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Olea (Cantabria)

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Olea
entidad singular de población
País  España
• Com. autónoma  Cantabria
• Provincia  Cantabria
• Municipio Valdeolea
Ubicación 42°56′22″N 4°11′16″O / 42.939444444444, -4.1877777777778
• Altitud 1010 m
Población 43 hab. (INE 2012)
Código postal 39418
Ara dedicada por Flavia Genciana proveniente de Olea.

Olea es una localidad del municipio de Valdeolea (Cantabria, España). La localidad se encuentra a 1010 metros de altitud sobre el nivel del mar, al sur del extremo oriental de la Sierra de Híjar y a 10 kilómetros de la capital municipal, Mataporquera. En el año 2012 contaba con una población de 43 habitantes (INE).

Paisaje y naturaleza

El casco urbano de Olea se estira disperso a lo largo de casi un kilómetro de distancia en un eje este/oeste marcado por la carretera comarcal de Valdeolea. Por el flanco norte se encuentran las primeras cuestas del Endino y su cumbre cubierta de espeso robledal. Hacia el sur la situación en leve ladera de Olea permite descubrir una bella panorámica sobre la vega del Camesa y sus montes circundantes.

Patrimonio histórico

En el barrio alto, situado en el extremo oriental del pueblo, se encuentra la ermita románica de San Miguel declarada Bien de Interés Cultural en el año 1979. Es modesto edificio, construido en su mayor parte en sillarejo y mampostería, con unas características rurales alejadas del románico “clásico” que vemos en otras iglesias de Valdeolea como San Martín de Hoyos o Santa María de Las Henestrosas, por ejemplo. Consta de una sola nave, ábside semicircular o semielíptico y espadaña a los pies, sin añadidos de otras épocas que confunden la pureza de su fábrica. La decoración exterior es tan solo a una imposta de billetes bajo el alero y a la portada de arco triunfal, apoyada en toscas columnas con capiteles historiados ejecutados sin mucha pericia, al igual que un cristo crucificado incrustado en el muro, más allá de la enjuta. En 1980, durante las labores de restauración de la ermita, se encontró en el muro del ábside un ara romana de unos 45 cm de alto que en la actualidad de exhibe en el interior. La inscripción de su frente no ha sido descifrada por entero con satisfacción, si bien pare clara la dedicación al conjunto de los dioses de la época romana.

En el otro extremo de Olea, se levanta la iglesia de Santa María. Se mezclan elementos de distintas épocas entre el siglo xiii y el xviii que establecen un atractivo diálogo estilístico. Del siglo xiii, todavía con una dependencia clara de las formas románicas, se conserva el pórtico, con su portada abocinada al este, y parte del muro norte que remata en canecillos de proa de nave, a excepción de uno con representación de un lobo con una oveja entre las fauces. De esta misma época podría ser también la portada de ingreso a la nave, también abocinada, pero esta vez con arcos apuntados. En el siglo xvi se acomete una importante reforma en el templo, dotándolo de la nave y la cabecera poligonal reforzada con contrafuertes radiales. El goticismo se acusa en las proporciones un tanto estiradas y en la cubierta con bóveda neovada. Las ventanas alargadas que se abren a la nave, aunque góticas en proporción, se tintan de ecos renacentistas en el tipo de molduras utilizadas y en la opción por el arco de medio punto. Ya en época barroca, posiblemente en el siglo xviii, se concluye la iglesia con el añadido de la sacristía y con la magnífica torre de los pies de cuatro cuerpos, el bajo con arco a modo de pasadizo y los dos últimos con troneras bajo cornisa con pináculos de bolas de recuerdo herreriano.

En Olea se celebra un encuentro internacional de Rabelistas. El pueblo se convierte en el hervidero musical de la tradición y la evolución de este instrumento milenario. También desde aquí se da comienzo a la Ascensión al Endino (SL-S 30) o bien desde San Martín de Hoyos.

En Olea se puede comer, dormir y degustar la hogaza de horno de leña que lleva su nombre.