Diferencia entre revisiones de «Los Yébenes»
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* [http://yebenescity.galeon.com/ Guía útil de Los Yébenes] |
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Plantilla:Infobox ciudad España
Pueblo de la provincia de Toledo, en la Comunidad Autónoma de Castilla-La Mancha (España). Está situada a 42 km al sur de la capital castellano-manchega (Toledo) por la carretera N-401 de la Red Nacional de Carreteras del Estado. Comprende varias entidades: Estación del Emperador, Estación de Los Yébenes, Estación de Urda, Montes de Mora y villa de Los Yébenes. Presenta un relieve variado donde alternan montañas y llano que resulta de un complejo proceso tectónico y de la erosión diferencial bajo distintos sistema morfogenéticos. De norte a sur se suceden las alineaciones montañosas de Los Yébenes y la sierra de Manzaneque; las sierras de las Guadalerzas, el Rebollarejo, Fuenteblanca, el Comendador y la Alberquilla; y las sierras de Pocito y de la Calderina. Excepto esta última, ejemplo de inversión de relieve plegado, en un sinclinatorio, las demás corresponden a anticlinorios. Todas ellas están formadas por materiales duros y resistentes paleozoicos: cuarcitas, pizarras silíceas y calizas cristalinas. Entre medias se abren las depresiones del río Algodor, valle de las Navas y llanada de Urda, cuyas aguas vierten al Tajo y al Guadiana. Cubiertas de sedimentos pliocuaternarios de raña, dispuestos en dos sistema de glacis de acumulación, las dos primeras se asientan sobre sendos sinclinorios, y la tercera, sobre el núcleo del anticlinatorio y desventrado de las Guadalerzas.
La vegetación está compuesta por encinas, chaparros, jara y quejigo, manchas de rebollar y pinos de repoblación en las sierras, y encinas aclaradas con coscoja y quejigo, y cultivos de cereales, olivar, viñedo y almendros en las depresiones. La propiedad se halla poco repartida donde se alterna la pequeña explotación con grandes fincas (latifundios), algunas expecializadas en la cría de ganado vacuno, incluso de reses bravas, caballar y, sobre todo, actividad cinegética. La ganadería porcina y lanar, así como la avicultura tienen menos importancia. Sólo las industrias de la alimentación y del trabajo del mueble y de la madera, con varios pequeños talleres, tienen un significado mayor que el de simple atención a las necesidades de los vecinos del propio municipio. La actividad comercial tiene cierto interés por el carácter nodal de la villa, al pie del puerto de Los Yébenes en una encrucijada de caminos.
Flora y Fauna
El paisaje en Los Yébenes nos revela la esencia del bosque mediterráneo ibérico. Sus cotas de altitud sitúan esta villa en el intervalo biológico más rico, por la diversidad de especies que se encuentran en este ámbito. La extensión del término municipal -entre los vinticinco más grandes de España-, le faculta para acoger en su seno las posibles vriaciones a este modelo descrito, siendo así que pocas pueden ser, si no ninguna, las especies mediterráneas que falten en el catálogo yebenoso. En el medio silvestre, la especie vegetal predominante es la encina, siendo el alcornoque más escaso; habiendo sauces, fresnos, áceres,... En la sierra existe un matorral denso de coscoja, enebro y quejigo, entre mares de retama, jara y romero, especialmente en aquellas áreas que se dedicaron al pastoreo. Las rañas son adehesdas y a veces se dedican a la ganadería brava. Respecto de la fauna, destacar aves esteparias, como el sisón y la avutarda; anátidas; aves montunas, como la perdiz; rapaces, nocturnas y diurnas. Mamíferos como la nutria, la comadreja y el erizo. O de interés cinegético (no hará falta recordar la fama que se le reconoce a esta villa), como el ciervo o el corzo. La enorme cantidad de caminos del término, y el hecho de que estén catalogados, invita a los amantes de la naturaleza a regocijarse en este pequeño universo privilegiado.
Población
Los Yébenes es un pueblo enmarcardo dentro de la comarca de los Montes de Toledo cuya localidad se encuentra en el valle sur de la sierra del mismo nombre. Su término está compuesto por montes y sierras de gran belleza paisajística que pueden ser recorridos en visitas guiadas a pie o en burro, especie que a finales del siglo XX estaba en vías de extinción.
Actualmente la población de Los Yébenes ronda los 6.500 habitantes habitantes que se ven notablemente aumentados en verano ,puentes y festivos llegando a pasar de los 8.000
Gastronomía
Mitad manchega, mitad monteña, la cocina yebenosa se surte por igual de lo que da la sierra y de lo que da la raña. Igual se escabecha una perdiz, que se adoba un solomillo de corzo; igual se prensa la uva airén, que se endulza la leche de cabra con rica miel de romero. Valen tanto las trufas, como la pasta de almendra; tanto el pichón casero, como la dulce carne de jabalí. La base es manchega, pero la gracia la ponen los Montes; a veces, sólo el aceite cornicabra cambia el plato. Ajoarriero, sopa de gloria, gachas con picadillo de venao, gazpacho monteño, olla de pastor, bollos sopas, ciervo estofado, jabalí asado con bellotas, fritanga..., que más da, se llaman igual o parecido, pero, ¡saben tan distintos!. Los Yébenes, como villa fronteriza que es, se apropia de lo bueno que da cada tierra y lo aplica en los fogones. Ocurre en las casas, pero ocurre también en los establecimientos públicos. Éstos, a veces tan impersonales, tan desarraigados, no renuncian en Los Yébenes a sus raíces culinarias, así que el plato que te sirven tiene la impronta referida al principio. En todos sitios, que aquí no hay huevo huero. Y lo que vale para las casas y para los restaurante y bares, vale para esta industria alimentaria que prospera envasando higiénicamente lo que es más nuestro, porque quizá no hay cosa que nos defina más, que lo que comemos. Sólo queda brindar con uno de nuestros vinos, ¡Manchegos o pitarra!
Artesanía
Los Yébenes es villa artesana de siempre. Famosas son sus labores de la piel desde antaño, cuando se la distinguía como primera en los trabajos de arreos y tiros de carruajes. Hoy, ese primor se aplica a zahones de gala y a la marroquinería fina. Las alfombras de Los Yébenes fueron famosas en España entera, por su fidelidad a los anudados propios y por la belleza de sus fondos y cenefas. Los talleres actuales gozan del valor añadido que adquieren los bienes escasos.
Historia
La etimología de la palabra Yébenes procede del árabe yebel, que significa monte, quizás porque la villa se ubica en el extremo oriental de los Montes de Toledo.
Se la ha descrito en tiempos como una bandada de palomas posadas en un monte, pues sus níveas casas y los muchos árboles que hay en el pueblo, le dan tal aspecto.
La presencia humana se remonta a la Edad del Bronce, como lo demuestran los yacimientos conocidos como Montón de Trigo y Chorreras (este último con pinturas rupestres esquemáticas del Bronce Manchego Tardío).
Su fundación ha de situarse en el gobierno del emperador romano Trajano. Aún quedan restos de la presencia romana en esta zona de la Carpetania, como lo atestiguan la IV Calzada romana, cuyo trazado aún subsiste, y los numerosos vestigios que aparecen en el paraje conocido como Loma del Carpintero, junto al río Algodor.
Existen noticias de la dominación árabe ya desde el año 930, cuando el califa cordobés Abderramán III acampó con sus huestes a orillas del río Algodor, para tomar, desde esta posición privilegiada, las poblaciones de Mora y Toledo. La importancia estratégica del área fue crucial para que fuera sucesivamente ocupada por musulmanes y cristianos. Las fortalezas, atalayas y castillos que se emplazan sobre el término municipal atestiguan lo dicho. Así, después de la batalla de Alarcos (Ciudad Real), los árabes ocupan las tierras que abandona el rey cristiano refugiado en las Guadalerzas. Por su parte, Alfonso VIII acampa, dieciocho años después (1212), en los Torneros, antes de alzarse victorioso en la batalla de las Navas de Tolosa (Jaén).
A partir de aquí, el caprichoso orden que imponen los señoríos medievales, divide a la población en dos mitades, separadas por la sola anchura del Camino Real de Sevilla, quedando una de las partes (la situada en la ladera de la sierra) bajo el dominio de la Ciudad de Toledo, y la otra, gobernada por los Caballeros de la Orden de San Juan de Jerusalén.
Yébenes de Toledo es más antiguo que la villa gobernada por los sanjuanistas. No obstante, desde la antigua Noliva de los carpetanos (por la que pasó el pretor romano Quinto Fulvio Flaco camino de Toledo y una vez derrotados los celtíbneros en Consuegra), hasta la donación del rey Enrique I al arzobispo toledano D. Rodrigo Ximénez de Rada, no hay noticia histórica de la población.
En el año 1243, el rey Fernando III el Santo, recibe del arzobispo toledano el acta de cesión de estos territorios. Tres años más tarde, el rey vende este lugar por 45.000 maravedíes alfonsíes al Concejo de Toledo, quien concederá la Carta Puebla el 24 de septiembre de 1258.
Por lo que se refiere a la villa de Yébenes de San Juan, decir que fue propiedad de los templarios. Se tiene constancia que fue repoblada por la Orden de San Juan en el siglo XIII, a través de las cartas pueblas que otorgaron los comendadores de esta orden en toda la Mancha. En el caso de Yébenes de San Juan se estima que esta concesión hubo tener lugar entre 1238 y 1241. Durante seis siglos conviven dos núcleos urbanos, con parroquias, ayuntamientos y jurisdicciones diferentes, hasta que en el gobierno del llamado Trienio Liberal (1822) llega el primer ensayo unificador, anulado al año siguiente. Entre 1833 y 1835 se consigue la unión definitiva que acaba con 564 años de división jurídica y administrativa. El escudo heráldico da cuenta de esta secular división representando el águila toledana y la cruz de San Juan.
Hijos ilustres
Esta galería de personajes -necesariamente pequeña, por mor del espacio-, debe incluir, entre los que profesaron votos, a Fray Diego de Soria, obispo de Nueva Segovia y fundador del Hospicio de Jecuba; a Fray Gabriel García, general de los Jerónimos; a Fray Juan García y a los miembros de la familia de los Barba, uno de los cuáles, Juan, fundó una Capellanía en el siglo XVII; a Fray Juan de Rueda, de la orden de los mínimos, cuya humildad le escatimó la mitra orensana; a Juan Blas-Garoz de Soto, pródigo benefactor y capellán del rey Carlos III. Entre los seglares, aventureros como Sánchez Robledo, el indiano; políticos renombrados, como Mariano V. Blas-Garoz, Diputado de las Cortes de Cádiz y baluarte de la unión de la villa; Manuel M. Herreros, gobernador de tres provincias; Leopoldo Diezma, senador...
Monumentos
Los Yébenes destaca por sus tres molinos de viento en la Sierra de Los Yébenes, dos de los cuales están totalmente restaurados. (Existe un cuarto molino en las inmediaciones pero se halla en un lamentrable estado de ruinas)
También destacan las iglesias de San Juan (siglo XVIII) y la de Santa María (siglo XVIII), el palacio de la Encomienda (siglo XIX), las ermitas de San Blas (siglo XVI), Soledad, Veracruz y Concepción, y las pinturas rupestres en la Sierra de Los Yébenes.
Los Yébenes posee un gran tesoro paisajístico y cinegético. En los Yébenes se encuentra el Coto Nacional de los Quintos de Mora, lugar donde se realizan estudios cinegéticos.
A unos 20 km al sur de la localidad, yendo por la carretera nacional N-401 dirección Ciudad Real, se encuentra el Castillo de Guadalerza (siglo XII), dominando la Sierra de las Guadalerzas.
Destacar el Puente Medieval en las cercanías del Castillo de las Guadalerzas
Festividades
- 3 de febrero: Día de San Blas, patrón de Los Yébenes.
- 11 al 14 de septiembre: ferias y fiestas en honor la patrona de Los Yébenes, La Virgen de Finibusterre.
- 16 de Enero San Anton
- Segundo fin de semana de Julio festividad de San Cristóbal, la gente sube hacia la zona del puerto a bendecir su coche.
Parajes naturales
- Dehesa Boyal (Area Recreativa del Ayuntamiento)
- Boca del Congosto (Valle de las Guadalerzas)
- El Rinconcillo (Area recreativa)
- Quintos de Mora (FInca Cinegetica)
- Valle de San Marcos
- Rio Algodor
- Rio Bracea