Masculinidad tóxica

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Según teoría de aprendizaje social, enseñar a los chicos a suprimir emociones vulnerables, como cuando se les dice "los chicos no lloran", es una forma común de socialización de género en la sociedad occidental.[1][2]

La masculinidad tóxica es un concepto utilizado en psicología y feminismo para referirse a ciertos comportamientos de los hombres que pueden generar cierto daño a la sociedad, incluyendo a los propios hombres.[3][4]

A los hombres tradicionalmente se les suele asociar el estereotipo de ser más dominantes o competitivos. Sin embargo, pueden considerarse conductas "tóxicas" cuando se muestran junto a actitudes misóginas, homófobas o que promuevan la violencia, incluyendo la agresión sexual y la violencia de género. A menudo, estas actitudes están presentes desde el comienzo de la socialización de los chicos, normalizando actitudes violentas como forma de relacionarse con otras personas.

La masculinidad tóxica puede estar relacionada con la confianza en uno mismo y la represión emocional y, éstas a su vez, con ciertos problemas psicológicos que son más frecuentes en los hombres, tales como depresión, estrés o abuso de sustancias.

Sin embargo, otros estereotipos que también suelen estar asociados a los hombres, como la entrega al trabajo, el orgullo de destacar en los deportes o ser el principal sostén de la familia no son considerados "tóxicos" per se. El concepto de masculinidad tóxica no pretende demonizar a los hombres o los atributos masculinos, sino simplemente enfatizar los efectos nocivos de ciertos comportamientos.

El término masculinidad tóxica se originó en el movimiento mitopoiético de hombres entre los años 1980 y 1990 como una forma de análisis psicológico y de autoayuda,[5]​ alcanzando gran difusión académica y popular.[6]

Crítica

El término ha sido criticado por varias fuentes, incluyendo los movimientos de los derechos varoniles, ya que muchos consideran que con la frase se critica al concepto de masculinidad en sí como tóxica. Un ejemplo de esto es el comercial de Gillette, dónde se criticaba a la masculinidad tóxica, el cual causó una máxima perdida de más de 8 mil millones de dólares.[7]

Véase también

Referencias

  1. Levant, Ronald F. (1996). «The new psychology of men». Professional Psychology: Research and Practice 27 (3): 259-265. doi:10.1037/0735-7028.27.3.259. 
  2. Lindsey, Linda L. (2015). Gender Roles: A Sociological Perspective. Routledge. p. 70. ISBN 978-1-31-734808-5. 
  3. Qué es la masculinidad tóxica que empiezan a cuestionar las publicidades. Clarín. 23 de julio de 2018.
  4. ¿Qué es la masculinidad tóxica? y ¿cómo te afecta? Men’s Health. 7 de diciembre de 2018.
  5. Salter, Michael (27 de febrero de 2019). «The Problem With a Fight Against Toxic Masculinity». The Atlantic. 
  6. Flood, Michael. «Toxic masculinity: A primer and commentary». XY. Consultado el 12 de junio de 2019. 
  7. https://www.washingtontimes.com/news/2019/jul/31/gillettes-toxic-masculinity-ad-haunts-pg-as-shavin/