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Gaueko

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Eguzkilore en la puerta de un caserío en el País Vasco.

En la mitología vasca, Gaueko ("de la noche") es no solo la representación de la noche, sino también el dios de las tinieblas, se le representaba como una presencia invisible, un lobo negro (otsobeltza ó otsobaltza) que a veces se levanta sobre dos patas, u otro tipo de animal; como la vaca, la lechuza, o la oveja. Podemos deducir que al igual que Mari es un ser capaz de cambiar de apariencia (o sea un ser zoomórfico), y dominar los elementos, aunque nada puede hacer contra su señora. Se decía que comía pastores y ovejas, y por ello se le temía. Por el miedo que inspiraba a los que vivían por la zona, los humanos pidieron a Mari que los ayudase. Ella les bendijo con la luz de su primera hija, Ilargi (la luna), pero su luz era insuficiente y los humanos pidieron de nuevo a Mari su ayuda, esta vez la Diosa les bendijo con su segunda hija, Eguzki (el sol). Pero la noche siguió siendo peligrosa, y Mari bendijo con su protección cualquier morada que tuviese una Eguzkilore ("flor sol", Carlina acaulis, flor parecida al cardo muy abundante en el País Vasco) en la entrada, si algún espíritu maligno pretendía entrar en la casa y encontraba una Eguzkilore, tenía que pararse para contar los numerosísimos pelos o brácteas de la inflorescencia y el día le sorprendía sin haber terminado su tarea.

Reinado

Su reinado comienza desde la medianoche hasta el amanecer, mientras que el resto del día le pertenece al ser humano. Durante ese tiempo reina con su propia ley, que especifica que ningún hombre o mujer debe abandonar la protección ancestral del hogar, presumir o robar.[1][2]​ Sus cómplices podían ser Sorginak, Jentilak o incluso el mismo Basajaun.

Leyendas

En un caserío de Ataun una hilandera fue retada por sus compañeras, y esta aceptó. Su reto tenía como objetivo el llegar a la fuente más cercana y traer agua fresca. Cuando partió y se internó en la expesura del bosque se oyó un grito, y una brisa aterradora trajo el que sería el himno de Gaueko: "La noche para los de la noche y el día para los del día" (Gaua gauekoentzat eta eguna egunekoentzat).[3]

En Oiartzun otra joven fue en busca de agua a la fuente, y aunque su familia la esperó solo se encontró de ella el caldero en el que portaba el agua, aunque esta vez lleno de sangre.

En Berástegui, una joven llamada Kattalin (Catalina), abrió la ventana del caserío de Elaunde para hilar a la luz de la luna, pero antes de poder reaccionar fue secuestrada por un grupo de jentilak que la llevaron a una sima cercana y la asesinaron mientras gritaban: "La noche para Gaueko y Kattalin para nosotros".

En otra leyenda, un carbonero de Eskoriatza se tropezó por la noche con un toro que bloqueaba el sendero, tras intentar pasar tres veces y pedirle a la bestia que le dejase pasar el toro se puso en pie y persigió al hombre gritando: "La noche para los de la noche y el día para los del día". Aunque este último consiguió escapar de Gaueko.

Referencias

Enlaces externos

  • Web Mitología de Vasconia: Gaueko.
  • Enciclopedia Auñamendi: Gaueko.