Diferencia entre revisiones de «Francisco Solano López»
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*[http://nacionuruguay.blogspot.com/2007/05/el-mariscal-de-la-gloria-y-la.html Artículo publicado en el Periódico Nación de Uruguay por el Dr. Daniel A. Afonso] |
*[http://nacionuruguay.blogspot.com/2007/05/el-mariscal-de-la-gloria-y-la.html Artículo publicado en el Periódico Nación de Uruguay por el Dr. Daniel A. Afonso] |
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* Fernando Cesaretti y Florencia Pagni. ''La metamorfosis de Francisco Solano López'' Artículo publicado en [http://grupoefefe.blogspot.com/2007/09/la-metamorfosis-de-francisco-solano.html http://grupoefefe.blogspot.com Rosario, Argentina, 2007] |
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Revisión del 15:59 14 sep 2007
- Para el dibujante de historietas, ver Francisco Solano López (historieta)
El mariscal Francisco Solano López (Asunción, 24 de julio de 1826 - Cerro Corá, 1 de marzo de 1870) fue presidente de la República del Paraguay entre 1862 y 1870.
Se desempeñó como comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, presidente y jefe supremo de la nación paraguaya durante la Guerra de la Triple Alianza. Sucedió a su padre Carlos Antonio López como presidente, que le había dejado a su hijo una nación próspera y un ejército equipado, profesional, adiestrado en las armas y en las tácticas de guerra, parte de ese andamiaje del ejército era obra suya.
La vida pública
En 1853 fue nombrado embajador del Paraguay e hizo contactos en los países europeos de Reino Unido, Francia, Prusia, España y Piamonte-Cerdeña con el objetivo de obtener el reconocimiento de la independencia paraguaya por parte de esos países, además de comprar armas, barcos y blindajes para el ejército, y como siempre seguir desarrollándose intelectualmente, pues era sabido que Francisco Solano López era el hombre más ilustrado de su época en Paraguay. Podría decirse que fué un eximio autodidacta. En su estadía en París conoció a Elisa Alicia Lynch, una irlandesa de educación francesa, que se convirtió en la compañera del resto de su vida y en madre de sus siete hijos reconocidos, pues tenía tres hijos naturales con la pilarense Juana Pesoa. Estuvieron juntos por quince años pero nunca pudieron casarse ni vivir en la misma casa, ya que la cultura moralista de Asunción no se los permitió, porque la Madame Lynch era divorciada. A su regreso en 1854, trajo consigo mucho armamento y un buque de guerra, el Tacuarí, adquirido al Reino Unido. Además claro de traerse también en otro barco y en contra de los deseos familiares, a su amada irlandesa junto a su primer hijo en brasos,Juan Francisco López, quien despues sería conocido como el Coronel Panchito López. En 1859 sería el nexo entre Justo José de Urquiza y Bartolomé Mitre a la hora de pactar el tratado de San José de Flores, que introdujo a Buenos Aires en la Constitución Nacional Argentina e hizo muy buenos lazos de amistad con el general de Entre Ríos.
La presidencia
Fue propuesto como presidente en el Congreso de la Nación, a la muerte de su padre en el año 1862. El Congreso lo elije democráticamente como Presidente electo del Paraguay. En un efusivo discurso al asumir dijo que “la nación debe romper su relativo aislamiento y hacer que la voz del Paraguay fuera oída". Con ésto se refería a su deseo de romper con el aislamiento político hipernacionalisa impulsado por el Dr. Francia y luego su padre Don Carlos López. Su mayor ambición era lograr exportar a Europa. Sus primeros años como presidente impulsó al Paraguay a la modernidad, extendió las vías férreas y el telégrafo, fundó escuelas, oficinas públicas, oratorios, abasteció al pueblo y al ejército. Construyó hospitales y hornos de fundición. Reestructuró el país por completo. Paraguay en ese entonces era comparable a cualquier potencia mundial de la época. Contaba con una gran arquitectura, el primer ferrocarril de Suramérica, el país era sumamente moderno y tecnológico. Hasta el niño más pobre sabía leer y escribir castellano y sobre todo se valoraba el guaraní como idioma nacional. Orgullosos de sus raíces, ningún extranjero podía comprar tierras en Paraguay. El Paraguay estaba listo para abrir sus puertas al mundo, ésto justamente: su modernidad y fuerza pujante fué lo que asustó a poderosos, por lo cual el Presidente Solano López se vió en el deber de defender el equilibrio de fuerzas de la región, pensando que roto el equilibrio, sería invadida Paraguay. En esa época el país contaba con 1.500.000 habitantes, población que fue diezmada en la Guerra de la Triple Alianza (1865/1870). Al finalizar dicha contienda bélica el país quedó con 230.000 habitantes, entre ancianos, niños y mujeres, siendo que casi 1.300.000 murieron en los campos de batalla.
Los países vecinos
El escenario político y económico de cada uno de los vecinos países (Argentina, Brasil y Uruguay) signaron en su mente que era el momento ventajoso para el Paraguay en una de sus arengas pronunció: “somos una nación moderna y próspera, sin envidiar lo que nos rodea”.
EL TRATADO DE LA "CUÁDRUPLE" ALIANZA El Mcal. López y la guerra Por Rubén Bareiro Saguier
La figura del Mariscal Francisco Solano López fue largamente -y sigue siendo- objeto de opiniones radicalmente opuestas. Se trata de un monstruo, un tirano que "provocó" la guerra cuya consecuencia fue la ruina del país, por poco su aniquilamiento como estado independiente.
Esta posición sostenida por "los roedores de los mármoles de la patria", se opone frontalmente con la de los partidarios encarnizados -y también fanáticos- defensores de la figura del Mariscal Francisco Solano López, Juan E. O Leary a la cabeza. El largo y enconado enfrentamiento persiste hasta nuestros días. Y fue mezclado con los acontecimientos políticos diversos, como la bastarda utilización del nombre del Mariscal por el dictador Alfredo Stroessner como uno de sus "predecesores", con lo cual terminó de acumular basura sobre Francisco Solano López, quien llegó hasta Cerro Corá, en donde murió "por su patria", y no abdicó cobardemente en el cuartel de la presidencia.
Personalmente me planteé la cuestión largamente, sin tomar partido. Después de reflexionar desapasionadamente, se me impuso que López es un ser humano de su tiempo, ni monstruo ni ángel.
Leyendo un ensayo del ilustre intelectual, más bien "antilopista" Juan Silvano Godoy, encontré una frase que me hizo reflexionar a fondo y a extraer una idea personal sobre López. Godoy, que era un refinado hombre de letras, dice: "Yo admiro a Francisco Solano López por razones estéticas". Luego de dar vueltas a la frase, extraje una idea sobre el personaje. Los bandos opuestos nunca lo consideraron como un "hombre de su tiempo", como fue López. Un romántico apasionado, con una formación intelectual respetable (hablaba francés e inglés) y un bagaje político adquirido en función de lo que él sabía que le esperaba: suceder a su padre en la Presidencia de la República.
Su intervención en el conflicto entre la Confederación -dirigida por Urquiza desde Paraná- y la provincia de Buenos Aires, con Mitre a la cabeza, demuestra su calidad de negociador, puesto que obtuvo, brillantemente la Unidad de la República Argentina, en noviembre de 1859, con el pacto de San José de Flores.
Francisco Solano López fue un romántico que vivió a fondo esa corriente, en la época en que la misma estaba en pleno auge. Toda su existencia está marcada por esa estética. Desde sus amores con Elisa Alicia Lynch, su compañera hasta Cerro Corá, a quien trajo al Paraguay pese a las reticencias de su padre, que nunca aceptó que su hijo compartiera su vida con una divorciada. Y ni qué decir su reacción cuando Brasil invadió Uruguay, con el cual nuestro país tenía un tratado de defensa mutua, atravesando Argentina, uno de los pretextos de Mitre para declarar la guerra, e invadiendo parte de Brasil, que había iniciado el desembarco en Melo, República Oriental, con la complicidad del caudillete Flores.
La guerra estaba en marcha y durante cinco años y tanto, la actitud de Francisco Solano López fue indoblegable: firmeza y dignidad ante las potencias contendoras, hasta el 1 de marzo de 1870. Murió con la frente alta de un héroe romántico, como su hijo Panchito, de 17 años, Comandante del Ejército, quien contestó, cuando le intimaron rendición: "Un oficial paraguayo no se rinde nunca" y para terminar vuelvo al título: "El tratado de la cuádruple alianza". Y en efecto, la guerra fue instigada por el Imperio Británico, siendo su representante ante los tres países "súbditos" de la región, Mr. Edward Thornton.
Y para cerrar esta tragedia canallesca del Imperio, transcribo una clara explicación del historiador argentino, Salvador Cabral Arrechea.
A) Un documento elocuente de Thornton dirigido al Foreing Office, fechado en Asunción el 6 de setiembre de 1864 haciendo votos para que una invasión extranjera llevase al Paraguay la "libertad comercial" a ese pueblo que trataba de "ignorante", "que se siente feliz con su tiranía y se cree igual que los más poderosos".
B) El 18 de junio de 1864 se firma en "Las Puntas del Rosario", según el informe Maifeller, encargado francés en Montevideo, un tratado -el verdadero tratado de la Triple Alianza- firmado por Lamas, Flores y Castellanos. El mismo Saraiva, comisionado imperial de entonces, dirá, públicamente y por escrito, que la Triple Alianza "no surgió" después de la "agresión" a la Argentina en abril de 1865, sino en "Las Puntas del Rosario" en junio de 1864. Su carta dice bien clara que "dichas alianzas (Argentina, Brasil y Flores contra el Paraguay) se realizaron el día en que el ministro argentino y brasileño conferenciaron con Flores en las Puntas del Rosario y no el día en que Octaviano y yo, como ministros de Estado, firmamos el pacto (l de marzo de 1865)”.
Los precedentes informes comprueban que la fecha de la firma del tratado de la Triple Alianza fue una farsa para "legalizar" la decisión del Imperio británico, mediante sus "súbditos" en la región: Brasil, Argentina y Uruguay, a fin de impedir que un "pequeño" país independiente y autárquico, sin deuda externa, que no necesitaba comprar nada de Inglaterra interfiriera el expansionismo del Imperio británico en la zona. El ministro Edgard Thornton participó activamente en todos los arreglos diplomáticos previos, y empujó al Brasil a invadir Uruguay, lo que inició la sórdida guerra.
Claro que de estos perversos "tratados secretos" no habla una palabra el libro "Maldita guerra" escrito por Francisco Dorotioto, vocero -oficial u oficioso- de Itamaraty.
Y ello es natural, pues como dijo Juan Bautista Alberdi: "Los tratados eran secretos, la vergüenza es pública".
(*) Escritor, Premio Nacional de Literatura.
La Guerra de la Triple Alianza
Indignado por que Brasil tomase parte en la política interna de Uruguay, pidió permiso a la Argentina para pasar hacia Montevideo. Al negarse Mitre, y cuando las relaciones comenzaron a fracasar, López invadió la provincia de Corrientes. Su excusa era que Brasil había extendido su imperio primero en Uruguay y luego en Paraguay y a principios de 1865 las fuerzas paraguayas en su tránsito hacia el Uruguay impulsaron la Guerra de la Triple Alianza que, como resultado, llevó hasta su propia muerte y la lamentable ruina de su país.
El mariscal Francisco Solano López goza hoy en Paraguay de la más alta popularidad por ser uno de sus más significativos héroes nacionales. Su última frase antes de ser ultimado con un tiro en el pecho fue: "¡Muero con mi Patria!", pues pensaba que a su muerte el Paraguay desaparecería como nación y que su territorio sería repartido entre la Argentina y el Brasil. Sus restos descansan en el Panteón de los Héroes de Asunción del Paraguay.
Fue uno de los mejores hombres que tuvo el Paraguay; prefirió morir a tener que rendirse a los aliados. Este acto de valentia le valió que se le nombre héroe nacional y ahora puede reposar sus cenizas en el Panteón de los Héroes.
Enlaces externos
- Artículo publicado en el Periódico Nación de Uruguay por el Dr. Daniel A. Afonso
- Fernando Cesaretti y Florencia Pagni. La metamorfosis de Francisco Solano López Artículo publicado en http://grupoefefe.blogspot.com Rosario, Argentina, 2007
Predecesor: Carlos Antonio López 1844-1862 |
Presidente de Paraguay Francisco Solano López 1862-1870 |
Sucesor: Cirilo Antonio Rivarola 1870-1871 |
- Tierra Guaraní el Cántaro de la sangre eterna Cerro Corá el día final.