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Banco de México

Alberto Pani[editar]

Política Económica en el Banco de México.[editar]

En febrero de 1932 inicia su gestión hacendaria Alberto J. Pani, quien le da un giro de 180 grados a la política económica del país. En contraposición a la administración anterior, la consigna ahora no es de contracción sino de reflación y largueza monetaria. Según el testimonio del propio Pani, en este programa de auge el billete estaba llamado a jugar un papel de respaldo importante: “Estas emisiones de billetes —signos de cambio fácilmente transportables y superabundantemente garantizados— ejercerán una buena influencia y muy sensible sobre la crisis monetaria y económica, tanto por la flexibilidad que darán al rígido stock metálico circulante como por un derrame adicional de capitales sanos”.

"Sin embargo, a pesar de la reorientación en la estrategia económica, la ley del Banco de México de 1932 no introduce ningún cambio en el régimen legal del billete. Lo realmente extraordinario es que no se modificara la regla de emisión que señalaba que el billete expedido a cambio de oro lo sería a la paridad legal, o sea a razón de 75 centigramos de metal por peso".[1]

Quien sabe qué billete es pero se ve chido

A partir de febrero de 1932 el monto de títulos circulatorios del banco en poder del público empieza a mostrar un crecimiento notable. Mientras que en enero de ese año la emisión asciende a 1.6 millones de pesos, para marzo ha llegado a 10.6 y en diciembre a 42 millones.

El precepto que condicionaba la emisión por canje de oro a la paridad teórica del peso con ese metal fue finalmente abrogado en marzo de 1933. Esa reforma a la ley del Banco de México indicaba que, en adelante, la emisión que se realizara a través de la operación anterior se efectuaría “a los precios o tipos de cambio” que autorizara el Consejo de Administración, dentro de los límites señalados por la Secretaría de Hacienda. Empero, esta modificación no parece haber incidido en la expansión de la circulación monetaria no metálica. De junio de 1932 a marzo de 1933 (fecha de la reforma legal anterior) el monto de billetes en el acervo monetario creció a una tasa mensual de 21.7%. No obstante, a partir de aquel momento en que la emisión supuestamente debería haberse incrementado, el ritmo mensual de crecimiento fue de sólo 4.4%. Durante 1934 esa tasa de desarrollo marcó un promedio por mes de 2.33%, llegándose al final de ese año a una cifra de billetes en circulación ligeramente superior a 100 millones de pesos.[2]

  1. «Historia del Banco de México». www.banxico.org.mx. Consultado el 6 de septiembre de 2022. 
  2. «Historia del Banco de México». www.banxico.org.mx. Consultado el 6 de septiembre de 2022.