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Municipium

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Un municipium era la segunda clase más alta para una ciudad romana, y tenía un estatus inferior a la colonia romana. Dentro del contexto del Imperio romano un municipium se establecía en las zonas más romanizadas (provincias senatoriales). Un municipum mantiene y adopta las instituciones políticas y administrativas romanas pero no tienen el mismo prestigio que una colonia romana. De hecho, aunque el funcionamiento es igual al de Roma y los ciudadanos tienen los mismos derechos que cualquier romano en las colonias, los municipios necesitan una reestructuración o reordenamiento jurídico-político para poder considerarse legalmente una ciudad romana.[1]

Etimología

Etimológicamente su nombre deriva del verbo amurallar (munire), por lo que estaría significando ciudad amurallada, frente a otras entidades urbanas no amuralladas como los fundus, villas (vicus) o ager.

En la estructura política

Si se desea definir la estructura política del Imperio romano, lo más correcto es acudir a la explicación que ofrece en la segunda mitad del siglo II un orador y senador oriundo de Grecia, que afirma que es un conjunto de ciudades coordinadas por la autoridad imperial.

En efecto, la organización política básica del Imperio romano siempre fue la ciudad, y ello se debe a dos realidades complementarias, Roma era una ciudad-estado, desarrollada en un mundo de ciudades-estado (preferentemente las polis griegas), que se había adaptado de forma imperfecta a ser un gran imperio territorial, y que, por lo tanto, tendía a reproducir su propia estructura en todas partes. Además, el estado romano no desarrolló nunca una verdadera burocracia capaz de controlar totalmente su inmenso territorio y sus numerosos habitantes, por lo que sistemáticamente delegó en las autoridades locales, preferentemente de las ciudades, numerosas atribuciones que nosotros consideramos propias de un poder centralizado.[2]

Modelo aplicado

El modelo que aplicó creando o reformando ciudades por todos los territorios a ella sometidos ya había sido ensayado por la República romana en Italia a lo largo de los siglos VI a I a. C., creando cuatro clases de ciudades: colonias, municipios, ciudades aliadas, y ciudades sometidas.

Organización de ciudades

Las ciudades organizadas de forma romana eran las colonias y los municipios, mientras que las aliadas y las sometidas conservaban su organización original, aunque con el tiempo tendían a asimilarse a la de las ciudades romanas.[3]

Sus ciudadanos

Sus ciudadanos no eran completamente ciudadanos romanos (pero sus magistrados podían serlo después de su retiro), pero ellos tomaban parte de las tareas de los ciudadanos completos en términos de responsabilidades de pagar impuestos y el servicio militar. Un municipium era gobernado por un consejo de cuatro oficiales electos anualmente.

Ejemplo actual

Un ejemplo de municipium es la actual Malta.

Referencias

  1. Tratado de la Posesión según los principios de Derecho Romano. M.J.C. Savigny, 1845.
  2. Explicación Histórica de las Instituciones del Emperador Justiniano. Ortolan, 1847.
  3. Diccionario de jurisprudencia Romana. Manuel Jesús García Garrido, 1982.