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Nicolás Wetzell Romero
Festival Cristal de la Canción Criolla 1961
Información artística
Otros nombres El Mago del Laúd
Género(s) Música criolla
Período de actividad 1925-1975
Artistas relacionados Alcides Carreño, Felipe Pinglo Alva, César Miró, Amparo Baluarte, Alicia Lizárraga
Web
Sitio web nicolaswetzellmusic.com

Nicolás Wetzell Romero, Lima, Perú, 3 de febrero de 1898 - 23 de mayo de 1987, fue un compositor y laudista de música criolla de la Guardia Vieja conocido también como el Mago del laúd.

Biografía[editar]

Es innegable que el sino más o menos glorioso de un artista alejado de su período de apogeo depende de factores de éxito difícilmente sostenidos con el paso del tiempo y con el relevo de las generaciones. Casos como el de Nicolás Wetzell Romero, no contradirán lo cierto de una tal aserción.

A través del siglo veinte la sociedad peruana avanza enfrentando vicisitudes y paga un elevado costo social por causa de inestabilidad política y de un subdesarrollo endémico en muchos sectores de nuestra población. Dentro de este panorama poco es el espacio disponible para el florecimiento y la consolidación de una cultura musical popular en la cual los gestores y los actores de la performance logren alcanzar niveles de vida satisfactorios.

A pesar de esto, Nicolás Wetzell realiza una carrera artística de casi 60 años viviendo enteramente de su oficio artístico y obteniendo marcado reconocimiento por un período de al menos 30 años. Fiel a su tiempo, se da a conocer en un inicio como trovador criollo en un sinnúmero de serenatas y jaranas en la Lima de los años 20 como laudista. A mediados de esta década, decide elevar sus ambiciones musicales y forma el primer sexteto de laudes del Perú llamado “Tocatina”.

Primer Sexteto de laudes 1925

Este hecho le brinda su primera gira internacional a Chile, Argentina y Bolivia.

Mención aparecida en el artículo "Los barrios altos: un espacio de lima. siglos xix-xx" publicado en la revista Boletin IRA Núm. 32 (2005) de la PUCP: "También se apoyó lo nuestro, lo nacional, difundiendo nuestra músíca criolla, como el festival que se realizó en el Teatro Lima el 8 de mayo de 1926: "a beneficio del músico Nicolás Wetzell contándose con la participación de Felipe Pinglo, el dúo Montes y Manrique, Los Hermanos Vilela, Carlos Saco, Guillermo Acosta, Juan Araujo y otras figuras más del criollismo de la época aquella" [1]


En una época de nuestra canción urbana en la que la guitarra se limitaba a un rol de acompañamiento, el laúd de Wetzell lidera localmente sobre los aires criollos de moda y participando activamente al nacimiento de la radiodifusión en el Perú, desde la OAX hasta la posterior Radio Nacional pasando por Radio Dusa hasta Radio Central, Wetzell se revela como un diestro ejecutante de su instrumento, alternando acompañamiento con performances solísticas que lo destacan y acrecientan su fama.

Como lo dice Rosa Dolores Ascoy, del dúo La Limeñita y Ascoy:

Ese mismo año, 1937, Radio Dusa organizó un concurso y entramos nosotros de puro valientes porque competían connotadas figuras. Pero quiso Dios que los periodistas tomaran en consideración nuestro número para el primer premio, que consistió en una guiatrra de doce cuerdas. Yo la mimaba pero era muy grande para mí”, prosiguió demostrando una buena memoria. “Así seguimos- continuó Alejandro- y un 30 de agosto el “Gaucho” Aprile organizó un festival en el Teatro Municipál que sirvió para el debut de “La Limeñita y su Conjunto”. Además de nosotros, integraban el conjunto Filomeno Ormeño en el piano, Nicolás Wetzell en el laúd y Carlos Bahamonde en el cajón. Llegamos a actuar en todas las salas de Lima, Callao y Balnearios”.[2]

Como dice Oscar Avilés: “Cuando tenía 13 años mi papá me dijo que no quería que aprenda a tocar guitarra, que primero eran los estudios, pero un día mi mamá me encontró tocando dentro del ropero y me llamó la atención. Eso sirvió para que mi padre se diera cuenta de que era lo mío. Un año después, me inscribió en el Conservatorio Nacional de Música y contrató al profesor Isidoro Purizaga para que me diera clases particulares. Ese fue el día más feliz de mi vida”. Luego fueron sus maestros Nicolás Wetzell, Otiniano, Morales y otros.[3]

A partir de 1937, y durante un cuarto de siglo, colabora con Radio Nacional como parte del elenco estable y acompaña a toda figura destacada de la canción criolla e internacional de esas décadas.

Posteriormente y durante la que sería considerada como la época de oro de la radio, Wetzell asume la dirección musical contando en su formación con figuras de la talla de Filomeno Ormeño o de Alcides Carreño ente otros. Bajo la dirección general de César Miró, y en un momento aún lejano de lo que serían las primeras transmisiones televisivas en nuestro medio, la emisora produce programas radiales en vivo que suscitan gran interés popular.

Paralelamente a sus actividades como laudista, Nicolás Wetzell, músico autodidacta, se revela como compositor de fina inspiración. Caracterizándose por el corte de sus melodías y por la sofisticación armónica de sus modulaciones, la obra de temas que empieza a realizar hará ulteriormente de él, uno de los principales representates del movimiento criollo de la “Guardia Vieja”. Entre sus preferidos contertulios de esos tiempos se encuentran Felipe Pinglo Alva, Carlos Saco, Eduardo Márquez Talledo y Pedro Espinel entre otros.

A fines de los años 30, comienza una fructífera colaboración con la poetisa Amparo Baluarte (Moquegua1926-Lima1992), con quien Wetzell acentúa su popularidad como compositor a través de variados éxitos durante lustros. A mediados de los cuarenta, esta asociación creativa lo lleva a triunfar con el pasillo “Plenilunio” en un concurso internacional de canciones latinas organizado por la radio Schenectady de Nueva York haciéndose acreedor a un premio de dos mil dólares y a un contrato de edición con Peermusic international.

Poema manuscrito de Amparo Baluarte, dedicado a Nicolás Wetzell:

Tocatina

Es también a mediados de los cuarenta que Nicolás Wetzell obtiene importantes logros artísticos participando a los inicios de la entonces joven revelación y hoy leyenda de la coloratura exótica-popular Yma Sumac. Formando parte de “Inka Taki”, grupo que la acompaña bajo la dirección de Moisés Vivanco, viaja en una gira triunfal por Centro y Norteamérica en la que sobresalen los conciertos dados en el Palacio de Bellas Artes (Ciudad de México). A la separación del grupo, Wetzell continuará actuando como solista con singular acogida en las emisiones radiofónicas de la XEW de la misma ciudad, alternando con figuras de la talla de Agustín Lara y acompañando al cantante Jorge Escudero. Luego, durante casi dos años recorrerá las principales estaciones de radio, desde Guatemala hasta Venezuela demostrando su arte interpretativo con marcado éxito.

La Lima de los años cincuenta le ofrece una cierta estabilidad de trabajo gracias a una bonanza relativa en el momento. Es así que Wetzell, en paralelo a su actividad radial, forma parte de distintas agrupaciones y orquestas destinadas a amenizar galas, fiestas privadas y hasta reuniones protocolares oficiales con la ahora desaparecida Sinfónica militar. Con la orquesta del maestro argentino Rodolfo Coltrinari, contando con la primera voz de Roberto Tello, anima por varias temporadas los almuerzos mundanos del restaurante La Cabaña y las veladas de distintas boîtes de moda de la capital.

Nicolás Wetzell con Alicia Lizárraga

A fines de esta década, el desarrollo de la industria fonográfica peruana se manifiesta en crecientes producciones discográficas de distintos intérpretes, muchos de los cuales solicitan temas de Wetzell, consolidándolo por esos tiempos como un compositor de Moda. Un ejemplo de esto último es que cuando Gladys Zender es coronada Miss Universo, una iniciativa de la casa editorial La Rosa Hermanos y de Rosa Elvira Figueroa busca rendirle homenaje dedicándole una canción a su triunfo y belleza. Wetzell es solicitado para musicalizar los versos de Doña Catalina Recavarren y es así que nace el vals “Vale un Perú”, el cual es grabado por el dúo de moda Los Troveros Criollos, conformado por Lucho Garland y Jorge Pérez.

Los sesentas permiten a la televisión desarrollarse en detrimento de la radio que comienza a perder vigencia. En el formato de la canción criolla y desde hace ya más de diez años, la guitarra a reemplazado el rol de líder que tenía el laúd en épocas anteriores. Nicolás Wetzell, que avanza en edad, cesa sus actividades y se torna hacia la enseñanza de la guitarra en su domicilio. Esta actividad complementaria le permitirá vivir dignamente hasta pocos años antes de morir, logrando por períodos, principalmente en los años setenta, afluencias importantes de alumnos entre los cuales hoy destacan: Willy Terry, la cantante y presentadora Cecilia Barraza.

Caricatura regalada a Nicolás Wetzell Romero durante su participación en el programa 24 Horas de Panamericana Televisión, Lima, Perú 1979.

Durante las últimas dos décadas de su vida, la prensa le consagra de vez en cuando un artículo y diversos programas televisivos de variedades o de enfoque hacia la música popular nacional, desde Perú 69 hasta 24 Horas, lo invitan para departir sobre anécdotas de antaño. Por otro lado, las municipalidades de Lima, del Rimac, de Lince, de Jesús María, de La Victoria, de Surco y de Miraflores le rinden homenaje por su trayectoria artística durante ceremonias conmemorativas de efemérides peruanas. Posteriormente, y casi a la postre de su vida, la casa discográfica El Virrey le ofrece su primer contrato de grabación y a los ochenta y dos años graba, algo lejos de su período de apogeo, su primer LP titulado “Laúd Peruano”.

En 1984, Nicolás Wetzell recibe el reconocimiento del Círculo de Cronistas del espectáculo del Perú que le otorga el premio “Circe” honorífico por su carrera artística y por su valiosa contribución a la cultura popular peruana.

A mediados de los años ochenta su salud se deteriora. En febrero del ochenta y siete, Wetzell es internado inconciente en el hospital militar en donde luego de tres meses de agonía muere el día 23 de mayo 1987 .[4]

Obras[editar]

  1. No quiero recordar (Nicolás Wetzell / Amparo Baluarte)
  2. Olvido (Nicolás Wetzell / Amparo Baluarte)
  3. Delirando (Nicolás Wetzell / Amparo Baluarte)
  4. Noches de serenata (Nicolás Wetzell / Amparo Baluarte)
  5. Mágica flor (Nicolás Wetzell / Amparo Baluarte)
  6. Quisiera ser (Nicolás Wetzell)
  7. Tiernamente (Manuel Acosta Ojeda / Nicolás Wetzell)
  8. Noche triste (Nicolás Wetzell)
  9. Amar y soñar (Nicolás Wetzell)
  10. Cuando tú no estás (Nicolás Wetzell)
  11. Cuando baila mi morena (Nicolás Wetzell)
  12. Festejón (Nicolás Wetzell)
  13. Juventud que te vas (Nicolás Wetzell / Amparo Baluarte)
  14. Siemprevivas (Nicolás Wetzell / Amparo Baluarte)
  15. Noche criolla (Nicolás Wetzell / Amparo Baluarte)
  16. Espérame (Nicolás Wetzell)
  17. Así será mi suerte (Nicolás Wetzell / Amparo Baluarte)
  18. Fantástica (Nicolás Wetzell / Amparo Baluarte)
  19. Vale un Perú (Nicolás Wetzell / Catalina Recavarren)

Referencias[editar]

Véase también[editar]

Enlaces externos[editar]

Bibliografía[editar]

SERRANO, Raúl;VALVERDE, Eleazar. El Libro de Oro del Vals Peruano. Editores Impresores S.R.L. 2000.


Categoría: Compositores de Perú Categoría: Cantantes de música criolla de Perú