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El viernes 13 de noviembre de 1992, Míriam García (14 años, 1,65 metros, pelo rubio oscuro y ojos azules, estudiante de FP), Toñi Gómez (15 años, 1,60 metros, pelo negro y ojos pardos, desocupada) y Desirée Hernández (14 años, 1,67 metros, pelo castaño claro y ojos verdes, estudiante de 8.º de EGB) van por la tarde a casa de Esther, una amiga común que ese día no puede salir porque se encuentra enferma. Allí, las tres niñas deciden ir a la discoteca Coolor de Picasent.

La discoteca Coolor se encuentra a dos kilómetros y medio de Alcácer, en una zona de campos de naranjos con poca iluminación en las afueras de Picasent. Aunque algunos fines de semana el propietario de la discoteca fleta un autobús y algunas furgonetas para transportar a los clientes (mayoritariamente adolescentes), es habitual entre los jóvenes de los pueblos cercanos hacer autoestop para llegar a ella.

Las niñas no tienen intención de entrar a la discoteca, ; sólo quieren acercarse a ver el ambiente.

Desaparición[editar]

Inicio[editar]

  • Desirée Hernández, Antonia Gómez y Miriam García.[1]
  • Desirée mide 1,67 metros, tiene 14 años, el pelo castaño claro y ojos verdes. Antonia mide 1,60 metros, tiene 15 años, pelo negro y ojos pardos. Miriam mide 1,65 metros, tiene 14 años, pelo rubio oscuro y ojos azules.[1]
  • Lo decidieron, poco antes de iniciar la marcha, en casa de Ester, la cuarta amiga, que se encontraba enferma. Incluso Mirian llamó a casa para que el padre las llevara en el coche. No ocultaron a nadie dónde pretendían pasar la tarde. Apenas llevaban unas monedas y no portaban documentación.[2]
  • Las chicas desaparecidas, vecinas de Alcàsser, visitaron en el ambulatorio municipal a una amiga llamada Esther. Era viernes por la tarde. En la conversación, las jóvenes acordaron ir a la discoteca Color, de Picassent. Esta sala está a pocos kilómetros de Alcàsser. "Ni siquiera iban a entrar, porque no llevaban dinero suficiente. Sólo querían ver el ambiente", dijo ayer Esther. Ambas localidades están a unos 15 kilómetros de la ciudad de Valencia.[3]

Coloor[editar]

  • Un joven de apenas 20 años ni siquiera se acerca ya por la disco teca Coolor de Picassent, a dos kilómetros de Alcásser, porque sabe que es un local casi para niños, aunque se anuncien ofertas de cuba-litros a 100 pesetas, eso si, siempre que sean pagados en duros.[2]
  • Para llegar a Coolor desde Al cásser hay que recorrer la carretera que une los dos municipios (un kilómetro), atravesar todo Picassent (otro kilómetro) y marchar unos 500 metros hasta la discoteca. El último tramo, a partir precisamente del lugar donde se encuentra el cuartel de la Guardia Civil, es oscuro y no hay viviendas al lado de la carretera. En ese lugar, rodeado de campos de naranjos, decenas de clientes de Coolor hacen autoestop en ambas direcciones, a pesar del autobús y las furgonetas fletadas cada fin de semana por el propietario de la discoteca, que recorren los pueblos de la zona para recoger y devolver a los adolescentes.[2]

Búsqueda[editar]

Testigos[editar]

  • Eso lo sabe, por ejemplo, Francisco Hervás, de 21 años, quien viajaba con Luz, su novia, el pasado 13 de noviembre desde Alcásser, de 7.500 habitantes, hasta Picassent, de 15.000 vecinos. Francisco. llevaba el coche a arreglar. A la salida de Alcásser, cuando estaba parado en un semáforo, se le acercaron tres adolescentes que no conocía. "¿Puedes llevarnos a Coolor?", preguntó una de ellas por la ventanilla. Las podía acercar hasta Picassent, pero a la entrada, en la gasolinera, las dejaría. El coche perdía combustible y debía llevarlo cuanto antes a reparar. "No importa, luego seguiremos haciendo dedo", le explicaron Eran las ocho de la tarde. Antonia, que espera encontrar trabajo; Mirian, estudiante de Formación Profesional, y Desirée, en octavo de básica, subieron al coche. Se las veía relajadas y rieron en varias ocasiones. La novia de Francisco fue quien las identificó, dos días después, al ver los carteles repartidos con las. fotografias de las niñas.[2]
  • César, vecino de Alcásser, que ya Volvía de Coolor, vio a las tres jóvenes andando en dirección a la discoteca, en las calles de Picassent, en un punto intermedio entre la gasolinera y la discoteca[2]
  • Y una anciana de Picassent recordó, una semana después de los hechos, que las jóvenes subieron, un poco más adelante de donde César las vio, a un coche blanco. La Guardia, Civil, que midió el ángulo de visión de esta testigo desde su casa hasta la carretera, considera posible la pista. Dos o tres personas viajaban, en el automóvil blanco, al que las adolescentes subieron voluntariamente, según la anciana.[2]
  • Las desaparecidas fueron vistas por última vez a las nueve de la noche cerca de una gasolinera del vecino pueblo de Picassent, en un lugar donde los jóvenes hacen autoestop. El primer toque de alarma procedió de los padres de las chicas, quienes, el viernes por la noche, avisaron a la policía.[3]

Días después[editar]

  • Los vecinos de ambos municipios se han volcado en la búsqueda, han creado patrullas y han batido el término. La Policía Local ha recurrido sin éxito a una vidente.[3]
  • El lunes 16 de noviembre, todos en Alcásser esperaban el regreso de las menores, tras un fin de semana de aventura. Al comenzar las clases de ese lunes en el colegio Noti d'Octubre, de Alcásser, donde estudian -Desirée y dos hermanos de Mirian, el silencio era sepulcral. "Los niños tenían miedo y desconfiaban de todo", recuerda Carme Miquel, una de las profesoras. Desde entonces, especialistas de la Guardia Civil han acudido al centro en varias ocasiones para preguntar quiénes eran las amistades de las desaparecidas, a qué lugares solían ir. Las respuestas apenas han aportado luz a la investigación. Antonia, Desirée y Mirian son tres chicas normales, quizá un poco "precoces en lo de las discotecas", señala una profesora. Mirian, por ejemplo , huye de la "música estridente y tampoco le gustan las situaciones estridentes", afirma Carme Miquel.[2]
  • Las numerosas batidas con perros y helicópteros de la Guardia Civil, el empleo de buceadores para investigar en las acequias, y el reparto de miles de trípticos con las señas y fotografías de las tres niñas por toda la comarca, no han dado resultado. Desiré Hernández Folch, Miriam García Iborra y Antonia Gómez Rodríguez, siguen ilocalizables.[4]

Un mes después[editar]

  • Las identificaciones más fiables las situaron primero en Madrid, después en Granada y más tarde en Cádiz.[2]
  • Un mes después de la desaparición de tres niñas se desvanece la tesis de la aventura juvenil. Un mes después de la desaparición de tres niñas de Alcásser (Valencia), muy pocos creen ya que las adolescentes realizaran ese trayecto. Ni cualquier otro de forma voluntaria. "Ellas saben que las queremos, hubieran llamado", declaran los familiares. Pudieron iniciar libremente una escapada el 13 de noviembre, pero el tiempo transcurrido hace temer que la aventura es ahora una tragedia.[2]
  • Los investigadores destacan el hecho de que las tres jóvenes improvisaran acudir a la discoteca.[2]
  • Centenares de españoles aseguran haber visto a las tres niñas desaparecidas. Los familiares, en cambio, creen que nadie las ha visto, que están retenidas, que una aventura juvenil no puede durar un mes y que los secuestradores son "personas malas, sin familia ni trabajo, que les están haciendo daño".[2]
  • La posibilidad de que se hallen en el extranjero es considerada como "débil", aunque la Interpol está sobre la pista y se preparan carteles en varios idiomas con las fotografías de las niñas. Tras descartarse que las adolescentes fueran adictas a las líneas del 903, las pesquisas se centran en un eventual rapto. Hombres de más edad de lo habitual en Coolor, clientes antiguos, han sido investigados, pero la Guardia Civil ya sabe que se marcharon hace meses de Picassent. Sin embargo, el hecho de que las menores subieran voluntariamente al automóvil permite pensar que pudieran conocer a los ocupantes. "Suben con quien les para. El otro día los guardias jurados llamaron la atención a unas que hacían autoestop ahí enfrente", explica, en cambio, una limpiadora de la discoteca. Mientras continúa la investigación, los programas televisivos y radiofónicos sobre el asunto disparan el número de llamadas con supuestas pistas. Las familias comienzan a pensar que nadie hasta ahora ha visto a las pequeñas, con excepción, eso sí, de esas "personas malas que les están haciendo daño".[2]

Los medios de comunicación[editar]

  • 92.12.09: La desaparición de tres niñas de Alcàsser (Valencia), ocurrida el pasado 13 de noviembre, es hoy (21.30) el tema central de ¿Quién sabe dónde? por tercera semana consecutiva. El programa de servicio público que dirige y presenta Paco Lobatón en la primera cadena de Televisión Española, dirige su búsqueda hacia Granada, en base a la tesis aportada por varios ciudadanos. El programa ha conseguido resolver varios casos, pero el de Alcàsser, presenta aún numerosas sombras.[4]
  • ¿Quién sabe dónde? El espacio de Paco Lobatón, que desde su estreno ha contribuido a varias localizaciones, ha contado en las últimas dos semanas con los testimonios de los padres, la guardia civil, las autoridades locales y regionales -con la presencia incluso en el programa del presidente de la Generalitat valenciana, Joan Lerma- y numerosos vecinos de Alcàsser que vieron por última vez a las tres niñas. Las tres desaparecieron tras asistir a una fiesta estudiantil en una discoteca de Picassent, localidad a dos kilómetros de Alcàsser. La exposición de los hechos y la descripción de los desaparecidos a través de la pantalla permite en ocasiones avanzar en la investigación gracias a las llamadas de los espectadores. Las llamadas son controladas para garantizar su veracidad y evitar cualquier afán de notoriedad que distorsione la búsqueda.[4]

Referencias[editar]

  1. a b ¡Antonia, Desirée, Miriam!, en la edición impresa de El País de 7 de diciembre de 1992.
  2. a b c d e f g h i j k l La tragedia de Alcàsser, en la edición impresa de El País de 14 de diciembre de 1992.
  3. a b c La desaparición de tres niñas causa la alarma en dos localidades de Valencia, en la edición impresa de El País de 16 de noviembre de 1992.
  4. a b c '¿Quién sabe dónde?' apoya la búsqueda de las tres niñas desaparecidas en Alcasser, en la edición impresa de El País de 9 de diciembre de 1992.