Manifiesto, 1841), de “anarquismo científico” (Benjamin Tucker, Instead of a Book, 1893), de “anarquismo mutualista” (William Greene, Mutual Banking, 1850) y “sistema social libertario” (Íd, Equality, 1849), que en dicho artículo, entiendo que, en un principio por error, se han omitido y, con cierta inflexibilidad, ha vuelto a sepultarse, ya de forma persistente.

Siendo Warren el pionero (con su órgano The Peaceful Revolutionist,1833), el principal espíritu doctrinario (junto a Proudhon y, posteriormente, Stirner) que influenciaría en Tucker a la hora de crear Liberty, me ha parecido rigurosamente exacto usar la definición del “viejo maestro” (socialismo individualista) que, por otra parte tantas veces cito, hasta la saciedad, el propio Tucker (op.cit).

Reitero por ello que es peligrosa la práctica de usar como herederos de movimientos y elementos clásicos, generalmente definidos, a corrientes latentemente modernas que sólo representan una parcialidad alícuota de todos aquellos grupos y subgrupos que pueden reclamarse como “legítimos sucesores”. El problema no reside entonces sólo en el efecto retroactivo de la asimilación, sino en lo preocupante que resulta y conlleva que una parte fraccional pueda monopolizar el legado de un “todo”. Es decir, (se me entenderá mejor con un ejemplo), si es bien sabido que Bakunin influyó en muchos postulados situacioncitas, a todos se nos antojaría un disparate colocar en la entradilla que nos introduce al personaje (al instrumento informativo o a la corriente), cuya función ha de ser tratar de proyectarnos una imagen general del sujeto (o del objeto) en cuestión, una alusión parcial a un grupo o corriente particular que jamás puede arrojarnos una visión integral y totalizadora de las influencias actuales del asunto tratado.


Es por ello recomendable usar un nombre que reúna las siguientes cualidades: 1º reconocido y utilizado por los propios fundadores de Liberty, 2º que integre, de forma general, a todas las corrientes que estos crearon y que incluso hoy pervivan, 3º que no caiga en la reivindicación fragmentaria de un único segmento que pueda entrar en liza con las fuentes originales o con el acervo común de la totalidad reivindicadora.

Lo contrario sería hacer propaganda. Así, si mi intención fuera promocionar, por ejemplo, el Consejismo, sería por todos considerado como algo espurio el que en la entrada que hace alusión a Marx incluyera a éste como referente de la fracción parcial que representa el Consejismo, en vez de hablar de una generalidad como podrían ser las "izquierdas". O aceptar que, por ejemplo, se concluyeran los párrafos iníciales que nos refieren a San Francisco de Asís como un referente de la organización ecologista Greenpeace. Eso es lícito para las influencias que pudiera reclamar dicha organización; pero no para explicarnos quién fue San Francisco.

En consecuencia, si Liberty (Nettlau, op.cit) fue referencial para el Anarco Individualismo stirniano (Mackay, Walker, Armand), para el Trascendentalismo Libertario (heredero de Nathaniel Hawthorne, Emerson, Thoreau, Lloyd), para el Mutualismo (Greene y los partidarios de Proudhon), para los Socialistas Individualistas (Warren, Andrews y descendientes), para quienes hicieron una síntesis conciliadora entre las dos últimas (el propio Tucker y Yarros) y para los anarquistas de generosa amplitud doctrinaria (C.L. James, D.D. Lum y Voltairine de Cleyre), establecer el socias histórico de una corriente, que no abarque a todas las citadas, es un error que se me antoja garrafal.

En Liberty se dio cabida a los Individualistas egoístas de raíz stirniana para que reprodujeran estas palabras de Stirner en contra del mercado y la concurrencia: “El pan, por ejemplo, es un objeto de primera necesidad. Luego nada más natural que ponerse de acuerdo para establecer una panadería pública. En vez de eso, se abandona ese indispensable suministro a panaderos que se hacen competencia. Y así se hace con la carne a los carniceros, el vino a los taberneros, etc. Abolir el régimen de la competencia no quiere decir favorecer el régimen de la corporación. He aquí la diferencia: en la corporación, hacer el pan, etcétera, es causa de los agremiados; bajo la competencia, lo sería de quienes desean competir; en la asociación, es la causa de quienes tienen necesidad de pan, por consiguiente, la mía, la vuestra: no es la causa de los agremiados ni de los panaderos con patente, sino la de los asociados. Si Yo no me preocupo de mi causa, preciso es que me contente con lo que a los demás les place darme. Tener pan es mi causa, mi deseo y mi afán, no puedo prescindir de él y, sin embargo, uno se entrega a los panaderos, sin otra esperanza que obtener de su discordia, de sus celos, de su rivalidad, en una palabra, de su competencia, una ventaja con la que no se podía contar con los miembros de las corporaciones, que estaban entera y exclusivamente en posesión del monopolio de la panadería. Aquello de que cada cual tiene necesidad, cada cual también debiera tomar parte en producirlo o en fabricarlo; es su causa, su propiedad, y no la propiedad de los miembros de tal corporación o de tal patrono con patente” (original de El Único…, op.cit, recogido por Jonh Henry Mackay en su correspondencia personal y periodística con Tucker, Dear Tucker, que éste, con objetividad, trascribió).

Se recogieron los “votos de pobreza” de Thoureau en contra de los negocios y el mercantilismo: “Cultiva la pobreza como una hierba de jardín, como la salvia. […] La vida más dulce es la que está más próxima a los huesos. No podrás ser una persona frívola. Nada pierde el hombre en un nivel inferior por su grandeza en un nivel superior. Con riqueza superflua no se puede comprar sino cosas superfluas. No hace falta dinero para cosa alguna necesaria para el alma. […] De acuerdo con mi experiencia, nada se opone tanto a la poesía como los negocios, ni siquiera el crimen (Walden o la Vida en los Bosques, 1854).

Y, especialmente, a las más encendidas y acaloradas defensas del Comercio Justo y del Mercado Libre e Igualitario: “[El Comercio Justo] ayudará a levantarse a aquellos que están ahora arruinados. Tiende a poner fin a todos los tipos de especulación […].Este medio de cambio posee una tendencia natural a disminuir gradualmente el valor y el uso del dinero, hasta finalmente liquidarlo y, por consiguiente, para barrer toda la masa aplastante de fraude, iniquidad, crueldad, corrupción e imposición que se construyen sobre él. Al ser el medio de cambio emitido sólo por aquellos que trabajan, estos tendrían en sus manos el poder y la riqueza, mientras que aquellos que no trabajan, aunque ahora sean ricos, se tornarían pobres y sin poder. […] Permite el único y legítimo control sobre el lujo excesivo, que ha arruinado individuos, estados e imperios y que está a punto de traernos la ruina casi universal a todos. El comercio justo no amuebla ninguna oficina para el ambicioso, ni ofrece oportunidades a quienes deseen elevarse por encima de las personas o las propiedades de otros. Por consiguiente, no ofrece ninguna tentación para tal clase de gente y estos no se hallarán entre los primeros en adoptar el COMERCIO JUSTO. Éste apela, primero que nada, a la mayoría oprimida, a los humildes, a los de abajo, y será adoptado primero por ellos y por aquellos que no tienen ningún deseo de vivir a expensas de los demás […]” (el citado Manifiesto de Warren que según Joseph Ishill [prólogo de la misma, Septiembre de 1952] “[Es] la edición americana de este trabajo, publicada por Benjamín R. Tucker, pero hace tiempo se halla fuera de circulación”).

Pero para coronar la argumentación será mejor recurrir al propio texto fundacional de Liberty, hecho por Benjamin Ricketson Tucker:

“DECLARACIÓN DE PROPÓSITOS DE LIBERTY

[…] Estos tres bandos de la oposición a la Libertad se encuentran en casi todas las esferas del pensamiento y de la actividad humana. Encontramos buenos representantes del primero en la Iglesia Católica y la autocracia rusa; del segundo, en la Iglesia Protestante y la Escuela de Manchester de política y economía política y del tercero, en el ateísmo de Gambetta y el socialismo de Karl Marx.

La batalla de nuestro siglo se libra contra el Estado. El Estado, que rebaja al hombre, prostituye a la mujer, corrompe al niño, pisotea el amor, ahoga el pensamiento, monopoliza la tierra, limita el crédito, restringe los intercambios, aumenta el poder del Capital ocioso y, a través de los intereses, las rentas, el lucro y los impuestos, roba sus productos al trabajo duro y honesto. [….]

[Compilado por el editor, y amigo personal de Tucker, que firma con el sucinto C.L.S., Los Ángeles, California. Agosto de 1926, y que es en realidad Clarence Lee Swartz].

Como hemos visto en ningún momento se hace aquí alusión al término “anarquismo de mercado” (concepto completamente alienígena en la formulación de las distintas corrientes anarquistas clásicas) se habla de un anarquismo ateo, contrario al interés, la renta, el lucro y la usura, partidario del crédito gratuito y del intercambio sin autoridad (conceptos del socialismo de Warren y Proudhon) y tan enemigo de Marx y el Estado (capitalismo de Estado) como de la Escuela de Manchester y el Capital ocioso (capitalismo privado). Es decir se habla de Libertad y Socialismo. Más concretamente (Instead… op.cit, Anarchy and Estate): “[El anarquismo] es un término que abarca, científica y totalmente, la protesta individualista. Difícilmente podría nombrar una palabra de la cual se haya abusado más, y que haya sido malinterpretada en mayor grado, que ésta de ‘Individualismo’. […] El Sr. Appleton se da la mano con esas personas sabias y prudentes que reconocen que el Anarquismo será factible cuando llegue el milenio. Es un abandono completo del Socialismo Anarquista”. Y citando a Ernest Lesigne (op.cit., State Socialism and Anarchism...)". Exponiéndolas para usted como una conclusión de esta lectura espero profundizar la impresión que me propuse hacer. "Hay dos Socialismos. Uno es comunista, el otro es solidario. Uno es dictatorial, el otro libertario […]". Es decir, que si Tucker defendía un mercado libre, mutual, equitativo y reciproco, nunca le dio a su teoría la definición de “anarquismo de mercado”; mientras que si que hablaba asiduamente de “anarquismo individualista”, “socialismo anarquista”, y “socialismo libertario”.


En conclusión (pues ya me he extendido demasiado): ¿Engloba el término “anarquismo de mercado” a todas los “herederos” posteriores del espíritu de Liberty? Evidentemente No. ¿Se aproxima más a este objetivo términos como “anarquismo individualista” y “socialismo individualista libertario”, siendo su significado más amplio y certero? Obviamente Sí. ¿Es el concepto de “anarquismo de mercado” una voz recogida en la declaración de Liberty, por algunos de sus colaboradores o por los politólogos clásicos que estudiaron dicha corriente? No. ¿Es el término “anarquismo de mercado” una formulación moderna, de carácter ad hoc, inventada y usada por una delimitada tendencia de articulistas, y no usada nunca por los padres de Liberty? Si. ¿Los receptores de Liberty son representados íntegramente por la afiliación a una contemporánea corriente alícuota? No. ¿Son los términos “anarquismo científico”, “anarquismo mutualista” y “socialismo individualista”, recogidos por los fundadores de Liberty en muchas de las citadas obras y en esa propia revista? Sí. En ese caso, y remitiéndome a las pruebas por mi aportadas, creo justificado que se hable de que es un “referente histórico” del “socialismo individualista y libertario”, pues eso era Tucker, eso era Liberty, y eso fueron la casi totalidad de sus allegados según las fuentes históricas ya referidas. Si hoy una nueva corriente reclama el “legado” de Liberty, tal fenómeno debe recogerse en la entrada habilitada para dicha corriente y no en la de una revista que no tiene una sección de “influencias posteriores” (y que si se materializara estaría obligada a recoger el carácter “peculiar” de cualquier reivindicación no socialista, basándose en la condena que en la propia declaración de Liberty se hace el mercantilismo lucrativo, no reciproco, y por tanto no libre, de la escuela de Manchester) y que sólo informa de lo que fue hace más de 100 años.

Termino diciendo que lo contrario sería caer en el proselitismo de una corriente determinada.

Espero que si se revierte mi pequeño, pero significativo, cambio, se argumente como mínimo tanto como yo me he esforzado en hacerlo. Es sólo un deseo.

Trataré de meterle mano a este artículo y ampliar su información, colaborando con todos los editores interesados en ello (por desgracia estos días el tiempo me escasea), por ahora me despido con toda cordialidad.

--El Enragé (discusión) 09:58 20 mar 2009 (UTC)[responder]

  • El anarquismo de mercado está compuesto de diferentes corrientes, una de ellas es el mutualismo que más o menos coincide con tu definición de un individualismo cooperativista (que no coindice, seamos claros, con las definiciones contemporáneas de socialismo sino con definiciones arcaicas premarxistas). Pero Liberty daba espacio a autores que anarquistas de mercado que no entran en esta definición mutualista y que son los precursores también de la otra tendencia del anarquismo de mercado, el anarcocapitalismo. Como tal, Liberty ha sido estudiado más extensamente por los anarcocapitalistas que por otras tendencias anárquicas -de hecho del anarquismo colectivista o de izquierda sólo recibe o silencio o quejas-, y eso los convierte en un referente (además en la actualidad el anarcocapitalismo tiene más peso que el casi desaparecido mutualismo, aunque ambas sean anarquismo de mercado). Pueden consultarse las referencias para mayor comodidad, y cualquier duda me comunicas. Nihilo (discusión) 13:09 20 mar 2009 (UTC)[responder]



Tu afirmación de que Liberty acogía pensadores “precursores” del capitalismo es, siento decirlo, completamente infundada. Te solicito las fuentes y los nombres de dichos colaboradores, pues de lo contrario es sólo una apreciación subjetiva, tuya o de cualquier fuente que no verifica sus afirmaciones. Kelly y Morse eran cercanos al transcendentalismo anti-capitalista, como Emerson. Andrews y Spooner eran Socialistas Individualistas herederos de Warren (no recibieron la influencia de Proudhon). Greene, Jonh Berveley Robison, Henry Cohen, Charles T. Sprading y Francis D. Tandy era Mutualistas rigurosos. Victor Yarros, Clarence Lee Swartz y Tucker eran sintetizadores de las teorías Mutualistas de Proudhon y el Socialismo Individualista warreniano (ambas anticapitalistas). el Dr. James L. Walker y Jonh Henry Mackay era egoístas stirnianos enemigos declarados del liberalismo siguiendo la tradición de Stirner. C.L James tenía un anarquismo filosófico amplio colaborando inclusive con Goldman y Mother Earth, como D. D Lum y Voltairine de Cleyre, (ambos de marcado acento sindicalista, la última anarco-comunista postrera). Joseph A. Labadie era un individualista-obrerista; Henry Bolt fue un partidario del “impuesto único” de Henry George, y después evoluciono hasta los planteamientos de Tucker. William J. Lloyd hizo el recorrido contrario, pero en su época (antes de ser un single taxer) fue tan rádical como Tucker, y Hugh O. Pentecost también hizo la misma travesía, después del socialismo tuckeriano se paso al “impuesto único”, abandonando finalmente el movimiento. William y Lizzie Holmes fueron incluso anarco-colectivista; William E. Wittick fue un poeta individualista partidario de la “propaganda por el hecho”. B. Wesstrup y J.P Warbasse era cooperativistas (el segundo menos ecléctico que el primero). Auberont Herbert era un individualista filosófico como Armand o Libertad. Todo esto se encuentra, integralmente, en La Anarquía a través de los Tiempos de Nettlau y en Las Corrientes Liberales de los Estados Unidos de Rudolf Rocker. Allí se vislumbra el listado completo y detallado de todos los colaboradores de Liberty y ni uno sólo era partidario del capitalismo anti-estatista. Incluso se recoge algún enemigo de la publicación como Frank Q. Stuart, que era un “individualista autoritario” y capitalista, opuesto al anarquismo y enemistado con el grupo de Tucker (op.cit.).

En La Anarquía..., op.cit., Nettlau glosa así a los colaboradores:

“He mencionado ya a los anarquistas individualistas ingleses animados por Liberty de Boston; el individualista voluntarista Auberon Herbert, etc. […] Dyer D. Lum (1839 - 1893) combinó el colectivismo y el mutualismo y fue también el propagador de un sindicalismo revolucionario. Víctor Drury, G. C. Clemens, C. L. James, John Labadie, representan otros matices que, hablando generalmente, muestran la influencia del anarquismo individualista sobre los colectivistas, mientras que los individualistas que se aproximaban a Henry George, como Hugh O. Pentecost, llevaron un mayor elemento colectivista a su individualismo. La más bella flor de esa evolución libertaria entre americanos que, sin preocuparse de las escuelas socialistas y anarquistas europeas, trataba simplemente de combinar el máximo de libertad, de solidaridad y de sentimiento tan revolucionario como abnegado para los trabajadores explotados, para las mujeres enfeudadas a las costumbres de la familia, para la humanidad sometida a los gobernantes - fue Voltairine de Cleyre (1866 - 1912) , inspirada en sus comienzos por el libre pensamiento, el martirologio de Chicago y las ideas e impulsiones de Dyer D. Lum (1839 - 1893), pero llegada durante sus veinticinco años de actividad a una concepción de la anarquía que fue tal vez la más amplia, tolerante, y además, seria, reflexiva, determinada, que conocemos al Iado de la de Eliseo Reclus. […]Fue sobre todo una comunidad de vida independiente, sin autoridad oficial, que atrajo buenos elementos y demostró que la libertad une y la coacción desune a los hombres. La guerra civil en los Estados Unidos (1862-65) con sus consecuencias económicas dispersó esa comunidad. Estas ideas fueron especializadas por otros hombres y mujeres de pensamiento lógico y de gran tenacidad; tales fueron W. B Greene, Lysander Spooner, Ezra M. Heywood, Charles T. Fawler, Benjamin R. Tucker, Moses Barman, E. C. Walker, Sidney N. Marse, Marie Louise David, Louis Waisbrooker, Lillian Harman y muchos otros.”

Y he aquí lo más relevante de esa sección: “Enteramente independiente de esas corrientes de buena fe, el burguesismo antisocialista, que es también antiestatista, en tanto que es enemigo de toda intervención social del Estado para proteger a las víctimas de la explotación (horas de trabajo, higiene, etc.), esa avidez de la explotación ilimitada había creado en Inglaterra una agitación por un pseudo - individualismo, el burguesismo ilimitado, con una pseudo - literatura mercenaria. Hablo de la Liberty and Property Defense League de los años 1880-90, etcétera. A ella se refieren, por grados doctrinarios y fanáticos de un individualismo siempre absolutamente estéril, de ese no-intervencionismo que dejaría morir de hambre a un hombre por no herir su dignidad al mezclarse en sus asuntos y al darle de comer”.

Esto desmiente tus dos afirmaciones: 1º, Liberty nunca dio cabida a ningún autor partidario de ninguna forma de capitalismo (más que para combatirlo con los métodos expeditivos y cruentos que siempre se le reprocharon a Tucker), de lo contrario, y si tienes pruebas de ello, por favor apórtalas, si no la reversión que realices no estará documentada y estará infunda en una opinión y no en documentos originales. 2º, fueron precisamente autores como Max Nettlau (op.cit) Rudolf Rocker (op.cit, y Anarcosindicalismo [Teoría y Práctica]), Gustave Landauer (Incitación al Socialismo), los primeros que rescataron y echaron luz sobre el socialismo individualista Norte americano. No hace falta señalar que los dos primero eran comunistas libertarios y el tercero una simbiosis entre mutualismo proudhoniano y colectivismo bakuniano. Eso desmiente esa valoración que, sintiéndolo mucho, es completamente anti enciclopédica, en la que sólo les atribuyes “quejas y silencio”. Además, esas valoraciones personales de “anarquismo de izquierdas”, el adjudicarte el papel de “voz arbitral experta” (cosa que nunca debe hacer un editor) según la cual “el mutualismo está desapareciendo” y el capitalismo es “mayoritario” y demás opiniones personales, no creo que sean las más adecuadas cuando hablamos de datos objetivos.

No has dado ninguna referencia, y eso, con toda cordialidad, es algo bastante infructuoso para esta labor. Las que se citan en el artículo no recogen el nombre de ningún colaborador de Liberty que fuera capitalista. Y los argumentos y artículos que sólo tratan de adjudicarse una influencia ad hoc, sin fundamentarla en las voces de los propios implicados, en las palabras de las teorías de referencia, en los datos históricos o en las valoraciones de los propios postuladores y articuladores de la corriente referencial en cuestión (en este caso publicación) son sólo interpretaciones ideológicas; muy validas para instruirse, pero no para una entrada enciclopédica.

Como entrar en una guerra de ediciones es completamente contrario al espíritu de la Wikipedia, te pediría que antes de hacer un cambio lo argumentaras por lo menos con los misma cantidad de datos, pruebas y documentos que yo lo hago. De lo contrario será “revertir por revertir” y eso es más propio de una guerra de “egos” para ver de quien es la versión definitiva, que de una labor enciclopédica conjunta en la cual, si un dato está mejor documentado que otro, es lógico que este se conserve por el mero interés y beneficio de los lectores.

Te reitero una cita de la propia declaración de intenciones de Liberty en la que la propia editorial del periódico declara como su enemigo la escuela económica de Manchester (es decir el capitalismo): “Estos tres bandos de la oposición a la Libertad se encuentran en casi todas las esferas del pensamiento y de la actividad humana. Encontramos buenos representantes del primero en la Iglesia Católica y la autocracia rusa; del segundo, en la Iglesia Protestante y la Escuela de Manchester de política y economía política y del tercero, en el ateísmo de Gambetta y el socialismo de Karl Marx” (op.cit).

Te ruego por tanto que aportes algún dato nuevo, documentado en fuentes originales, antes de volver a revertir el cambio, y que te abstengas –lo digo sin acritud– de hacer interpretaciones y valoraciones personales.

--El Enragé (discusión) 14:41 20 mar 2009 (UTC)[responder]


  • Sé más conciso por favor, esto no es un foro. Cuando hablamos de referente pues es eso, un referente pasado y presente (para los actuales anarquistas de mercado, en su mayoría de institutos y publicaciones anarcocapitalistas); nominalmente el periódico era anarcoindividualista -ni siquiera se declara mutualista o individualista cooperativista o cosas así- y en temas económicos era pro laissez-faire (esto se entiende por anarquismo de mercado). Por cierto que yo recuerde ellos se declaraban "manchesterianos consecuentes" y sostenían que los de Manchester eran "incosecuentes". No entiendo cuál es el problema, hay anarquistas de mercado mutualistas y otros capitalistas, constituye un referente para todos ellos, repito, referente. Nihilo (discusión) 14:50 20 mar 2009 (UTC)[responder]
Por cierto, Auberon Herbert y Molinari tuvieron cabida en Liberty, y actualmente son considerados anarquistas capitalistas. Creo que quien está interpretando eres tú, pero bueno creo que te confundiste con el significado de referente. Saludos. Nihilo (discusión) 14:52 20 mar 2009 (UTC)[responder]


B. THE INFLUENCE OF MOLINARI ON BENJAMIN TUCKER

An (admittedly minor) figure who was probably influenced by Molinari was P. E. De Puydt. De Puydt wrote an essay in 1860 extolling the virtues of "Panarchy", a system very similar to Molinari's, where "governmental competition" would permit "as many regularly competing governments as have ever been conceived and will ever be invented" to exist simultaneously.[302] Governments would become political churches, only having jurisdiction over their congregations who had elected to become members of that particular denomination. Disputes between "governments" would be settled by "international" courts and an individual could change from one government to another, without leaving his home, by registering his decision, for a small fee, with a "Bureau of Political Membership."[303] De Puydt described his "panacea" as

simply free competition in the business of government. Everyone has the right to look after his own welfare as he sees it, and to obtain security under his own conditions. On the other hand, this means progress through contest between governments forced to compete for followers. True, worldwide liberty is that which is not forced on anyone, being to each just what he wants for it; it neither suppresses nor deceives, and is always subject to a right of appeal. To bring about such a liberty, there would be no need to give up either national traditions or family ties, no need to learn to think in a new language, no need at all to cross rivers or seas, carrying the bones of one's ancestors. It is simply a matter of declaring before one's local political commission, for one to move from republic to monarchy, from representative government to autocracy, from oligarchy to democracy, or even to Mr. Proudhon's anarchy, with out so much as removing one's dressing gown and slippers.[304]

Given the similarity of De Puydt's ideas to those of Molinari's and given the fact that De Puydt was familiar with the writings of the political economists,[305] it would be reasonable to conclude that De Puydt was influenced by Molinari's anti-statism, although giving it a new twist with his concept of "panarchy".

Benjamin Tucker, the American individualist anarchist, was not reluctant to call his own laissez faire liberalism a variant of anarchism. In fact, Tucker argued that "the only true believers in laissez faire are the Anarchists"[306] and hailed Auberon Herbert as "a true anarchist in everything but name."[307] Tucker was definitely aware of Molinari's work and at least one of Molinari's books was reviewed in Tucker's magazine.[308] He shared Molinari's view that the production of security was an economic commodity which could be better supplied by the free and unhampered market, thus going beyond the criticism of Herbert and Spencer and, arguing with Molinari, that the market could offer a positive and practical alternative to state monopoly defense. These "political abolitionists"[309] argued that

defense is a service like any other service; that it is labor both useful and desired, and therefore an economic commodity subject to the law of supply and demand; that in a free market this commodity would be furnished at the cost of production; that, competition prevailing, patronage would go to those who furnished the best article at the lowest price; that the production and sale of this commodity are now monopolized by the State; and that the State, like almost all monopolists, charges exorbitant prices;... and, finally, that the State exceeds all its fellow-monopolists in the extent of its villainy because it enjoys the unique privilege of compellhlg all people to buy its product whether they want it or not.[310]

C. THE MODERN LIBERTARIAN MOVEMENT

After the death of Molinari in 1912 and the political retirement of Tucker in 1908 when a fire destroyed his bookshop and publication office,[311] liberal anti-statism virtually disappeared until it was rediscovered by the economist Murray Rothbard in the late 1950's. As a political philosophy, it had led a precarious existence, emerging in seventeenth century England; mixing with Smithian economic ideas in France in the early nineteenth century, and coming to an unsteady maturity simultaneously in mid-century England and France. Molinari was its most radical and original expositor and, for nearly fifty years, he defended and elaborated these ideas without assistance or support. Liberal anti-statism died out in both France and England during the twentieth century, but it was revived in the United States by a group of laissez faire economists, Rothbard in particular,[312] who have combined a natural-law defense of property and the liberty of the individual with economic theory drawn from the Austrian rather than the classical school of economics.[313] A leading member of the Austrian school, Friedrich Hayek, who won the Nobel Prize for economics in 1974, has stated as recently as October 1976, in terms reminiscent of Molinari, that

regional and local governments, limited by the same uniform laws with regard to the manner in which they could make their individual inhabitants contribute to their revenue, would develop into business-like corporations. They would compete with each other for citizens, who could "vote with their feet" for that corporation which offered the highest benefits compared with the price charged.[314]
Thus liberal anti-statism, seemingly an aberration in the develoment of laissez faire and liberal ideas, has in fact been an adjunct of mainstream liberalism from its origin in the seventeenth century to the present. It is a tradition of thought which many adherents have claimed to be a logical extension of the classical liberal notions of the right to property and the freedom to exchange on the market. The importance of Molinari's contribution to this tradition was to put forward, for the first time, a theory of how the market could replace the state's monopoly of police, law courts and defense. He therefore deserves attention from scholars interested in the development of classical liberal as well as anarchist thought in order to explain, firstly, the inter-connection between these two streams of thought and the rise of the modern nation-state, and, secondly, the continued interest expressed in these ideas in the present.

Esto no es parte de las referencias actuales, pero da un punto de vista distinto al que has expuesto, al menos digamos que es complementario. Nihilo (discusión) 15:07 20 mar 2009 (UTC)[responder]


Lo que me ha obligado ha extenderme es la necesidad de aportar datos, si para ti ésto es prescindible, entonces es significativo de esa tendencia tan poco productiva de ofrecer opiniones particulares (sin fuentes, sin referencias, sin datos, sin citas) en vez de un aporte objetivo. Y que cuando se crea dar alguno sean aportes particulares de Internet que sin que pueda transcender la exegesis de artículos de opinión y tesis de colegiales que se declaran seguidores de: “THE CLASSICAL LIBERAL TRADITION”.

Y eso tiene un deje más parecido a la confrontación que se dan en los foros, como bien has citado, que a una colaboración enciclopédica. Y peor que tener una longitud “forera” es usar argumentos particulares sólo validos para esos medios de discusión informal.

Ofrece por favor algún aporte de fuentes originales donde se citen articulistas capitalistas que hayan colaborado en Liberty ¿Dónde están? Obras ¿Cuáles? Citas ¿Existen? Lo contrario es enredarse en una discusión vacía.

El periódico se declara porta voz del “anarquismo científico” y en la compilación de Instead of a Book: “Anarquismo científico y filosófico, socialista y equitativo como Warren y Proudhon, mutualista como este último e individualista más allá de Spencer”.

Y lo que declaraba Tucker era que precisamente el laissez-faire era contradictorio con lo defendido por los capitalistas pues: “Creían en la libre competencia entre los trabajadores para reducir sus salarios, pero no en la libre competencia entre los capitalistas para reducir su usura.” (Socialismo de Estado y Anarquismo: En qué coinciden y en qué difieren). También: “Liberty's aim -- universal happiness -- is that of all Socialists, in contrast with that of the Manchester men -- luxury fed by misery [...] ” [Liberty, nº 89, citado por Landauer]. Además: “"[This] society is fundamentally anti-social. The whole so-called social fabric rests on privilege and power, and is disordered and strained in every direction by the inequalities that necessarily result therefrom. The welfare of each, instead of contributing to that of all, as it naturally should and would, almost invariably detracts from that of all. Wealth is made by legal privilege a hook with which to filch from labour's pockets. Every man who gets rich thereby makes his neighbours poor. The better off one is, the worse the rest are . . . Labour's Deficit is precisely equal to the Capitalist's Efficit. "Now, Socialism wants to change all this. Socialism says . . . that no man shall be able to add to his riches except by labour; that is adding to his riches by his labour alone no man makes another man poorer; that on the contrary every man this adding to his riches makes every other man richer; . . . that every increase in capital in the hands of the labourer tends, in the absence of legal monopoly, to put more products, better products, cheaper products, and a greater variety of products within the reach of every man who works; and that this fact means the physical, mental, and moral perfecting of mankind, and the realisation of human fraternity” [Instead of a Book, citado por Mackay, Dear Tucker]

Añade: "Each man reaping the fruit of his labour and no man able to live in idleness on an income from capital” [The Individualist Anarchists] Esta última cita es de Jonh Quail quien nos dicen en su History of British Anarchism: “"Tucker was a Proudhonist and thus fundamentally committed to a society based on small proprietorship. In the American context, however, where the small landowner was often locked in battle with large capitalist interests, this did not represent the reactionary position it often did later where it could easily degenerate into an 'Anarchism for small business-men.' Tucker had a keen sense of the right of the oppressed to struggle against opresión.” Continua: “The question whether large concentrations of capital for production on the large scale confronts us with the disagreeable alternative of either abolishing private property or continuing to hold labour under the capitalistic yoke." [Liberty, nº 122, citado por C.L. Swartz, Memories]

Ahora bien, si tan sólo queremos poner tesis, articulos o panfletos de Internet, similares a los tuyos hay muchos en la bancada opuesta: “This fact is overlooked by "anarcho"-capitalists who, in seeking to make Tucker one of their "founding fathers," point to the fact that he spoke of the advantages of owning "property." But it is apparent that by "property" he was referring to simple "possession" of land, tools, etc. by independent artisans, farmers, and co-operating workers (he used the word property "as denoting the labourer's individual possession of his product or his share of the joint product of himself and others." [Tucker, Instead of a Book, p. 394]. For, since Tucker saw his system as eliminating the ability of capitalists to maintain exploitative monopolies over the means of production, it is therefore true by definition that he advocated the elimination of "private property" in the capitalist sense. So while it is true that Tucker placed "property" and markets at the heart of his vision of anarchy, this does not make he a supporter of capitalism. Unlike supporters of capitalism, the individualist anarchists identified "property" with simple "possession," or "occupancy and use" and considered profit, rent and interest as exploitation. Indeed, Tucker explicitly stated that "all property rests on a labour title, and no other property do I favour." [Instead of a Book, p. 400] Because of their critique of capitalist property rights and their explicit opposition to usury (profits, rent and interest) individualist anarchists like Tucker could and did consider themselves as part of the wider socialist movement, the libertarian wing as opposed to the statist/Marxist wing. Thus, Tucker is clearly a left libertarian rather than a forefather of right-wing "libertarianism". As can be seen, his views are directly opposed to those of right "libertarians" like Murray Rothbard on a number of key issues. Most fundamentally, he rejected "absolute" property rights in land which are protected by laws enforced either by private security forces or a "night watchman state." He also recognised that workers were exploited by capitalists, who use the state to ensure that the market was skewed in their favour, and so urged working people to organise themselves to resist such exploitation and, as a consequence, supported unions and strikes. He recognised that while formal freedom may exist in an unequal society, it could not be an anarchy due to the existence of economic power and the exploitation and limitations in freedom it produced. His aim was a society of equals, one in which wealth was equally distributed and any differences would be minor and rooted in actual work done rather than by owning capital or land and making others produce it for them. This clearly indicates that Rothbard's claim to have somehow modernised Tucker's thought is false".

Y sería una necedad volver a repetir la declaración de principios de Liberty, pues es una de las fuentes citadas en el artículo y me sorprende que no lo hayas ojeado (de lo contrario no se entendería tu escepticismo). Te repetiré el enlace: [1]

Sobre Molinari no hay ninguna colaboración suya en Liberty, sólo aparece su nombre como objeto de un artículo y no como autor del mismo, un artículo crítico de Tucker llamado The Right and Wrong, [Liberty 1906], sobre seguridad privada, en la que se opone a la “pinkertisación” aunque se muestra favorable a renunciar a la “seguridad pública impuesta (policia)” y a la “autodefensa voluntaria”, comparando a Molinari desfavorablemente (para este último) con Herbert Spencer (James J. Martin, Men Against the State). Molinari defendía identicos conceptos a Bastiat sobre el crédito lo cual jamás le perdono Tucker (entre una casi infinidad de otras cosas) que, en esta discusión obviamente, se posiciono con Proudhon a favor del crédito gratuito, citando a Proudhon e intercalando nombres: “Entre los adversarios del crédito mutuo, no puedo menos de nombrar aquí particularmente a Federico Bastiat. La memoria de este economista, muy honrosa por la mayor parte de sus opiniones, llevará siempre sobre sí, a juicio de todas las personas cuerdas, el cargo de mala fe a que se hizo acreedor cuando la discusión pública que sostuvimos los dos en 1849. […] Cuando quería hacer entender a mi contendiente que bajo el régimen del sistema mutuo cabía que sucediera lo contrario, no quería Bastiat oírme (tal y como Molinari sólo oye la voz del vampirico interés [Nota de Tucker], alegando que nada tenía que ver con la mutualidad, y se daba por satisfecho con mis confesiones sobre las consecuencias del crédito que yo llamaba unilateral, a fin de no darle el odioso epíteto de usurario” (traducción, De la capacidad política).

Sobre Auberon Herbert, era un “voluntarista a ultrance”, acusado de deribar hacía el “quitismo social” (como ya mencionamos) según Nettlau (op.cit): “De ahí, por otros grados, se llega al voluntarismo absoluto, la doctrina de Auberon Herbert hacia 1880, idea benévola y vigorosamente antiestatista; pero todo eso, en fin, es diletantismo, medios ineficaces que no han impedido acrecentarse terriblemente el mal autoritario en estos cuarenta años que siguieron”. Y en Panarquía (1909) nos dice: “Un gobierno puede ser liquidado hoy, pero más adelante, cuando encuentre más seguidores, puede reestablecerse mediante un simple acto constitucional, como hacen las sociedades anónimas. Los pequeños honorarios pagarían a las oficinas de registro financiarían a las oficinas de ciudadanía política. Sería un mecanismo sencillo, uno que hasta un niño podría hacer...

Esta manera de pensar del autor, De Puydt, me recuerda algo de Anselme Bellegarrigue, tal como escribía en sus muchos artículos en el periódico "Civilization" de Tolouse, 1849. Ideas similares, sobre todo en relación a los impuestos, fueron expresadas años después por Auberon Herbert (impuestos voluntarios)”. Es decir, él pasó por un periodo en el que defendía el Individualismo en filosofía (en la tradición finisecular), muy similar al exclusivismo francés, dándole al término “voluntarismo” un carácter similar al armandiano, después volvería al estatismo y el término “voluntarismo” se referiría desde entonces “a forma de gobierno movibles y asumibles”, con lo cual rompió abruptamente, con duros enfrentamientos (que sólo se olvidarían con su muerte y el responso de Tucker), su colaboración con Liberty, siendo expulsado en cuanto atacó al anarquismo. Por tanto que lo reivindiquen los capitalistas contradice aún más tu peculiar tesis. Si lo reivindican como anti-anarquista ellos reivindican un referente no anárquico; si lo hacen como individualista anti capitalista, nada tienen que reivindicar (hablariamos entonces de las corrientes que se llaman paradójicamente "anarquistas estatistas" y eso es ontro cantar ¿o es necesario hablar de minianarquismo?). De su posterior feroz negativa a aceptar el titulo y los postulados anarquistas (incluso los individualistas) nos habla James (op.cit.): “Auberon Herbert, for example, explicitly rejected the term anarchist. Another, Levy, stated that "no Individualist would every call himself an Anarchist." He also noted that while individualist and communist anarchists disagreed on many subjects "their agreement [on others] entitled them equally to the general designation of Anarchist”. Y más importante: “Significantly, Herbert, knew of, and rejected, individualist anarchism, considering it to be "founded on a fatal mistake" and would result in "pandemonium." He thought that we should "not direct our attacks - as the anarchists do - against all government, against government in itself" but "only against the overgrown, the exaggerated, the insolent, unreasonable and indefensible forms of government, which are found everywhere today." Government should be "strictly limited to its legitimate duties in defense of self-ownership and individual rights." He stressed that "we are governmentalists," aiming for a government "formally constituted by the nation, employing in this matter of force the majority method.” Es decir que acabó aceptando “la ley del número”, la fuerza de la mayoría para imponer un gobierno, un concepto muy similar al usado por el bolchevismo.

En definitiva no has podido (estoy seguro que involuntariamente) demostrar nada, y lo siento mucho, de veras. En Liberty se criticaba y recogía la opinión de marxistas, militaristas, fisiócratas latifundistas, y en todos esos casos era para criticarlos. También (como ya glose) muchos empezaron a colaborar siendo anarquistas y (como Loyd, uno de los considerados [Rocker, Las Corrientes…, op.cit] “tres incombustibles del Liberty [junto a Tucker y Yarros] que acabó aceptando las posturas estatistas “suavizadas” de Henry George, y aún otros) acabaron abandonando el anarquismo. Pero lo que yo te he preguntado, y estaba bastante claro, es el nombre de algún colaborador de Liberty que haya colaborado siendo capitalista, y la respuesta es 0. Si alguna vez en las páginas de liberty se promovió el capitalismo, y la respuesta es Nunca. Sólo se dejaba tribuna abierta, también a comunistas y aristocráticos, para contestarles y rebatirlos, pero no eran aceptadas ni compartidas sus teorías pro-capitalistas, por la línea editorial (Yarros, Methods, versión folleto, 1887).

En conclusión, la discusión sigue igual que antes, datos y obras contrastadas (pues ese es el concepto de referencia, una obra solvente, y no un artículo de opinión o un pastiche criptopartidario) por un lado; y una tendencia recurrente a incluir “anarquismo de mercado” y capitalismo allá donde se pueda.

No revertiré hoy los cambios pues no es la mi política entrar en una guerra de ediciones. Tal cual veo es el camino al que quieres abocar la discusión, pues pidiéndote alguna fuente original que me desmostrara mi “posible” error, has preferido revertir primero, y después buscar un ensayo que se declara partidario de una tesis determinada y de una adecuación ad hoc. Solicitando reflexión, has omitido mis citas y has dicho desconocer datos que en ellas misma se explicaban. Es decir que, presuponiendo buena fe, espero que este último mensaje te sirva de algo, si no es así, y como respuesta no crees poder darme más que direcciones de páginas de propaganda, habrá que creer que, se diga lo que se diga es más importarte insertar un recurso publicitario que una definición amplia, que, además, en nada contrariaría a ninguna sensibilidad, pues no conozco estudioso que niegue que Tucker se definía (a él, a sus publicaciones, al conjunto de su obra y a su metodología) como “socialista individualista […] y libertario” (Instead…, op.cit). ¿Eres capaz de negar tal aserto? ¿Puedes demostrar que Liberty no era Socialista ni Individualista ni Libertaria? Sería negar la evidencia en pos de no perder la razón.

Sin embargo, creo que un fin de semana es buen tiempo para reflexionar. No cambiaré nada ni discutiré (por el trabajo, no por falta de ganas) hasta entonces. Seguiré recopilando información. Pero si el lunes es imposible el acuerdo, y preferimos fijar un infundio y negar que Liberty fuera socialista, habrá que recurrir al pleonasmo, a la plétora de términos, pues borrando el objeto en conflicto sólo podrá reconocerse como públicación anarco individualista y eso, según el propio Tucker, sería lo mismo, pues: “No existe socialismo real que no sea individualista, ni individualismo autentico que no sea socialista” (citado por Eltzbacher, Los Anarquistas, edición de 1908).

P.D: Siento la longitud (y posiblemente alguna negligencia ortográfica por la premura con la que he escrito) pero cuando veo ciertas carencias me esfuerzo en rellenarlas.

Afectuosamente, saludos.

--El Enragé (discusión) 18:02 20 mar 2009 (UTC)[responder]

Una cosa que he de hacer notar es que los anarquistas de mercado, entre ellos no siempre han defendido los mismos puntos; unos fueron más iusnaturalista, otros egoístas, otros a favor de la propiedad intelectual, otros en contra, incluso unos a favor de trabajo asalariado. Y vuelvo a hacer notar, dice referente, no estamos interpretando más allá de lo que se ha convertido. Y sí es uno de los referentes más importantes del anarquismo de mercado actual, mutualista o capitalista (no veo por qué se va a negar). Si no quedó claro, referente. Nihilo (discusión) 18:22 20 mar 2009 (UTC)[responder]

Te pongo algo muy interesante y tiene traducción, el problema es que intervenciones tan extensas estamos foreando, pero haré una última excepción ante tu interés [2]
Obsérvense las siguientes listas de nombres:
  • Grupo 1 / Grupo 2
  • Pierre-Joseph Proudhon / Gustave de Molinari
  • Josiah Warren Herbert /Spencer (primer)
  • Stephen Pearl Andrews /Auberon Herbert
  • Ezra Heywood /Wordsworth Donisthorpe
  • Anselme Bellegarrigue /Rose Wilder Lane
  • Lysander Spooner /Robert LeFevre
  • Benjamin Tucker /Murray Rothbard
  • Francis D. Tandy /David Friedman
  • John Henry Mackay /Randy Barnett
  • Voltairine de Cleyre (primera) /Samuel E. Konkin 3.0
  • Franz Oppenheimer /Hans-Hermann Hoppe

Es obvio que ambas listas tienen algo en común: todos los nombres pertenecen a pensadores que apoyan radicalmente los mercados libres y la abolición del estado; por tanto, podemos inferir que todos son anarquistas de mercado.

Sin embargo, en los círculos anarco-izquierdistas se insiste en que los pensadores del Grupo 1 son anarquistas genuinos, y que los del Grupo 2 no son anarquistas en absoluto –dado que los verdaderos anarquistas deben oponerse no sólo al estado, sino también al capitalismo. Se dice que los del Grupo 1 son claramente anti-capitalistas y, por consecuencia, anarquistas auténticos; pero los del Grupo 2 quedan excluidos porque defienden al capitalismo. (No estoy seguro dónde meter a geolibertarios como Albert J. Nock y Frank Chodorov, o a pensadores emigrantes como Karl Hess; de modo que prefiero no mencionarlos)

No hace falta decir que no soy fan de esta supuesta dicotomía entre "verdaderos" y "falsos" anarquistas de mercado. Pienso criticar con más detalle esto en el futuro; por lo pronto me limitaré a dos cuestiones generales.

Primero: Quienes se empeñan en sostener dicha dicotomía difícilmente son anarquistas de mercado ellos mismos. Por lo general son los anarcocomunistas o los anarcocolectivistas quienes consideran que los pensadores de ambos Grupos hacen concesiones inaceptables al individualismo económico. (De hecho suelen descalificar como “stirneritas” incluso a sus favoritos del Grupo 1 –con la sola excepción de Proudhon-, y eso aun cuando la mayoría de los pensadores del Grupo 1 desarrollaron sus ideas muy aparte de Max Stirner; incluso Tucker, el más claro “stirnerita” del Grupo, fue un anarquista de mercado antes de conocer las ideas de Stirner). Cuando los anarquistas anti-mercado pretenden tener el derecho a decidir quién es y quién no es un genuino anarquista de mercado, se parecen un poco a los cristianos que exigen el derecho a decidir en la disputa entre chiítas y sunnitas. (Yo sospecho que lo que realmente quisieran los anti-mercado es hacer una purga en ambos Grupos; pero como las credenciales anarquistas del Grupo 1 están bien establecidas, no es una solución práctica).

Entonces, en lugar de investigar las opiniones de los anarquistas anti-mercado, me parece más relevante saber si los pensadores del Grupo 1 consideraban a los del Grupo 2 como compañeros anarquistas, o no. Y, de hecho, algunas luminarias del Grupo 2 –como Molinari, Donisthorpe y el primer Spencer- fueron saludados como anarquistas, o (en el caso de Herbert Spencer) como “cercano al anarquismo” --eso en las páginas de Liberty de Tucker, el principal órgano del anarquismo individualista norteamericano, donde publicaban la mayoría de los escritores del Grupo 1. (Donisthorpe, incluso, escribía para tanto para Liberty como para el periódico de la Liberty and Property Defence League, con lo cual transitaba a través de un golfo ideológico supuestamente intransitable). Así, el líder y vocero del Grupo 1, aunque ciertamente criticaba algunos puntos de los pensadores del Grupo 2, no tenía problema en reconocerlos como compañeros anarquistas. (Compárese también la muy favorable actitud del tuckeriano contemporáneo Kevin Carson hacia los rothbardianos y konkinianos).

No es que Tucker fuera especialmente generoso con el término “anarquista”. Al contrario, Tucker negó el derecho a ese término a anarcocomunistas como Johann Most, Piotr Kropotkin y los mártires del Haymarket; desde el punto de vista de Tucker, eran ellos, y no los spencerianos, los anarquistas “falsos”. Por supuesto, yo no sigo a Tucker en este punto concreto; un parroquialismo no es mejor que otro cualquiera. Pero el hecho es que el editor de Liberty –quien siempre denominó a su propia postura como “manchesterianismo consistente”- se sentía menos cercano a los anarcocomunistas de su tiempo que a los precursores del “anarcocapitalismo” (ciertamente, los puntos de vista de Tucker sobre Molinari y los spencerianos radicales son la mejor guía que podemos tener acerca de lo que Tucker pensaría hoy sobre Rothbard, Friedman, etc); y eso habla contra la división simplista de los anarquistas de mercado en ovejas socialistas y cabras capitalistas. (En verdad, los escritores de Liberty citaban a Spencer tanto como a Proudhon; y, para el efecto, Karl Marx se quejaba de que Proudhon respetara más a un liberal clásico cuasi-anarquista como era Charles Dunoyer que a un revolucionario comunista como Étienne Cabet).

Segundo: hasta el momento no es claro bajo qué criterios hay que separar a los del Grupo 1 de los del Grupo 2. Los partidarios de la dicotomía insisten en que el Grupo 1 es “anti-capitalista”, mientras que el Grupo 2 es “pro-capitalista”; pero esta etiqueta no es útil si no hay detrás hay algo sustantivo, no meramente terminológico. El hecho de que los pensadores del Grupo 1 acostumbraran usar “socialismo” como una palabra virtuosa, y “capitalismo” como una palabra viciosa, mientras que los pensadores del Grupo 2 solían a hacer lo contrario, importa muy poco; porque, claramente, ambos grupos no hablan de lo mismo cuando emplean dichas palabras. La mayoría de los pensadores del Grupo 2 usan la palabra “capitalismo” parta hablar de un libre mercado no regulado, y usan “socialismo” para hablar del control gubernamental; mientras que la mayoría del Grupo 1 usan esas palabras con significados diversos, pero coinciden con los del Grupo 2 en favorecer a los mercados libres y en oponerse al control del gobierno, sin importar qué nombres utilicen para referirse a todo eso. Como lo dijo Thomas Hobbes: “Las palabras son sabias contadores de hombres, ellos las hacen pero ellas los calculan, pero son el dinero de los necios”.

Dados los muchos significados de “capitalismo”, es muy difícil sustentar una dicotomía crucial entre pensadores antiestatistas basados solamente en su actitud hacia una abstracción indefinida llamada “capitalismo”. Tenemos que conocer qué posiciones específicas dividen a los del Grupo 1 de los del Grupo 2. Pero es excesivamente difícil descubrir posturas que separen a ambos Grupos de la manera deseada.

¿Será, acaso, su postura sobre la teoría laboral del valor? Mientras eso no se traduzca en diferencias prácticas, ¿qué diferencia hace?

¿O es su postura sobre el sistema salarial y la explotación del trabajo por el capital? Bajo ese criterio, pensadores del Grupo 2 como Spencer, Konkin y Friedman, que apoyan la abolición del trabajo asalariado, pertenecerían al Grupo 1, mientras que Molinari y Donisthorpe, que proponen reformar el sistema de salarios para dar mayor poder a los trabajadores, quedarían en algún lugar intermedio entre los dos Grupos.

¿Es su postura sobre la propiedad de la tierra y la renta? Bajo ese criterio, Spencer, quien rechazaba en su totalidad la propiedad de la tierra, sería más “socialista” que Tucker y pertenecería así al Grupo 1; mientras que Spooner, quien legitimaba al propietario ausente, sería más “capitalista” que Tucker y pertenecería entonces al Grupo 2.

¿Es su postura sobre la agencias de protección y policías privadas como cuasi-gubernamentales? Bajo ese criterio, Tucker, Tandy y Proudhon, que apoyaban las policías privadas, serían “pseudoanarquistas” del Grupo 2; mientras que LeFevre, quien rechazaba toda violencia, incluso la defensiva, tendría que ser movido al Grupo 1.

¿Es su postura sobre la propiedad intelectual? Bajo ese criterio, un fan de la PI como Spooner tendría que ser transferido al Grupo 2 “pro-propietarista”; mientras que los rothbardianos contemporáneos, como enemigos de la PI, tendrían que ser acomodados en el Grupo 1 “anti-propietarista”.

¿Es su postura sobre la legitimidad del interés? Bueno, quizá en abstracto, pero ambos bandos tienden a predecir una caída drástica en el precio de los préstamos como resultado de la competencia libre en la industria del crédito; pero ambos niegan que la caída llegará hasta cero: Los pensadores del Grupo 1 solían llamar “costo” a ese residuo diferente de cero; mientras que los del Grupo 2 acostumbran llamarlo “interés” –y ya basta, hum. Esto parece una caña muy frágil para algo tan pesado.

Ninguno de los criterios a los que se suele apelar parece sustentar, sobre bases concretas, la división en dos Grupos. Sospecho que lo que de verdad motiva a los partidarios de la dicotomía no es alguna política específica, sino más bien la sensación de que la retórica pro-mercado del Grupo 2 es un disfraz para ocultar la racionalización de las relaciones de poder que prevalecen en el capitalismo corporativo, lo cual no sucede en la retórica pro-mercado del Grupo 1 –por más que también les parezca errónea a los dicotomistas. Y, a su vez, tal percepción se basa, creo yo, en el hecho de que los pensadores del Grupo 2 son más proclives a caer en lo que Kevin Carson llama “libertarismo vulgar”, esto es, el error que consiste en confundir la defensa del libre mercado con la defensa del actual orden prevaleciente –y no tan libre. Ahora bien, es verdad que el Grupo 2 está más expuesto que el Grupo 1 a caer en esa infortunada tendencia. Empero:

  1. a) pocos pensadores del Grupo 2 cometen ese error consistentemente;
  2. b) algunos del Grupo 2 (vgr, Konkin, o el Rothbard de los 60’s, o incluso Hess, si cuenta como parte de este Grupo) no lo cometen en absoluto;
  3. c) el error de los libertarios vulgares no es más grave que, digamos, la egregia misoginia o el anti-semitismo de Proudhon –esto es, no es una razón poderosa para botarlos del club anarquista; y
  4. d) si confundir el libre mercado con el capitalismo corporativo no descalifica a los anarquistas anti-mercado (quienes frecuentemente cometen el mismo error, aunque viajen en dirección opuesta), ¿por qué debería ser suficiente para descalificar a los libertarios vulgares?
Por tanto, no veo bases sólidas para admitir la dicotomía entre los Grupos 1 y 2. Todos son anarquistas de mercado –con virtudes y fallas diversas, pero todos camaradas.


Yo también, a no ser que vuelva a requerírseme, o que tenga que suplir algunas de aquellas de tus afirmaciones que, lamentándolo mucho, se han demostrado no contrastadas ni sustentadas en datos fiables, terminaré, con este último aporte de referencias, mi serie de nutridos mensajes (pues habiendo ofrecido los datos, creo que sólo es hora ya de recapitular).

Bien, ya pasado el fin de semana, espero que hayas reflexionado. Constato, finalmente, que en este tiempo que has tenido para aunar información y documentación, sólo has ofrecido otro artículo de opinión que no contiene ni citas ni fuentes referenciadas, y que alejándose de todo rigor científico se declarada abiertamente partidario de una corriente especifica. Eso es información valida para un blog, un foro, o una web personal, pero no para una enciclopedia. Existen mil artículos que responden a eso y mil FAQs que lo contradicen, no obstante ninguna de esas referencias me parecen validas pues pierden todo el rigor al declararse partidarias de una u otra perspectiva (el artículo de carácter panfletario que has puesto no es ya “criptopartidario” sino decididamente sustentador y promotor de una corriente especifica, defendida, por cierto, sin mostrar ni un fragmento original en el que algún clásico o estudioso histórico avalara sus palabras).

Lo que si son validas son las citas que esas propias FAQ pueden contener (en tus documentos esas citas no existen o, las pocas que hay, no corroboran la tesis del autor), pero no sus conclusiones. A razón de ello, y viendo que el único material que has podido ofrecernos es de ese calibre, elaborado por internautas con el interés ex profeso de defender sus ideas personales, sin aportar ningún dato y sacrificando por ello todo solvencia, te ofrezco ese material para ver si, mostrándote la prolijidad que este tipo de libelos (y eso que este FAQ por lo menos bebe de las fuentes originales de autores y estudiosos) suelen tener, dejas de ofrecer opiniones publicitarias y buscas datos rigurosos (y si no existen aquellos que respalden tus opiniones –tal y como yo te confirmo- entonces sería bueno admitirlo y dejar de mantener una afirmación que no se sustenta objetivamente).

Así reza:

"Benjamin Tucker, like all genuine anarchists, was against both the state and capitalism, against both oppression and exploitation. [...] This stance puts him squarely in the libertarian socialist tradition and, unsurprisingly, Tucker referred to himself many times as a socialist and considered his philosophy to be "Anarchistic socialism."

For Tucker, the true "Anarchistic doctrine" was "occupancy and use as the basis and limit of land ownership." Supporting the current property rights regime meant "departing from Anarchistic ground."

So Tucker considered private property in land use (which he called the "land monopoly") as one of the four great evils of capitalism. [...] Ending this monopoly would, he thought, reduce the evils of capitalism and increase liberty. [...] Tucker believed that under mutual banking, capitalists' ability to extract surplus value from workers in return for the use of tools, machinery, etc. would be eliminated because workers would be able to obtain zero-interest credit and use it to buy their own instruments of production instead of "renting" them, as it were, from capitalists. "Make capital free by organising credit on a mutual plan," stressed Tucker, "and then these vacant lands will come into use . . . operatives will be able to buy axes and rakes and hoes, and then they will be independent of their employers, and then the labour problem will solved." [Instead of a Book, p. 321]

[...] Tucker's ideal society was one of small entrepreneurs, farmers, artisans, independent contractors and co-operative associations based around a network of mutual banks. He looked to alternative institutions such as co-operative banks and firms, schools and trade unions, combined with civil disobedience in the form of strikes, general strikes, tax and rent strikes and boycotts to bring anarchism closer.

[...] Thus the logical consequence of Tucker's proposals would be a system equivalent in most important respects to the kind of system advocated by other left libertarians. In terms of aspirations, Tucker's ideas reflected those of social anarchists -- a form of socialism rooted in individual liberty. His fire was directed against the same targets, exploitation and oppression and so state and capital. He aimed for a society without inequalities of wealth where it would be impossible to exploit another's labour and where free access to the means of life were secured by mutual banking and "occupancy and use" applied to land and what was on it. He considered laissez-faire capitalism to be a system of state-supported privilege rather than as an ideal to be aimed for. He argued extensively that getting rid of the state would mean getting rid of capitalist property rights and so, like other anarchists, he did not artificially divide economic and political issues. In other words, like social anarchists, he was against the state because it protected specific kinds of private property, kinds which allowed its owners to extract tribute from labour.

Tucker's system was intended to eliminate exploitation and involves a radical change in property rights, which is why he called himself a socialist and why most other anarchists concurred.

En ese mismo documento se encuentras citas reales que no son tergiversaciones postreras, y que por tanto también son incotestables, en torno por ejemplo a su herencia mutualista y warreniana:

"Would individualise and associate" workplaces by mutualism, which would "place the means of production within the reach of all." [quoted by Martin, Op. Cit., p. 228]

"Utterly inconsistent with the Anarchistic doctrine of occupancy and use as the limit of property." [Liberty, no. 180]

[...] Profits "to a few mean robbery of others, -- monopoly. Andrews and Warren, realising this, make individual sovereignty and the cost principle the essential conditions of a true civilisation." [Liberty, no. 94, p. 1]. [FAQ]

Y si no te es suficiente tienes otra en español:

“¿Los anarquistas son socialistas?

Si. Todas las principales ramas del anarquismo están opuestas al capitalismo, porque este ultimo esta basado en la dominación y la explotación.

Los individualistas tales como Ben Tucker lo mismo que los anarquistas sociales como Proudhon y Bakunin se proclamaron "socialistas". Lo hicieron porque opinaban que la palabra "socialista" fue originalmente definida para incluir "a todos aquellos que creen en el derecho del individuo a la posesión de lo que el o ella produce [Ayn Rand y la Perversión del Libertarianismo, en Anarquía: Un Diario Del Deseo En Armas, no. 34]. Ben Tucker, por ejemplo acusa al capitalismo de ser "el usurero, el cobrador de intereses, rentas y ganancias". Tucker sostuvo que en una sociedad anarquista, no-capitalista, de mercado libre, los capitalistas serán redundantes puesto que "el trabajador ...asegurara su salario natural, su producción entera". Tal economía estará basada en la banca mutua y el libre intercambio de productos entre cooperativas, artesanos y campesinos. Incluso Max Stirner, el archi-egoísta, no tenia mas que desprecio por la sociedad capitalista y sus varios "cocos", lo que para él quería decir ideas que son tratadas como sagradas o religiosas, tales como la propiedad privada, la competición, la división laboral, y demás.

Mientras que los anarquistas sociales y los individualistas están en desacuerdo en muchos puntos -- por ejemplo, si un mercado libre seria la mejor manera de maximizar la libertad -- están de acuerdo en que el capitalismo tiene que ser combatido […]. “El anarquismo es realmente un sinónimo del socialismo. El anarquista es primeramente un socialista cuyo fin es la abolición de la explotación del hombre por el hombre” [“Anarquismo”, Daniel Guerin]”. [FAQ]

Lejos ya de las FAQ se nos dice en otro ensayo:

“Tucker was greatly influenced by the social and economic ideas he encountered in the writings of these individualist anarchists: anti-statism, sovereignty of the individual, and cost as the basis of price. He followed closely the motto that Ezra Heywood had printed in large letters over his desk: "Interest is Theft, Rent Robbery, and Profit Only Another Name for Plunder." [Ezra Heywood & Benjamin R. Tucker, Martin Blatt]

Entrando ahora en el campo del estudio serio nos muestra Joseph Ishill (edition Oriol Press, 1934) como se definía el propio Tucker: “I should be an Anarchist – namely, the impossibility of discovering any good reason for being anything else? To show the invalidity of the claims of State Socialism, Nationalism, Communism, Single-taxism, the prevailing capitalism, and all the numerous forms of Archism existing or proposed, is at the same blow to show the validity of the claims of Anarchism. Archism once denied, only Anarchism can be affirmed. That is a matter of logic.” [Why I Am An Anarchist, 1892).

Y definitivamente: “El socialismo que no satisfaga las particularidades individuales no puede ser tal; y el individualismo que no acepte las reivindicaciones socialistas tampoco puede serlo […] soy, por ello, un socialista y un individualista convencido” [Instead of a Book]

Y así define a su periódico: “Órgano del Anarquismo filosófico, abierto a todos los amigos sinceros de la verdad, la libertad y el socialismo anti-estatista” (Ibíd.)

En conclusión: Tucker se definía socialista y proclamaba a su publicación –Liberty- como socialista. Contesta entonces, por ti mismo, te lo solicito cordialmente, a las siguientes preguntas con esa parquedad que te ha caracterizado en el apartado de los datos: ¿Era Tucker socialista? ¿Consideraba él a Liberty una publicación socialista? ¿Se definía Tucker y su medio de expresión como anti-capitalista? Espero que respondas a esto con sinceridad.

Si coincides en responder afirmativamente habrás dado un paso muy importante a favor de la objetividad. Tendrás entonces que tratar de centrarte, tal y como bosquejas, en que no se habla de lo que era o no era Tucker y Liberty, sino en aquellos de quienes eran referente. Si es así pasan dos cosas bastante graves: 1º ¿Es la entrada de Liberty, en su párrafo inicial, en lugar adecuado para poner referentes que son inexorablemente discutibles? 2º ¿Es licito situar como heredero postrero una parcialidad sesgada que no engloba el corpus que lo reclama?

Contéstame, por favor, si el siguiente ejemplo te parecería licito en pos de la credibilidad enciclopédica. Imagínate la entrada de, por ejemplo, Errico Malatesta, y que allí después de los datos propios de una entradilla inicial se dijera “es uno de los referente históricos que reclama el ‘marxismo-libertario”. ¿Te parecería esa una afirmación objetiva y rigurosa? Es cierto que dicha corriente antitética reclama a Malatesta como “referente histórico”, y que este dato poda incluirse en la entrada de “Marxismo-libertario”, no obstante, se antoja un despropósito adjuntarla a la biografía de Malatesta. 1º Porque es una afirmación gravemente discutible. 2º porque no aporta nada sobre el personaje de Malatesta (precisamente uno de los clásicos anarquista que, si habló de unidad “socialista” en casos puntuales, más crítico fue con el cientifismo, el determinismo y el mecanicismo del materialismo marxista y con los principios prácticos del mismo). Y 3º porque supone un agravio comparativo al establecer como reivindicador postrero a la que, como mucho, sólo sería una fracción completamente fragmentaria entre las muchas que las reivindican.

Pues bien, sintiéndolo mucho, estos tres pasos son los que tú reproduces al querer hacer pasar una parte discutible por un todo ni siquiera vislumbrado. Y eso podía hacer caer al artículo en un campo de batalla “sectario” y eso sería algo reprobable.

Además, en el último fragmento que has ofrecido no tiene ni una sola cita o referente, no argumenta en base a dato o texto alguno, más que en su opinión personal (algo propio de un blogero y no de un referente serio para elaborar una enciclopedia). En cuanto a que pongas de referente para el término “anarquismo de mercado”, una reseña de un libro de Wendy McElroy, en la que en ningún momento se habla de “anarquismo de mercado” (la palabra mercado sólo aparece una vez y no con ese uso, sólo se incluye en el titulo de la obra de Rothbard Power and Market) y en la que si apareciera (cosa que se encontraría en el libro y no en la reseña que no aporta absolutamente nada que justifique la utilización de ese vocablo) tendría que ser una afirmación que se mostrara solvente, demostrándola con citas y datos originales y que no se limitara a una simple opinión personal. Decir: “el ‘anarquismo de mercado’ es un término reconocido aunque ningún postulador, filósofo o historiador clásico anarquista haya usado jamás esa definición, aunque no pueda mostrar ninguna prueba de que este término exceda de una invención propia o de una formulación interesada, aunque ninguna cita lo avale y corrobore” es algo completamente acientífico y que carece de valor, sea firmado por los autores que has referenciado o por cualquiera que no aporte pruebas al respeto.

En conclusión recomiendo que usar términos como “anarquismo individualista”, “socialismo individualista y libertario” o “individualismo libertario”, es lo más correcto y lo que no excluye a ninguna sensibilidad que verdaderamente pretenda considerarse herederos del anarquismo de Tucker y su Liberty. A su vez propongo como cita que justifique dicha definición el Instead of a Book (Tucker), y Las Corrientes Liberales de los Estados Unidos (Rocker).

Creo que lo que propongo es un acuerdo susceptible de satisfacer al grueso del anarco individualismo que siempre, así y no de otra forma, se ha bautizado.

Reiterando que a no ser que me lo solicites (o cualquier otro) este será mi último mensaje de estas características, tan descomunal como necesariamente amplio, te conmino a que tomes una resolución y me la comuniques. Tienes bastantes opciones que no incluyen una afirmación discutible y sesgada.

Confiando en tu buen juicio y el rigor de todo editor honesto, me despido.

Saludos.

--El Enragé (discusión) 11:35 23 mar 2009 (UTC)[responder]


    • Pues difícilmente, ya que la bibliografía -mucho más especializada- indica que las afirmaciones del artículo son correctas, Liberty constituye un referente histórico del anarquismo de propiedad privada o anarquismo de mercado... no confunda género con especie (el mutualismo es uno de los anarquismos de mercado, pero Liberty constituye un REFERENTE para el posterior anarcocapitalismo que es en la actualidad una forma vigente -sino la mayor- del anarcoindividualismo como muy claramente indican las referencias). Entonces bajo el término anarquismo de mercado agrupamos tanto al mutualismo como al anarcocapitalismo, es como se usan los términos ahora (me adelanto a que no discutiré sobre los "verdaderos" y "falsos" anarquismos ya que Wikipedia es neutral).

Algo que parece no está claro y se está gastando mucho bit inútilmente, pienso, es que el hecho de que era anarcoindividualista ya se indica claramente (no hay que interpretar nada), es sobre de qué es referente en la actualidad, del o los anarquismos de mercado lo que discutimos acá (y son hechos, más que opiniones). Nihilo (discusión) 12:36 23 mar 2009 (UTC)[responder]


Me temía que iba a ignorar toda la información vertida, pero no quería creerlo (buena fe). Ahora se torna en un hecho consumado.

1º Mis fuentes son mucho más específicas y especializadas (¿Existe algún estudio histórico sobre Liberty y el anarquismo individualista en América más específico, especializado y bien documentado que la obra de Rocker, Las corrientes Liberales en los Estados Unidos? ¿Existe algo más específico que los distintos estudios señalados por solventes historiadores que han citado el propio Instead of a Book de Tucker?).

2º Las fuentes de usted no han demostrado nada de eso (cite, por favor, el fragmento donde esos autores, no basándose en sus opiniones o interpretaciones personales, sino en las citas originales de Liberty, demuestran tales cosas).

3º Si un medio, individuo o teoría ha sido un referente para un campo muy amplio de receptáculos citar sólo a uno de ellos, que excluye a los demás, representa un agravio comparativo para con aquellas otras doctrinas.

4º Su afirmación de que el capitalismo que se considera anarquista es la mayor representación del anarquismo individualista es sólo propaganda, no esta documentada, no corresponde a ningún dato o estadística presentado de forma seria, y es sólo una apreciación que se hace pasar por evidencia. Los articulistas citados por usted, que defienden determinada forma de liberalismo se tildan así mismos de defensores interesados en conjugar anarquismo y capitalismo, lo cual los inhabilita como observadores neutrales (más aún como expertos).

5º Los términos de los que usted reivindica su vigencia, no sólo no se han usado nunca, sino que, contrariamente a lo que usted afirma, ni siquiera contemporáneamente son mayoritarios, sino todo lo contrario ( ¿Qué es el Anarquismo? (Estudio), Benjamín Cano Ruiz, La Ideología Anarquista, Angél J.Cappelletti, Anarquismo, Daniel Guerin, ¿Qué es el Anarquismo?, Federica Montseny; todos ellos estudios realizados después de la segunda mitad del siglo XX, no muestran ninguna corriente capitalista dentro del anarquismo, y todos citan a Tucker y a Liberty, mostrándolo tan beligerante con el liberalismo como en sus propios manuscritos).

6º Nadie ha hablado de los verdaderos o falsos anarquismo, sino de la pertinencia de incluir una afirmación no documentada verazmente que excluye otras interpretaciones, o incluir una definición que no segregue a nadie.

7º La definición descriptora de los herederos actuales, propuesta por mí, no excluye a nadie, la suya sí.

8º Yo por lo menos he tratado de proponer una definición que agrade y contente a todos y que no moleste ni ofenda a nadie, y no me ha importado adecuar cualquier proposición inicial. Usted ha mostrado una inflexibilidad total, negándose contumazmente a “bajarse del burro” y a proponer otro término que no despierte tantas sospechas de sectarismo.

9º Si el término de “individualismo libertario” se considera reiterativo, basta con buscar otro afín a su espíritu o con modificar la redacción de la entradilla. La cuestión era ofrecer una alternativa y no enrocarse en una posición inamovible.

10º Se ha negado usted finalmente a responder a cualquiera de mis preguntas, a ofrecer datos objetivos que avalen sus pretensiones, que sean susceptibles de hacerme cuestionar mis planteamientos y también se ha inhibido de reflexionar sobre lo por mi planteado.

En conclusión: lo fácil sería editar la entrada y caer en ese juego pueril de a ver quien esta más tiempo apretando una tecla; pero ni ese es mi leiv motiv ni tampoco es el de la Wikipedia.

Por tanto, y visto que ni los hechos objetivos consiguen moverle a la cooperación y el razonamiento honesto, buscaré las vías para conseguir que un termino conciliador pueda englobar a las distintas sensibilidades que representaba Liberty y no una interesada y conflictiva parcialidad.

Sin cerrar ninguna puerta le remito a mis propuestas terminológicas y añado: “anarquismo norteamericano”, “individualismo norteamericano”, “individualismo libertario norteamericano”. Es decir, ofrezco múltiples salidas para este conflicto que usted se niega a solucionar.

Su potencial negativa futura (espero, sinceramente, que no sea así) a colaborar y ofrecer otra alternativa, distinta de la existente, y por tanto apta para ser consensuada, le retratará y facilitará la compresión que sobre este asunto pueda tener cualquier observador neutral.

Saludos.

--El Enragé (discusión) 13:40 23 mar 2009 (UTC)[responder]

  • No veo por qué, aun no creo soy claro: ya se indica que ES anarcoindividualista, y luego se indica que ES REFERENCIA del anarquismo de mercado o anarquismo de propiedad privada, ello obedece a una realidad no a una opinión (no veo para que cambiar el "de mercado" si como bien reconoces todos son pro laissez-faire). Que si es coherente el pasado de Liberty con el referente que se ha convertido no es nuestra misión juzgarlo... porque no somos objetivos somos neutrales.

Y sobre literatura, un clásico del anarquismo individualista -y de mercado-, Men Against the State de James J. Martin.

-También artículos de McElroy de anarcoindividualismo entendido como anarquismo de mercado Individualist Anarchism

- Acá también anarcoindividualismo americano, entendido como anarquismo de propiedad y mercado Individualist Anarchist Resources

-Y sobre el uso del término anarquismo de mercado, pues mostramos un botón [3], o poedmos ver esta popular biblioteca virtual [4]

Sin ánimo de polémica, creo que estás un poco desactualizado con respecto a estos temas, autores del añejo anarcosindicalismo latino no ayudan mucho a conocer en el referente vigente que se ha convertido Liberty en la actualidad en el "otro anarquismo". Nihilo (discusión) 16:38 23 mar 2009 (UTC)[responder]


No todo los que se inspiran en Liberty eran favorables al mercado, por lo cual jamás “he reconocido que todos lo fueran”. Los egoístas como James L. Walker seguían a Stirner y se oponían a la concurrencia y al mercantilismo (como Tak Kak reafirmaba que su concepto de la propiedad era idéntico al de Stirner, todo cuanto estuviera en sí o a su alcance era suyo [lo cual abrió un curioso debate sobre la propiedad intelectual], de hecho en The Philosophy of Egoism (1905) no se usa ni una sola vez la palabra “market”. Lo mismo puede decirse de la mayoría de stirnianos que participaban en Liberty (Rocker, op.cit.). También los transcendentalistas, como Henry D. Thoreau se oponían a los negocios, la idolatría monetaria y el espíritu comercial (Rocker, op.cit, Nettlau, op.cit), tal y como ya he citado, y añadiendo aún algunas cosas: “Por menguada que sea tu vida, enfréntala y vívela; no la esquives, ni le apliques rudos apelativos. […] Parecerá más pobre cuanto más rico seas tú. […] Con frecuencia me parece que los pobres de la villa viven una vida más independiente que cualquier otra persona. Quizá son sencillamente lo bastante grandes para recibir sin desconfianza. […] La riqueza de un hombre se mide por la cantidad de cosas de las que puede privarse […]. Una vez que el hombre es calentado ¿qué más desea? Seguramente no quiere más de ese entibiamiento, sino alimento mejor y más rico, mayores y más espléndidas casas, ropas abundantes y de mejor calidad, fuegos más continuos y de más rendimiento en calor; y otras cosas parecidas. Cuando un hombre ha obtenido todo lo nombrado anteriormente, existe otra alternativa aparte de la de adquirir cosas superfluas, la de arriesgarse en la vida […]. Tengo presentes a los ricos en apariencia, pero que en realidad pertenecen a una clase terriblemente empobrecida, que han acumulado basura y no saben cómo usarla o deshacerse de ella; en esta forma han fraguado sus propias prisiones de plata u oro.” (Walden…, op.cit).

Decir que Liberty es un referente del “anarquismo de mercado” excluye directamente a todo el individualismo que se oponga al mismo, lo cual convierte a ese término (que usa usted como epíteto) en una definición sesgada, no acorde a la realidad, falta de objetividad y segregadora. Pues el concepto de “anarquismo de mercado” acoge exclusivamente a aquellos anarquistas y corrientes que fueran partidarias del comercio; cuando existe una tradición individualista numerosísima opuesta a él (desde los godwinianos, a los stirnianos, a los ilegalistas, y a los individualista filosóficos [Zo d´ Axa, Albert Libertad, Mauricius, Han Ryner, Eugen Relgis, Georges Palante, Renzo Novatore, Paolo Schichi, Giuseppe Ciancabilla]) y que fueron fuertemente influenciados por Liberty (ver Nettlau, op.cit, y todas las monografía ya señaladas y aún otras: Investigación…, op.cit, El Único…, op.cit, La Belle Epoque de la Banda Bonnot, Bernard Thomas, revista L´En Dehors, periódico L´Anarchie, Un Individualiste dans le Social. Han Ryner, Louis Simon, Précis de Sociologie, Georges Palante, Verso il nulla creatore, Renzo Novatore, y un largísimo etc.) y que se relacionaron, citaron y se inspiraron en las páginas de Liberty (por favor, pídame algunas de las citas de los antes mencionados y le regalaré hojas y hojas en las que estos individuos hablan de “un socialismo individualista, lanzan imprecaciones contra la propiedad, la violan o ridiculizan, condenan y anatomizan el mercado y, finalmente, se muestran, en su calidad de individualistas, como sus más adversos opositores” [Iconoclasta, Renzo Novatore]). Es decir, los herederos de Liberty son muchos y los partidarios del mercado, dentro de ese “muchos”, son una parte tan digna de destacarse como cualquier otra.

3º En cuanto a sus referentes sigue usándolos, lamentándolo mucho, de forma negligente y sin adjuntar cita alguna que defienda lo que usted dice. El controvertido James J. Martin en su obra (ya citada por mí, lo cual demuestra que no lee ni una línea de lo que escribo y documento) dice y defiende precisamente lo contrario de lo que usted afirma: “Tucker looked upon anarchism as a branch of the general socialist movement. […] Capitalism an injustice which ranked only to legalising titles to absolute ownership of land or raw-materials. […] The private domination of the land" originated in "usurpation only, whether of the camp, the court or the market. Whenever such a domination excludes or deprives a single human being of his equal opportunity, it is a violation, not only of the public right, and of the social duty, but of the very principle of law and morals upon which property itself is based. […]"[To] reduce land to the status of a commodity was an act of usurpation, enabling a group to 'profit by its relation to production' without the expenditure of labour time." These ideas are identical to Proudhon's and Tucker continues in this Proudhonian "occupancy and use" vein when he argues that possession "remains possession, and can never become property, in the sense of absolute dominion, except by positive statue [i.e. state action]. Labour can only claim occupancy, and can lay no claim to more than the usufruct." Current property ownership in land were created by "forceful and fraudulent taking" of land, which ‘could give no justification to the system’. […] The longest-lived of any radical periodical of economic socialist or political nature in the nation's history […] Therefore, it is clear that both social and Individualist Anarchists share much in common, including an opposition to capitalism. The former may have been in favour of free exchange but between equally situated individuals. Only given a context of equality can free exchange be considered to benefit both parties equally and not generate growing inequalities which benefit the stronger of the parties involved which, in turn, skews the bargaining position of those involved in favour of the stronger” (James J. Martin, Men Againd The Estate)

Y éstas son sólo algunas cogidas al azar (no pondré todas pues asegure, cosa que se me escapa, no extenderme más). Ergo, usted sólo ha ofrecido una portada en Amazon en la que dice que se glosa lo que usted defiende; yo le he ofrecido citas que demuestran la naturaleza de gran parte del libro de Martin. La próxima vez se le agradecería que se leyera la fuente citada antes de establecerla como referente. La tergiversación es contraria el espíritu de la Wikipedia. Si ha creído que el hecho de que Rothbard celebrara el libro lo convierte en un referente liberal, parece que usted se ha equivocado. Rothbard felicitó a Martin por “rescatar” la memoria individualista, pero lo crítico acusándolo de “estrecho” (reseña de la época, según el prólogo de la subsiguiente edición). Sí, también Rothbard alabó antes de leer. Finalmente Martin “perdió la cabeza”, se convirtió en filonazi y en un consumado “negacionista” del holocausto (retazos de autobiografía). Pero en su época de esplendor estaba más cerca de Stirner y cia. que del resto de tendencias.

Sobre Wendy McElroy el caso es igual de sorprendente. No sólo ya le he dicho que una voz que se considera “juez y parte” pierde bastante rigor, que además McElroy no extrae ni una sola cita de Tucker o Liberty en la que confirme la tesis de usted, pero, peor aún, me he entretenido en buscar artículo por artículo la palabra “market” (con el buscador es fácil) y jamás es utilizada como “anarchism of market”, sólo se usa dicha palabra en el contexto de “free market”, “Haymarket” “market society” (Ni siquiera en Anarchism: Two Kinds, usa dicha expresión y se limita a dar su opinión e interpretar, sucintamente, lo que significa el libre mercado para los individualistas libertarios). Siento decírselo, pero su credibilidad ha descendido vertiginosamente. Ha citado una serie de artículos sin ni siquiera asegurarse de que allí dijeran lo que usted afirmaba que decían, y posiblemente tampoco se los habrás leído en su totalidad (de lo contrario no entiendo su desinformación). No negaré, dada mi buena intención, que McElroy pueda usar ese término, interesadamente, en tal o cual panfleto, mi saber no es omnisciente; lo que niego es que en ninguno, ni siquiera en uno sólo, de los textos que usted ha mencionado (o descargado para que sea yo mismo el que lo busque ahorrándole a usted la labor de verificar lo que afirma) ella use dicho término. Ahí, ante la cruda realidad de lo que se desvela como una manipulación; cada vez se estrecha más el cerco para la presunción benevolente. Esta comprobación me ha entristecido profundamente, no sé ya el valor instructivo que tiene esta discusión.

La búsqueda de “market anarchism” en Google me ha parecido, sin ánimo de molestarle, verdaderamente una ofensa anti enciclopédica. Un atentado directo contra las bases de la Wikipedia que usted tan bien conoce ¿Poner en un nombre en un buscador al azar es un referente fiable como aval de un término? Es vergonzante. Así, con internautas anónimos, blogeros interesados y foros partidistas, podremos llenar páginas y páginas de sensacionalismo, y quizás alguna perla, pero ni en un caso ni en otro es un referente digno de una enciclopedia.

Abrir después dos webs y decir: “aquí también está dicho término”, para que lo busque el que exige referencias, en lugar de aportarlo el que quiere refrendar su tesis, es un acto que cualquier escolar reconoce como deshonesto. Podría decirle: “mire, lo que yo digo puede encontrarlo en la famosa biblioteca virtual Antorcha, o en la prestigiosa biblioteca virtual Miguel de Cervantes”, y no estaría más que tomándole el pelo y demostrando mi desconocimiento sobre el tema.

La conclusión es que, según las inexistentes referencias que ha ofrecido (en torno a la relevancia del término “anarquismo de mercado”), ese término es un invención que usted contribuye a propagar, pues no se fundamenta en ningún dato ni argumento histórico, sólo distintas páginas, como la del Instituto Molinari, se definen, partidistamente, con tal titulo, pero no existe fundamento bibliográfico, ni prueba documental que confirme la validez, trayectoria, rigor, transcendencia, y preponderancia de dicho término; sólo su palabra me afirma lo contrario.

Sinceramente, y en base a esto, ya no hace falta que busque más referencias, veo que no existen y es todo una cuestión de “no dar el brazo a torcer”. Si mañana viniera usted a ofrecer miles de citas en las que se empleara el término “anarquismo de mercado”, o incluso consiguiera descubrir un documento arqueológico en el que Tucker se reconociera partidario de tal invento, ya usted habría violado las premisas de Wikipedia que afirman que los artículos deben modificarse después de tener las fuentes que confirmen los cambios y no al revés. Usted, como wikipedista veterano, ha faltado a ese precepto y se ha puesto a argumentar y formular conceptos antes de haberlas verificado y contrastado. Ha fijado el vocablo “anarquismo de mercado” sin que ninguna de sus referencias lo recogiera (y comete una infracción contra la tendencia pedagógica e informativa de esta enciclopedia cuando la referencia de dicho término [que increíblemente ha depositado usted en el texto de McElroy] es una reseña que, paradójicamente, no recoge dicho término]. Usted ha editado y referenciado ad hoc. Y eso es muy grave.

4º No creo que a mis fuentes se les pueda invalidar con ese pintoresco calificativo de “sindicalismo latino”. Ni Nettlau fue sindicalista (sino un conciliador que ayudo a introducir y reivindicar las teorías de los bostonianos en Europa), ni gente como Rocker (tan intermediario como el anterior) hicieron otra cosa que difundir el grueso de ideas libertarias (individualistas tanto como sindicalistas, etc.). Y lo de “latino” lo supongo una broma en el caso de estos dos alemanes. Sólo Montseny podría ser considerada como tal, pero ante las citas de Tucker, Warren, Greene, y los estudiosos del siglo XX (algunos, como el propio Martin, sobre los que usted ya ha demostrado su desconocimiento), su acusación se desmonta. Y si quiere invalidar a Cappelletti y Guerin y a todos los demás con esos calificativos, eso sólo demuestra desconocimiento del objeto de estudio. Dice usted que mis fuentes son vetustas, pero es preferible conocer los orígenes y la génesis de la materia a glosar que estar completamente desinformado a la hora de abordar el artículo susceptible de ser editado. Ojala usted conociera esas fuentes clásicas y no tratara de editar aquellos elementos sobre lo que aún le quedan hondas lagunas. Será que Tucker, Nettlau y Rocker no son tan solventes como unos cuantos internautas de ideas afines.

Se niega usted a colaborar, dice querer evitar la polémica pero sólo le interesa que, sin datos, sin referencias, contra toda lógica y razón, prevalezca un criterio determinado. Yo, desde mi inicial concepto de “socialismo individualista y libertario” he abierto un amplio abanico hasta el “anarquismo norteamericano”. No espero ya que reconozca la evidencia (la cual, sabiéndose equivocado, negará aún habiéndosele demostrado su error) y que admita que mientras el término “mercado” excluye y expulsa a todos los individualistas que no creyeron en él, o que incluso se opusieron al mismo, conceptos como los usados por mí engloban a todas las sensibilidades y tendencias influidas por Tucker ¿o acaso dichas corrientes son anti-libertarias y no se propagaron por el norte de América? Mi terminología no excluye nada ni a nadie y es lo suficientemente amplia para que todos puedan sentirse identificados. Yo, simplemente, le he solicitado que respete el espíritu enciclopédico. No pretendo que se pliegue a mis propuestas, son sólo alternativas. Únicamente le he solicitado que usted mismo ofrezca otras opciones que le agraden y convenzan, y a todo eso, no ya a mis propuestas, sino a la posibilidad de que usted busque la que más le complazca, sólo ha sabido contestar: No. Usted mismo habrá citado muchas veces eso de que hay que solucionar los problemas y no agudizarlos, que hay que buscar el consenso y no el dogmatismo y la preponderancia de la opinión propia, sin embargo parece ser que usted sólo acepta que prevalezca su criterio como el único plausible, pues no ha mostrado ni siquiera una mínima intención, interés o predisposición en ofrecer cualquier otro concepto; mientras que yo le he ofrecido ya una cantidad considerable, ajenos a mi opción inicial. Usted, doctrinariamente, sólo es capaz de aceptar su definición original. Yo le he propuesto que aporte lo que crea y busquemos juntos una posibilidad que satisfaga a ambos. Y usted ha vuelto a repetir su anti cooperativo “No”.

Aun podría yo aportar tres más: “radicalismo libertario”, “radicalismo norteamericano” y “radicalismo libertario norteamericano”. Más amplio no se puede ser. Esto incluiría, también, a cualquier escuela sin exclusión. Su negativa sólo demuestra que prevalecer es más importante que ofrecer una información veraz.

Me abstengo -contra mi voluntad- de seguir ofreciendo soluciones consensuadas que usted ignora con un lacónico No. Me informaré y mañana seguiré el protocolo pertinente que debe adoptarse cuando algún editor no atiende a razones y dinamita cualquier posibilidad de acuerdo, parapetándose en una opinión permeable al razonamiento.

Hasta mañana

Saludos.


El Enragé


  • No se trata de sus opiniones o de conceptos -esos sí de investigación original- que usa para evitar la palabra "mercado", las cosas son como son, es un REFERENTE de esas ideas (guste o no). Ya se indica que Liberty era sólo anarcoindividualista, por eso no se preocupe que está bastante claro y nadie se lo va a cuestionar (las cosas acá son como son no como nos gustaría). Un cordial saludo, y no necesita apasionarse, para eso están otros medios en los que puede debatir sus opiniones a sus anchas, espero eso también quede claro. Nihilo (discusión) 00:22 24 mar 2009 (UTC)[responder]


¿Son opiniones y conceptos personales Rocker, Nettlau, Landauer, Martin, Cano, Swartz, Eltzbacher, Cappelletti, Guerin, y aún la voz de los propios interesados (Tucker, Warren, Heywood, etc.) sondeada hermenéuticamente por dichos estudiosos e historiadores? ¿Puede hablar de “opiniones y conceptos personales” alguien cuyos referentes no recogen el término que defiende, no aporta citas que verifiquen la relevancia del término, ni pruebas documentales que lo avalen? ¿No excede el campo de la “opinión personal”, establecer como referente una fuente que no recoge lo supuestamente referenciado? ¿No se convierte en tergiversación, en la trasmutación que convierte a la ideología o las apreciaciones y percepciones particulares en “información enciclopédica”, el negarse a aportar un solo referente que recoja y documente el término “anarquismo de mercado”? ¿No es una valoración subjetiva decir “las cosas son como son” sin aportar una prueba, que trascienda de su propia palabra, y que explique porque las cosas son “supuestamente así”? ¿No representa una actuación interesada el editar una información antes de ofrecer las fuentes que lo ratifiquen, y que cuando se ofrecen dichas fuentes no coincidan con lo susceptible de ser ratificado? ¿No es una manipulación establecer como ÚNICO heredero de Liberty un término que excluye a las demás tendencias, en vez de buscar un término que las incluya a todas?

Nadie se ha apasionado, simplemente he contemplado como la Wikipedia puede usarse como arma cuando alguien sin datos, documentos o informaciones verificables, convierte su visión privada sobre las cosas en una verdad general… por arte de “golpe en la mesa”. Pues el único referente de sus afirmaciones es la autoridad de su propia palabra. Eso no es “pasión”; es una observación racional sobre la realidad circundante.

Lo dicho, voy a ver como la política de Wikipedia muestra su eficiencia a la hora de ayudar a buscar soluciones en estos asuntos.

Saludos.

--El Enragé (discusión) 10:03 24 mar 2009 (UTC)[responder]


He encontrado esta frase de un wikipedista, con el que no siempre he coincidido, pero que aquí ha plasmado perfectamente mi pensamiento (espero que a él no le importe que lo cite):

No hay discusión cuando se impone un punto de vista y no hay voluntad de consenso. Saludos. wikisilki|iklisikiw 22:52 21 mar 2009 (UTC)”.

Le recomendaría, Nihilo, que se aplicara este buen consejo, tan útil para todos.

--El Enragé (discusión) 10:27 24 mar 2009 (UTC)[responder]


Lo que Wikipedia no es:

Wikipedia debe compilar el conocimiento humano, no ser un vehículo para convertir las opiniones personales en parte del conocimiento humano”.

Propaganda o defensas de ideas de ningún tipo. Un artículo puede informar objetivamente sobre lo que las distintas partes implicadas en un asunto dicen, siempre y cuando se haga desde un punto de vista neutral”.

(Añado yo que mis propuestas recogen un significante común a todas las partes en conflicto, mientras que la de usted muestra predilección por una corriente particular. Ergo, no es neutral).

Lo que no es su comunidad:

“Se espera que cada usuario se relacione con los demás de una manera civilizada, tranquila y con espíritu de cooperación”.

“Además, no crees o modifiques artículos sólo para respaldar tus argumentos”.

Y esto es muy interesante: http://es.wikipedia.org/wiki/Wikipedia:Consenso

Sobre la verificabilidad de las fuentes:

Todos los artículos de Wikipedia deben tener referencias (es decir, indicar la fuente de la información) para que el lector pueda comprobar la exactitud, precisión y neutralidad del artículo, y buscar más información sobre el tema. Todo el contenido de Wikipedia debe haber sido publicado en otro lugar (ya que Wikipedia no es una fuente primaria), y por eso siempre es posible para el autor del artículo incluir una referencia”.

(En ni una sola de sus referencias se recoge el término “anarquismo de mercado”. Sólo un artículo de un blog y el Instuto Molinari [referencias ad hoc] tienen una mención a ese término [en el caso del Instituto en la cabecera de presentación], sin que se haya molestado en ofrecer ningún definición contrastada y verificable avalada por un experto, siendo el reclamante el que se ve obligado a buscarlas).

Siento que sea un “novato” el que tenga que señalarle muchas de las faltas en las que ha incurrido. Seguiré buscando y viendo la manera de encontrar una solución y solventar este problema para poder seguir colaborando en la edición del grueso del artículo.

Salud.

--El Enragé (discusión) 12:50 24 mar 2009 (UTC)[responder]


    • Repito, el celo y la pasión -y ser tan poco conciso- acá no ayudan a respaldar argumentos. Tampoco citar personajes fuera de contexto (difícilmente un Rocker va a poder hablar de los que ha pasado del 50 o 60 en adelante, igual los otros autores, eso si es plantear algo absolutamente fuera de contexto y además imposible). Repito una frase para ver si queda claro.
No se trata de sus opiniones o de conceptos -esos sí de investigación original- que usa para evitar la palabra "mercado", las cosas son como son, es un REFERENTE de esas ideas (guste o no). Ya se indica que Liberty era sólo anarcoindividualista, por eso no se preocupe que está bastante claro y nadie se lo va a cuestionar (las cosas acá son como son no como nos gustaría). Un cordial saludo, y no necesita apasionarse, para eso están otros medios en los que puede debatir sus opiniones a sus anchas, espero eso también quede claro. Nihilo (discusión) 00:22 24 mar 2009 (UTC)

Si la cita de McElroy busca algo es indicarle a usted que el interés de anarcocapitalistas, de donde vienen casi todos los estudios sobre Liberty, por Liberty viene de los estudios de Rothbard (que a su vez le ha sido dado a conocer gracias a autores como el mencionado James J. Martin y el círculo de Albert J. Nock). Qué son los anarcocapitalistas, pues anarquistas de mercado. Este término incluye otras tendencia como el mutualismo revisitado de Kevin A. Carson y compañía. Una vez más, es un REFERENTE del anarquismo de mercado de estos días (no entiendo ese afán de negar la palabra "mercado"). Si pongo anarquismo de mercado es para ser conciliador, porque bien podría poner sólo anarcocapitalismo y estaría correcto, pero prefiero ser más incluyente. Cuestión de semántica compañero, semántica; le recomiendo se desapasione y acepte las cosas como son. Nihilo (discusión) 14:07 24 mar 2009 (UTC)[responder]

Referencias sobre el anarquismo de mercado: [5], una nota como botón.
The first explicit defender of Market Anarchism was the 19th-century economist and social theorist Gustave de Molinari. The idea was taken up by the individualist anarchists, particularly those associated with Benjamin Tucker’s journal Liberty. More recently, Market Anarchism has been revived by a number of thinkers in the libertarian movement. The terms “anarcho-capitalism” and “voluntary socialism” have both been associated with the Market Anarchist tradition.


“Pasión” no he visto por mi lado ¿Cómo podría ser llamado el hecho de revertir un cambio una y otra vez sin más argumentos que la propia voluntad y trascribiendo una serie de direcciones o artículos de Internet donde, ni aún revisándolos uno a uno, se menciona lo supuestamente citado? No creo que pueda achacárseme esa conducta, que quizás sea una “actitud excéntrica”, síntoma de una “pasión” bien distinta, la que se puede tener por un término publicitario y no referenciado.

En cuanto al “celo”, intento tener el propio que debería movernos a todos: celo por las cosas bien hechas y por intentar ofrecer una información neutral.

Sobre la longitud, acepto cualquier corrección al respecto y he reiterado mis disculpas por ello. Si no vuelve a obligarme a refutar sus opiniones personales trasmutadas en “realidades categóricas”, este será, seguramente, mi último mensaje de estas características. Ya cuento con que algún editor podrá reprochármelo, pero ofrecer una perspectiva documentada me fuerza a ello. Además, es la dimensión requerida para poder demostrar de forma fidedigna, sin caer en la calumnia, que las afirmaciones arrojadas por usted no tienen ningún fundamento veraz.

Por ejemplo, definir a Rocker como un personaje “fuera de contexto” dentro de la historiografía anarquista es como acusar a Menéndez Pidal de ser una voz desautorizada dentro del estudio del Mio Cid. En primer lugar Rocker murió en 1958, lo cual le posibilitó coincidir en el tiempo con la primera obra popular de Ayn Rand (El Manantial, 1943) y aún con la segunda, pues La Rebelión del Atlas es del mismo año en que falleció Rocker. Su falta de entusiasmo por el nacimiento de ese nuevo “capitalismo” (aún no perfilado por Rothbard) se debe a que era una corriente que reconocía como “vieja” y que “no tenía mayor transcendencia” (Rudolf Rocker. El Socialismo como anti-absolutismo, Ángel J. Cappelletti, donde se nos dice: “El capitalismo no es sino la concreción económica del espíritu absolutista”). A su vez, Benjamín Cano Ruíz moriría en 1988, y tanto en su citada obra (¿Qué es el Anarquismo? [Estudio]) como en su continuación de la Enciclopedia Anarquista de Sebastian Faure, recoge las distintas sensibilidades anarquistas, las individualistas, las mutualistas, etc., y sino retrata las adecuaciones capitalistas (ya habiendo, obviamente, roto Rothbard con Rand y habiendo formulado su concepción neo-liberal) es simplemente porque: “El capitalismo marginal que reclama el acervo libertario fundamentándose en su anti-gubernentalismo, es como el marxismo que se considera libertario a razón de negar el Estado; ambos son anti-anarquistas, herederos de la autoridad pero enfadados con “papá Estado” (op.cit). Federica Montseny vivió hasta 1994 (un año antes de que muriera Rothbard) con lo cual se empapó de todas las corrientes anarquistas existentes, si su pluma sólo anatemizó el capitalismo es por que nada tenía que ver éste con el anarquismo o por la poca relevancia del primero (“Es necesario destruir la sociedad capitalista e instaurar una sociedad sin clases. [...] Para realizar este fin se hace indispensable la desaparición del Estado bajo todas sus formas; de la dictadura, aunque se llame transitoria; de todas las instituciones autoritarias; del capitalismo; de la propiedad privada; de todas las formas y procedimientos de explotación y de opresión del hombre por el hombre, de las clases sociales, rangos, jerarquías y privilegios; del asalariado”, op.cit). De todos los historiadores citados el único que no asistió al nacimiento de ese invento capitalista fue Nettlau (muerto en 1944) y las referencias que de él se han obtenido sirven para describir lo que fue Liberty, en contra de lo que sus tesis (ya que no sus fuentes) han tratado de mostrar. No he de recordarle que al principio de esta discusión usted afirmaba que las fibras de Liberty también estaban compuestas por capitalistas, lo cual he demostrado incierto, y usted, solapadamente, ha dejado de afirmarlo sin reconocer por ello su desinformación o su mala utilización de las referencias. A su vez es de reseñar que Nettlau ya había bregado con la Liberty and Property Defense League, organización reaccionaria reconocida como referente de los capitalistas (por los propios capitalistas) que usted publicita (Martin, op.cit). Después Joseph Ishill muerto en 1966, cuando ya Rothbard había publicado su Hombre, economía y Estado (1962) y su publicación Left and Right (antes del 68), dijo, en su calidad de libertario cercano al individualismo de Tucker, que el citado libro de Rothbard era: “Basura conservadora, huele fuerte y contamina el ambiente” (reseña en La Prensa de la Oropéndola, edición compilatoria). Ángel J. Cappelletti vivió toda esa época, muriendo en 1995 sin considerar en sus monografías que las nuevas formulaciones capitalistas fueran anarquistas (op.cit.).

¿He de seguir sacándole los colores a sus acusaciones? Me veo en la obligación de recomendarle que se abstenga de acusar a unos referentes de “descontextualizados”, sin ni siquiera comprobar la fecha a la que corresponden estos. La próxima vez que lance una acusación compruébela. Lo contrario podría considerarse difamación.

(Y por cierto, para no querer que la discusión friccione entre “verdaderos” y “falsos” anarquismo, toda su argumentación gravita en torno a eso, y me obliga a ofrecer fuentes que aumentaran esa longitud de la que después se queja)

Por otra parte, citar sus propias palabras, y no las de experto reputado, las de un tercero avalado como especialista, es una forma curiosa, pero invalida, de demostrar que lo que uno dice es cierto.

Vuelvo a constatar que el “referente” que usted cita y que adjudica a McElroy (que no es siquiera de la citada articulista, sino de un internauta [pues no tengo más datos de él] llamado Christopher Mayer [no será el economista pues le falta la inicial J, y se considera editor, comercial de un Banco y publicista de Mises, aunque quien sabe, usted ha vertido de tal forma ese batiburrillo de datos infundados que obviamente no se pliegan a la comprensión], siendo él quien reseña el libro de McElroy) para justificar el término “anarquismo de mercado” es una reseña que sólo dice esto:

"Liberty, in this case, refers to the periodical edited and published by the great individualist Benjamin Tucker. In the course of its twenty-seven year existence, Liberty became one of many cauldrons bubbling over with radical thought in late 19th century America. It stands above many of its competitors for the quality of its content, in particular that which flowed from the biting pen of Tucker himself. The pages of Liberty were graced with some of the most prominent personalities in the movement – Lysander Spooner and Auberon Herbert among them (men whose work are still in-print and readily available today). Liberty also feathered its cap with a number of other achievements that further served to solidify its position and importance, as summarized in the book. McElroy writes "Tucker and Liberty were the vital core around which a radical Individualist movement reconstituted itself in the wake of the Civil War and grew." This radical movement is called Individualist Anarchism and is the name used to describe the political philosophy of Tucker and his merry band. Although it is difficult to characterize any political philosophy in general terms without doing it some injustice, it is safe to say that Individualist Anarchism opposed political solutions to social problems. It was a philosophy built on the primacy of the individual over collective bodies or classes. It supported voluntary associations against coercion. Individualist Anarchism is one of the roots of the libertarian tree of ideas and its influence is under-appreciated. Murray Rothbard, for one, specifically acknowledged his intellectual debt to Benjamin Tucker in his brilliant book Power & Market [la única parte en todo este texto en que se usa la palabra “market” y nada tiene que ver aquí con el anarquismo (Nota del Enrangé)]. Given its importance and influence, the literature in this area seems rather thin. McElroy’s book is a welcome addition and helps illuminate the evolution of libertarian ideas. McElroy has chosen to focus on a few of the many debates that were carried on in pages of Liberty. Many of these have a contemporary ring, as they are still matters of debate today. McElroy chronicles the exchanges on the nature of politics, violence, natural rights, children’s rights, intellectual property, trial by jury and money. The result is a rich narrative that makes the reader stop and think, especially since many of the debates are simply not resolved conclusively. McElroy’s book leaves the impression that the writers of Liberty were a thoughtful bunch, but that they also were not above using generous amounts of stinging scorn and scintillating sarcasm, which charged the debates and left broken embittered relationships among various contributors. In short, it is intellectual drama at its best. In the course of these debates, Liberty helped define and build a system of thought. One of these debates involved intellectual property, as embodied in the notions of patent and copyright. As McElroy relates, "the twin issues of patent and copyright gradually blossomed into major debate through which the concept of "property" was finely honed." Tucker, for instance, had an interesting way of addressing the notion of property. McElroy writes, "He [Tucker] asked why the concept of property had originated within society in the first place. The logic behind this approach was his belief that concepts are problem-solving devices. Ideas arise only because they serve a need, answer a question." In a world such as ours, characterized by scarcity, Tucker argued that the idea of property helped resolve inevitable conflicts arising from competition. "If it were possible," wrote Tucker, "and it had always been possible, for an unlimited number of individuals to use to an unlimited extent and in an unlimited number of places the same concrete thing at the same time, there would never have been any such thing as the institution of property." This line of thinking had direct applications for intellectual property. McElroy writes "A public idea was not a scarce good, as it could be used by an unlimited number of individuals…According to Tucker, this meant that intellectual property as a natural right ran counter to the very purpose for which the idea of "property" evolved." Patents and copyright, then, created an artificial scarcity and a legal monopoly. Tucker was for nothing if not for the elimination of state-sanctioned monopolistic privilege. The discussion surrounding the finer points of intellectual property provide for fascinating reading. Watching Tucker in action, so to speak, is entertaining; he is the star of the show. Tucker certainly had a flair for expressing his ideas in pithy and memorable manner. As an example, McElroy writes that "perhaps the essence of Tucker’s approach to intellectual property was best expressed when he exclaimed: ‘You want your invention to yourself? Then keep it to yourself.’" McElroy concludes, "With its stress upon contracts and voluntary society, Individualist Anarchism constituted an entirely original and distinct tradition upon the American landscape." Indeed, McElroy’s book is a wonderful contribution in preserving the efforts of this charmingly radical group.


¿Ve usted que se mencione alguna vez el término “anarchism of market” en dicha reseña? ¿O quizás el lector debe leerse la reseña y descodificar con la capacidad interpretativa y descifradora que posea el término “anarquismo de mercado” entre líneas? ¿Tal vez está en el libro reseñado? Sea como sea, y usted lo sabe, esa no es una forma valida de ofrecer referentes en una enciclopedia. Usted no puede decir: “aquí se recoge tal cosa”, sino que debe citar el fragmento (si puede trascribirse) en el que se dice la cosa en cuestión, y no dejar esto a la responsabilidad del lector.

Esa primera cita es un caso claro de una mala utilización de las referencias.

Ahora, con el tiempo que usted ha tenido, podría buscar mil sitios oscuros en Internet donde algún Internauta (muy respetable, pero no neutral ni avalado) confirme sus palabras, pero nada conseguirá borrar el hecho de que usted cambió la entradilla de Liberty sin tener ningún dato al respecto, y que aún hoy esa entradilla incluye un referente completamente infundado y, peor aún, inexacto, pues no guarda relación con lo que supone referenciar.

Convierte después su opinión (a la que considera otorgar credibilidad por adornarla con un subrayado) en un “dato objetivo” al decir que el capitalismo y McElroy son los responsables de la mayoría de estudios sobre Liberty, olvidándose la nueva etapa de L´En dehors, Tierra y Libertad, Frank Mintz, Louis Horowitz, Michael E. Coughlin, Charles H. Hamilton, Mark A. Sullivan, Laurance Labadie (individualista [hijo del sindicalista-individualista Joseph Labadie] completamente opuesto a Rorhbard [sobre todo a sus conceptos económicos y judiciales], ver Laurance Labadie: Keeper Of The Flame), y el resto de editores que se encargaron del “The Revival of Liberty” bajo la premisa de “We align ourselves with the Individualist Anarchist tradition of Josiah Warren and Benjamin Tucker”. Es decir que vuelve a confundir sus deseos propagandísticos con la realidad del mundo de la investigación y la erudición.

Su forma de razonar es a continuación muy curiosa. Según usted la “referencia” que nos lleva a la reseña (echa por el tal Mayer) del libro de McEnroy tratar de fijar la conexión entre un término que no se incluye (“anarquismo de mercado”) y la afiliación política e ideológica de la autora reseñada, y de una de las obras que se citan en dicha reseña (Power…, de Rothbard). Es decir, que si yo quisiera demostrar que Liberty es un referente "marxista" bastaría con dirigir al lector a una reseña sobre un libro dedicado a Liberty cuyo autor fuera marxista y en la cual se citara, por ejemplo, El Capital de Marx. Así el lector tendría que hilvanar esa compleja relación que sólo está en la cabeza del editor. ¿Cómo es posible que si esto se torna un disparate con cualquier término que forma parte del imaginatio colectivo, no lo sea con un neologismo como el término “anarquismo de mercado”?

La conexión artificial de esos conceptos sólo cobra sentido en su mente; al lector se le escapa la intención, ni siquiera “implícita deductiva”, que usted trata de fabular.

Afirma usted que Liberty (que era una publicación anti-capitalista) podría entrar en el referencial del espectro capitalista, vía legado postrero, y que hace una “concesión” al no establecer el capitalismo como heredero. Parece no darse cuenta de que la Wikipedia no es su órgano de expresión, ni usted su vocero. No es un vehículo para fijar sus opiniones, aunque así la esté tratando en este asunto. El termino capitalismo excluiría no sólo a los herederos de Liberty, sino a los propios fundadores. El término “anarquismo de mercado” sigue excluyendo a gran parte de sus herederos (individualistas egoístas, individualistas comunistas, trascendentalistas) y a muchos de sus fundadores y colaboradores (ya citados y documentados), no es por tanto un término conciliador ni neutral pues sólo recoge a una fracción de todos aquellas tendencias que reclaman el legado de Liberty; es sólo una manifestación, no documentada, que usted, para mí, equivocadamente, toma como “verdad absoluta”. Verlo tal y como usted lo ha enfocado, como si fuera un acto de su “magnificencia” y “misericordia”, para con los “displicentes”, no escribir una incorrección colosal, y si una de mediana estatura, es creer que el objeto de la Wikipedia es satisfacerlo a usted, o a las banalidades que se le ocurra a cualquier editor, cuando por el contrario, creo yo, es un instrumento para ayudarnos a todos a instruirnos e informarnos.

Después ofrece usted las afirmaciones recogidas en un blog que enuncia una FAQ y en la que no se vislumbra a nadie avalado como experto y que, como mínimo, hace una aseveración que no sustenta en ningún dato extraído de las obras originales, sino en su apreciación personal. Lo cual lo convierte en un referente, como mínimo, tan valido como las innumerables FAQs que usted me ha obligado a citar (y que por lo menos si citan e interpretan a los originales).

Que usted mencione a Martin después de que yo trascribiera todo lo que en su libro achacó a Tucker (destacando su anti-capitalismo y criticándolo a veces por ello, y recibiendo a su vez la férula posterior de Rothbard [ver mis fuentes más arriba]), es sólo otra muestra de que usted no se toma este intercambio de apreciaciones en serio, y sólo quiere no perder “la razón”, aun cuando sea la razón misma quien deba quitársela.

Dice usted que la cita de ese internauta es un “botón de muestra”, pero permítame decir, afablemente, que es su “ajuar entero”, pues si tuviera algún documento en el que pudieran incrustar ambos términos ya los hubiera usado, más si consiguiera que excedieran de la mera propaganda, que es el único acervo en el que parece que se hayan esas valoraciones. Pero siga buscando, algún otro despistado, correligionario de las tesis que usted defiende, seguro que lo ha escrito en otra bitácora o blog personal. Quizás así podrá usar, a modo de panoplia defensiva, todo lo que hasta ahora sólo se sustentaba en sus ideas e intereses personales.

Sin embargo, y antes de requerir la presencia de un intermediario para que arbitre este asunto (tal y como reza la “solución de problemas” que ofrece Wikipedia) le ofrezco una posibilidad más, espero no la última, de que colaboremos, lleguemos a un acuerdo y consensuemos una solución.

Su definición, como mínimo, es discutible. Sus fuentes no la corroboran y, aunque, quiméricamente, así fuera, ha de reconocer que las mías la contradicen. Mi argumentos está bien documentados y no son, como mínimo, derivados de una “posición excéntrica”. Ergo, y según rezan los consejos del manual de la Wikipedia (que me he leído otra vez, resaltando los elementos que antes sólo había ojeado), debemos encontrar una alternativa, una opción fruto del consenso, que satisfaga a los dos, y no enrocarnos en nuestra posición inicial.

Yo ya he abandonado mi propuesta original y le he ofrecido mil definiciones amplias y anti sectarias. En consecuencia respóndame, por favor, con honestidad, a esta preguntas que, hasta ahora, ha eludido ¿Son todos los herederos de Liberty “anarquistas de mercado”? ¿Excluye por tanto ese término a todos los que no son partidarios del mercado (egoístas, transcendentalistas, obreristas/sindicalistas-individualistas, comunistas-individualistas)? ¿No sería mejor encontrar el equilibrio en un término que los incluyera a todos y no excluyera a nadie?

Finalmente ¿Podría usted elegir otro concepto, a su elección, que trate de satisfacernos a los dos? ¿Qué me contesta?

En sus manos está la respuesta antes de tener que complicar el asunto pidiendo la intervención de ocupados bibliotecarios que se alegrarían si consiguiéramos solucionarlo de forma amistosa.

Saludos.

P.D: Ha afirmado usted la invalidez de un término como “individualismo libertario” por considerarlo reiterativo (y me parece una buena observación), sin embargo en estos otros artículos, creo que editados por usted, no le ha importado en absoluto caer en la redundancia. Con ejemplos como “anarcoliberal” y “libearal libertario”, o “anarquismo de mercado, anarquismo de mercado libre, económía de mercado libre”. Y si no compruébelo usted mismo:

“El anarquismo de mercado o anarquismo de mercado libre engloba una serie de escuelas e ideas que armonizan el anarquismo con una economía de mercado libre.”

“Left and Right: A Journal of Libertarian Thought (Izquierda y derecha: prensa del pensamiento libertario) fue un periódico anarcoliberal (anarquista de mercado y liberal libertario).”

Con esto sólo quiero indicarle que muestre la misma tolerancia, para con los demás, que la que se dispensa usted a sí mismo.

--El Enragé (discusión) 12:16 25 mar 2009 (UTC)[responder]

  • El tema no es si a los anarquistas de izquierda les gusta el anarquismo de mercado (fuentes que van en sentido contrario se pueden encontrar también, abundantes y reconocidas, vea sino la sección de bibliografía del art. anarcocapitalismo), por favor, es lo que me temía que se quiera usar esta discusión para forear ese tema que no viene al caso en lo más mínimo.

El tema es Liberty como REFERENTE de las vertientes más fuertes y actuales del anarquismo de mercado, y pues de donde vienen la mayoría de los estudios publicados, antologías, ensayos, recopilaciones sobre Liberty... pues del anarquismo de mercado, no es tan difícil saberlo viendo las fuentes, y para ser más específicos, casi totalmente del anarcocapitalismo (pero ya dije soy conciliador y flexible como usted pide y aplico un término algo más amplio pero sin alejarme de la idea). No se confunda de temas, por lo demás no es necesario conocer todas sus reflexiones ideológicas, sino los hechos (Liberty referente del anarquismo de mercado... otros anarquismos no lo tienen como fundamento, máxime como curiosidad así que no tiene sentido incluirlos y menos por celo hacia la palabra "mercado", políticamente incorrecta para el anarquismo de izquierda).Nihilo (discusión) 13:47 25 mar 2009 (UTC)[responder]


Dice Usted: “[El Capitalismo es una de] las vertientes más fuertes y actuales del anarquismo de mercado, y pues de donde vienen la mayoría de los estudios publicados, antologías, ensayos, recopilaciones sobre Liberty”.

Opinión personal, no referenciada ni avalada por expertos, hecha pasar por “verdad contrastada y absoluta”. Viendo que no me ha leído, repito: “Convierte después su opinión (a la que considera otorgar credibilidad por adornarla con un subrayado) en un “dato objetivo” al decir que el capitalismo y McElroy son los responsables de la mayoría de estudios sobre Liberty, olvidándose la nueva etapa de L´En dehors, Tierra y Libertad, Frank Mintz, Louis Horowitz, Michael E. Coughlin, Charles H. Hamilton, Mark A. Sullivan, Laurance Labadie (individualista [hijo del sindicalista-individualista Joseph Labadie] completamente opuesto a Rorhbard [sobre todo a sus conceptos económicos y judiciales], ver Laurance Labadie: Keeper Of The Flame), y el resto de editores que se encargaron del “The Revival of Liberty” bajo la premisa de “We align ourselves with the Individualist Anarchist tradition of Josiah Warren and Benjamin Tucker”. Es decir que vuelve a confundir sus deseos propagandísticos con la realidad del mundo de la investigación y la erudición”.

Dice Usted: “[Lo] del anarquismo de mercado, no es tan difícil saberlo viendo las fuentes”.

Ya he demostrado con todas las pruebas necesarias (y aun cualquier otra que me pida) que en las fuentes citadas por usted no se recoge ni una sola vez el término “anarquismo de mercado”, requiere una “deducción” más propia del “conocimiento infuso” que de un referente enciclopédico solvente.

Dice Usted: “[Liberty es un referente] casi totalmente del anarcocapitalismo […] Liberty referente del anarquismo de mercado... otros anarquismos no lo tienen como fundamento, máxime como curiosidad así que no tiene sentido incluirlos”.

Valoración personal a la que trata de dotar de dato objetivo sin más aval que su propia palabra. Ya se ha demostrado (con citas y referencias cuantiosas) que antecesores como Henry David Thoureau y colaboradores como el Dr. James L. Walker, Jonh Henry Mackay, Daniel Dyer Lum, Voltairine de Cleyre fueron, bien opuestos completamente al mercado (egoístas y comunistas), bien personajes que lo subordinaron al obrerismo y la filosofía ontológica (mutualistas inspirados en Chicago y stirnianos eclécticos). Y que los seguidores de estos, infinidad de sensibilidades e individuos hoy existentes, se consideran herederos de Liberty pero, muchos de ellos, opuestos al mercado. Y que los que entre ellos defienden el mercado como los mutualistas, socialistas individualistas warrenianos o individualistas polivalentes, nunca se denominaron “anarquistas de mercado”, pues este es un neologismo de uso muy delimitado que difícilmente podrían darse aquellos que ya tenían un “nombre propio” y que nunca han querido enzarce en cuestiones “frentistas” (como la que a usted le interesa plantear). Además aquellos anarquistas que, como los ya citados, han defendido el intercambio lo hacen desde la óptica de la simbiosis, el comercio justo, o el costo como límite del precio, es decir, desde el anticapitalismo. Por lo cual hay un grueso importante de reivindicadores posteriores de Liberty a los que su término excluye y, partidistamente, silencia.

Así definía el propio Tucker a Liberty: "Liberty is…a journal brought into existence almost as a direct consequences of the teachings of Proudhon…" [Liberty nº 1]. Y: “[Liberty was] "the foremost organ of Josiah Warren's doctrines" [Liberty nº 9].

Como ya he citado: “Tucker was greatly influenced by the social and economic ideas he encountered in the writings of these individualist anarchists: anti-statism, sovereignty of the individual, and cost as the basis of price. He followed closely the motto that Ezra Heywood had printed in large letters over his desk: "Interest is Theft, Rent Robbery, and Profit Only Another Name for Plunder." [Ezra Heywood & Benjamin R. Tucker, Martin Blatt]

Y: "Liberty will abolish interest; it will abolish profit; it will abolish monopolistic rent; it will abolish taxation; it will abolish the exploitation of labour; it will abolish all means whereby any labourer can be deprived of any of his product” [The Individualist Anarchists].

Y: “Liberty or the works of individualist anarchism to find a few comments which may be used to bolster a claim that anarchism need not imply socialism. However, a few scattered comments here and there are hardly a firm basis to ignore the vast bulk of anarchist theory and its history as a movement. This is particularly the case when applying this criteria consistently would mean that communist anarchism, for example, would be excommunicated from anarchism simply because of the opinions of some individualist anarchists. Equally, it may be possible to cobble together all the non-anarchist positions of individualist anarchists and so construct an ideology which justified wage labour, the land monopoly, usury, intellectual property rights, and so on but such an ideology would be nothing more than a mockery of individualist anarchism, distinctly at odds with its spirits and aims. It would only convince those ignorant of the anarchist tradition. It is not a fitting tribute to the individualist anarchists that their ideas are today being associated with the capitalism that they so clearly despised and wished to abolish. As one modern day Individualist Anarchist argues: "It is time that anarchists recognise the valuable contributions of . . . individualist anarchist theory and take advantage of its ideas. It would be both futile and criminal to leave it to the capitalist libertarians, whose claims on Tucker and the others can be made only by ignoring the violent opposition they had to capitalist exploitation and monopolistic 'free enterprise' supported by the state'" [J.W. Baker, Native American Anarchism, The Raven].

Dice Usted: “No es necesario conocer todas sus reflexiones ideológicas”.

No me contraria que ese sea el concepto que tiene de los datos que he aportado (pues datos es lo único que he blandido en esta discusión). Ni siquiera pondré todo mi esfuerzo en señalar la ironía que representa que usted, el cual no ha ofrecido ni una sola de las referencias solicitadas, llame “ideología” a lo que yo he expuesto. Supongo que la defensa que hace de determinado partido y las consignas propagandísticas que cuela como información, no entraran dentro de esa categoría en la que perfectamente podríamos incluir el “proselitismo” (como bien denota esa coletilla de “anarquismo de izquierdas”, otro neologismo que, desde luego, no denota ninguna actitud conciliadora).

Finalmente le ruego por última vez, quizás no me ha entendido, que responda a las preguntas por mi planteadas para poder darme por entendido y recurrir al protocolo pertinente sin la duda de que el acuerdo era factible.

¿Son todos los herederos de Liberty “anarquistas de mercado”? ¿Excluye por tanto ese término a todos los que no son partidarios del mercado (egoístas, transcendentalistas, obreristas/sindicalistas-individualistas, comunistas-individualistas)? ¿No sería mejor encontrar el equilibrio en un término que los incluyera a todos y no excluyera a nadie? Finalmente ¿Podría usted elegir otro concepto, a su elección, que trate de satisfacernos a los dos? ¿Qué me contesta?

Si va a evadir la cuestión absténgase de contestar con la inquina en los ojos de la última vez, pues eso sólo sirve para dar a entender que pretende que la suya sea la última palabra. Un simple No, si no quiere contestar ni colaborar, será suficiente. Ahora, si es un Sí, por favor, extiéndase todo lo que quiera y obtendrá mis más sinceras felicitaciones por su capacidad para recapacitar.

Saludos.

--El Enragé (discusión) 15:49 25 mar 2009 (UTC)[responder]

  • Justamente al existir excepciones el término se matiza como anarquismo de mercado para abarcar a los mutualistas e individualistas más "clásicos", pero justamente sino se da cuanta las fuentes que me anota son "respuestas" a la actual influencia superior de Liberty en el anarcocapitalismo, son frases de reacción y no causa. No entiendo si ya se le explicó que se entiende por REFERENTE, por qué insiste en colar el tema sobre el "verdadero significado" de Liberty, eso no nos atañe, el REFERENTE incoherente o no a lo referencia es como es, no podemos determinar si es falso o verdadero, sólo que es.

Ya he dicho está el término más conciliador, he puesto uno incluyente, por cierto la frase dice "uno de referentes históricos más importantes" no perdamos el contexto cuando usted me habla de tendencias que no se fundamentan en Liberty. Sobre su influencia en el anarcoindividualismo no es necesario, básicamente porque ya la primera línea lo dice muy claramente. Como ya le indiqué semántica... y una vez más por favor no más foreo (sus opiniones ideológicas son valiosas -pero para un ensayo- pero como verá coloqué en discusión un artículo que muestran una versión contraria que refuta todas sus opiniones, ante el foreo esa fue mi respuesta).Nihilo (discusión) 03:40 26 mar 2009 (UTC)[responder]


Compruebo que vuelve usted a mostrar cierto miedo a la hora de contestar una pregunta directa y honestamente formulada, doy por tanto su ausencia de respuesta como una negativa. Como editor esto no tiene excusa; como propagandista es sintomático. Da usted pruebas de desconocer, supinamente, todo lo que se refiere a este asunto.

1º El término anarquismo de mercado es un término ex profeso que difícilmente va a abarcar a aquellos mutualistas que se denominaban “anarquistas científicos” (Instead…, op.cit.), o a aquellos warrenianos que se tildaban de “socialistas e individualistas” (Ibíd.), y que, siendo partidarios de un Comercio Justo y de un intercambio libre de lucro y agio (Ibíd.), nunca pusieron el adjetivo “de mercado” a su anarquismo, pues considerarse anarquistas era para ellos un todo.

2º El término anarquista NUNCA (con mayúsculas, pues parece tener predilección por ellas) puede ser aplicado a lo que usted ha denominado “individualismo clásico”. La misma génesis del individualismo anarquista se opone al mercado (pues el primer anarquista moderno, William Godwin, era a su vez individualista y a su vez comunista, tal y como los glosan todos los estudios y monografías: Socialismo de Fetscher, William Godwin y su obra acerca de la Justicia Política, de Diego Abad de Santillán, Entrada de la Enciclopedia Británica hecha por Kropotkin, donde se nos dice:“Respecto a la propiedad, afirmó que sólo la justicia debe regular los derechos de cada cual a todo objeto capaz de contribuir al beneficio de un ser humano: el objeto debe ir a quien más lo necesite. Su conclusión era el comunismo”). No obstante no hace falta retrotraerse mucho, la figura más destacada de esa corriente (considerado por mucho el padre de la misma), Max Stirner, era opuesto al mercado, a la competencia y al capitalismo. Daniel Guérin llega a firmar en su Anarquismo que: “Stirner acepta varias premisas del comunismo” (sólo que negando la institución de la Sociedad y la potestad de ningún organismo de sacralizar la propiedad privada). Asís nos lo describe Max Nettlau en su Anarquía…, op.cit.: “Max Stirner era en el fondo eminentemente social, socialista, deseoso de la revolución social, pero siendo francamente anarquista, su llamado egoísmo es la protección, la defensa que cree necesaria tomar contra el socialismo autoritario, contra todo estatismo que los autoritarios insinuasen en el socialismo Al leer a Stirner como socialista, pienso que no se puede interpretarlo de otro modo. Buscando un individualista anti o no socialista en él, se menospreciarían sin razón valedera los pasajes bastante numerosos y que no son únicos, señalados por mí”. Y en su obra Vorfrühling el propio Nettlau copia los extractos que demuestran su oposición al mercado: “[La burguesía] no lucha más que en interés de las cosas y contra la dominación de las personas. […] La burguesía quiere un Señor impersonal. He aquí su principio, que sólo el interés de las cosas deben gobernar al hombre, especialmente el interés de la moralidad, de la legalidad, etc. Así ninguno puede ser lesionado en sus intereses por otro (como ocurría cuando los cargos nobles estaban vedados a los burgueses, los oficios vedados a los nobles, etc.). Que la competencia sea libre, nos dicen, y si alguno es lesionado, no podrá ya serlo más que por un objeto, y no por una persona (el rico, por ejemplo, oprime al pobre por el dinero, que es un objeto).”

Y sigue: “Tal es el sentido amplio del llamado proletariado y del pauperismo. ¡Cuánto se engañaría el que creyese a la burguesía capaz de desear la desaparición de la miseria (del pauperismo) y de consagrar a ese fin todos sus esfuerzos! Nada, por el contrario, conforta al buen burgués como la convicción, incomparablemente consoladora, de que un sabio decreto de la Providencia ha repartido de una vez y para siempre las riquezas y la dicha. La miseria que se amontona en las calles a su alrededor, no turba al verdadero ciudadano hasta el punto de solicitarlo a hacer algo más que congraciarse con ella, echándole una limosna o suministrando el trabajo y la pitanza a algún buen muchacho laborioso. […] Así, el desposeído considera al Estado como un poder tutelar de los poseedores; ese ángel guardián capitalista es un vampiro que le chupa la sangre. […] Si los hombres llegan a perder el respeto de la propiedad, cada individuo tendrá una propiedad, lo mismo que todos los esclavos se hacen hombres libres desde que dejan de respetar en su Señor a un Señor. […] El egoísta responde: Yo tomo lo que necesito”.

Y entre duros ataques al comunismo autoritario reconoce: “El comunismo se opone con razón a la opresión de los individuos propietarios, de los que Yo soy víctima[…]”. Y dice sobretodo algo que ya he bosquejado: “Finalmente, volvamos, una vez más, a la competencia. La competencia existe porque nadie se apropia de su casa y se entiende con los demás a través de ella. El pan, por ejemplo, es un objeto de primera necesidad. Luego nada más natural que ponerse de acuerdo para establecer una panadería pública. En vez de eso, se abandona ese indispensable suministro a panaderos que se hacen competencia. Y así se hace con la carne a los carniceros, el vino a los taberneros, etc.

Abolir el régimen de la competencia no quiere decir favorecer el régimen de la corporación. He aquí la diferencia: en la corporación, hacer el pan, etcétera, es causa de los agremiados; bajo la competencia, lo sería de quienes desean competir; en la asociación, es la causa de quienes tienen necesidad de pan, por consiguiente, la mía, la vuestra: no es la causa de los agremiados ni de los panaderos con patente, sino la de los asociados”. Esto es lo que hace que para Nettlau, fundamentado en hechos irrebatibles, los origines del anarco individualismo sean anticapitalistas, antimercado, y anticoncurrencia.

Esto es extensible a muchos de sus seguidores fieles, como la mayoría de Stirnianos que colaboraban en Liberty (tal y como ya he demostrado, con cuantiosas citas, más arriba) desde James L. Walker a Jonh Henry Mackay (quién tomaba no obstante algunos conceptos de Proudhon y Tucker, pero prefería considerarse un “stirniano”, siendo el principal difusor de su obra [prólogo del Único…m op.cit.]. Está presente en el desprecio que por el dinero el lujo y el intercambio especulativo tiene Emile Armand y en realidad en la mayoría de la nómina de los que usted ha llamado “individualistas clásicos”. Por lo cual, el hecho de que usted haya relacionado a estos individualistas especificos con el “mercado”, supone un error garrafal que sentará precedente y retratará a la perfección su calidad como editor. La misma que le permite afirmar cosas sin datos y sin fuentes verificables, modificar artículos sin el sustento de ningún texto avalado por un experto, y, para colmo de males, opinar sobre asuntos que desconoce soberanamente.

Dice Usted: “las fuentes que me anota son "respuestas" a la actual influencia superior de Liberty en el anarcocapitalismo, son frases de reacción y no causa”.

Ésta no es sólo una opinión no documentada y no justificada por la voz o los datos de un especialista, sino que es pura IDEOLOGÍA que usa como panoplia de sus intereses. Aparte, por supuesto, de otra muestra de desinformación y desconocimiento sobre el asunto a tratar. Me veo obligado a darle otro baño de historia. L´Endehors es una revista de publicación intermitente (dos épocas, primero Zo d´ Axa, después Armand y hoy día múltiples colaboradores anónimos) que lleva más de cien años unificando el individualismo americano y el europeo (tal y como hacía Armand y Mackay), contemporánea de Liberty ha seguido su legado y a ella se debe la compilación de artículos de Liberty en inglés, francés y unos cuantos en español, que yo aquí he citado y utilizado. Antes de que en la segunda mitad del siglo XX el capitalismo moderno empezará a fijar sus ojos en Liberty, ya L´Endehors lleva décadas bebiendo de las fuentes de Liberty y publicitando su mensaje. Siguen activos hoy día, y tienen incluso un vinculo virtual, curiosamente el año pasado iniciaron una campaña de rehabilitación de Josiah Warren (padre espiritual de Liberty según el propio Tucker: “[Liberty was] "the foremost organ of Josiah Warren's doctrines" [Liberty nº 9] [Cita que difícilmente va a ser una “reacción” a los envites capitalistas pues está hecha antes de que los capitalistas modernos empezarán a balbucear]. He aquí el enlace: http://endehors.org/l_en_dehors_d_armand.shtml

Tierra y Libertad es un revista, fundada por Federico Urales (anarquista dotado de un individualismo marcadamente social y anti egoísta [Antología Documental] en 1888, desde que se inició trato de englobar todas las tendencias anarquistas, siendo de las primeras revistas españolas que publicitaron a Tucker y después a Armand. Sigue activa hoy día y periódicamente vuelve a retomar la tradición individualista: “[El individualismo] incidió en que el anarquismo es cultura y que la información sobre el mismo en centros oficiales es escasa; dio un repaso a teóricos y obras de autores individualistas. Trató desde Max Stirner a Paul Zerzan pasando por Henry David Thoureau, Josiah Warren o Benjamin Tucker. Dejó ver que en España incide el individualismo de E. Armand, así como las teorias de Ryner. Muchas de estas teorías se plasmaron en la revista Nosotros, de raigambre stirneriana”. Y: “Tucker que abogaba por una ética social en la que no se debía transgredir las fronteras de la libertad ajena y resultan tremendamente importantes sus intentos de establecer conexiones entre las tradiciones culturales de su país, la consolidación conceptual del anarquismo europeo y la filosofía individualista” (articulo del 2005). Irving Louis Horowitz rescató en su monografía Los Anarquistas (ed.1977) el legado de Liberty y del anarco individualismo por medio de la inclusión de sus textos y un estudio previo. Los libros de Labadie no responden a ninguna estrategia defensiva, sino todo lo contrario, fue Rothbard quién acusó a Labadie de adelantársele en la exegesis de Tucker e incluirlo como socialista, obligando a Rothbard a criticar esos conceptos de Tucker que intentaba silenciar, pues tal y como nos cuenta el propio Labadie: “Rothbard ignores the anarchist tradition […] Rothbard criticised the individualist anarchists for supporting socialism for essentially the same reason […] This is case with right-"libertarians", who rarely study the history or ideas of socialism and instead take their lead from such fanatical anti-socialists as Ludwig von Mises and Rothbard.” [The Individualist Anarchists]

El libro de Labadie es anterior a la tactica anexionadora de Rothbars, es después cuando, en ediciones posteriores, incluye pasajes como este: “Tucker's comments, therefore, indicate well how far individualist anarchism actually is from "anarcho"-capitalism. The "anarcho"-capitalist desires free markets no matter their result or the concentration of wealth existing at their introduction. As can be seen, Tucker saw the existence of concentrations of wealth as a problem and a hindrance towards anarchy. Thus Tucker was well aware of the dangers to individual liberty of inequalities of wealth and the economic power they produce. Equally, if Tucker supported the "free market" above all else then he would not have argued this point. Clearly, then, Tucker's support for the "free market" cannot be abstracted from his fundamental principles nor can it be equated with a "free market" based on capitalist property rights and massive inequalities in wealth (and so economic power). Thus individualist anarchist support for the free market does not mean support for a capitalist "free market” [Ibíd.]. Ante una corriente considerada “marginal, inoperante y cuyo único peligro es atraer a algún incauto ratón de biblioteca con sus ‘cantos de sirena’”(¿Qué es…, Cano Ruíz), la verdadera reacción a más de 100 años combatiendo el capitalismo, es la de quienes tratarían de apropiárselo y no a la inversa.

Y por favor, sea más claro. Primero dice que los estudiosos del anarquismo difícilmente pueden conocer lo que paso más allá de los 50, en ese caso poca “reacción defensiva” iban a tener contra algo que, según usted, desconocían. Después, cuando se le deja en ridículo, y se demuestra que, en contra de sus opiniones, la gran mayoría de esos historiadores anarquistas citados por mi superaron el umbral de la década de los 50 llegando algunos incluso a alumbrar los años 90, usted se calla, no reconoce su error y cambia de táctica. Esos grandes historiadores anarquistas vieron como el capitalismo se tiñó de todos los pelajes, lo vieron nacer y vegetar, a nada tenían que reaccionar pues ellos ya estaban allí antes que el capitalismo empezará a tratar de desenvolverse lejos de su ambiente histórico; sí sólo le mostraron indiferencia y en algunos casos desprecio (Ibíd.), sería porque no lo consideraban digno de más (Montseny, op.cit). A continuación adopta usted la estrategia contraria, ahora dice que era el capitalismo las fuerza ideológicamente descollante (sin más dato y argumento ratificativo que su propia imaginación) que todos esos anarquistas argumentan ex profeso para deslegitimarlo. Ha hecho ya tantas piruetas argumentales que después de negarse a sí mismo pocas más cosas le quedan por hacer. Pocas “reacciones defensivas” van a tomar aquellos que en sus monografías ignoran a dicha tendencia o sólo le dedican pequeñas gotas de ajenjo.

Por lo demás usted sólo sabe hacer proselitismo ideológico. Establecer que porque Liberty fuera una publicación anarco individualista debe ser necesariamente una revista que influyó en los individualistas es predisgitación, más cuando sólo menciona usted al “anarquismo de mercado” como ÚNICO REFERENTE, podrá uste añadir “uno”, pero al no hacer constar a los demás, y al no incluir un término que los incluya a todos, ese queda como el único citado (esto aparte de semántica es lógica). He hablado de los valores que representaba Liberty precisamente por los motivos que usted ha intentado una y otra vez silenciar y tergiversar. Dice Usted: “Usted me habla de tendencias que no se fundamentan en Liberty”, cosa que contradice precisamente mi labor de demostrar lo que fue Liberty, sus valores, principios y premisas, y como todos ellos viven y son reclamados por las distintas escuelas que he citado. El egoísmo stirniano reclama hoy a Liberty como inspiración, el anarco individualismo comunista y obrerista hace lo propio como demuestran todos los grupos, autores y corrientes que ya he descrito, referenciado y citado, y a las que usted, por pura doctrina política, trata de sepultar.

Acusa a los demás de “forear” cuando usted sólo hace actos de fe en pos de una determinada ideología política o económica. Todas estas cosas que usted dice: “el anarquismo de izquierda […]. [El capitalismo es una] de las vertientes más fuertes y actuales del anarquismo de mercado […] [Liberty es un referente] casi totalmente del anarcocapitalismo […]. La actual influencia superior de Liberty en el anarcocapitalismo”. Todo son apreciaciones y deseos personales, no está respaldados en ningún dato, ni documentados ni avalados y sólo responde a su campaña de propaganda de la que la Wikipedia es sólo, para usted, una lanzadera. Menuda “cruzada” tiene usted montada contra la realidad.

Dice después usted que un artículo puesto por usted “refuta todas mis opiniones”. No sin antes recordar que ese artículo no cita a ningún experto, no está avalado por ninguna fuente fiable, es sólo un artículo de opinión, no menciona ni a un solo especialista que lo ratifique, no recoge ni un solo testimonio de ningún autor, erudito o alguien que no sea el mismo, no contiene ni UNA SOLA cita de las obras en las que se haya inspirado para sacar tales conclusiones (si no se las inventó directamente), no menciona ni un solo libro, documento, texto o servilleta de papel en el que haya leído lo que ha escrito, se invalidad a si mismo al declararse el autor “juez y parte” en su calidad de “left-libertarian market”, he, por tanto, de aclarar que no tiene mayor valor que el de cualquier artículo de un FAQ, blogero, forero, o articulista cibernético, que yo transcribiera y afirmara lo contrario que afirma ese indocumentado artículo de propaganda política. Por tanto, aunque fuera cierto todo lo que ese señor (que por cierto no ha mostrado ningún rigor académico ni en sus formas ni en su fondo, mostrándose su diatriba más propia de un correo electrónico que de un vulgar proyecto de exposición) dice, seguiría pudiendo ser refutado, negado y corregido por otras tantísimas fuentes, como FAQs, artículos de opinión y demás, que como he dicho yo no he utilizado pues no he considerado que sean serias al no exceder de la propaganda política (tipo de información que, por lo que parece, es el único que usted es capaz de leer, citar e insertar en las ediciones de sus artículos). Y es más, por ejemplo las FAQs a las que hago referencia citan por lo menos fragmentos de las obras originales y refieren de donde han sacado sus opiniones, cosa que brilla por su ausencia en todas las letras que usted reproduce o inventa.

Vaya un ejemplo (que espero no vuelva a obligarme mostrarle):

“Is individualist anarchism capitalistic?

The short answer is, no, it is not. While a diverse tendency, the individualist anarchists were opposed to the exploitation of labour, all forms of non-labour income (such as profits, interest and rent) as well as capitalist property rights (particularly in land). While aiming for a free market system, they considered laissez-faire capitalism to be based on various kinds of state enforced class monopoly which ensured that labour was subjected to rule, domination and exploitation by capital. As such it is deeply anti-capitalist and many individualist anarchists, including its leading figure Benjamin Tucker, explicitly called themselves socialists (indeed, Tucker often referred to his theory as "Anarchistic-Socialism").

So, we indicate why the individualist anarchists cannot be classified as "ancestors" of the bogus libertarians of the "anarcho"-capitalist school. Rather, they must be classified as libertarian socialists due to their opposition to exploitation, critique of capitalist property rights and concern for equality, albeit being on the liberal wing of anarchist thought. Moreover, while all wanted to have an economy in which all incomes were based on labour, many also opposed wage labour, i.e. the situation where one person sells their labour to another rather than the product of that labour (a position which, we argue, their ideas logically imply).

[…]In this context, the creation of "anarcho"-capitalism may be regarded as yet another tactic by capitalists to reinforce the public's perception that there are no viable alternatives to capitalism, i.e. by claiming that "even anarchism implies capitalism." In order to justify this claim, they have searched the history of anarchism in an effort to find some thread in the movement that can be used for this purpose. They think that with the individualist anarchists they have found such a thread. However, such an appropriation requires the systematic ignoring or dismissal of key aspects of individualist-anarchism (which, of course, the right-"libertarian" does). Somewhat ironically, this attempt by right-"libertarians" to exclude individualist anarchism from socialism parallels an earlier attempt by state socialists to do the same. Tucker furiously refuted such attempts in an article entitled "Socialism and the Lexicographers", arguing that "the Anarchistic Socialists are not to be stripped of one half of their title by the mere dictum of the last lexicographer." [Instead of a Book ] [Por lo menos estas FAQs citan y referencian sus conclusions, algo que no puede decir usted y sus panfletos (nota del Enragé)]

[…]Nevertheless, it is this inconsistency -- the non-anarchist aspect of individualist anarchism -- which right "libertarians" like Murray Rothbard select and concentrate on, ignoring the anti-capitalist context in which this aspect of individualist thought exists within. As David Wieck pointed out: "Out of the history of anarchist thought and action Rothbard has pulled forth a single thread, the thread of individualism, and defines that individualism in a way alien even to the spirit of a Max Stirner or a Benjamin Tucker, whose heritage I presume he would claim -- to say nothing of how alien is his way to the spirit of Godwin, Proudhon, Bakunin, Kropotkin, Malatesta, and the historically anonymous persons who through their thoughts and action have tried to give anarchism a living meaning. Out of this thread Rothbard manufactures one more bourgeois ideology." [Anarchist Justice, pp. 227-228] […].

Is "anarcho"-capitalism a type of anarchism?

Anyone who has followed political discussion on the net has probably come across people calling themselves "libertarians" but arguing from a right-wing, pro-capitalist perspective. For most people outside of North America, this is weird as the term "libertarian" is almost always used in conjunction with "socialist" or "communist" (particularly in Europe and, it should be stressed, historically in America). Even stranger is that a few of these right-wingers have started calling themselves "anarchists" in what must be one of the finest examples of an oxymoron in the English language: "Anarcho-capitalist"!!!

Arguing with fools is seldom rewarded, but to let their foolishness to go unchallenged risks allowing them to deceive those who are new to anarchism. This is what this section is for, to show why the claims of these "anarchist" capitalists are false. Anarchism has always been anti-capitalist and any "anarchism" that claims otherwise cannot be part of the anarchist tradition. It is important to stress that anarchist opposition to the so-called capitalist "anarchists" do not reflect some kind of debate within anarchism, as many of these types like to pretend, but a debate between anarchism and its old enemy, capitalism.

[…] Significantly, the inventor of the term "anarcho"-capitalism, Murray Rothbard had no impact on the anarchist movement even in North America. His influence, unsurprisingly, was limited to the right, particularly in so-called "libertarian" circles. The same can be said of "anarcho"-capitalism in general.

This is important, for while Rothbard (like other "anarcho"-capitalists) appropriates some aspects of individualist anarchism he does so in a highly selective manner and places what he does take into an utterly different social environment and political tradition. There are important differences along with the anti-capitalist nature of individualist anarchism (i.e. those essential bits which Rothbard and his followers ignore or dismiss). Needless to say, Nursey-Bray does not include "anarcho"-capitalism in his discussion of anarchist schools of thought in the bibliography's introduction.

[…]"Anarcho"-capitalists do not oppose the hierarchies and exploitation associated with capitalism (wage labour and landlordism) and, consequently, have no claim to the term "anarchist." Just because someone uses a label it does not mean that they support the ideas associated with that label and this is the case with "anarcho"-capitalism -- its ideas are at odds with the key ideas associated with all forms of traditional anarchism (even individualist anarchism which is often claimed, usually by "anarcho"-capitalists, as being a forefather of the ideology).

This was echoed by Noam Chomsky two decades later when he stated that "nobody takes [right-wing libertarianism] seriously" (as "everybody knows that a society that worked by . . . [its] principles would self-destruct in three seconds"). The "only reason" why some people in the ruling elite "pretend to take it seriously is because you can use it as a weapon" in the class struggle [Understanding Power, p. 200]”

Y preste atención ha ESTO:

The results of the onslaught of free(r) market capitalism along with anarchist criticism of "anarcho"-capitalism has resulted in some "anarcho"-capitalists trying to re-brand their ideology as "market anarchism." This, from their perspective, has two advantages. Firstly, it allows them to co-opt the likes of Tucker and Spooner (and, sometimes, even Proudhon!) into their family tree as all these supported markets (while systematically attacking capitalism). Secondly, it allows them to distance their ideology from the grim reality of neo-liberalism and the results of making capitalism more "free market." Simply put, going on about the benefits of "free market" capitalism while freer market capitalism is enriching the already wealthy and oppressing and impoverishing the many is hard going. Using the term "market anarchism" to avoid both the reality of anarchism's anti-capitalist core and the reality of the freer market capitalism they have helped produce makes sense in the marketplace of ideas (the term "blackwashing" seems appropriate here). The fact is that however laudable its stated aims, "anarcho"-capitalism is deeply flawed due to its simplistic nature and is easy to abuse on behalf of the economic oligarchy that lurks behind the rhetoric of economic textbooks in that "special case" so ignored by economists, namely reality.

Anarchism has always been aware of the existence of "free market" capitalism, particularly its extreme (minimal state) wing, and has always rejected it. Anarchists from Proudhon onwards have rejected it (and, significantly, vice versa). As academic Alan Carter notes, anarchist concern for equality as a necessary precondition for genuine freedom "is one very good reason for not confusing anarchists with liberals or economic 'libertarians' -- in other words, for not lumping together everyone who is in some way or another critical of the state. It is why calling the likes of Nozick 'anarchists' is highly misleading." ["Some notes on 'Anarchism'", pp. 141-5, Anarchist Studies, vol. 1, no. 2, p. 143] So anarchists have evaluated "free market" capitalism and rejected it as non-anarchist since the birth of anarchism and so attempts by "anarcho"-capitalism to say that their system is "anarchist" flies in the face of this long history of anarchist analysis. That some academics fall for their attempts to appropriate the anarchist label for their ideology is down to a false premise: it "is judged to be anarchism largely because some anarcho-capitalists say they are 'anarchists' and because they criticise the State." [Peter Sabatini, Social Anarchism, no. 23, p. 100]

We analysis many "anarcho"-capitalist claims on their own terms (for example, the importance of equality in the market or why replacing the state with private defence firms is simply changing the name of the state rather than abolishing it) but that does not mean we desire a society nearly identical to the current one. Far from it, we want to transform this society into one more suited for developing and enriching individuality and freedom”.

No me gusta extenderme tanto, así que espero que sus atentados contra la verdad no me vuelva a obligar a hacerlo. Su falta de respuesta es, paradójicamente, una respuesta clara: No quiere colaborar, quiere imponer su criterio, y ante el ofrecimiento de una mano colaboradora solo contrapone IDEOLOGÍA.

Mi intención es modificar este artículo que está completamente raquítico (más sin se le compara con la Wikipedia de habla inglesa en la que, sorpréndase y maravíllese, no se hace una sola mención en la entrada de Liberty al “anarquismo de mercado”), ampliar la lista de colaboradores, destacar el leiv motiv de Liberty, y describir fidedignamente su periplo histórico. Ofreciéndole la posibilidad de encontrar un término neutral y concliador que complaciera a los dos (y más importante, que no excluyera a nadie que algún editor futuro pudiera después reprocharnos), y no importándome modificar y adecuar mis conceptos iniciales, usted sólo ha sabido enrocarse ciegamente en la apología de sus ideas. Tratando de condenar al lector a tomar como “verdad neutral” sus simples juicios de valor.

Vistas así las cosas, habiendo rechazado por última vez mi invitación a colaborar, es la hora de hacer mediar a alguna voz neutral. Así se acabará, no sólo la longitud que requiere mi exposición y ofrecimiento de datos, sino el garabateo de sus consignas que se lanzan con el único propósito de no perder de su haber la única palabra. Si no me equivoco, aún espero una última ráfaga pacata de propaganda.

Saludos.

--El Enragé (discusión) 15:17 26 mar 2009 (UTC)[responder]


    • Reitero, no se trata de interpretar el "verdadero significado" y el "falso significado" de Liberty, le reitero Wikipedia no es objetiva, es neutral. "Referente" no es sobre el pasado, sino sobre una valoración presente del pasado. Y esa valoración de Liberty como fundamento o precedente -del pasado pero para el presente- existe en las corrientes llamadas anarquismo de mercado (ese el término conciliador, si se quiere inventar alguno sólo por evitar la palabra "mercado" no creo que sea adecuado), sobre si esto representa o es compatible con la pura y sacra doctrina del anarquismo anti-mercado ¿a qué vendría?. No se cuantas veces lo voy diciendo, pero creo que tiene un problema con la semántica, o más bien con la diferencia entre neutralidad y objetividad, y aquí no se hacen ensayos, gracias por entender. Nihilo (discusión) 17:27 26 mar 2009 (UTC)[responder]
Para mostrar que sus afirmaciones no pueden ser tenidas como neutrales, un botón de muestra:
"X is not 'true anarchism.'"


One of the least fruitful of these sub-debates is the frequent attempt of one side to define the other out of existence ("You are not truly an anarchist, for anarchists must favor [abolition of private property, atheism, Christianity, etc.]") In addition to being a trivial issue, the factual supporting arguments are often incorrect. For example, despite a popular claim that socialism and anarchism have been inextricably linked since the inception of the anarchist movement, many 19th-century anarchists, not only Americans such as Tucker and Spooner, but even Europeans like Proudhon, were ardently in favor of private property (merely believing that some existing sorts of property were illegitimate, without opposing private property as such).
As Benjamin Tucker wrote in 1887, "It will probably surprise many who know nothing of Proudhon save his declaration that 'property is robbery' to learn that he was perhaps the most vigorous hater of Communism that ever lived on this planet. But the apparent inconsistency vanishes when you read his book and find that by property he means simply legally privileged wealth or the power of usury, and not at all the possession by the laborer of his products."

Nor did an ardent anarcho-communist like Kropotkin deny Proudhon or even Tucker the title of "anarchist." In his Modern Science and Anarchism, Kropotkin discusses not only Proudhon but "the American anarchist individualists who were represented in the fifties by S.P. Andrews and W. Greene, later on by Lysander Spooner, and now are represented by Benjamin Tucker, the well-known editor of the New York Liberty." Similarly in his article on anarchism for the 1910 edition of the Encyclopedia Britannica, Kropotkin again freely mentions the American individualist anarchists, including "Benjamin Tucker, whose journal Liberty was started in 1881 and whose conceptions are a combination of those of Proudhon with those of Herbert Spencer."
Anarchist Theory FAQ. Bryan Caplan, George Mason University.
The trouble with this argument, though, is that it says that the reason anarchists cannot be capitalists is because other anarchists in the past weren't, and thus implies that an effective definition of what it is to be an anarchist is "to be like other anarchists." This, obviously is no definition, merely a tautology - "to be an anarchist is to be an anarchist" - so trying define anarchists by how easily they can be fitted into an anarchist tradition is self defeating. If I wanted to know what a plate is, I would expect to be told that is is a shallow flat dish used for eating off, not that a plate is something similar to what people have used as plates in the past. You see the point? Anarchism is a political theory, granted, but political theories change. In order to identify a political theory including its changes, one has to throw off historical anomalies and use an essential and objective definition: "The desire for an absence of government" is such an objective, ahistorical, definition, and such is the dictionary definition that anarcho-capitalism is consistent with.


To further illustrate the difficulties of using an "historical" definition of anarchism to rule out anarcho-capitalism, we can simply point out that the same strategy can be used to rule out anarchist communism. You say that anarchists cannot be capitalists because anarchists have traditionally opposed capitalism; However, until Kropotkin and Cafiero's address to the Congress of the Jura Federation in 1880, there was no organised anarchist communist movement. In fact one of the anarchist communists at the 1880 meeting, Adhemar Schwitzguebel, said "Thus far, the communist idea has been misunderstood among the general populace where there is still a belief that it is a system devoid of liberty". Bakunin equated communism with statism, and Proudhon hated the idea, whether it was small autonomous communes or state communism, and their followers agreed. If it is alright, at present, to say that anarcho-capitalists aren't anarchists because anarchism has historically always been opposed to capitalism, then it would have been equally legitimate for an anarchist in the 1880s to turn around to Kropotkin or Cafiero and say that anarchists couldn't be communists because anarchist hadn't been up until then.


Dese cuenta de un detalle bastante significativo: usted tiene el recurrente prurito de esgrimir infundios que después dice no es necesario demostrar, de lanzar acusaciones que a posteriori considera impropio clarificar, de hacer afirmaciones de forma categórica de las que después se queja si le son rebatidas. Por sólo poner un ejemplo: Usted dijo que todas mis fuentes desconocían lo que había pasado después de los años 50, se le demostró lo contrario y sólo ha ofrecido silencio. Usted dijo en su mensaje anterior que el “individualismo clásico” era pro-mercado, se le demostró que su ignorancia al respecto y sólo ha dado silencio. Dijo usted que el anarquismo (al que usted con sectarismo llama “izquierdista”) ignoraba la tradición y herencia de Liberty, se le demostró que se equivocaba y sólo se ha recluido en el silencio.

Acaba de decir usted en su anterior mensaje que: “No se trata de interpretar el "verdadero significado" y el "falso significado" de Liberty”, no obstante, esto que ahora le parece accesorio e improcedente, pues supuestamente para usted la cuestión frisa en estos momentos entorno a lo que “es” Liberty como referente y no a lo que “fue”; no le parecía tan inapropiado al principio cuando uno de sus principales alegatos era que Liberty debía cubrirse con el interesado y artificial vocablo “anarquismo de mercado” pues en sus páginas: “daba espacio a autores que anarquistas de mercado que no entran en esta definición mutualista y que son los precursores también de la otra tendencia del anarquismo de mercado, el anarcocapitalismo”. Una vez se ha demostrado que eso, y lo digo sin empaque, era una mentira, usted ha querido desviar la cuestión y olvidarse de lo que realmente fue Liberty… el único defecto que tiene esa actitud es que lo hace tan sólo cuando ya no le conviene, recurriendo a la actitud interesada del que lanza un dato falso y trata de olvidarlo una vez la verdad le ha escupido a la cara.

No obstante, también ha plegado sus velas en todo lo que concierne a las pruebas verificables y documentadas sobre el legado actual de Liberty. Es el fanatismo político lo único que le impide reconocer lo que ya se le ha demostrado: que lejos del capitalismo, existen miles de sensibilidades, autores, grupos y movimientos que recogen, continúan y hacen suyo el legado de Liberty. Son todos éstos reivindicadores, ya citados de sobremanera, a los que usted se niega a reconocer sin más parapeto que su ideología y la lealtad que rinde a su particular causa. No cuento que la ideología se desvanezca de su cabeza, ni guardo interés en ello, ahora bien, la utilización de una enciclopedia de acceso público como plataforma es algo que no ofrece más resistencia que un azucarillo bajo la lluvia.

Dice usted que las proposiciones terminológicas que he propuesto son “inventos”, lo cual no deja de ser alarmante e irónico. Alarmante porque denota el absoluto desconocimiento que usted tiene sobre la materia tratada; irónico por salir de su boca. ¿Le parecen inventos términos como “socialismo individualista” (Warren, op.cit, Rocker, op.cit) “individualismo libertario” (Tucker, Instead…, op.cit.) “anarquismo norteamericano” (Rocker, op.cit., Nettlau, op.cit.? Es realmente grave que usted desconozca términos (bien documentados y referenciados) que blasonó el propio Liberty y que llevan más de 100 años en el léxico libertario. Es increíble que le parezcan “innovaciones” términos que se conservan en el acervo común del anarquismo y que pueden usarse de forma amplia, flexible y sin lugar a equívocos (satisfaciendo además a todas las partes en conflicto; a todas aquellas, por supuesto, que no antepongan la propaganda política a la veracidad). Eso es alarmante; pero lo que es irónico es que alguien que usa apologéticamente un vulgar neologismo, una innovación explicita, alumbrada en pocas décadas, sin más intención la maniobra teórica, acuse a alguien de “inventar” cuando no ha sido capaz de ofrecer otra cosa que un poco elaborado y alquímico “invento doctrinal”. El nacimiento de todo elemento artificial requiere de cierto alambicaje que, en su caso, pierde fluidos por todos los lados.

Sirva esto como muestra:

“El “anarco”-capitalismo es una ‘innovación’ sólo en apariencia. Como teoría es una suerte de malthusianismo que niega el Estado, teniendo de nuevo bien poco. Sólo lo de ‘anarco’ es novedoso; tanto como falso. El “anarco”-capitalismo toma el concepto de “anarco” como negación al Estado, pero ésto es sólo una parcialidad. Según esa regla anarquistas serian los supremacistas blancos [a los que, por cierto, tantos “anarco”-capitalistas apoyan, ver White Terror, John Colissi, p. 215-238], la asociaciones de parafilias sexuales, los fanáticos religiosos anti-estatistas, la Mafia, etc. El anarquismo representa, básicamente, la negación a la autoridad, por lo cual cualquier cosa que defienda las jerarquías, como las económicas, y que atente contra la igualdad, no es ni puede ser anarquista. Rothbard conocía esto muy bien, y como no era capaz de negar la autoridad de su teoría invirtió la fórmula: para él el anarquismo era compatible con la autoridad. Usaba así un anarquismo que ni siquiera era etimológico, sólo lo tomaba en su acepción grosera: no-Estado. El anexo de su Trial by Jury es demostrativo de ello: “nunca he dejado de manifestar que la autoridad debe imponerse con rigor. El Estado no puede inmiscuirse en los asuntos humanos; pero los humanos tienen el derecho de interferir en todo aquello que afecte a sus vidas y propiedades. Y no entiendo por que la voluntad de otro individuo que atente contra tus intereses no puede ser duramente coaccionada. […] La autoridad que ejerza la comunidad sobre un hombre nocivo, o de un hombre sano sobre una comunidad enferma, es siempre justa, aunque esto suponga neutralizar la libertad de dicho individuo, o de dicha comunidad […]. Anarquismo no es ausencia de autoridad.” [p. 115, 160-161].

[…] Los conceptos de Murray eran demasiado obvios para que no se les pudiera tachar de autoritarios (tal y como el Estado mínimo de Rand). La solución se iría desarrollando poco a poco. Con dos páginas mal digeridas y la moral escocida, los “anarco”-capitalistas de todas las tendencias fueron aunándose bajo una nueva “marca”, creada expresamente con el propósito de quitarse las miradas suspicaces de encima y poder seguir defendiendo lo mismo con otra mascara. Nace entonces el “anarquismo de libre mercado”, la misma escuela capitalista que acoge a falsos mutualistas herederos de Mises y no de Proudhon o Tucker, anarquistas de Estado mínimo, y libertarianos conservadores. Su intención: sacudirse el membrete capitalista e introducirse en las tradiciones y movimientos anarquistas. Su estrategia: mezclarse en los círculos anarquistas ya constituidos (siempre se les verá, rondando como las mocas, los medios de comunicación y las organizaciones de esos anarquistas a los que según dicen tanto odian), absorber el legado histórico del anarquismo de las formas más ridículas o abyectas (afirmar por ejemplo que se puede ser anarquista y defender la autoridad, la policía, la ley, las cárceles, la jerarquía, la pobreza de las clases productoras, pues, como ya dijimos, para ellos anarquismo no es más que la inexistencia del Estado. Por otra parte suelen intentar fagocitar a determinados nombres clásicos del anarquismo, así, basándose en que Tucker y Spooner defendían el mercado y la propiedad tratan de dominar sus figuras. Sin embargo, es tanto lo que los desconocen que se les olvida mencionar que su mercado era un intercambio no lucrativo y su propiedad un elemento anti-absoluto que sólo podía originarse del trabajo y la ocupación física). Su objetivo: empezar a figurar en monografías y enciclopedias como una escuela anarquista más, poder ir poco a poco suplantado el ascendente movimiento de los anarquistas, y hacer su oposición conservadora desde la tribuna de una escuela que les es opuesta”. [Raymond Keppler, True: Anarchism History, The Oliphant.]

Espero no se le indigeste.

Pero el problema no llega al campo de la semántica, tal y como usted cree, para entrar en el terreno de los significados y saber lo que es una referencia, primero hay que estar documentado e informado, no ya sobre lo que se va a referenciar (que también es imprescindible) sino de lo que uno pretende anexionar a una información preexistente, es en ese campo en el que hace falta un importante trabajo de documentación previa, específicamente para mostrar pruebas de lo que se pretende modificar… y usted, tanto en el campo de las fuentes como en el de la instrucción sobre el asunto, ha mostrado océanos de desconocimiento. El problema es de “comprensiión lectora”, la semántica es sólo un sistema que usted nos aporta y que demuestra que difícilmente va a saber lo que significan las cosas si apenas a empleado su tiempo en conocerlas.

A fin de que no se queje de mi longitud le he repetido por activa y por pasiva que no me obligara a tirar de las FAQs (de las que seguramente he de disponer de más de las que usted pueda estar atesorando en estos días en las que debe andar buscándolas como un desesperado. Las FAQa no son fuente fiables ni verificables pues quienes las realizan se declaran partidarios de una u otra tendencia, por eso no quiero usarlas como fuente. No obstante, viendo que es lo único no inventado (por usted, pues no respondo de los autores) que es usted capaz de ofrecer, me vuelvo a ver en la obligación de darle otra amplia remeza de las muchas FAQs que tengo a mi disposición, y que por cierto estar, por lo menos mejor documentadas que las suyas. Ya que las que usted ofrece son sólo un raquítico corolario de opiniones personales en las que sólo se destacan unas pocas citas (de las que no se molesta en especificar la obra de la que la extrajo) en las que la único que se dice es que Tucker reconocía justamente lo mismo que llevo documentado toda está discusión, como que compartía el concepto prudhoniano de la posesión basada en el propio trabajo y como condenaba la propiedad originada de la usura y el poder (así que muchas gracias por esa cita), y una semblanza de cómo Kropotkin recogió a Tucker en su Enciclopedia y la opinión que tenía Schwitzguebel (colaborador de Bakunin, miembro de la AIT) del comunismo. Lo de Tucker ya se recoge en mis citas y lo demás es insustancial (a la vez que curioso, como que lo de que el capitalismo es anarquista solamente por negar el gobierno, redundando así en aquella cuestión que, según Raymond Keppler, lo invalida como anarquista por no negar la autoridad en sí misma, siendo ésta la verdadera naturaleza del anarquismo). Sin embargo, hay algo que sirve como paradigma de la postura que usted ha adoptado esta discusión. Lo único que usted es capaz de señalar y destacar de ese artículo es una serie de afirmaciones no referenciados (aunque eso en usted es ya arquetípico), pero sobre todo que muestra un desconocimiento abismal del corpus teórico anarquista. El autor (el internauta del primer fragmento) viene a decir que se suele considerar erróneamente que anarquismo y socialismo son lo mismo cuando el hecho de que Proudhon, Tucker y Spooner no era socialistas porque defendían la propiedad privada, y que hoy con el mismo criterio se excluye a otros anarquistas. Ante este razonamiento de escolar despistado no he podido más que sonreírme. Como el propio autor cita, Tucker creía en la propiedad originada en el trabajo, como Proudhon y como Spooner, lo cual respeta el principio socialista de que el fruto del trabajo debe pertenecer al trabajador [Proudhon, Sistema de las Contradicciones Economicas]. Aquellos anarquistas que ha reconocido, ya sea la posesión o el usufructo, o la propiedad basada en el trabajo, nunca han dejado de ser considerados anarquistas. Los únicos que han sufrido tal suerte son los que han impuesto , según Malatesta, [Reveil, nº7] “la propiedad absoluta de un individuo sobre otros o de un Estado sobre los individuos”.

Para demostrar que, según los propios anarquistas, que el anarquismo siempre ha sido socialista, una cita al azar del propio Malatesta en su Anarquía:

“El liberalismo, viene a ser teóricamente una especie de anarquía sin socialismo, y por tanto no es más que una mentira, un engaño, puesto que la libertad no puede existir sin la igualdad; la anarquía verdadera es inconcebible fuera de la solidaridad, fuera del socialismo. La crítica que los liberales hacen del gobierno se reduce a querer despojarle de un cierto número de atribuciones, pero no pueden atacar las funciones represivas que son de su esencia, por cuento sin gendarmes el propietario no podría existir y hasta la fuerza represiva del gobierno debe siempre crecer a medida que crecen, por efecto de la libre concurrencia, la desarmonía y la desigualdad.

La anarquía, tal cual la concibe el movimiento anarquista y tal como puede ser comprendida, se basa en el socialismo. Y si no existieran escuelas socialistas que escinden artificiosamente la unidad natural de la cuestión social, considerando sólo algunas partes o aspectos de ellas, si no existieran los equívocos por medio de los cuales se trata de cortar el paso a la revolución social, podríamos afirmar que anarquía es sinónimo de socialismo, puesto que una y otro significan la abolición de la dominación y de la explotación del hombre por el hombre, practíquense por medio de los engaños, por la fuerza de las bayonetas o por medio del acaparamiento de los medios de existencia.

La anarquía, de igual modo que el socialismo, tiene como base, como punto de partida y como medio necesario, la igualdad de condiciones, por faro la solidaridad y por método la libertad. La anarquía no es la perfección, no es el ideal absoluto que, como el horizonte, se aleja a medida que avanzamos; pero es ciertamente el camino abierto a todos los progresos, a todos los perfeccionamientos, realizables en interés de todos”.

Y sobre los citados, todos ellos se llamaron socialistas así mismos una y otra vez. De Tucker ya hemos ofrecido incontables citas [Instead…,op.cit.], Spooner decía, por ejemplo: “La propiedad, sin una concepción del trabajo, sin eso que se llama socialismo, es robo y privilegio” [Pobreza: su ilegal causa y su legal cura]. Y Proudhon fue definido así por Bakunin: “[Proudhon] oponiendo la libertad a la autoridad contra esos socialistas de Estado, se proclamó atrevidamente anarquista, y, en las barbas de su deísmo o de su panteísmo, tuvo el valor de proclamarse sencillamente ateo, o más bien, con Agusto Comte, positivista. Su socialismo, fundado en la libertad tanto individual como colectiva, en la acción espontánea de las asociaciones libres, no obedeciendo a otras leyes que a las generales de la economía social” [Federalismo, socialismo y antiteologismo].

No obstante creo que nada cierra mejor este aporte que otra dosis de FAQ lo cual lee demostrará que por cada artículo infundado que muestre circulan mil más por Internet, e incluso de mejor calidad. Este concretamente no se conforma con mostrar que sus fuentes no son neutrales ni están documentadas, sino que evidencia que no exeden del más tosco panfletarismo:

“The individualist anarchists considered themselves as anti-capitalists and many called themselves mutualists and socialists. While there is a tendency for supporters of capitalism (and a few socialists!) to equate it with the market and private property, this is not the case. It is possible to have both and not have capitalism. As Proudhon, Bakunin, Kropotkin and Tucker all stressed, anarchism is one of those schools. For Kropotkin, anarchism was "the no-government system of socialism." [Anarchism, p. 46] Thus we find Individualist anarchist Victor Yarros, like Tucker, talking about "the position and teachings of the Anarchistic Socialists" when referring to his ideas. [Liberty, no. 98, p. 5]

Of course, not all the individualist anarchists used the term "socialist" or "socialism" to describe their ideas although many did. Some called their ideas Mutualism and explicitly opposed socialism (William Greene being the most obvious example). However, at root the ideas were part of the wider socialist movement and, in fact, they followed Proudhon in this as he both proclaimed himself a socialist while also attacking it. The apparent contradiction is easily explained by noting there are two schools of socialism, state and libertarian. Thus it is possible to be both a (libertarian) socialist and condemn (state) socialist in the harshest terms.

So what, then, is socialism? Tucker stated that "the bottom claim of Socialism" was "that labour should be put in possession of its own," that "the natural wage of labour is its product" and "interest, rent, and profit . . . constitute the trinity of usury." [The Individualist Anarchists, p. 78 and p. 80]

Definition also found favour with Kropotkin who stated that socialism "in its wide, generic, and true sense" was an "effort to abolish the exploitation of labour by capital." [Anarchism, p. 169] For Kropotkin, anarchism was "brought forth by the same critical and revolutionary protest which gave rise to Socialism in general", socialism aiming for "the negation of Capitalism and of society based on the subjection of labour to capital." Anarchism, unlike other socialists, extended this to oppose "what constitutes the real strength of Capitalism: the State and its principle supports." [Environment and Evolution, p. 19] Tucker, similarly, argued that Individualist anarchism was a form of socialism and would result in the "emancipation of the workingman from his present slavery to capital." [Instead of a Book, p. 323]

The various schools of socialism present different solutions to this exploitation and subjection. From the socialisation of property by the libertarian communists, to the co-operatives of mutualism, to the free market of the individualist anarchists, all are seeking, in one way or the other, to ensure the end of the domination and exploitation of labour by capital.

So, why are the individualist anarchists anti-capitalists? There are two main reasons. Firstly, the Individualist Anarchists opposed profits, interest and rent as forms of exploitation (they termed these non-labour incomes "usury", but as Tucker stressed usury was "but another name for the exploitation of labour." [Liberty, no. 122, p. 4]). To use the words of Ezra Heywood, the Individualist Anarchists thought "Interest is theft, Rent Robbery, and Profit Only Another Name for Plunder." [quoted by Martin Blatt, "Ezra Heywood & Benjamin Tucker,", pp. 28-43, Benjamin R. Tucker and the Champions of Liberty, Coughlin, Hamilton and Sullivan (eds.), p. 29] Non-labour incomes are merely "different methods of levying tribute for the use of capital." Their vision of the good society was one in which "the usurer, the receiver of interest, rent and profit" would not exist and Labour would "secure its natural wage, its entire product." [Tucker, The Individualist Anarchists, p. 80, p. 82 and p. 85] This would also apply to dividends, "since no idle shareholders could continue in receipt of dividends were it not for the support of monopoly, it follows that these dividends are no part of the proper reward of ability." [Tucker, Liberty, no. 282, p. 2]

In addition, as a means of social change, the individualists suggested that activists start "inducing the people to steadily refuse the payment of rents and taxes." [Instead of a Book pp. 299-300] These are hardly statements with which capitalists would agree. Tucker, as noted, also opposed interest, considering it usury (exploitation and a "crime") pure and simple and one of the means by which workers were denied the full fruits of their labour. Indeed, he looked forward to the day when "any person who charges more than cost for any product [will] . . . be regarded very much as we now regard a pickpocket." This "attitude of hostility to usury, in any form" hardly fits into the capitalist mentality or belief system. [Op. Cit., p. 155] Similarly, Ezra Heywood considered profit-taking "an injustice which ranked second only to legalising titles to absolute ownership of land or raw-materials." [James J. Martin, Op. Cit., p. 111] Opposition to profits, rent or interest is hardly capitalistic -- indeed, the reverse.

Thus the Individualist Anarchists, like the social anarchists, opposed the exploitation of labour and desired to see the end of capitalism by ensuring that labour would own what it produced. They desired a society in which there would no longer be capitalists and workers, only workers. The worker would receive the full product of his/her labour, so ending the exploitation of labour by capital. In Tucker's words, a free society would see "each man reaping the fruits of his labour and no man able to live in idleness on an income from capital" and so society would "become a great hive of Anarchistic workers, prosperous and free individuals" combining "to carry on their production and distribution on the cost principle." [The Individualist Anarchists, p. 276]

This, as Tucker noted, was a complete rejection of the capitalist system of property rights and saw anarchism being dependent on "the Anarchistic view that occupancy and use should condition and limit landholding becom[ing] the prevailing view." [The Individualist Anarchists, p. 162 and p. 159] As Joseph Labadie put it, socialism includes any theory "which has for its object the changing of the present status of property and the relations one person or class holds to another. In other words, any movement which has for its aim the changing of social relations, of companionships, of associations, of powers of one class over another class, is Socialism." [our emphasis, Liberty, no. 158, p. 8] As such, both social and individualist anarchists are socialists as both aimed at changing the present status of property.

For these reasons, the Individualist Anarchists are clearly anti-capitalist. While an Individualist Anarchy would be a market system, it would not be a capitalist one. As Tucker argued, the anarchists realised "the fact that one class of men are dependent for their living upon the sale of their labour, while another class of men are relieved of the necessity of labour by being legally privileged to sell something that is not labour. . . . And to such a state of things I am as much opposed as any one. But the minute you remove privilege. . . every man will be a labourer exchanging with fellow-labourers . . . What Anarchistic-Socialism aims to abolish is usury . . . it wants to deprive capital of its reward." As noted above, the term "usury," for Tucker, was simply a synonym for "the exploitation of labour." [Instead of a Book, p. 404 and p. 396]

The similarities with social anarchism are obvious. Like them, the individualist anarchists opposed capitalism because they saw that profit, rent and interest were all forms of exploitation. As communist-anarchist Alexander Berkman noted, "[i]f the worker would get his due -- that is, the things he produces or their equivalent -- where would the profits of the capitalist come from? If labour owned the wealth it produced, there would be no capitalism." Like social anarchists they opposed usury, to have to pay purely for access/use for a resource. It ensured that a "slice of their daily labour is taken from [the workers] for the privilege of using these factories" [What is Anarchism?, p. 44 and p. 8] A position, incidentally, also held by Proudhon who maintained that "reduction of interest rates to vanishing point is itself a revolutionary act, because it is destructive of capitalism." [quoted by Edward Hyams, Pierre-Joseph Proudhon: His Revolutionary Life, Mind and Works, p. 188]

What about their support of the free market?

Many, particularly on the "libertarian"-right, would dismiss claims that the Individualist Anarchists were socialists. By their support of the "free market" the Individualist Anarchists, they would claim, show themselves as really supporters of capitalism. Most, if not all, anarchists would reject this claim. Why is this the case?

This because such claims show an amazing ignorance of socialist ideas and history. The socialist movement has had a many schools, many of which, but not all, opposed the market and private property. Given that the right "libertarians" who make such claims are usually not well informed of the ideas they oppose (i.e. of socialism, particularly libertarian socialism) it is unsurprising they claim that the Individualist Anarchists are not socialists (of course the fact that many Individualist Anarchists argued they were socialists is ignored). Coming from a different tradition, it is unsurprising they are not aware of the fact that socialism is not monolithic. Hence we discover right-"libertarian" guru von Mises claiming that the "essence of socialism is the entire elimination of the market." [Human Action, p. 702] This would have come as something of a surprise to, say, Proudhon, who argued that "[t]o suppress competition is to suppress liberty itself." [The General Idea of the Revolution, p. 50] Similarly, it would have surprised Tucker, who called himself a socialist while supporting a freer market than von Mises ever dreamt of

The central fallacy of the argument that support for markets equals support for capitalism is that many self-proclaimed socialists are not opposed to the market. Indeed, some of the earliest socialists were market socialists (people like Thomas Hodgskin and William Thompson, although the former ended up rejecting socialism and the latter became a communal-socialist). Proudhon, as noted, was a well known supporter of market exchange.

It could, possibly, be argued that these self-proclaimed socialists did not, in fact, understand what socialism "really meant." For this to be the case, other, more obviously socialist, writers and thinkers would dismiss them as not being socialists. This, however, is not the case. Thus we find Karl Marx, for example, writing of "the socialism of Proudhon." [Capital, vol. 1, p. 161f] Engels talked about Proudhon being "the Socialist of the small peasant and master-craftsman" and of "the Proudhon school of Socialism." [Marx and Engels, Selected Works, p. 254 and p. 255] Bakunin talked about Proudhon's "socialism, based on individual and collective liberty and upon the spontaneous action of free associations." He considered his own ideas as "Proudhonism widely developed and pushed right to these, its final consequences" [Michael Bakunin: Selected Writings, p. 100 and p. 198] For Kropotkin, while Godwin was "first theoriser of Socialism without government -- that is to say, of Anarchism" Proudhon was the second as he, "without knowing Godwin's work, laid anew the foundations of Anarchism." He lamented that "many modern Socialists" supported "centralisation and the cult of authority" and so "have not yet reached the level of their two predecessors, Godwin and Proudhon." [Evolution and Environment, pp. 26-7] These renown socialists did not consider Proudhon's position to be in any way anti-socialist (although, of course, being critical of whether it would work and its desirability if it did). Tucker, it should be noted, called Proudhon "the father of the Anarchistic school of Socialism." [Instead of a Book, p. 381] Little wonder, then, that the likes of Tucker considered themselves socialists and stated numerous times that they were.

Looking at Tucker and the Individualist anarchists we discover that other socialists considered them socialists. Rudolf Rocker stated that "it is not difficult to discover certain fundamental principles which are common to all of them and which divide them from all other varieties of socialism. They all agree on the point that man be given the full reward of his labour and recognise in this right the economic basis of all personal liberty. They all regard the free competition of individual and social forces as something inherent in human nature . . . They answered the socialists of other schools who saw in free competition one of the destructive elements of capitalist society that the evil lies in the fact we have too little rather than too much competition, since the power of monopoly has made competition impossible." [Pioneers of American Freedom, p. 160] Malatesta, likewise, saw many schools of socialism, including "anarchist or authoritarian, mutualist or individualist." [Errico Malatesta: His Life and Ideas, p. 95]

Thus claims that the Individualist Anarchists were not "really" socialists because they supported a market system cannot be supported. The simple fact is that those who make this claim are, at best, ignorant of the socialist movement, its ideas and its history or, at worse, desire, like many Marxists, to write out of history competing socialist theories.

This is the case with Proudhon as well, who differentiated between possession and private property and argued that co-operatives should replace capitalist firms. While their specific solutions may have differed (with Proudhon aiming for a market economy consisting of artisans, peasants and co-operatives while Marx aimed for communism, i.e. the abolition of money via state ownership of capital) their analysis of capitalism and private property were identical -- which Tucker consistently noted (as regards the theory of surplus value, for example, he argued that "Proudhon propounded and proved [it] long before Marx advanced it." [Liberty, no. 92, p. 1])

As Tucker argued, "the fact that State Socialism . . . has overshadowed other forms of Socialism gives it no right to a monopoly of the Socialistic idea." [Instead of a Book, pp. 363-4] It is no surprise that the authoritarian left and "libertarian" right have united to define socialism in such a way as to eliminate anarchism from its ranks -- they both have an interest in removing a theory which exposes the inadequacies of their dogmas, which explains how we can have both liberty and equality and have a decent, free and just society.

There is another fallacy at the heart of the claim that markets and socialism do not go together, namely that all markets are capitalist markets. So another part of the problem is that the same word often means different things to different people. As J.W. Baker notes, "Tucker considered himself a socialist . . . as the result of his struggle against 'usury and capitalism,' but anything that smelled of 'state socialism' was thoroughly rejected." ["Native American Anarchism," pp. 43-62, The Raven, vol. 10, no. 1, p. 60] [...] Similarly, they accept a completely ahistorical definition of "capitalism," so ignoring the massive state violence and support by which that system was created and is maintained”.

Mañana (o el lunes) pondré el resto (todavía queda lo mejor), por hoy ya es bastante.

Concluyo dicidiendo que no es mi pretensión hacer un “ensayo”, me limito a ofrecer las pruebas que sus muestras de desconocimiento o faltas descaradas cometidas contra la verdad, me obligan a aportar. Ha negado cualquier posibilidad de consenso y dialogo constructivo, así que antes de que intervenga la intermediación, lo único que puedo hacer es desenredar el débil hilo de afirmaciones ficticias que ha fabulado o pegado en esta discusión. Si le cansa el asunto deje de negar y yo dejaré de afirmar. Mientras vierta mentiras; aquí tendrá quien las rebata. También espero que lo comprenda.

Saludos.

El Enragé

P.D: Dándole la puntilla a una de sus últimos infundios, es así como definía Tucker a Liberty, por lo cual la única definición inventada es la que ha emergido de su cabeza, pues las mias están extraídas de las propias fuentes: “Liberty has always insisted that Individualism and Socialism are not antithetical terms; that, on the contrary, the most perfect Socialism is possible only on condition of the most perfect Individualism; and that Socialism includes, not only Collectivism and Communism, but also that school of Individualist Anarchism which conceives liberty as a means of destroying usury and the exploitation of labour.” [Liberty, nº 129]

Y Martin [op.cit.]: “Hence we find Tucker calling his ideas both "Anarchistic Socialism" and "Individualist Socialism".

  • Insisto, la entradilla tiene dos partes, lo que Liberty FUE -un periódico anarcoindividualista, donde no todos sus colaboradores tenían las mismas ideas e incluso se contradecían- y lo que Liberty ES -uno de los principales referentes históricos del actual anarquismo de mercado-. El resto de enredos no sé a que vienen, ni veo con qué objeto se discuten... más cuando el anarquismo de mercado incluye tanto al liberalismo manchesteriano como al socialismo voluntario, no se enrede tanto. Vuelvo y repito, tiene un problema con la semántica porque la oración es muy clara. No le haré acusaciones personales, pero pareciera que quiere usar este artículo para determinar "verdaderos" y "falsos" anarquistas, y simplemente así no son la cosas (mis referencias lo han refutado completamente), este es un medio neutral. --Nihilo (discusión) 13:38 30 mar 2009 (UTC)[responder]
Para sacarlo un poco de su confusión de las ideas políticas, ya que Liberty proponía un sistema incompatible con el colectivismo (defendido por los autores que gusta citar), recordándole que la economía de mercado es parte de las filosofías individualistas (para botón de muestra el mismo Liberty), cosa que continuamente ignora: Anarcocomunismo. Para que entienda de una vez la diferencia entre el colectivismo y el individualismo. Que tenga un buen día. --Nihilo (discusión) 13:49 30 mar 2009 (UTC)[responder]


Usted ha tratado de negar constantemente lo que FUE Liberty llegando a asegurar que en sus páginas se cobijaban protocapitalistas lo cual, después de demostrada su hondo desconocimiento al respecto, ha dejado de aseverar, aunque ha seguido lanzando insinuaciones sin aportar ninguna documentación al respecto. Usted ha dicho: “ no todos sus colaboradores [de Liberty] tenían las mismas ideas e incluso se contradecían”, cosa que yo ya he demostrado, tanto como que ninguno de ellos era capitalista ¿O acaso puede usted ofrecer alguna prueba al respecto que ratifique lo contrario y que no se fundamente solamente en sus deseos y en los de su opción política? Ya ha sido demostrado, de sobremanera, la rígida línea editorial anti capitalista que mantenía Liberty y como el propio Tucker aplicaba su férula con el firme propósito de que se respetara (expulsando con la vehemencia de sus argumentos tanto a los que coqueteaban con el Estado como a los que le hacían el caldo gordo a la escuela de Manchester, basta con leer mis fuentes más arriba). Por tanto el tema de lo que FUE Liberty es algo que yo ya he dado por zanjado, centradome en lo que ES como referente. Si he tenido que volver a demostrar lo que ERA Liberty ha sido debido a que las afirmaciones deliberadamente falsas que usted lanzaba sobre tal asunto me han forzado a ello. No vuelva a obligarme a discutir lo que ERA Liberty y las hondas lagunas que usted tiene, sobre la historia de los movimientos sociales y económicos, no quedaran otra vez al descubierto.

Me sigue sorprendiendo lo peligrosa que es la ignorancia que usted tiene sobre Liberty, y de la cual aparece hacer ostentación cuando hace afirmaciones categóricas (con respecto por ejemplo a lo que es el “anarco individualismo”) que después no considera pertinente demostrar o considera ratificadas por el propio eco de su voz. Esto ya se le ha demostrado hasta la saciedad, pero parece imprescindible volver a demostrárselo.

1º El término “anarquismo de mercado” es un neologismo que nunca podrá englobar a todas las sensibilidades que reivindican a Liberty como uno de sus referentes pues ese vocablo es un neologismo que, como bien explican Keppler (op.cit), Sabatini (p.cit.) y Baker (op.cit.), es sólo un eufemismo usado por los capitalistas para aglutinar aquello que les interesa y excluir aquello que les incomoda (tal y como usted está tratando de poner en práctica).

2º Afirmar que Liberty es SÓLO un referente de lo que usted llama “anarquismo de mercado” (pues ese es el único heredero que recoge el dicha entradilla) supone necesariamente excluir a todos los demás receptáculos de esa publicación, concretamente a la totalidad de las teorías anarco individualistas que eran anti capitalistas (ver mis referencias más arriba) y a una gran parte de ellos que eran opuestos al mercado, a la competencia y al dinero (idem). Es alarmante su ignorancia al respecto de lo que significa anarco individualismo (será necesario ir también ha esa entradilla pues me temo que allí su desconocimiento supino y notorio también haya hecho estragos). Según Mackay, basándose en Godwin, Stirner, Tucker y toda las tradición individualista libertaria:


“El Individualismo libertario es una corriente de pensamiento integral que, sea denominada filosófica, vital, ontológica, existencial, o como se quiera, no guarda para la mayoría de sus representantes mayor relación con los asuntos económicos que con cualquier otro aspecto humano. Así, tal y como el Comunismo Libertario es una concepción económica que, aún aguardando en su seno una mayor o menor tendencia hacía determinados temas, no se puede establecer que tenga una concepción definida con respecto, por ejemplo, a la primacía de la ciencia (dicotomía más o menos honda, según quiera verse, entre Kropotkin y Malatesta), o al individuo y a la organización (dicotomía entre los Individualistas-Comunistas contrarios a la organización como Ciancabilla y Schichi contra los citados Kropotkin y Malatesta), a su vez al Individualismo libertario le pasa exactamente lo mismo con los conceptos económicos, donde sólo se puede decir que, obviamente, se opone a toda reglamentación autoritaria, sea Marxismo o sea Capitalismo, y que sólo reconoce que los medios de producción pertenecen a los Individuos-creadores que como trabajadores los han originado sin reconocer más soberanía que la propia, lo cual excluye tanto al Estado como a los Empresarios. No tiene, por tanto, una postura general, monolítica u homogénea sobre la cuestión material (y aún sobre los “filosóficos” sólo puede hablarse de ciertos anhelos recurrentes, casi comunes, pero nunca extensibles a todas las manifestaciones, de lo contrario de Individualismo tendría bien poco). Se ha creído siempre, pasando desde el espectro del Liberalismo al del Marxismo que la reafirmación del Individualismo conlleva necesariamente la defensa de la propiedad privada; y nada es más falso e inexacto que esto. Entendiendo así las cosas se ha presupuesto que toda corriente que defienda una visión, ya sea pepitoria, originada por el trabajo, o posesoria, debe ser inherentemente Individualista, y tal premisa está infinitamente alejada de la realidad. Godwin decía (Enquiry) con su nervió Individualista: “[…] Si los individuos no tienen derechos, tampoco los tiene la sociedad, la cual no posee sino aquello que los individuos han aportado en conjunto. […]Un individuo aislado no puede delegar su autoridad en la mayoría de una asamblea de la que forma parte. Las normas que han de regular mis acciones son materia de consideración enteramente personal y nadie puede transferir a otro la responsabilidad de su conducta y la determinación de sus propios deberes. […] Nunca se repetirá demasiado que las sociedades y comunidades no tienen autoridad para establecer la injusticia e imponer el absurdo; que la voz del pueblo no es, como se afirma a menudo, ridículamente, la voz de Dios y que el consentimiento universal no puede convertir el error en verdad. El ser más insignificante debe sentirse libre de disentir con las decisiones de la más augusta asamblea. […] La verdad no puede ser más verdadera en razón del número de sus adeptos. No es menos sublime el espectáculo de un hombre solitario que rinde su inflexible testimonio en favor de la justicia, en contra de millones de sus extraviados conciudadanos”. Afirmaba después en defensa de su –según sus propias palabras- “régimen económico igualitario” (que es a todas luces una manifestación Comunista Libertaria): “¿Cuál es el criterio que debe determinar si tal o cual objeto susceptible de utilidad debe ser considerado de vuestra propiedad o de la mía? A esta cuestión sólo cabe una respuesta: la justicia. Acudamos, pues, a los principios de justicia ¿A quién pertenece justamente un objeto cualquiera, por ejemplo, un trozo de pan? A aquel que más lo necesita o a quien su posesión sea más útil. He ahí seis personas acuciadas por el hambre y el pan podrá satisfacer la avidez de todas ellas. ¿Quién ha de afirmar que uno sólo tiene el derecho de beneficiarse del alimento? Quizá sean ellos hermanos y la ley de primogenitura lo concede todo al hermano mayor. ¿Pero puede la justicia aprobar tal concesión? Las leyes de los distintos países disponen de la propiedad de mil formas distintas, pero sólo puede haber una conforme con los dictados de la razón. Veamos otro caso. Tengo en mi poder cien panes y en la próxima calle hay un pobre hombre que desfallece de hambre, a quien uno de estos panes podría preservar de la muerte por inanición. Si sustraigo el pan a su necesidad, ¿no cometeré acaso un acto de injusticia? Si le entrego el pan, cumplo simplemente un mandato de equidad. ¿A quién pertenece, pues, ese alimento indispensable? Por otra parte, yo me encuentro en situación desahogada y no necesito ese pan como objeto de trueque o de venta para procurarme otros bienes necesarios para la vida. Nuestras necesidades animales han sido definidas hace tiempo y consisten en alimento, habitación y abrigo. Si la justicia tiene algún sentido, es inicuo que un hombre posea lo superfluo, mientras existan seres humanos que no dispongan adecuadamente de esos elementos indispensables”. La conclusión de ambas ideas es una sola: si no existe la Individualidad, el sistema pretendidamente más justo e igualitario no será más que una nueva tiranía que enyugará a sus desdichados habitantes a la homogeneidad temperamental, el mimetismo afectivo y la uniformidad intelectual. La Individualidad, que hoy reside en nosotros, pero que acomodamos a las estrecheces de nuestro medio, sólo podrá ser todo cuanto pueda ser el día que no existan limites, ni sociales, ni económicos, ni territoriales, ni culturales, etc… El Individualismo encuentra por tanto se expansión en un sistema en el que la propiedad no lo ponga un dique a su desarrollo físico, y en el que ningún corsé coyuntural haga lo propio con su ánimo. Este es el Individualismo Comunista que nos resume Godwin: “Pero si no debemos proceder jamás con independencia de los principios de la razón, ni rehuir el franco examen de nuestros semejantes, es esencial, por otra parte, que seamos libres de cultivar nuestra individualidad y de seguir los dictados de nuestro propio juicio. Si el régimen igualitario contuviera una inhibición de esa libertad, no hay duda que aquella objeción sería concluyente. Si fuera, como se ha dicho, un sistema de tiranía, de coerción y de restricciones, estaría en evidente contradicción con la tesis fundamental de esta obra. Pero la verdad es que nuestro sistema de propiedad igualitaria no requiere ninguna especie de superintendencia ni de coerción. No hay necesidad del trabajo en común, ni de comidas en común, ni de almacenes comunes. Estos son métodos erróneos, destinados a constreñir la conducta humana, sin atraer los espíritus. Si no podemos ganar el corazón de las gentes en favor de nuestra causa, no esperemos nada de las leyes compulsivas. Si podemos ganarlo, las leyes están demás. Ese método compulsivo armonizaba con la constitución militar de Esparta, pero es absolutamente indigno de personas que sólo se guían por los principios de la razón y de la justicia. Guardaos de reducir a los hombres a la condición de máquinas. Haced que sólo se gobiernen por su voluntad y sus convicciones”. En definitiva, y en el plano teórico, existe un Individualismo que abomina la propiedad privada y fluye hacia un Comunismo libérrimo y otro que acepta la posesión y fluye hacía el Mutualismo, o hacía la pequeña propiedad privada, fundamentada en el trabajo, y que se conforma con llamarse Socialismo Individualista” [Anarchy and Anarchism, compilación].

Es decir, el anarco individualismo es sólo una corriente filosófica susceptible de aceptar cualquier sistema económico que no sea capitalista o marxista, o sea, autoritario (según el autor citado). El individualismo es por tanto una sensibilidad filosófica que centra el eje de su estudio e interés en el individuo, y que tiene la posibilidad de creer que la autonomía del individuo puede conseguirse tanto en base a la libertad absoluta del consumo (es decir comunismo libertario) o de una propiedad reducida al propio trabajo (mutualismo y socialismo individualista de Warren a Tucker). Así lo describe Malatesta en un artículo crítico sobre dichas tendencias:

“La desarmonía, el antagonismo de intereses, son consecuencias de las instituciones presentes. Destruid el Estado, respetad la completa libertad de comercio, de la banca, de la casa de moneda; que el derecho de posesión de la tierra esté limitado por la obligación de cultivarla; que sea libre, comple­tamente libre la competencia, dicen los anarquistas individualistas de la escuela de Tucker, y la paz reinará en el mundo: la renta económica, o sea la diferencia de valor, por productividad y por posición, de las varias partes del suelo desaparecerá naturalmente y la competencia nos conducirá natural­mente a la más provechosa utilización de las fuerzas naturales a beneficio de todos.

Destruid el Estado y la propiedad individual -dicen los anarquistas indi­vidualistas de la escuela comunista y todo marchará bien; todos estarán naturalmente de acuerdo; todos trabajarán porque el trabajo es una necesi­dad fisiológica; la producción corresponderá siempre y naturalmente a los pedidos de los consumidores y no habrá necesidad de pactos ni de reglas porque... haciendo cada uno lo que quiera se hallará que sin saberlo ni que­rerlo habrá hecho lo que querían los demás” (Individualismo).

La “segunda parte de su entradilla” es por tanto un atentado contra la verdad, una exclusión deliberada de todo el anarco individualismo (pues todo era opuesto al capitalismo) y especialmente del individualismo libertario anti mercado (godwinianos, stirnianos, ilegalistas, etc.); es por tanto un despropósito y un dechado de ignorancia sobre el asunto glosado.

Que usted crea que sus inexistente referencias han conseguido refutar algo es algo entrañable, pero las cosas que no forman parte de la realidad, no se materializan tan sólo bajo efecto de nuestras ilusiones y deseos quiméricos. Usted, debido a la escasez de sus fuentes y a lo poco rigurosa de las mismas (cuando ha existido) no ha hecho más que refutarse a asimismo. No se ha mostrado, por lo demás, neutral (más bien se ha alejado de la neutralidad como de la “peste”) al tratar de establecer que Liberty es referente de un elemento en exclusiva y de ningún otro.

Todo lo que he documentado en esta edición niega todo lo afirmado por usted y lo que ha tratado de basar en un artículo de defenestración teórica de su amantísimo Rothbard. Ppor cierto la próxima vez que trate de “ilustrar a alguien” e “iluminarle sus supuestas confusiones teóricas” le aconsejo, amistosamente, que lo haga después de haber reforzado su conocimiento político, histórico y económico, rellenando sus propias cimas de desconocimiento y, sobretodo, asegurándose que la “luz que ofrece” no sea justamente un pozo de incultura, pues tienen razón los que afirman (Keppler y Sabatini) que el señor Rothbard es un ignorante en todo lo que concierne al anarquismo, pues sólo un desinformado aseveraría que Bakunin era comunista, cuando cualquier neófito, y aún las monografías más superficiales [Los Anarquistas de Joll] saben que era un colectivista. Espero que, visto lo visto, no tenga que explicarle a usted la diferencia, aunque no me sorprendería que la desconociera, pues suele decirse que “de tal palo tal astilla”.

Deseándole con cordialidad que estudie y complete su formación, me despido.

Saludos.

El Enragé


Ultimo ahora la parte final del texto que había asegurado pondría hoy sobre el concepto de mercado de Liberty y los anarco individualistas, también como éste, según ellos, nada tenía que ver con el capitalismo, y como encuadraban, ellos y sus seguidores actuales (los que reivindican a Liberty como su referente mientras que usted los silencia e ignora), esta corriente dentro del “socialismo individualista y libertario” y no con ningún eufemismo o término encriptado como el “anarquismo de mercado” que usted patrocina:

“The same with terms like "property" and the "free market," by which the "anarcho"-capitalist assumes the individualist anarchist means the same thing as they do. We can take land as an example. The individualist anarchists argued for an "occupancy and use" system of "property". Thus in their "free market," land would not be a commodity as it is under capitalism and so under individualist anarchism absentee landlords would be considered as aggressors (for under capitalism they use state coercion to back up their collection of rent against the actual occupiers of property). Tucker argued that local defence associations should treat the occupier and user as the rightful owner, and defend them against the aggression of an absentee landlord who attempted to collect rent. An "anarcho"-capitalist would consider this as aggression against the landlord and a violation of "free market" principles. Such a system of "occupancy and use" would involve massive violations of what is considered normal in a capitalist "free market." Equally, a market system which was based on capitalist property rights in land would not be considered as genuinely free by the likes of Tucker. This can be seen from Tucker's debates with supporters of laissez-faire capitalism such as Auberon Herbert. Tucker quoted an English critic of Herbert, who noted that "When we come to the question of the ethical basis of property, Mr. Herbert refers us to 'the open market'. But this is an evasion. The question is not whether we should be able to sell or acquire 'in the open market' anything which we rightfully possess, but how we come into rightful possession." [Liberty, no. 172, p. 7] Tucker rejected the idea "that a man should be allowed a title to as much of the earth as he, in the course of his life, with the aid of all the workmen that he can employ, may succeed in covering with buildings. It is occupancy and use that Anarchism regards as the basis of land ownership, . . . A man cannot be allowed, merely by putting labour, to the limit of his capacity and beyond the limit of his person use, into material of which there is a limited supply and the use of which is essential to the existence of other men, to withhold that material from other men's use; and any contract based upon or involving such withholding is as lacking in sanctity or legitimacy as a contract to deliver stolen goods." [Op. Cit., no. 331, p. 4] In other words, an individualist anarchist would consider an "anarcho"-capitalist "free market" as nothing of the kind and vice versa. For the former, the individualist anarchist position on "property" would be considered as forms of regulation and restrictions on private property and so the "free market." The individualist anarchist would consider the "anarcho"-capitalist "free market" as another system of legally maintained privilege, with the free market distorted in favour of the wealthy. That capitalist property rights were being maintained by private police would not stop that regime being unfree. This can be seen when "anarcho"-capitalist Wendy McElroy states that "radical individualism hindered itself . . . Perhaps most destructively, individualism clung to the labour theory of value and refused to incorporate the economic theories arising within other branches of individualist thought, theories such as marginal utility. Unable to embrace statism, the stagnant movement failed to adequately comprehend the logical alternative to the state -- a free market." [Individualist Anarchism, pp. 421-434, The Independent Review, vol. II, No. 3, p. 433] Therefore, rather than being a source of commonality, individualist anarchism and "anarcho"-capitalism actually differ quite considerably on what counts as a genuinely free market. So it should be remembered that "anarcho"-capitalists at best agree with Tucker, Spooner, et al on fairly vague notions like the "free market." They do not bother to find out what the individualist anarchists meant by that term. Indeed, the "anarcho"-capitalist embrace of different economic theories means that they actually reject the reasoning that leads up to these nominal "agreements." It is the "anarcho"-capitalists who, by rejecting the underlying economics of the mutualists, are forced to take any "agreements" out of context. It also means that when faced with obviously anti-capitalist arguments and conclusions of the individualist anarchists, the "anarcho"-capitalist cannot explain them and are reduced to arguing that the anti-capitalist concepts and opinions expressed by the likes of Tucker are somehow "out of context." In contrast, the anarchist can explain these so-called "out of context" concepts by placing them into the context of the ideas of the individualist anarchists and the society which shaped them. The "anarcho"-capitalist usually admits that they totally disagree with many of the essential premises and conclusions of the individualist anarchist analyses. The most basic difference is that the individualist anarchists rooted their ideas in the labour theory of value while the "anarcho"-capitalists favour mainstream marginalist theory. It does not take much thought to realise that advocates of socialist theories and those of capitalist ones will naturally develop differing notions of what is and what should be happening within a given economic system. One difference that has in fact arisen is that the notion of what constitutes a "free market" has differed according to the theory of value applied. Many things can be attributed to the workings of a "free" market under a capitalist analysis that would be considered symptoms of economic unfreedom under most socialist driven analyses. If this is done then a simple example of this potential confusion can be found. Tucker argued that anarchists "accused" the Manchester men "of being inconsistent," that while being in favour of laissez faire for "the labourer in order to reduce his wages" they did not believe "in liberty to compete with the capitalist in order to reduce his usury." [The Individualist Anarchists, p. 83] To be consistent in this case is to be something other -- and more demanding in terms of what is accepted as "freedom" -- than the average Manchesterian (i.e. a supporter of "free market" capitalism). Tucker meant a laissez-faire system in which class monopolies did not exist, where capitalist private property in land and intellectual property did not exist. In other words, a free market purged of its capitalist aspects. Partisans of the capitalist theory see things differently, of course, feeling justified in calling many things "free" that anarchists would not accept, and seeing "constraint" in what the anarchists simply thought of as "consistency." This explains both his criticism of capitalism and state socialism. It should be clear that a "free market" will look somewhat different depending on your economic presuppositions. Ironically, this is something "anarcho"-capitalists implicitly acknowledge when they admit they do not agree with the likes of Spooner and Tucker on many of their key premises and conclusions (but that does not stop them claiming -- despite all that -- that their ideas are a modern version of individualist anarchism!). Moreover, the "anarcho"-capitalist simply dismisses all the reasoning that got Tucker there -- that is like trying to justify a law citing Leviticus but then saying "but of course all that God stuff is just absurd." You cannot have it both ways. And, of course, the "anarcho"-capitalist support for non-labour based economics allow them to side-step (and so ignore) much of what anarchists -- communists, collectivists, individualists, mutualists and syndicalists alike -- consider authoritarian and coercive about "actually existing" capitalism. But the difference in economic analysis is critical. No matter what they are called, it is pretty clear that individualist anarchist standards for the freedom of markets are far more demanding than those associated with even the freest capitalist market system. This is best seen from the development of individualist anarchism in the 20th century. As historian Charles A. Madison noted, it "began to dwindle rapidly after 1900. Some of its former adherents joined the more aggressive communistic faction . . . many others began to favour the rising socialist movement as the only effective weapon against billion-dollar corporations." ["Benjamin R. Tucker: Individualist and Anarchist," pp. 444-67, The New England Quarterly, Vol. 16, No. 3, pp. p. 464] Other historians have noted the same. "By 1908," argued Eunice Minette Schuster "the industrial system had fastened its claws into American soil" and while the "Individualist Anarchists had attempted to destroy monopoly, privilege, and inequality, originating in the lack of opportunity" the "superior force of the system which they opposed . . . overwhelmed" them. Tucker left America in 1908 and those who remained "embraced either Anarchist-Communism as the result of governmental violence against the labourers and their cause, or abandoned the cause entirely." [Native American Anarchism, p. 158, pp. 159-60 and p. 156] While individualist anarchism did not entirely disappear with the ending of Liberty, social anarchism became the dominant trend in America as it had elsewhere in the world. The apparent impossibility of mutual banking to eliminate corporations by economic competition was one of the reasons Voltairine de Cleyre pointed to for rejecting individualist anarchism in favour of communist-anarchism. This problem was recognised by Tucker himself thirty years after Liberty had been founded. In the postscript to a 1911 edition of his famous essay "State Socialism and Anarchism", he argued that when he wrote it 25 years earlier "the denial of competition had not effected the enormous concentration of wealth that now so gravely threatens social order" and so while a policy of mutual banking might have stopped and reversed the process of accumulation in the past, the way now was "not so clear." This was because the tremendous capitalisation of industry now made the money monopoly a convenience, but no longer a necessity. Admitted Tucker, the "trust is now a monster which . . . even the freest competition, could it be instituted, would be unable to destroy" as "concentrated capital" could set aside a sacrifice fund to bankrupt smaller competitors and continue the process of expansion of reserves. Thus the growth of economic power, producing as it does natural barriers to entry from the process of capitalist production and accumulation, had resulted in a situation where individualist anarchist solutions could no longer reform capitalism away. The centralisation of capital had "passed for the moment beyond their reach." The problem of the trusts, he argued, "must be grappled with for a time solely by forces political or revolutionary," i.e., through confiscation either through the machinery of government "or in denial of it." Until this "great levelling" occurred, all individualist anarchists could do was to spread their ideas as those trying to "hasten it by joining in the propaganda of State Socialism or revolution make a sad mistake indeed." [quoted by James J. Martin, Op. Cit., pp. 273-4] In other words, the economic power of "concentrated capital" and "enormous concentration of wealth" placed an insurmountable obstacle to the realisation of anarchy. Which means that the abolition of usury and relative equality were considered ends rather than side effects for Tucker and if free competition could not achieve these then such a society would not be anarchist. If economic inequality was large enough, it meant anarchism was impossible as the rule of capital could be maintained by economic power alone without the need for extensive state intervention (this was, of course, the position of revolutionary anarchists like Bakunin, Most and Kropotkin in the 1870s and onwards whom Tucker dismissed as not being anarchists). Victor Yarros is another example, an individualist anarchist and associate of Tucker, who by the 1920s had abandoned anarchism for social democracy, in part because he had become convinced that economic privilege could not be fought by economic means. As he put it, the most "potent" of the "factors and forces [which] tended to undermine and discredit that movement" was "the amazing growth of trusts and syndicates, of holding companies and huge corporations, of chain banks and chain stores." This "gradually and insidiously shook the faith of many in the efficacy of mutual banks, co-operative associations of producers and consumers, and the competition of little fellows. Proudhon's plan for a bank of the people to make industrial loans without interest to workers' co-operatives, or other members, seemed remote and inapplicable to an age of mass production, mechanisation, continental and international markets." ["Philosophical Anarchism: Its Rise, Decline, and Eclipse", pp. 470-483, The American Journal of Sociology, vol. 41, no. 4, p. 481] If the individualist anarchists shared the "anarcho"-capitalist position or even shared a common definition of "free markets" then the "power of the trusts" would simply not be an issue. This is because "anarcho"-capitalism does not acknowledge the existence of such power, as, by definition, it does not exist in capitalism (Rothbard himself proved critics of this assertion right). Tucker's comments, therefore, indicate well how far individualist anarchism actually is from "anarcho"-capitalism. The "anarcho"-capitalist desires free markets no matter their result or the concentration of wealth existing at their introduction. As can be seen, Tucker saw the existence of concentrations of wealth as a problem and a hindrance towards anarchy. Thus Tucker was well aware of the dangers to individual liberty of inequalities of wealth and the economic power they produce. Equally, if Tucker supported the "free market" above all else then he would not have argued this point. Clearly, then, Tucker's support for the "free market" cannot be abstracted from his fundamental principles nor can it be equated with a "free market" based on capitalist property rights and massive inequalities in wealth (and so economic power). Thus individualist anarchist support for the free market does not mean support for a capitalist "free market." In summary, the "free market" as sought by (say) Tucker would not be classed as a "free market" by right-wing "libertarians." So the term "free market" (and, of course, "socialism") can mean different things to different people. As such, it would be correct to state that all anarchists oppose the "free market" by definition as all anarchists oppose the capitalist "free market." And, just as correctly, "anarcho"-capitalists would oppose the individualist anarchist "free market," arguing that it would be no such thing as it would be restrictive of property rights (capitalist property rights of course). For example, the question of resource use in an individualist society is totally different than in a capitalist "free market" as landlordism would not exist. This is a restriction on capitalist property rights and a violation of a capitalist "free market." So an individualist "free market" would not be considered so by right-wing "libertarians" due to the substantial differences in the rights on which it would be based (with no right to capitalist private property being the most important). All this means that to go on and on about individualist anarchism and it support for a free market simply misses the point. No one denies that individualist anarchists were (and are) in favour of a "free market" but this did not mean they were not socialists nor that they wanted the same kind of "free market" desired by "anarcho"-capitalism or that has existed under capitalism. Of course, whether their economic system would actually result in the abolition of exploitation and oppression”.

Le pediría que se molestara en contestar uno sólo de todos los datos argumentales que le he ofrecido, aunque sólo sea por romper la monotonía de sus habituales intervenciones. No rehuya más la cuestión y afronte que su entradilla es sesgada y sectaria. Yo no soy anarquista, ni tengo el carácter ni las ganas de serlo; no obstante, debido a mi profesión, conozco bastante la historia de los movimientos sociales, y se señalar cuando un autor, o mi interlocutor, desconoce el tema sobre el que habla. También sé poner datos que confirmen mi escepticismo, y eso es lo que a usted lo ha perdido. Lo mismo haría con cualquier otro tema, tan sólo que con este es más sangrante. Si en la entrada de Marx se le mencionara como un “referente histórico” del revisionismo, y se excluyera a todas las demás escuelas teóricas, como el marxismo ortodoxo, el luxemburgismo, el consejismo, etc. yo no tendría ninguna duda en señalar que 1º el autor de esa entrada, si no ha errado involuntariamente, es un convencido revisionista y 2º que se ha cometido un terrible agravio comparativo con todas aquellas escuelas que no se engloban, ni pueden englobarse, dentro del membrete “revisionista”. Usted ha cometido el mismo error, en su caso, y a la vista de su actitud anti conciliadora y anti consensual, de forma deliberada.

Ahora mismo veo como ha vuelto a modificar el artículo cuando, según el manual de la Wikipedia (que a la vista de lo que usted ha hecho, dudo, a pesar de su veteranía, que conozca), en un artículo conflictivo uno debe de intentar dialogar y no enzarce en una guerra de ediciones. Usted por el contrario trata, a modo de vana provocación, de seguir modificando un artículo cuya neutralidad ha sido cuestionada, en vez de consensuar o esperar la intermediación de un tercero. Le digo, sin ajenjo y sin acritud, que su comportamiento tiene un fuerte deje despótico... sólo así se entiende que convierta su voluntad personal en una ley de acatamiento general.

Por lo demás no crea usted que, por tratar, de forma desesperada, de hacer encajar todos los artículos de Internet, aun, en muchas ocasiones, los más ramplones que encuentre (cosa que ya advertí que haría, pues desde el principio descubrí que habiendo sido "pillado" trataría de referenciar "ad hoc") podrá usted evitar que se reconozca que está rebuscando y endosando ex profeso, ni tampoco podrá justificar un término no referenciado, menos aún fidedignamente, en dichas obras, y que no es refrendado por ninguna cita, ni texto, ni documento, y que se demuestra totalmente extraño, ajeno y alienígena a cualquier obra original o canóniga. Dicho término sólo es sustentado por su palabra, pues aún en sus “referencias” se muestra, sin pudor, como un elemento que la más vergonzosa mayoría de las veces es descardamente foráneo.

No obstante, esto sólo sigue retratándolo a ojos de los observadores objetivos. Esto no hará languidecer a ningún bienintencionado editor que intente llevar la neutralidad a este artículo. Y, tarde o temprano, en la entradilla podrá tener cabida una definición no ideológica, no propagandista, y que no excluya a nadie, y se podrá leer algo parecido a “Liberty es un referente histórico de la mayoría de sensibilidades individualistas del espectro libertario”.

El desconocimiento voluntario, no obstante, no entiende de acuerdos y conciliación; sólo de dogmas.

Deseándole instrucción y fría reflexión, me despido, hasta mañana, y hasta cualquier otro momento en que se me requiera.

Saludos.

El Enragé


Ha quedado ya destacado que usted edita muchísimo antes de ni siquiera tener a su alcance las fuentes. Le vuelvo a recomendar que se aplique este otro consejo de otro editor de estos lares quien con puntería ha dicho: “[Se utilizan] fuentes (para sustentar proposiciones propias, no como origen del contenido), llegando a redactar el artículo antes de plantearse la bibliografía”. Eso es lo que usted ha hecho.

Por lo demás en el artículo de McElroy no se utiliza ni una vez el neologismo “anarquismo de mercado”, la palabra “market” sólo se usa cuatro veces para “Haymarket” y una vez para “free market”. Es decir, como el resto de sus “referentes”, no sustenta ni uno sólo de sus planteamientos.

En cuanto al siguiente artículo es un despropósito de pies a cabeza. Parece que se le achaca a “Samuel Edward Konkin” pero en la propia introducción al articulillo se nos dice: “Either Samuel Edward Konkin III (SEK3) or someone closely connected with him wrote the following history of the libertarian movement apparently sometime in the mid to late 1990’s. It was originally published at this URL”. Es decir, que ni siquiera pueden asegurar la autoría del texto, pues podría tratarse de “alguien estrechamente unido a sus escritos”. Y esto queda patente cuando en el propio artículo se nombra al propio SEK3 (nom de plume de Samuel Edward Konkin) cerca de 20 veces (19 concretamente) de forma completamente impersonal y como protagonista de los sucesos narrados. Es decir que 1º usted pone un referente cuya autoría desconoce y que achaca con desvergüenza a Kokin y 2º usted ni siquiera se lee las referencias que inserta.

Por lo demás en dicho artículo sólo se menciona a Liberty en su párrafo inicial y no se establece ningún nexo entre dicha publicación y las historias del neocapitalismo que después relata, no hay ningún cita que relacione, conecte o coaligue a Liberty con el capitalismo “moderno”. Lo único que se dice es que “antes de 1969 no había ningún movimiento Libertario organizado” (lo cual, sino se trata de una errata, es un disparate de calibre mayúsculo) y que en 1880 había círculos en torno a Spooner y al Liberty de Tucker, sin afirmar en ningún momento que sean el antecedente o “referente histórico” de ninguna forma de capitalismo. Y aunque pudiera usted añadir algún nuevo fragmento que así lo afirmara, debería ser la voz de un experto reconocido y que se avalara en textos y fuentes fidedignas y no en su propia ideología u opinión. En este panfleto de “origen desconocido” no existe ningún referencia, cita o texto que relacione a Tucker con las escuelas capitalistas posteriores. Sólo una vez se habla de “anarquía” y “libre mercado”, y no es en relación, en absoluto, con Liberty. Usted ha incrustado un libelo que nada tiene que ver con Liberty salvo un raquítico párrafo inicial. Todo lo demás es propaganda neo liberal, que ni siquiera se enzarza, como otras, en intentar relacionar su ideología con Tucker. Amén de carecer, como la mayoría, de cualquier cita o mención a una obra, no ya canónica, sino aunque sea mínimamente relacionada. Si el autor fuera el tal Samuel Edward Konkin III, personaje que renunciaba a cualquier atisbo de neutralidad al considerarse a sí mismo “juez y parte” como defensor outrance de distintas tendencias neo capitalistas, eso sólo dejaría patente la escasa calidad de sus fuentes.

Por lo demás ya se ve su forma de editar. Ayer, buscando como documentar ad hoc sus inventos, descubre que existe una nueva revista capitalista (gracias a que ojeó, muy por encima, el artículo que usted atribuye a Kokin), y ve la ocasión para hacer propaganda de dicha revista y tratar de encajarla con la antigua Liberty. Corre entonces a abrir otra entrada en la que vuelva a quedar claro, en otra vía y por medio de otro artículo, el delirio que le lleva a injertar el vocablo “mercado” allá donde pueda, aún cuando se muestra ridículamente improcedente. Así añade usted su formula: “un importante referente histórico de las ideas individualistas de mercado norteamericanas”. Alimenta así la obsesión de cosificar anarquismo e individualismo con “mercado”, en cualquier oportunidad que se le presente, sin importarle el carácter kafkiano y abracadabrante de sus ediciones. Usted usa la Wikipedia como un vehiculo propagandístico, sin duda.

Repite el proceso (y espero que se me permita la licencia de narrarlo) ya descrito magistralmente por Valle-Inclán en su esperpento “¿Para cuando son las reclamaciones diplomáticas?” En el que el propietario de un periódico de derechas y su plumilla se cuestionan si podrían incluir a Concepción Arenal en la bancada de la derecha pues en la enciclopedia no aclara donde militaba, así que el plumilla, Don Serenín, le dice al director: “Emplearé la manera profética del gran Vázquez de Mella: ‘Doña Concepción Arenal, que hoy a no dudarlo hubiera militado con nosotros en las filas de la derecha’”. Usted hace lo mismo. Liberty, Warren, Spooner, Godwin, Voltairine de Cleyre y el Anarquismo en peso, que hoy, según sus deseos, “serían considerados, a no dudarlo, como referentes, de los más importantes”, de los intereses particulares que usted defiende.

Su afan por tener la última palabra, aunque ésta fuera un exabrupto, no es menos delator que su silencio cupable y antiproductivo de ahora.

Auguro, sin miedo a equivocarme, que infinidad de artículos, de tendencia filosófica, histórica, etc. completamente extraños a conceptos como “mercado”, y a las manipulaciones actuales, serán encorsetados (si no lo han sido ya) bajo esa marca distintiva que usted trata de promocionar, repitiendo así esa receta publicitaria que emplea al sustantivo “mercado” como adjetivo de anarquismo.

Por suerte una idea nunca es responsable de lo que trata de hacerse con ella.

Saludos.

El Enragé


Ya ha pasado más de una semana (10 días en realidad) desde mi última edición en esta página de discusión; un tiempo más que considerable para que usted haya podido reflexionar sobre la información por mí aportada. Como he visto que usted no ha contestado ni a una sola de mis argumentaciones, ni ha cuestionado uno solo de mis datos, ni ha refutado ninguna de las pruebas que le he suministrado, doy por sentado que, ya sea porque no quiere contestar, bien porque haya perdido el interés (descarto que le haya sido imposible participar pues supongo que sigue activo en otras ediciones), o tal vez porque haya mesurado positivamente la aplastante pila de referencias que le he facilitado, su silencio me posibilita a modificar el artículo, sin necesidad de molestar a intermediarios, y sin caer en una “guerra de ediciones”, pues según el manual de la Wikipedia un silencio prolongado, entiendo que en determinados casos, puede interpretarse como una muestra de consenso.

Ahora bien, si no es el caso, si usted, tal y como ha hecho desde el principio, se niega a argumentar fundamentándose en referencias verificables y solventes, si se opone a calibrar el peso de las múltiples citas y fuentes que he transcrito, si ni siquiera se molesta en leer los propios artículos que usted señala como pretendidas referencias de su posición, y sólo pretende revertir cualquier cambio sin más fundamento que el capricho de un editor o su personal credo político, le ratifico que esos siguen sin ser motivos suficientes para que se revierta una modificación (más cuando ésta está tan seriamente avalada y referenciada como la que he sugerido).

Las próximas semanas me espera mucho trabajo académico, por lo tanto no podré leer, ergo contestar, a lo que aquí se pudiera escribir por una temporada. Y como es mi intención hacer las cosas bien y ordenadamente, modificaré esa discutible, inverificable y sesgada parte de la entradilla, tal y como ya anuncié, y realizaré otra serie de cambios para enriquecer y profundizar el artículo, en cuanto vuelva. Espero contar con su colaboración y con la de cualquier editor voluntarioso.

Sin más, dando por sentado que ha entrado en razón, que no volverá a producirse el enconamiento azuzado por cuestiones de “ego”, y felicitándole por ello, me despido, hasta pronto, encantado de debatir con usted.

Saludos.

El Enragé

Yo sólo veo opiniones suyas, y argumentos no neutrales. Un pilo de referencias que no vienen al caso (la discusión es sobre el referente actual, no sobre el pasado), pero parece no entender, qué quiere que conteste... si va a regresar al tema de lo que los colectivistas económicos piensan de su némesis, y eso nunca ha sido el punto. En fin ya le he puesto varias referencias sobre el impacto del las ideas del círculo de Liberty en el anarquismo de mercado contemporáneo, pero usted rechaza la evidencia y convierte esto en un debate ideológico donde no hay razón para haberlo. Nihilo (discusión) 23:53 8 abr 2009 (UTC)[responder]


Afortunadamente, uno de los alumnos que consulta este espacio me ha comunicado que, contraviniendo usted los acuerdos tácitos de la Wikipedia, sigue usted modificando un artículo sobre el que existe una seria discrepancia y que continúa haciéndolo sin presentar ninguna prueba al respecto. Si otra fuera mi naturaleza sería alentador que usted mantuviera está dinámica de revertir sin argumentar y de hacer de su “capa un sayo” en detrimento de las recomendaciones ajenas, pues eso le seguiría retratando ante la concurrencia, sin embargo, no obtengo ninguna satisfacción personal al comprobar como deja en evidencia su falta de rigor, negándose a leer ni uno solo de los documentos y datos verificables que le aporto, y rehuyendo ojear, incluso, los propios artículos que usted cree incrustar a modo de referencia. Usted sólo ve “opiniones y argumentos no neutrales” en afirmaciones avaladas por expertos que afirman que Liberty es un referente postrero del egoísmo stirniano antimercado, del individualismo antipropietario posterior a los Paolo Schichi, Giuseppe Ciancabilla, Brunno Filippi, Georges Palante y Renzo Novatore (la mismísima Banda Bonnot), y de toda una plétora de sensibilidades anarquistas que no reconocen forma alguna de comercio o derecho petitorio que sin embargo bebieron y beben de las fuentes de Liberty, por lo que el neologismo “anarquismo de mercado” los excluye y se convierte en un interesado Lecho de Procusto.

Añado, como mero bosquejo de todo lo referido, el siguiente texto:

“Liberty es un rico polvorín argumental que hoy siguen usando las distintas corrientes anarquistas; conscientes de su tremendo valor socialista. El límite del precio fijado en el costo (principio de Josiah Warren) es un elemento que sirve de reflejo de las ideas proudhonianas aún antes de que estas se publicitaran. En la Guerra Civil Española el CLUEA (Consejo Levantino Unificado de Exportación de Agrios) usaba la premisa del “costo” como medidor de sus exportaciones. Pero no sólo este organismo promovido por la anarcosindicalista CNT usaba este precepto; también conocemos que este medio de intercambio se practicaba entre colectividades y productores particulares y entre las propias colectividades agrarias. Pero el ejemplo va mucho más lejos, muchas de las comunas que florecieron en los 60-70 al calor de la Guerra de Vietnam, de la Primavera de Praga y el Mayo Francés (conocidas son las californianas e ibicencas), intercambiaban bienes en base a estas mismas premisas estrictamente equitativas, considerándolas parte del corolario del comunismo de tintes libertarios. Estas muestras europeas tenían el color de las palabras de Proudhon, pero no en menor medida que las de Warren y Liberty.

La oleada de “egotistas” de aspecto estoico, como nihilistas del diecinueve, que oscilaban entre los cenáculos literarios de Londres (Marden, Joyce, Elliot, Pound) o entre los cada vez más urbanizados núcleos bostonianos, se nutrían de Stirner, pero no directamente, muchos descubrieron ideas similares vía Nietzche, dieron con el original gracias a Mackay, vieron sus ideas simplificadas mediante la pluma de James L. Walker, y leyeron a unos y otros gracias a las publicaciones de Liberty. Fue esta publicación quien primero editó la obra de Stirner en Norteamérica, fueron los esfuerzos amplios de Tucker los que consiguieron que en sus páginas se albergara un concepto de “propiedad” profana, con libre acceso al “robo” de cuanto se necesitara y un asco proverbial ante la competencia –que la honradez de Tucker no quiso silenciar. Cuando hoy en día un joven adolescente de Seattle siente arder sus ojos contemplado las páginas de El Único, un bohemio neoyorquino hace gala de su inmoralismo negándose a vivir bajo las premisas sociales, o un grupo de jóvenes violan la propiedad privada bajo la máxima de la “voluntad libertada” sin que quieran “fundar su causa en nada”, reconocen, explícitamente, su deuda con la obra radical que inició Tucker abriendo las páginas de Liberty al “veneno stirniano”.

Como vemos, Liberty es hoy la munición de un inmenso elenco que no se conforma con el mutualismo e individualismo socialista clásico; los sindicalistas, los comunistas, los egotistas, y seguramente el bandidismo [sic] bonachón de algunos jovenzuelos, han ido adquiriendo y trasmitiendo sus polémicas y valores a lo largo de los años, y es posible que cuando hoy alguien diga que “la justicia en la producción y distribución es que los obreros, que lo crean todo, lo tengan todo” esté bajo el influjo, voluntario o no, de la incendiaria Liberty” [Raymond Keppler, True: Anarchism History, The Oliphant [ed.1989] p.237].

No es de extrañar entonces que, sí en datos y referencias fidedignas no ve usted más que “opiniones”, la distorsión de su criterio le lleve a hallar la “verdad” en los inviables documentos que usted cree aportar; aun cuando no se los ha leído y los incluye de forma errónea, pues ni uno sólo de ellos referencia ni pretende referenciar lo que usted dice que “demuestran”.

Tendré que volver a demostrar la invalidez de sus documentos como referencias:

1º La primera supuesta “referencia” es sólo una reseña –hecha por un particular– de un libro de McElroy en la que nunca se usa el término “anarquismo de mercado” (sólo se usa la palabra market en relación a un libro de Rothbard: Power and Market [y aún que usted se devanara los sesos tratando de buscar, con éxito, ese término, acuñado recientemente por individuos afines a su ideología, no basta con que aparezca, es necesario que en ese documento se pruebe y demuestre, solventemente, cómo y porqué Liberty es un referente preferencial del mismo. Y aun cuando consiguiera encontrar ese “unicornio” eso seguiría sin poder invalidar que Liberty también continuaría siendo el referente de infinidad de tendencias anarquistas opuestas integralmente al capitalismo e incluso al mercado y la propiedad, por lo que el término “anarquismo de mercado” seguiría excluyéndolas, pues Liberty no sería jamás el referente exclusivo de dichas elucubraciones]).

2º Sobre el siguiente texto me limito ha rescatar las comprobaciones que usted ha ignorado: “No sólo ya le he dicho que una voz que se considera “juez y parte” pierde bastante rigor, que además McElroy no extrae ni una sola cita de Tucker o Liberty en la que confirme la tesis de usted, pero, peor aún, me he entretenido en buscar artículo por artículo la palabra “market” (con el buscador es fácil) y jamás es utilizada como “anarchism of market”, sólo se usa dicha palabra en el contexto de “free market”, “Haymarket” “market society” (Ni siquiera en Anarchism: Two Kinds, usa dicha expresión y se limita a dar su opinión e interpretar, sucintamente, lo que significa el libre mercado para los individualistas libertarios). Siento decírselo, pero su credibilidad ha descendido vertiginosamente. Ha citado una serie de artículos sin ni siquiera asegurarse de que allí dijeran lo que usted afirmaba que decían, y posiblemente tampoco se los habrás leído en su totalidad (de lo contrario no entiendo su desinformación). No negaré, dada mi buena intención, que McElroy pueda usar ese término, interesadamente, en tal o cual panfleto, mi saber no es omnisciente; lo que niego es que en ninguno, ni siquiera en uno sólo, de los textos que usted ha mencionado (o descargado para que sea yo mismo el que lo busque ahorrándole a usted la labor de verificar lo que afirma) ella use dicho término.

3º El documento que sigue es insultante (para el lector, y debería usted de pensar que responsabilidad le corresponde por injertarlo) pues no sólo únicamente menciona a Liberty de forma marginal en uno de sus párrafos iniciales, sin relacionarlo en absoluto que los nuevos “ismos” que usted enarbola, sino que para colmo de males el texto que usted atribuye a Samuel Konkin ya se le ha demostrado que no pertenece a dicho autor por lo que la información es errónea de arriba abajo y es un despropósito de “pe a pa”. Sin embargo, como pasa con el resto de datos, me niego a rectificar sus errores (producto de que ni siquiera se ha leído íntegramente las supuestas referencias que inserta; cosa que yo, pobre de mí, si he hecho), aún cuando redunden en falsear los datos y la realidad (supongo que, como es su tónica habitual, cambiara ese dato, y lo seguirá considerando valido, mientras le resulte útil). Como ya he dicho (espero que se lo lea, y así podré editar, en un futuro, estas repeticiones que no hacen más que engordar está página de discusión): “[Usted se lo achaca] a “Samuel Edward Konkin” pero en la propia introducción al articulillo se nos dice: “Either Samuel Edward Konkin III (SEK3) or someone closely connected with him wrote the following history of the libertarian movement apparently sometime in the mid to late 1990’s. It was originally published at this URL”. Es decir, que ni siquiera pueden asegurar la autoría del texto, pues podría tratarse de “alguien estrechamente unido a sus escritos”. Y esto queda patente cuando en el propio artículo se nombra al propio SEK3 (nom de plume de Samuel Edward Konkin) cerca de 20 veces (19 concretamente) de forma completamente impersonal y como protagonista de los sucesos narrados”.

4º Es este texto, como los demás, completamente ajeno al tema tratado, pues la referencia de Rothbard es sólo un artículo de opinión donde no se establece ninguna conexión entre Liberty y el término “anarquismo de mercado”. Es decir, que usa usted un artículo que versa sobre la opinión que le merece a una persona dos pensadores, y en el que la publicación Liberty no tiene absolutamente nada que ver (la palabra Liberty no se menciona NI UNA SOLA VEZ). Dando vivas muestras de que usted trata únicamente de referencias su opción política y no la condición de Liberty como referente histórico.

Añade después un artículo que referencia al Dr. Walker, pero que por desgracia nada tiene que ver con la cuestión que aquí discutimos (por lo menos yo), es curioso, no obstante, como, aunque no se hace ni una sola referencia a la escuela ideológica que usted promociona –quedando omitido cualquier alusión al “anarchism of market” –este artículo, que trata sobre la polémica entre iusnaturalistas y egoístas, y en el que como he dicho el asunto del “anarquismo de mercado” ni siquiera asoma, no hace más que avalar aquello que he argumentado, solventemente, hasta la saciedad: que el egoísmo stirniano y el trascendentalismo bostoniano (ambas escuelas anti mercantiles) confluían con gran fuerza por Liberty, siendo una herencia que hoy muchos reclaman. No obstante mis fuentes son el resultado del análisis de los especialistas y expertos y desestimo, por tanto, apuntalar mis datos en determinados pastiches ideológicos elaborados por personas que se definen como “litigantes interesados”. Yo opto por la neutralidad, y le recomiendo hacer lo propio y dejar de hacer “encaje de bolillo” con el cajón de sastre que representa la unidireccionalidad de los textos por usted escogidos (más aún si no confirman sus opiniones y si ni siquiera se molesta en verificarlos y leérselos).

Ratifico que usted ha omitido contestarme pues no tenía ningún dato para hacerlo, y sólo se ha dignado a rellenar su silencio cuando se le aseguró que si no habían respuestas se producirían los cambios. Usted ha creído poder abortarlos con un pacato comentario, no obstante, no bastaba con que usted contestara para que se diera por roto el potencial consenso, era necesario que argumentara y como no lo ha hecho, su falta de argumentos equivale, realmente, al propio silencio. O incluso es más representativo, pues decir: “esto no puede cambiarse porque que mi voluntad debe prevalecer y nada me moverá de tal posición”, es algo nos ayuda a contemplar con nitidez como la discusión se aleja de cuestiones editoriales y se enzarza en la dialéctica de cierto narcisismo ideológico. Decir: “sus razones no valen y mi acervo político sí” es algo fuera de lugar y que no tiene cabida en la Wikipedia. Yo, repito, no soy anarquista, por lo que no espero obtener en esta discusión ningún rédito “doctrinario”.

Reitero que estoy ahora muy ocupado (corrección de exámenes y demás) y que tardaré un poco en volver. Aunque cuando lo haga seguiré retornando con todos los ambages necesarios para justificar el cambio del artículo, enriquecerlo y conminarle a entrar en razón, tender una mano al consenso e invitarle a dejar de hacer proselitismo cibernético en estos lares; que no son propicios para ello. Hasta entonces el cambio del artículo por su parte, que se obceque en sus correcciones ad hoc y en seguir sin argumentar sus cambios, sólo demostrará su compromiso con la cerrazón, mientras que si no ha cerrado la puerta al entendimiento se abstendrá de seguir enredando y tergiversando cosas que aún, preveo que la falta de lectura sobre estos temas, no le ha permitido vislumbrar.

Me gustaría despedirme ahondando en un mensaje que ya le he lanzado, pues querría que reflexionara desapasionadamente y dejara un margen suficientemente holgado como para que esta idea lo penetre, ya que, con toda cordialidad, creo que le es necesario entender que “las ideas no son responsables de lo que los hombres hacen de ellas” (Heine)

Así que hasta muy pronto, a no ser que vuelva a interpelarme y me obligue a tener que intervenir. Con simpatía, Saludos.

El Enragé

  • Genial ahora Liberty era antipropiedad y antimercado (!), Liberty era pro-propiedad y pro-mercado, en sus página se habló incluso de la policía privada para defenderse de los delincuentes que atentan con la vida y la propiedad... y para eso no necesito ser un profesor imaginario que se responde a sí mismo que dice que un alumno que tal cosa, etc.

Ya deje el foreo por favor y el juego, ya está bien de llenar la discusión con bits de ataques y opiniones militantes y no-neutrales intermninables, el asunto del individualismo y las ideas de Liberty está bien referenciado (hasta su principal debate, el de iusnaturalismo vs. egoísmo, ambas en versiones "propietarias"). Así mismo su actual relevancia en otras formas de individualismo propietario en desarrollo teóricos relevantes contemporáneos (obviamente de hablamos de temas relevantes y fuentes respetables, no de "fanzines"). Nihilo (discusión) 23:31 28 abr 2009 (UTC)[responder]


Creo que su reciente perdida de papeles define bastante bien que ha iniciado esta discusión careciendo de argumentos y de los conocimientos previos necesarios para buscarlos. La cuestión es sencilla de responder ¿Los seguidores de Stirner, los partidarios del “egoísmo filosófico”, los que escribían en Liberty como Walker y acólitos, los que junto a Mackay descubrieron las ideas stirnianas a Tucker, reconocibles durante todo el siglo XX y aún de esta primera década del XXI, eran partidarios del mercado y la competencia o de la “propiedad capitalista”? A tamaño disparate le contesta Nettlau en su obra Vorfrühling y el propio Stirner según las trascripciones realizadas e interpretadas por el mismo profesor Nettlau:

Poca tinta ha hervido con tanto odio como la dedicada por Max Stirner a la institución socio-económica de la competencia. El individualismo de Stirner es completamente refractario a la concurrencia y aún su concepto de propiedad profana es muy distinto al que podrían tener nuestros gordos burgueses actuales. Podría parecer que esto le distinguiría del resto de atomistas libertarios, pero nada más lejos de la realidad. Tucker comprendió esto muy bien y permitió al James L. Walker exponer en sus páginas un bello credo de individualismo anti mercantilista y contrario al grosero concepto de propiedad privada en boga. Bien es cierto que el egoísmo de Walker, cómo el de Stirner, es a veces demasiado áspero y frío, pero esto no socava su razonada exposición ácrata. Tucker hizo de Liberty la lanzadera de estas teorías en habla inglesa, y no creyó nunca encontrar en ello una falta de coherencia. La propiedad mutuamente violada defendida por Stirner se convierte para Tucker en una propiedad que sólo si nace estrictamente del propio trabajo, puede no ser susceptible de violarse; la furia anti competitiva y anti mercantilista de Stirner se comprende en Tucker en un mercado encarnizadamente enemistado con el agio y el lucro y que sólo será libre cuando se desprenda de dichos parásitos […].

Stirner se mantenía muy critico con la ficción “dinero”, sólo reconocía el papel de bono que podrían tener las cochas pero no su actual aspecto sagrado, así lo muestra en su obra maestra: ‘Sucede exactamente igual con la burguesía y el proletariado. Burgueses y obreros creen en la verdad del dinero; quienes no lo tienen están tan penetrados de esta realidad, como quienes lo tienen, los laicos como los clérigos. El dinero rige el mundo, es la tónica de la época burguesa. Un gentilhombre sin un sueldo y un trabajador sin un sueldo son, igualmente, muertos de hambre, sin valor político. Nada son el nacimiento ni el trabajo, sólo el dinero es fuente del valor. Los poseedores gobiernan, pero el Estado elige entre los no poseyentes sus siervos y les distribuye algunas sumas (salarios, sueldos) en la medida en que administran (gobiernan) en su nombre. […] ¿Los egoístas deben conservar el dinero? A la antigua moneda se une la tacha de la posesión hereditaria; no hagáis ya nada por ese dinero, y todo su poder se arruina. Tachad la herencia, y el sello del magistrado quedará anulado. En el presente, todo es herencia, ya esté el heredero en su posesión o no. Si todo eso es vuestro, ¿por qué dejarlo poner bajo sellos, por qué inquietarnos por los sellos?’ [...].

Mantenían Stirner, Walker, Mackay, Armand y el grueso de los stirnianos, un concepto de propiedad que difícilmente podría ser aceptado por cualquier doctor en derecho o economía petitoria. Para ellos la propiedad no podía ser sagrada, ésta sólo existía en la medida de que el individuo se arrogaba el derecho de convertir su necesidad en el único requisito para poseer, es así como lo explicaba el filosofo de Bayreuth: ‘Si los hombres llegan a perder el respeto de la propiedad, cada individuo tendrá una propiedad, lo mismo que todos los esclavos se hacen hombres libres desde que dejan de respetar en su Señor a un Señor. […] Soy propietario, pero la propiedad no es sagrada. ¿No seré; pues, meramente poseedor? ¡Eh, no! Hasta hoy, no se era poseedor, no se tenía una parcela, sino porque igualmente se dejaba a otros la propiedad de su parcela. Pero en adelante todo me pertenece; soy propietario de todo lo que necesito y puedo apoderarme. Si el socialista burgués dice: la Sociedad me da lo que me hace falta, el egoísta proletario responde: Yo tomo lo que necesito’ […]”.

Y lamentando no poder abstenerme de volver a trascribir aquella cita tan destacada por Nettlau sobre las panaderías colectivizadas defendidas por Stirner, concluyo sobre el egoísmo que acogía las páginas de Liberty: “Finalmente, volvamos, una vez más, a la competencia. La competencia existe porque nadie se apropia de su casa y se entiende con los demás a través de ella. El pan, por ejemplo, es un objeto de primera necesidad. Luego nada más natural que ponerse de acuerdo para establecer una panadería pública. En vez de eso, se abandona ese indispensable suministro a panaderos que se hacen competencia. Y así se hace con la carne a los carniceros, el vino a los taberneros, etc.

Abolir el régimen de la competencia no quiere decir favorecer el régimen de la corporación. He aquí la diferencia: en la corporación, hacer el pan, etcétera, es causa de los agremiados; bajo la competencia, lo sería de quienes desean competir; en la asociación, es la causa de quienes tienen necesidad de pan, por consiguiente, la mía, la vuestra: no es la causa de los agremiados ni de los panaderos con patente, sino la de los asociados.

Si Yo no me preocupo de mi causa, preciso es que me contente con lo que a los demás les place darme. Tener pan es mi causa, mi deseo y mi afán, no puedo prescindir de él y, sin embargo, uno se entrega a los panaderos, sin otra esperanza que obtener de su discordia, de sus celos, de su rivalidad, en una palabra, de su competencia, una ventaja con la que no se podía contar con los miembros de las corporaciones, que estaban entera y exclusivamente en posesión del monopolio de la panadería. Aquello de que cada cual tiene necesidad, cada cual también debiera tomar parte en producirlo o en fabricarlo; es su causa, su propiedad, y no la propiedad de los miembros de tal corporación o de tal patrono con patente”.

Y, terminando de tirar por tierra las elucubraciones fantasiosas que usted trata de pasar por verdad, nos dice Nettlau en su Anarquía a través de los tiempos: “He dado extractos (Vorfrühling, págs. 169-173) para motivar mi opinión de que Max Stirner era en el fondo eminentemente social, socialista, deseoso de la revolución social, pero siendo francamente anarquista, su llamado egoísmo es la protección, la defensa que cree necesaria tomar contra el socialismo autoritario, contra todo estatismo que los autoritarios insinuasen en el socialismo. Su egoísmo es la iniciativa individual: su Verein el grupo libre que realiza un objetivo, pero que no se convierte en organización, en sociedad. Su método es eminentemente la desobediencia, la negativa individual y colectiva a la autoridad y una agrupación voluntaria según lo que la situación exija en cada instante. Es la vida libre en lugar de la vida controlada y ordenada por los usurpadores de la propiedad y de la autoridad.

Al leer a Stirner como socialista, pienso que no se puede interpretarlo de otro modo. Buscando un individualista anti o no socialista en él, se menospreciarían sin razón valedera los pasajes bastante numerosos y que no son únicos, señalados por mí”.

Bien, sigamos ¿Acaso los transcendentalistas, los padres espirituales de las modernas concepciones del Derecho Natural promocionado en las páginas de Liberty, y que tanta raigambre tuvo en el Nordeste americano, defendían la riqueza, los negocios, la ambición propietaria, la competencia y la ferocidad comercial? Le he dado ya claros ejemplos, citados por expertos (que trascriben directamente sus citas), que tal cosa sólo tiene residencia en su imaginación, la misma que activa para suplir la falta de instrucción de la que hace gala sobre estos asuntos ¿Cómo se entiende si no que promocione usted por todas las páginas de esta enciclopedia que Stirner era un antecedente del capitalismo cuando los ataques más duros hacía dicho elemento fueron lanzados por él, siendo sólo igualado por Proudhon? ¿Cómo dice usted que Thoureau era un antecedente del “capitalismo y el mercado” cuando según citan todos los especialistas el mismo afirmaba en Walden que los negocios, la competencia y el comercialismo era “la muerte del espíritu […] de la poesía”?

Según Labadie, en la antología ya señalada (Keeper Of The Flame), era esto lo que decía Emerson:

Todos los Estados reales son corruptos; todas las riquezas actuales son robo y rapiña; toda transacción actual es desfalco y asesinato alevoso; todo conduce al hombre a ser en razón de lo que tiene y no a tener lo que es”. […] [Añade Labadie] Vemos así que los iusnaturalistas que inspiraron la primera época de Liberty eran herederos de cierto puritanismo, de tal desdén, incluso desprecio, hacia las cosas materiales, que caían en cierto espíritu franciscano, en un gusto por el “voto de pobreza” que en algunos casos, como en el de Thoreau, se convertía en un contundente dolcinismo ‘pacífico’”.

Habrá que volver a repetirse, he aquí la esencia de Thoreau (coinciden en las citas Rocker e incluso J. Martin): “Por menguada que sea tu vida, enfréntala y vívela; no la esquives, ni le apliques rudos apelativos. […] Parecerá más pobre cuanto más rico seas tú. […] Con frecuencia me parece que los pobres de la villa viven una vida más independiente que cualquier otra persona. Quizá son sencillamente lo bastante grandes para recibir sin desconfianza. Cultiva la pobreza como una hierba de jardín, como la salvia. […] La vida más dulce es la que está más próxima a los huesos. No podrás ser una persona frívola. Nada pierde el hombre en un nivel inferior por su grandeza en un nivel superior. Con riqueza superflua no se puede comprar sino cosas superfluas. No hace falta dinero para cosa alguna necesaria para el alma. […] Tengo presentes a los ricos en apariencia, pero que en realidad pertenecen a una clase terriblemente empobrecida, que han acumulado basura y no saben cómo usarla o deshacerse de ella; en esta forma han fraguado sus propias prisiones de plata u oro” (Walden). “De acuerdo con mi experiencia, no hay nada, ni tan siquiera el crimen, más opuesto a la poesía, a la filosofía, a la vida misma, que los negocios” (Una Vida sin Principios).

Con esto ya queda más que demostrada que sus afirmaciones son cuanto menos falsas. El egoísmo que se recogía en Liberty no cabría, ni con calzador, en el “mercado” adjetivizado como “anarquismo”, que usted defiende. El iusnaturalismo, corriente tan filosófica como la primera, gozaba de un humanitarismo desprendido que no logra encajar, ni a fuerza de remaches, con la ideología que usted promociona. En definitiva, el invento al que usted llama “anarquismo de mercado” excluye de las páginas y del acervo doctrinal de Liberty al egoísmo y al iusnaturalismo (¿o es que su tendencia a no observar sus fuentes le ha impedido ver que en el propio artículo de McElroy [la cual, todo sea dicho, aún no ha digerido ni asimilado las teorías individualistas, sean directamente stirnianas o pasadas por el tamiz tuckeriano] la desavenencia entre ambos grupos es por una cuestión ontológica y ética propiciada por el Ius y no por cuestiones adlatares?).

Eso por un lado, por el otro me sorprenden enormemente sus contradicciones e incongruencias.

1º ¿No decía usted que aquí se trataba de verificar de que corrientes era referente histórico Liberty y no lo que era Liberty? Por si no se ha dado cuenta el libro de Keppler viene a decirnos lo que era Liberty con respecto a lo que es hoy para muchos deudores de sus páginas, mientras que sus ultimas afirmaciones (que por cierto, y permítame el análisis, parecen fruto de un arrebato de ira y no de una lectura sosegada) sólo tratan de definir lo que para usted (sin aportar ninguna prueba al respecto, digno es de señalarse) era Liberty. El texto de Keppler afirma que en Liberty había cabida para el egoísmo anti mercantilista, lo cual es cierto, y violador de la propiedad, lo cual también lo es. Afirma además que las consignas mutualistas de Liberty, en pos de intercambios exentos de lucro y especulación, se dieron durante la Guerra Civil española y durante las comunas de los 60/70, lo cual también es un dato palmario. No deje que su desconocimiento sobre estos asuntos le mueva a escándalo o a rayar la descalificación.

2º Dice usted que el libro de Keppler es un “fanzine”, pues bien, está claro que usted desconoce ese libro más que yo el tamaño de un fanzine, pues, aunque no sé a carta cabal que cantidad de páginas pueden albergar ese tipo de publicaciones, le aseguro que un libro de más de 320 páginas (si se da cuenta la página citada es la 237), ocupando un volumen considerable en mi estantería, no se corresponde con el con el tamaño que le atribuyo a un fanzine. Quizás piense usted que la juventud inquieta tiene dinero para fotocopiar fanzines de más de 300 páginas y para repartirlos sin sufrir una hernia. The Oliphant, por si es eso lo que le ha llevado a error, es una prestigiosa, aunque de proyección no comercial (y con ciertos altibajos), editorial alternativa norteamericana, a la que, por cierto, acudió Rothbard en los 60 para que, sin éxito, difundieran algunos de sus artículos (cuando intentó que lo aceptarán los círculos de izquierda y probó variopintos métodos para ocultar el, según los editores: “moho del ultra conservadurismo” [véase el prólogo de Radical Reviews].

3º Afirma usted que sus fuentes son “respetables” y “relevantes”, lo cual mueve a desconcierto cuando ni siquiera recogen, afirman o demuestran lo que usted asegura que allí se encuentra (más aún cuando son reseñas hechas por internautas, artículos de opinión donde ni siquiera se recoge el tema tratado, columnas que muestran una profunda ignorancia al confundir unas tendencias con otras o simples artículos de propaganda). Volveré a corolario.

1ºa) Es una reseña donde no se recoge ni una vez el término “anarquismo de mercado”.

2ºb) Ídem, sólo que en vez de reseña es un proyecto de ensayo.

3ºc) Sólo menciona una vez a Liberty (sin relacionarlo con el “anarquismo de mercado”) y ni siquiera pertenece al autor que usted le atribuye, pues como ha quedado demostrado los mismos que han colgado el artículo en Internet desconocen su autoría y en el propio texto se recoge que el autor es otro distinto a Samuel Konkin.

4ºd) Es un artículo de opinión sobre dos pensadores donde ni una sola vez se hace referencia a la publicación Liberty.

Si esto es lo que usted entiende por “verificables” siento terror por esta pobre enciclopedia y aquellos artículos en los que usted haya metido su mano conservando unos criterios tan “rigurosos”.

4º Es este el punto más interesante y más revelador. Asevera usted, con aparente seguridad y empleando la fuerza de la “verdad incontestable”, que en las páginas de Liberty se promocionaba, o por lo menos había cabida, para la defensa de una suerte de ejércitos y policías particulares que reprimieran y aplastaran a los que intentaran violar la propiedad privada, obreros incluidos. Bien (siento reconocer que esto me divierte de sobremanera), ¿Puede usted señalar el fragmento, número y fecha exacta de un artículo semejante, insertado en Liberty y que no obtuviera su justa refutación por parte de Tucker y colaboradores? Le advierto que la pequeña compilación en PDF que existen en internet recogiendo los números de Liberty y mi colección personal (en inglés y que tengo a honor haberme leído entera sin ahorrarme los trabajos de la traducción simultanea) me permiten tener acceso a la práctica totalidad de los números de Liberty y sobretodo al glosario de los títulos de cada uno de sus artículos, así que creo conocer perfectamente lo que en dicha revista había y lo que es sólo una fabulación ¿Se atreve, aún así, a mantener una afirmación que podría ser considerada una burda difamación?

En Socialismo de Estado y Anarquismo: En que se parecen y en que difieren, lo único que repite Tucker es el soniquete ya oído en muchos labios anarquistas, es decir: “La protección es un cosa a ser asegurada, en la medida de lo necesario, por asociaciones voluntarias y cooperación para la autodefensa, o como un bien a ser comprado, como cualquierotro bien, a las personas que ofrecen la mejor protección al menor precio”. Es decir, lo mismo que en este caso repite Kropotkin: “Las asociaciones voluntarias que han empezado ya a abarcar todos los campos de la actividad humana adquirirían una extensión aún mayor hasta el punto de substituir al Estado en todas sus funciones. Representarían una red entretejida, compuesta de una infinita variedad de grupos y de federaciones de todos los tamaños y grados, locales, regionales, nacionales e internacionales, temporales o más o menos permanentes, para todos los objetivos posibles: producción, consumo e intercambio, comunicaciones, servicios sanitarios, educación, protección mutua, defensa del territorio, etcétera […]”. Montseny: “El hombre, movido por sus dos instintos paralelos, el egoísmo y el altruismo, que con él nacen y en él viven, sin imposiciones ni educaciones destinadas a dominarlo y a malearlo, sabrá, por egoísmo, ponerse de acuerdo con los demás hombres, para facilitar su trabajo, su defensa y el medio en que debe desenvolverse, y, por altruismo, sabrá aportar su apoyo solidario a los más débiles y desvalidos”. La idea de la asociación para la autodefensa es bastante vieja, Tucker no le añade ninguna diferencia sustancial salvo que los participantes pueden obtener una compensación reciproca ¿Esto le hace partidario de los ejércitos privados que para él en nada deferirían de la policía estatal? Él comprendía a quienes atentaban contra la propiedad de los poderosos, e insultaba a quienes azuzaban a los policías (privados o públicos) contra ellos, así se lo hizo saber, el propio Tucker, a J.P Morgan cuando este pidió la guillotina para la Banda Bonnot y más mano dura policial para con los “delincuentes” [recogido por S.E. Parker en su artículoThe New Freewoman: Dora Marsden & Benjamin R. Tucker]: “Un fragmento curioso se refirió al contraste entre la voluntad del banquero J. Peirpont Morgan y la de A. Monier-Simentof, un miembro de la “Banda Bonnot”, y por tanto un “Anarquista-Ilegalista”, quién era guillotinado en 1913. Tucker escribió:

“Uno no necesita ser abogado de la “reacción individual” , “de la propaganda por hecho”, o aún “de la acción directa”, para preferir al bandido pequeño que, teniendo un ideal social, busca el futuro por medio de un acto de violencia aislado, aunque si es atrapado descubre su cuello a la cuchilla, antes que al bandido gigante que, defendiendo la sociedad tal y como es, y no teniendo ningún gran ideal propio, se realiza forjando y manejando la poderosa arma del monopolio legal para desposeer a todo un pueblo de sus productos y de sus libertades, devorando con un apetito voraz a la multitud, y que continúa, incluso después de su muerte, bañándose en la sangre del cordero."

He aquí la preferencia de Tucker por alguien que roba a los bancos, a alguien que utiliza a los bancos para robar […]”.

(Por favor, recabe en esta última cita)

Y numerosos son los fragmentos recogidos en Liberty sobre huelgas y sindicalismo en los que dice que: “El obrero juzgado por atentar contra la propiedad del patrón, siempre y cuando no emplee una violencia innecesaria, está en la misma situación que el hombre que es detenido por tratar de atar el cordón de su propia bota: se le condena por tomar sin permiso lo que su trabajo ha hecho suyo […] ¿No es acaso una forma de recuperación individual ejercida sobre el capital? […]".

"Ni un solo momento debe negarse que los trabajadores están obligados a unirse y actuar juntos, no para competir satisfechamente entre ellos, sino para defenderse, al menos en cierta medida, de los poseedores omnipotentes de la riqueza natural y el capital.”

[Liberty, nº 19)

El movimiento para la autonomía por parte de la gente, es el resultado lógico de la rebelión última contra aquellos usurpadores políticos y los conspiradores que se manifiestan en tribunales y legislaturas. Tal como la Liga de Tierra [irlandesa] se ha hecho un rival formidable del Estado británico, las uniones de profesiones gremiales aún pueden hacerse un poder suficientemente fuerte para desafiar a los legisladores y derrocarlos”.

“Cada hombre debe cosechar el fruto de su trabajo y ningún hombre podrá vivir en la ociosidad sobre los ingresos de un capital”.

[The Individualist Anarchists]

Y apostilla en su La Relación del Estado con el Individuo [conferencia pronunciada el 14 de octubre de 1890]: “Esto nos lleva a otra consideración, el poderoso problema del individuo invasor, el cual es uno de los caballitos de batalla de los opositores al Anarquismo. Y, sin embargo, ¿no es, tal como se ha escrito ya largamente, el tratamiento que este problema recibe uno de los principales responsables de su existencia? Yo he leído u oído en alguna parte acerca de una inscripción colocada en cierta institución caritativa:

"Este hospicio fue construido por una persona pía, aunque primero fabricó los pobres que lo habitan."

Y me parece a mí que eso es lo que pasa con nuestras prisiones. Ellas están llenas de delincuentes que nuestro virtuoso Estado ha creado con sus leyes inicuas, sus monopolios destructivos y las horribles condiciones sociales que son su resultado. Nosotros creamos leyes que fabrican criminales y después las utilizamos para castigarlos. ¿Es demasiado esperar que las nuevas condiciones sociales que sean el resultado de la abolición de toda interferencia con la producción y la distribución de la riqueza, traigan como resultado un cambio tal en los hábitos e inclinaciones de los hombres que conviertan a nuestras cárceles y calabozos, nuestros policías y nuestros soldados, en una palabra, toda nuestra maquinaria y equipo de defensa, en algo superfluo? Esto es, precisamente, lo que los Anarquistas creen. Suena utópico, pero descansa realmente en sólidas bases económicas”.

(Le pido que preste especial atención a este último fragmento)

Como verá su táctica se torna inútil. Usted está acostumbrado a que las cosas “sean como usted dice” sin más aval que el que ofrece su palabra. Así le ha repetido a oídos ingenuos o desinformados que Godwin jamás fue Comunista a la par que Individualista, que Stirner nunca anatemizó el mercado y la competencia, que Tucker nunca prefirió defender al que violaba la propiedad que al que se enriquecía con sus abusos, que Liberty nunca acogió en sus páginas una suerte de Individualismo al que el adjetivo “mercado” le suena a grosero eufemismo, quedándole estrecho cuando no forzado, y si la vergüenza y el tiempo se lo permiten acabará diciendo que Bakunin fue el fundador de la banca suiza. Pero no, no basta con decir que Anibal cruzó los Alpes a lomos de gallinas ponedoras para que el público se lo crea; debe usted demostrar, como mínimo, el cuando, el donde y el cómo, y hacerlo respaldando por las voces fidedignas de algún experto. Mientras sus ideas sean sólo eso, “ideas”, y todo parta de sus deseos anhelos y fabulaciones, mientras no encuentre ni un solo experto que ampare con solvencia sus afirmaciones y todo sea producto de su psique o sus intereses, seguiremos creyendo que Anibal cruzó los Alpes con elefantes.

Le ruego, por favor, encarecidamente, que ofrezca alguna prueba de las fuertes afirmaciones/acusaciones que ha realizado, de lo contrario no enturbie esta página de discusión con lo que, a todas luces, debe ser interpretado como meras mentiras (pues toda aseveración que no puede demostrarse y que uno asegura siendo conocedor de su falsedad, no merece otro nombre). No le acusaré de ampararse en ningún delator silencio. Aunque no estaría mal que por fin contestara o demostrara algo de lo que le he planteado, sino puede hacerlo, ahórrese plasmar las simples pero agrias líneas que dedica a su opinión personal y en las que las pruebas no tienen razón de ser. Renuncie hacerlo, se lo digo sin acritud, aunque sólo sea por romper la rutina.

Con toda cordialidad y afecto, Saludos.


--El Enragé (discusión) 18:19 30 abr 2009 (UTC)[responder]

  • Sigo sin ver la relación de una cosa con otra, los buenos cristianos también son contrarios del robo pero son indulgentes con el ladrón. También está un asunto de tamaño, el Estado les parecía más agresivo. Ahora con eso cree que con eso va a negrar el apoyo a la propiedad y el mercado de Liberty, y de la mayor parte del anarquismo individualista, sólo por su indulgencia con males menores al Estado -desde la óptica de sus editores-. No trate de tergiversar las cosas, que aquí el que constinuamente hace kilométricas acusaciones es usted. Ya dese por vencido no va a lograr nada haciendo apreciaciones personales de lo que para usted "debería ser" el legado de Liberty, acá importa lo que ES, caso contrario sólo va a lograr aburrirme con semejante foro. Si continúa así me veré obligado a solictar el borrado de esta inútil discusión. Nihilo (discusión) 20:11 30 abr 2009 (UTC)[responder]
Debería dejar de lado la idea de que tiene que hacer una guerra ideológica en nombre de la santa doctrina, a mi personalmente no me interesa guerrear con nadie, lo que pongo es lo que dentro de las fuentes académicas e individualistas respetables (en este caso las especializadas en el tema) se dice, no me interesan fanzines, y las obras no especializadas no se toman con las misma importancia que las especializadas. No me interesa por lo demás los descalificativos que usted haga a quienes no piensan como usted, me tiene sin cuidado. Nihilo (discusión) 20:20 30 abr 2009 (UTC)[responder]


Es curioso que cuando se le ha reclamado, con cortesía, pero taxativamente, que ofrezca una prueba veraz de las afirmaciones por usted vertidas, sea en formato de artículo, fragmento, cita, o tan sólo una sola frase, a fin de que pueda justificar sus aseveraciones basándose en algo más que en sus propias opiniones, usted sólo pueda regalarnos 10 líneas en las que únicamente se recoge su apreciación personal, la valoración que a usted le merecen determinadas citas y su particular análisis sobre cuestiones ideológicas (amén de amenazar con borrar la discusión). ¿No le parece a usted -y se lo digo con afecto- una descarada muestra de falta de pudor enciclopédico?

Se le solicita que, después de haber lanzado una sentencia que debía estar respaldada en algún dato avalado por un experto o en la opinión de un estudioso, ofrezca una demostración de la fuente o referencia en la que usted ha debido ampararse para lanzar semejantes asertos... Ante esto, silencio y una suerte de juicios de valor que nada tienen que ver con el asunto tratado o que sólo tratan de suplir su desconocimiento –lamento decir que supino- sobre el tema en cuestión y su acuciante escasez de fuentes fiables o tan siquiera que guarden cierta correspondencia con sus afirmaciones.

Como presupongo que usted sabrá, es el acusador quien debe mostrar la validez de sus afirmaciones, y no a la inversa. No debería ser yo el que le refutara, pues las únicas sentencias infundadas han sido arrojadas por usted; pero como estoy tan acostumbrado a esta tónica mediante la cual yo he de ratificar mis afirmaciones respaldados por obras canónicas, he de contradecir las suyas con otras de de reconocido prestigio, mientras que usted sólo se ampara en su opinión personal (¿Qué es lo que ha hecho si no desde el comienzo de la discusión? ¿Cuantas veces ha citado usted algo que refrendara sus palabras? Y las pocas veces que se ha molestado en reproducir un artículo ¿cuando ha coincidido con lo afirmado por usted y cuando ha recogido sus palabras?), seguiré con dicha dinámica que dará vivas muestras de nuestras bien diferenciadas formas de editar.

Usted afirmó, hace tres escasos mensajes, que Liberty defendía la creación de una policía privada y para estatal (por cierto ¿no contradice esto la base de la discusión que versaba, según usted mismo ha dicho, sobre lo que es Libetrty y no sobre lo que fue? Vuelve usted a contradecirse, cuando cree que su contertulio no conoce los antecedentes de Liberty asevera sustentar sus opiniones en el pasado de dicha publicación, cuando se le demuestra un pozo de conocimientos verificables más riguroso que el suyo, trata de hacer oscilar la disyuntiva entorno a lo que es como referente, para al rato darse por vencido y, viendo que en el presente es algo muy distinto, infinitamente más amplio, de lo que usted pretende hacer creer, retornar a hablar sobre lo que presuntamente fue. Esta táctica es, sin lugar a dudas, una fuente permanente de paradojas y autocontradicción). Afirmó tal cosa sin ofrecer ninguna prueba al respecto. Yo le ofrecí pruebas de que su afirmación estaba equivocada o era una falsedad. Le reclame que no especulara y ofreciera una prueba sobre tan descabellada aseveración. En respuesta, no sólo no ofrece ninguna prueba, sino que se dedica, en exclusividad, a interpretar y exponer su opinión sobre el significado que usted extrae de las únicas pruebas aportadas, que lamentablemente sólo son las mías.

Usted equipara al estatus de prueba, referencia y fuente la opinión que a usted le suscitan las páginas de Liberty por mí aportadas, la particular interpretación que usted nos dedica sin que nadie se lo solicite y las ideas preconcebidas que usted ha desarrollado sobre temas que no nos importan al resto de editores. Dice usted que las opiniones de Tucker plasmadas en Liberty se deben a una cuestión de “tamaño” y de “moral” semejante a la cristiana (dice esto sin aportar ninguna prueba, algo que no puedo cansarme de recordarle). Sin tener por qué refutar lo que sólo son exégesis personales de alguien que no es un experto (pues siento decir que usted no lo es) quiere usted devaluar este tipo de afirmaciones en las que se niega todo el sistema legal, judicial, carcelario y policial y en las que se hace apología de todo rebelde que atente contra la propiedad imbuido de un ideal social:

“¿Es demasiado esperar que las nuevas condiciones sociales que sean el resultado de la abolición de toda interferencia con la producción y la distribución de la riqueza, traigan como resultado un cambio tal en los hábitos e inclinaciones de los hombres que conviertan a nuestras cárceles y calabozos, nuestros policías y nuestros soldados, en una palabra, toda nuestra maquinaria y equipo de defensa, en algo superfluo? Esto es, precisamente, lo que los Anarquistas creen. Suena utópico, pero descansa realmente en sólidas bases económicas.” [op.cit. Fíjese bien, como si se previera las infravaloraciones de los escépticos o desinformados nos dice Tucker que la desaparición de cárceles, calabozos policías, soldados “y toda nuestra maquinaria y equipo de defensa” es “lo que los Anarquistas creen” y “descansa realmente en sólidas bases económicas” y no en simples deseos humanitarios contra “el mal menor”.

Es curioso que considere las obras de Rocker y Nettlau (cuando han sido estos quienes han vertido al castellano la línea de pensamiento de Liberty, hasta entonces desconocida en este idioma) Labadie, Cappelletti, etc. y obras llenas de citas y referencias que alcanzan el volumen de verdaderos tomos, y que están desarrolladas por profesores, eruditos e investigadores académicos, como “fanzines”, mientras que simples artículos de opinión sacados de Internet, reseñas elaboradas por internautas, artículos en los que no se encuentran ni uno sólo de los términos por usted defendidos ni de las palabras por usted empleadas y que ni siquiera corresponden a la autoría que usted les atribuye (le repito que el artículo que usted achaca a Konkin no pertenece a ese señor), son para usted “una fuente solvente”. Supongo que cuando la formación y la edición eciclopédica dependen de blogs de Internet y no de libros prestigiados por el estudio y la dedicación, son éstas las cosas a las que nos exponemos.

Amenaza usted después con “pedir que se borre” esta discusión si no se le concede la razón. Ha hecho esto justo cuando la exigencia de fuentes por mi parte se ha hecho más acuciante. Sin embargo, a pesar de esta coincidencia, está usted en su derecho de hacerlo, pero yo no me daré por vencido, en contra de lo que usted me recomienda. Yo, hasta que usted no me demuestre lo contrario, seguiré creyendo lo que las fuentes originales, y los análisis de expertos, afirman sobre la condición de Liberty como referente histórico a día de hoy; pues por su parte sólo me ofrece juicios personales y simple propaganda política. Por lo tanto, definitivamente, exija que se borre la discusión pues yo no me daré por vencido hasta que usted no me demuestre la veracidad de sus afirmaciones. Así podrá ahorrarse las líneas de mal humor que vierte en esta discusión, pues eso, en lugar de documentos y libros acreditados, es lo único que ha aportado a esta discusión. Por lo demás eso permitirá a la concurrencia comprobar la naturaleza de nuestras motivaciones como editores. La otra opción sería que, si está cansado de esta discusión y no puede demostrar la validez de lo que afirma, deje esta discusión y abra una puerta para un potencial consenso futuro, absteniéndose, por supuesto, de redundar en tergiversaciones interesadas sobre el artículo, pues esto es algo que no habla precisamente a su favor. Le aseguro que si adopta tal conducta caballerosa no habrá ningún reproche por mi parte. De lo contrario puede usted abandonar esta discusión por la vía directa del borrado; como decía el poeta “renunciar a la verdad y a la mentira nos ofrece el mismo número de caminos; pero no la misma facilidad para recorrerlos”

Con aprecio, Saludos.

P.D: Acababa de digitalizarse un apéndice introductorio que el propio Labadie añadió a su reputada obra. Allí expone las distintas corrientes que recorrieron Liberty, hablando con naturalidad del mutualismo, el socialismo individualista warreniano, el obrerismo y recalcando que muchas de ellas, como el ya citado egoísmo stirniano y el espiritualismo transcendentalista e iusnaturalista, eran corrientes opuestas en distintos grados al dinero, el comercio, la competencia, la propiedad “absoluta” o incluso opuestos a la propiedad “anticapitalistas” (da una serie de nombres desde Voltairine de Cleyre hasta muchas de las conclusiones de su propio padre), encontraron en Liberty su nido y su forma de expresión (relata también las distintas reyertas). Menciona allí su definición de Liberty y su papel actual (después del 50) como: "Anarchistic socialism and individualist" (esta curiosa utilización de Anarchistic en vez de Anarchist es un préstamo que tomó de Tucker y del que después tantos autores, ensayos y círculos han bebido) y cita al propio Tucker: "Now, Anarchistic Socialism [ya he citado este fragmento anteriormente pero en la transcripción de Labadie se incluye el “Anarchistic” ausente en mi edición de Instead…] wants to change all this. Anarchistic Socialism says . . . that no man shall be able to add to his riches except by labour; that is adding to his riches by his labour alone no man makes another man poorer; that on the contrary every man this adding to his riches makes every other man richer […]”. Le comento esto porque si su intención es suspender el debate en este punto me ahorrare la transcripción de este anexo (unas 6 páginas) hasta ver en que se queda esta página de discusión. Saludos.

--El Enragé (discusión) 11:32 6 may 2009 (UTC)[responder]