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Cenote

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Cenote en Yucatán

Un cenote es una dolina inundada de origen kárstico que se encuentra en algunas cavernas muy profundas, como consecuencia de haberse derrumbado el techo de una o varias cuevas. Ahí se juntan las aguas subterráneas, formando un estanque más o menos profundo. Existen varios tipos de cenotes: a cielo abierto, semiabiertos y subterráneos o en gruta. Esta clasificación está directamente relacionada con la edad del cenote, siendo los cenotes maduros aquellos que se encuentran completamente abiertos y los más jóvenes los que todavía conservan su cúpula intacta. Como otras muchas estructuras geomorfológicas, los cenotes son estructuras transitorias, que finalmente pueden terminar rellenos y desecados, pasando a formar parte de lo que se conoce como un paleokarst.

Su morfología suele ser típicamente subcircular, y con las paredes abruptas. Por la evolución del macizo kárstico, el cenote comienza siendo una cámara subterránea producida por la disolución de la roca caliza por la infiltración del agua de lluvia. Eventualmente, conforme la cavidad va aumentando de tamaño, el cenote puede terminar aflorando a la superficie por colapso de la cúpula.

Los cenotes se formaron durante las épocas de bajada del nivel del mar durante los pulsos glaciares del Pleistoceno. Los cenotes son, en la mayor parte de los casos, ensanchamientos de complejas redes fluviales subterráneas, que en ocasiones se abren paso hasta el mar. En éstos, el agua marina, más densa que la dulce, puede penetrar por el el fondo del sistema freático. Por ello, hay cenotes en los que a partir de determinada profundidad el agua pasa de dulce a salada, incluso a muchos kilómetros de la costa. Esta superficie de contacto entre el agua dulce y marina recibe el nombre de haloclina, y provoca interesantes efectos visuales.

Los cenotes son estructuras geomorfológicos típicas de las plataformas calizas de la península de Yucatán y la península de Florida. Hay cenotes muy similares en las llanuras de Nullarbor, al norte de la Gran Bahía australiana y, también en las Bahamas, en donde se les conoce como blue holes ó “agujeros azules”.


Ubicación



El color del agua usualmente es turquesa aunque en algunos es de un tono verdoso. Se estima que en Yucatán existen más de 3000 distribuidos en todo el territorio. De ellos hay localizados y cartografiados total o parcialmente unos 1400, siendo los más conocidos, los de Chichen Itzá, el de Zaci en Valladolid, así como el de X'keken en las cercanías de Valladolid. En la actualidad, los cenotes son usados principalmente para actividades de recreo como nadar o el buceo. En la antigüedad fueron reservas de agua para los mayas y también se realizaban actos rituales como ceremonias y sacrificios.

Quienes ingresan a los cenotes se les denomina cenotistas, en la mayoría de los casos y espeleobuzos en casos muy concretos.

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Fauna y flora

Algunos cenotes poseen rica variedad en flora y fauna de agua dulce en vías de extinción: el pez ciego de Yucatán (typhliasina pearsel), la damablanca ciega (ogilbia pearsei), la anguila ciega (ophisternop infernalis), la anguila de lodo (ophisternon aenigmaticum), esponjas, bivalvos, camarones y crustáceos despigmentados (como el speleonectes tulumensis) y plancton. Algunos de ellos también han sido poblados artificialmente con nuevas especies. En zonas muy cercanas a la costa, además de las especies antes mencionadas, se pueden encontrar algunos peces de agua salada tales como pargos y mojarras, que llegan por conductos subterráneos que comunican el fondo del cenote con el mar.

Lamentablemente en la actualidad algunos de ellos como el denominado "Pochote" cerca de la población de Dzitiá, cerca de la ciudad de Mérida, ha sido contaminado por filtraciones de aguas de desecho de una granja porcícola, extinguiéndose su fauna y flora en su casi totalidad. El de la población de Hoctún ha sido muy contaminado con basura. De igual forma algunos han sido rellenados con escombros o convertidos en fosas sépticas, al introducirse agua entubada en algunos lugares.

Los cenotes en la cultura maya

Etimológicamente, la palabra cenote —con la que se designa un pozo natural en terreno calizo, formados por el derrumbamiento del techo de una o varias cavernas (Según Montero[cita requerida])— procede de la voz maya dz'onot, tzonot o Ts'onot (sustantivo masculino) que significa sagrado, en clara referencia al uso que los mayas hacían de los cenotes como lugares sagrados y de sacrificio en su compleja cosmología. En efecto, los depósitos descubiertos por arqueólogos y espeleólogos subacuáticos indican que en tiempos prehispánicos se sacrificaban doncellas, lanzándolas a las aguas, ataviadas con finos ropajes y joyas.[1]​ Sin embargo algunos historiadores y arqueólogos afirman haber encontrado también osamentas de niños y ancianos.

SEGUN RECIENTES INVESTIGACIONES Las víctimas de sacrificios humanos que practicaban los antiguos mayas en México y que arrojaban a los cenotes, como se conoce a los lagos en cavernas subterráneas, eran en su mayoría niños y hombres jóvenes y no doncellas vírgenes como se creía, señaló un reciente estudio. Los mayas construyeron enormes templos y elaborados palacios en las selvas del sur de México y Centroamérica antes de la conquista española a comienzos del 1500. Los sacerdotes mayas en la ciudad de Chichén Itzá, en la península de Yucatán, sacrificaban niños para pedir a los dioses por lluvia y campos fértiles arrojándolos a los cenotes. El arqueólogo Guillermo De Anda, de la Universidad de Yucatán, realizó estudios en los huesos de 127 cuerpos descubiertos en el fondo del cenote sagrado de Chichén -el principal lugar para estos sacrificios- y concluyó que un 80 por ciento eran de niños de entre tres y 11 años. "Se creía que los dioses preferían cosas pequeñas. Especialmente el dios de la lluvia era ayudado por cuatro personajes que representaban como personas muy pequeñitas," dijo De Anda a Reuters. "Entonces se les proporcionaba niños para que ellos pudieran comunicarse directamente con Chaac (el dios de la lluvia)," añadió. Un 20 por ciento de los huesos analizados por el arqueólogo pertenecían a hombres adultos. De Anda dijo que los niños eran a menudo arrojados vivos al cenote como ofrenda a Chaac. Algunos eran despellejados y desmembrados antes de ser ofrecidos a los dioses, dijo. Los arqueólogos creían previamente que los sacrificios eran de doncellas vírgenes porque los restos, que van desde aproximadamente el año 850 después de Cristo hasta la conquista, eran adornados con joyería de jade. Es difícil determinar el sexo de los esqueletos antes de que la persona haya alcanzado su completo crecimiento, dijo de Anda, pero agregó que las evidencias de la mitología maya también sugieren que las jóvenes víctimas eran del sexo masculino.

FUENTE: REUTERS

Enlaces externos

Referencias

  1. J. MONTIEL C. (Inédito). «Espeleología, Peligros, Seguridad y Algo más». Asociación Base DRACO. México. 


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Literatura relacionada

"El Cenote - el regreso maya 2012" Luciano Colman Tomas Vera Barros Editorial Renzo Rainero Sitio web oficial