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Huerto frutal

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Cultivo de manzanas en un huerto frutal.

Un huerto frutal es un área de terreno dedicado al cultivo de árboles o arbustos que producen frutos para la producción de alimentos.

Los huertos frutales forman también, a veces, parte de grandes jardines, donde llegan a tener una utilidad principalmente ornamental y estética. Un jardín frutal es generalmente sinónimo de huerto frutal, a pesar de situarse a pequeña escala y destaque su producción en bayas arbustivas, más que en árboles frutales.

Para la creación de un huerto frutal es necesario examinar las características del terreno, teniendo en cuenta las características del suelo, la orografía y el clima de la región, para poder cultivar los árboles o arbustos más adaptados a la zona para obtener la máxima productividad.

Los árboles y arbustos son especies perennes y leñosas, dividiéndose en dos grandes grupos de hojas caducas y de hojas perennes, cada una con un ciclo biológico diferente.

A efectos de productividad de la plantación, se debe tener en cuenta la preparación del suelo y, si fuese necesario, dependiendo de la zona de cultivo, la preparación de un sistema de riego, en función de sus necesidades hídricas. El estudio de la polinización también juega un papel central en el desarrollo del huerto frutal.

El estudio del clima en el que debe desarrollarse el huerto debe tener en cuenta sus variaciones, para dotarse de las técnicas que pueden luchar contra el cambio repentino del mismo. Los huertos frutales deben combinar instalaciones adecuadas para proteger las flores y la maduración de los frutos. En zonas templadas no son raras las heladas tardías que pueden afectar a la floración de los árboles, así como durante el verano, no se debe subestimar el riesgo de granizo repentino que puede dañar la maduración de la fruta. En zonas de clima frío, se pueden limitar los riesgos mediante la selección de variedades más resistentes a las heladas, como plantas más rústicas o de floración más tardía.

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