Calendario del más Antiguo Galván

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El Calendario del más Antiguo Galván o Calendario Galván es un almanaque editado en México desde 1827 en la Antigua Imprenta Murguía de la Ciudad de México y debe su nombre a su primer editor, Mariano Galván Rivera.[1]

Su formato es el de un almanaque, que sumado a la cuenta de los días con diversos calendarios correlacionados con el gregoriano, integra un santoral católico, previsiones meteorológicas, fenómenos astronómicos como eclipses y fases lunares, cálculo de la Semana Santa, efemérides, festividades cívicas y religiosas y oraciones católicas. Su distribución fue de alcance nacional, debido a su uso asociado a la agricultura o nacimientos.[1][2]

Historia[editar]

El Calendario del más Antiguo Galván pertenece a publicaciones que tuvieron una mayor popularidad al conseguir México su Independencia, en 1821,[3]​ que además de incluir computos calendáricos anuales, incluía predicciones meteorológicas no científicas, santorales y estadísticas varias. Durante el Virreinato de la Nueva España, la impresión de estos calendarios estuvo cedida en exclusivo al impresor y científico Felipe Zúñiga y Ontiveros y fue de acceso mayoritariamente a clases privilegiadas por su costo.[3]

Los avances tecnológicos de la impresión así como una creciente libertad editorial permitieron el nacimiento de muchos calendarios con diferentes conceptos, asequibles para la compra y de formato adecuado para el bolsillo, en ediciones rústicas. Dichas publicaciones fueron muy populares como fuente de información en todos los estratos sociales del México del siglo XIX y XX. Este tipo de publicaciones eran distribuidos por una amplia red de vendedores que los llevaban hacia el interior de México y los vendían en tiendas, plazas y ferias.[3]​ Algunos calendarios populares además del Galván fueron el Calendario y pronóstico del Pensador Mexicano editado por José Joaquín Fernández de Lizardi o el Calendario de Abraham López.

De entre esta multiplicidad de publicaciones el de Galván logró perdurar y permanecer como un producto popular que, incluso, fue materia de imitaciones en formato y nombre, como fue el caso del Calendario del Más Moderno Marciano Galván.[4]

En 1911 el calendario tenía una tirada de 100 mil ejemplares.[3]

Usos sociales[editar]

El calendario está asociado tradicionalmente al uso agrícola, debido a la práctica campesina en México de velar los ciclos de siembra y cosecha con las fases lunares.[5]​ También se tiene registro de su uso para la tradición del corte de pelo en las mujeres, asociado a las fases lunares[1]​ y para el hallazgo de nombre para las personas.[6]

Referencias[editar]

  1. a b c «La colección del Calendario de Galván podrá ser consultada». www.inah.gob.mx. Archivado desde el original el 5 de enero de 2017. Consultado el 5 de enero de 2017. 
  2. Santiago, Jesús Alejo. «Calendario de Galván, un repaso a la historia de México». Milenio. Consultado el 5 de enero de 2017. 
  3. a b c d Ayala Contreras, Isela (2011). El calendario y la cultura popular. Revisión histórico-gráfica del calendario de pared de México. Tesis de maestría en Artes Visuales, Escuela Nacional de Artes Plásticas, Universidad Nacional Autónoma de México. 
  4. Quiñónez, Isabel (2005). «De pronósticos, calendarios y almanaques». En Belem Clark de Lara y Elisa Speckman Guerra, ed. La república de las letras: Asomos a la cultura escrita del México decimonónico. Vol. II: Publicaciones periódicas y otros impresos. México: UNAM. p. 348. ISBN 9789703210879. Consultado el 5 de enero de 2017. 
  5. Pérez, Francisco Castro (1 de enero de 2006). Colapsos ambientales, transiciones culturales. UNAM. ISBN 9789703233168. Consultado el 5 de enero de 2017. 
  6. Robichaux, David (1 de enero de 2005). Familia y parentesco en México y Mesoamérica: unas miradas antropológicas. Universidad Iberoamericana. ISBN 9789688595732. Consultado el 5 de enero de 2017.