Lex Publilia Philonis

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La lex Publilia Philonis, también conocida como lex Publilia de 339 a. C. o leges Publiliae Philonis de plebiscitis et ? fue una ley romana votada y aprobada en 339 a. C. por iniciativa del dictador romano Quinto Publilio Filón, estableciendo que, en lo que respecta a las rogaciones legislativas, la auctoritas patrum debe preceder a la votación de los comicios centuriados y no seguirla.[1]

Contexto[editar]

En los comienzos de la República romana, el patriciado, que representaba una clase dominante cerrada y tenía el control del poder judicial más elevado. Entre los siglos V y mediados del IV a. C., los plebeyos lucharon con el objetivo de reivindicar sus propios derechos.[2]​ Una primera conquista de los plebeyos tuvo lugar tras la amenaza de secesión de Roma al retirarse al Monte Sacro en 494 a. C., que dio lugar al nacimiento de los tribunos de la plebe y los concilia plebis, órganos del poder plebeyo. En el 451 a. C., se creó la magistratura extraordinaria de los decemviros, que redactaron las primeras leyes escritas, conocidas como las XII Tablas.[3]​ En el 444 a. C., además, se estableció el tribuno militar con poder consular, de forma que, a través del elemento militar, los plebeyos lograron abrirse el camino a la consecución del imperium. Con las leges Liciniae-Sextiae del 367 a. C. se aseguraron los plebeyos la posibilidad de llegar al consulado.[4]​ Tras este largo proceso, nació una nueva clase política, la patricia-plebeya, es decir, la nobilitas.

Los dos cónsules del año 339 a. C. eran Quinto Publilio Filón, plebeyo, y Tiberio Emilio Mamercino, patricio. Tito Livio señala que "pensaron más en su interés y su partido en la República, que en la propia patria". De hecho, después de derrotar a los latinos, al primero se le otorgó el triunfo mientras que el segundo marchaba contra una ciudad enemiga, pero al enterarse del honor otorgado a su colega, se volvió rápidamente para reclamar también el triunfo, sin haber finalizada la guerra o tomada la ciudad enemiga. Se opuso al senado de la República y prefirió abstenerse de cualquier acción y pasó el final de su mandato denunciando al senado. Este último ordenó a los dos cónsules que designasen un dictador para poner fin a la guerra, y Emilio Mamercino nombró a su colega Publilio Filón.[5]

Publilio Filón como dictador, fue el segundo plebeyo en la historia, en acceder a esta magistratura. Aprobó, formando parte del largo proceso de luchas plebeyas-patricias, tres leyes muy favorables a la plebe, reduciendo el poder de los patricios y, por tanto, del Senado:[5]

  • Obligación de que uno de los dos censores sea plebeyo y posibilidad de que los dos cónsules sean plebeyos.
  • Aprobación previa del Senado y las curias para los proyectos presentados a los comicios.
  • Obligación de los patricios de someterse a los votos de los plebiscitos.

El primer censor plebeyo fue también Quinto Publilio Filón, en el 332 a. C., en virtud de su propia ley.[6]​ Sin embargo, se aprobaría después otra ley que limitaba la elección de senadores de la República a los antiguos magistrados curules: la Lex Ovinia.

Véase también[editar]

Referencias[editar]

  1. Rotondi G., Leges Publicae populi Romani, Olms, Hildesheim, 1962, pp. 226-227.
  2. Piganiol A., Le conquiste dei romani, Il saggiatore, Milán, 1976, pp. 168-171; Scullard C. M. y Howard H., Storia di Roma, Il Mulino, Bolonia, 1981, pp. 143-149, pp. 153-157, pp. 176-184.
  3. Piganiol A., Le conquiste dei romani, cit., pp. 108-112; C. M., Howard H., Storia di Roma, cit., pp. 149-153.
  4. Rotondi G., Leges Publicae populi Romani, cit., pp. 216-217.
  5. a b Tito Livio, Ab Urbe condita, Libro VIII, 12.
  6. Tito Livio, Ab Urbe condita, Libro VIII, 17.