Francisco del Rivero

De Wikipedia, la enciclopedia libre
Esta es una versión antigua de esta página, editada a las 16:23 26 sep 2013 por Marcelo (discusión · contribs.). La dirección URL es un enlace permanente a esta versión, que puede ser diferente de la versión actual.
Francisco del Rivero
Información personal
Nacimiento 1757 Ver y modificar los datos en Wikidata
Cochabamba (Virreinato del Perú, Imperio español) Ver y modificar los datos en Wikidata
Fallecimiento 1813 Ver y modificar los datos en Wikidata
Cochabamba (Provincias Unidas del Río de la Plata) Ver y modificar los datos en Wikidata
Información profesional
Ocupación Militar Ver y modificar los datos en Wikidata
Lealtad España, Provincias Unidas del Río de la Plata
Rango militar Brigadier
Conflictos Guerras de independencia hispanoamericana, Expediciones Auxiliadoras al Alto Perú

Francisco del Rivero fue un militar y hacendado del Alto Perú, hoy Bolivia, que protagonizó la primera revolución de Cochabamba en septiembre de 1810 y tuvo una destacada participación en la fase inicial de la lucha por la emancipación en ese territorio.

Biografía

Francisco del Rivero, hijo primogénito del General Francisco del Rivero y Dña. Manuela Muguertegui. Nació en Cochabamba, Alto Perú, siendo bautizado el 16 de Abril de 1758 a la edad de 8 meses, según costa en su partida de bautismo.

Contrajo nupcias con doña Sebastiana Nogales y tuvo tres hijos, a saber, Manuel Mariano, Teodoro y María.

Se dedicó a la carrera de las armas y el 15 de febrero de 1783 fue promovido al grado de capitán graduado de infantería del Real Ejército.

En 1802 revistaba como comandante del regimiento de caballería de esa plaza, y en 1803 era designado regidor alcalde provincial

Revolución de Cochabamba (1810)

En el año de 1810, José Gonzales de Prada fue nombrado gobernador de Cochabamba tras fallecer Francisco de Viedma. Prada dio comienzo a sus funciones persiguiendo a los sospechosos cochabambinos que habían tomado parte en los sucesos revolucionarios del 25 de mayo de 1809 en Chuquisaca, entre ellos a Francisco Vidal y Manuel Urquidi.

También decidió mandar a Oruro, como sospechosos a Francisco del Rivero, Esteban Arze y Melchor Guzmán, con el pretexto de que allí desempeñarían cargos honrosos y bien dotados. Habiendo llegado a Oruro estos tres personajes, la autoridad local iba a desterrarlos en cumplimiento de órdenes secretas de Gerónimo Marrón de Lombera (comandante de armas y coronel del regimiento provincial de caballería), y para lo cual esperaba solamente la llegada del coronel Basagoitia, que, procedente del Bajo Perú, debía llegar pronto capitaneando las fuerzas mandadas por el Virrey Abascal que marchaban al sur en auxilio de Nieto. Empero, apercibido Rivero de esas maquinaciones, merced a doña Lucia Aseui, avisó a sus compañeros y, durante la noche, escalaron las paredes del edificio en el que se encontraban, salieron de Oruro con dirección a Cochabamba. A mediados del mes de agosto los fugitivos de Oruro llegaron a Tarata. Desde allí les fue posible ponerse en relación con muchos cochabambinos, para trabajar a favor de la independencia. Carrasco, Oropeza, Montesinos, Oquendo, Arauco y Ferrufino, hubieron de ser los primeros en acoger esas tan generosas aspiraciones.

Los trabajos de los citados caudillos, no solo tenían por objeto levantar a los pueblos, sino también conseguir la cooperación decisiva del regimiento que, a las órdenes de Lombera, guarnecía la capital de la provincia y al cual pertenecían Esteban Arze y Guzmán Quitón, el primero como capitán de la sexta compañía y el segundo como alférez. Además, los directores del movimiento que se iniciaba sabían que el mencionado regimiento, debía dirigirse en breve al sur, para incorporarse a las tropas de Nieto que esperaban refuerzos en Tupiza, a fin de abrir campaña contra el primer ejercito auxiliar de Buenos Aires, comandado por Castelli, y quisieron aprovechar de tan ventajosa coyuntura para despertar ideas de resistencia en la fuerza armada empujándola resueltamente a la revolución.

En efecto, la mañana del 14 de septiembre de 1810, el coronel Francisco del Rivero junto al alférez Melchor Guzmán, a los tenientes Esteban Arze y Bartolomé Guzmán, aparecieron en Cochabamba a la cabeza de una fuerza de mil hombres y auxiliados por todos los patriotas de la ciudad que, dirigidos por Oquendo, Montecinos, Oropeza y Arauco volaron a su encuentro. Se presentaron a caballo en la puerta del cuartel, apoderándose fácilmente de la tropa y de las armas, merced a la feliz circunstancia de que el regimiento estaba decidido de antemano por la nueva causa y no se derramó ni una gota de sangre.

Al tomar el cuartel se dirigió a la tropa y con enérgica dulzura dijo a los sorprendidos soldados que se juntaron en el patio: “Hijos míos, os quieren mandar a combatir contra la Patria. No saldréis de aquí sino conmigo y para defenderla con lustras armas. ¡Viva la Patria!” Y el local invadido de soldados y pueblo todos contestaron “¡Viva la Patria!”.

El 19 de septiembre de 1810, Francisco del Rivero fue nombrado Gobernador mediante cabildo abierto y aclamación pública. Como nuevo gobernador correspondió satisfactoriamente a la confianza del pueblo. En efecto, todos los esfuerzos de Rivero se encaminaron, desde entonces, al triunfo de la revolución.

Tras tomar la ciudad, hacer huir al gobernador intendente José González de Prada y detener al vicario Gerónimo Cardona y Tagle, al ministro de gobierno y a los vecinos principales del partido español, Rivero negó obediencia al mariscal Vicente Nieto y se batió con los ejércitos realistas al mando de Goyeneche. Tras avanzar sobre Oruro, las fuerzas de Cochabamba vencieron decisivamente en la batalla de Aroma, pese a lo cual sus milicias se dispersaron.

Rivero organizó dos nuevas divisiones que envió contra La Paz (al mando de Bartolomé Guzmán) y Chuquisaca (Manuel de la Vea). La ofensiva impidió a los realistas reforzar sus posiciones en la frontera sur.

El 9 de enero de 1811 la Junta de gobierno de las Provincias Unidas del Río de la Plata lo nombró brigadier general.

Huaqui

Después de la batalla de Aroma, Rivero organizó las divisiones que fueron expedicionadas la una a La Paz, bajo el mando de Bartolomé Guzmán, la otra a Chuquisaca bajo el de Manuel Vea.

El 16 de mayo de 1811, Rivero puesto a la cabeza de las fuerzas cochabambinas y su vanguardia, mandada por Cosme del Castillo, venció a más de doscientos hombres en inmediaciones de Jesús de Machaca. Al día siguiente, José Gonzales, jefe también de la vanguardia de Rivero, derrotó a trescientos enemigos no lejos del pueblo de Pizacoma.

Rivero, que fue el que alcanzó estas victorias, no pudo menos que tomar parte en la batalla de Huaqui el 20 de junio de 1811. En la nota pasada por el a la Junta provincial de Potosí se encuentra la relación de lo mucho que hizo aquella vez. Al presentarse con su división y obligar a los realistas a replegarse a los cerros, ayudó a que las fuerzas patriotas derrotadas pudieran retirarse.

En su parte a la Junta provincial de Potosí, Rivero explica que "mi división del ala izquierda fue destinada por orden del día anterior del señor representante a dirijirse por el puente nuevo a tomar la retaguardia al enemigo con precisa prevención de que no pudiese operar fuera de aquel punto aun en caso de ver derrotado el cuerpo del ejército".[1]

La resistencia

Alto Perú (1812).

El 11 de julio, Goyeneche envió a Rivero una carta requiriendo la sumisión de la ciudad, a la que Rivero respondió el día 18 que tras investigar la "opinión pública" confirmaba que "unánimes se resuelven todos a morir en defensa de su actual gobierno" y exigía el retiro de sus fuerzas a los límites del Virreinato del Perú.

Al no obtener respuesta de Goyeneche, Francisco del Rivero "brigadier de los reales ejércitos, presidente de la junta provincial de Cochabamba, intendente de real hacienda, capitán jeneral de ella, jeneral en jefe de su ejército por la superior Excma.junta de las provincias del Rio de la Plata" publicó una encendida proclama a sus compatriotas, a quienes oía "decir que estáis resueltos a morir o vencer".

En su proclama determinaba "que en la provincia de Cochabamba no quede hombre desde la edad de 16 hasta 60 años que no empuñe la espada para defender los derechos de su soberano i la felicidad común, porque sé mui bien que con solo presentarnos en el inmenso número que formará la provincia por este orden el enemigo ha de retractar sus empresas i dejarnos en la dulce paz a que aspiramos".

A esos efectos, indicaba que "Desde mañana debe principiar nuestra total reunión en los pueblos por barrios i en los campos por haciendas para dirijirnos a las quebradas de Arque i Tapacari, donde se prefijarán nuestras operaciones. Hasta aquellos puntos cada uno debéis proveeros de lo necesario para vuestra subsistencia, ciertos de que seréis pagados de su importe i de vuestros sueldos inmediatamente que nuestros enviados a Potosí regresen con los caudales".

Proclama de Francisco del Rivero en la Gazeta de Buenos-Ayres del 10 de septiembre de 1811.

En su oficio a la Junta de Potosí, confirmaba el rechazo del ofrecimiento de Goyeneche manifestando que "siempre astuto, no ignorando que jamas podrá avanzar por esas provincias si Cochabamba no se lo permite como no le permitirá jamas en unión de la justa causa que defiende i de la atención que le merece la fidelísima villa de Potosí, ha dirigido varios papelones a este gobierno llenos de pomposos prometimientos i de toda la fanfarronada que le es característica ofreciendo una paz que el mismo no entiende como pueda conciliarla[...] Las contestaciones le van claras, i de ninguna esperanza a sus intrigantes miras; i yo i mi provincia conmigo estamos dedicados a no variar un punto de defender la relijion católica, conservar los derechos del señor don Fernando VII en estos dominios, i los de la patria justamente reunida bajo de la autoridad de la Excma.junta".

El 27 de julio la Junta decía a Rivero que el gobierno: "queda reconocido a los grandes sacrificios hechos por V.S. en obsequio de la libertad de la patria". El 2 de agosto la Junta separó del mando del ejército a Antonio González Balcarce y reemplazado por Rivero en razón de que Cochabamba "inflamada por el amor que consagra a D.Francisco del Rivero, es susceptible acaso de ser ella sola la que decida la suerte del Perú [...]. Estas consideraciones le han impulsado a la terminante resolución de elegir a Rivero general de todas las tropas de ese ejército y relevar a D.Antonio Balcarce [...] por [correo] extraordinario se comunica a Rivero el expresado nombramiento insertándole el despacho competente para que Usía como uno de los jefes de ese ejército le haga conocer como es correspondiente a su nuevo rango".[2]

Entre tanto, desconociendo el nombramiento de Rivero, la Junta Provincial de Cochabamba solicitó al representante de la Junta, Juan José Castelli, que fuera Eustoquio Díaz Vélez quien se hiciera cargo del ejército. Díaz Vélez llegó a Cochabamba el 7 de agosto y pasó a Charcas, mientras Rivero permanecía en la ciudad.

Fin de la primera revolución de Cochabamba

El 18 de agosto, después de la derrota de Amiraya, Balcarce ya tenía las órdenes de su relevo y comunicaba a Juan José Viamonte su disposición a marchar a Cochabamba para ponerse a las órdenes de Rivero, manifestando haber enviado órdenes similares a Pueyrredón en Potosí, con la esperanza de que, reunidas las fuerzas patriotas bajo el comando de Rivero, pudieran recuperarse del desastre del Desaguadero.

El 15 de agosto, el cabildo de Cochabamba solicitó al vencedor la cesación de las hostilidades. Rivero, imitando ese ejemplo y sin haber recibido aún su nombramiento, se entrevistaba con Goyeneche, con el único propósito de conseguir de éste la paz y librar al pueblo de las venganzas del ejército realista y las bien conocidas represalias de Goyeneche.[3]

Cuando Goyeneche ocupó Cochabamba, el cabildo ante el hecho adhirió al partido realista. Antonio Allende fue nombrado gobernador y quedó destacada una guarnición de cien hombres al mando del comandante Santiesteban.

El 1 de septiembre, en una de sus últimas acciones, el presidente de la Junta Cornelio Saavedra, al tomar conocimiento de la "unión del general al pérfido Goyeneche, ha suspendido el cumplimiento de la orden superior de 3 de agosto". El general Juan Martín de Pueyrredón comunicó a Buenos Aires "haber degradado a don Francisco del Rivero por su criminal ingratitud a los servicios con que la patria lo había distinguido" y lo declaró reo de estado.

Segundo levantamiento de Cochabamba.

En nota dirigida a Pueyrredón comunicando haber retirado los despachos de brigadier concedidos a Rivero, el mismo Arze dice:

"Cumpliendo con la superior órden de U.S. en su oficio del 22 de enero último, se han recogido a poder del señor Prefecto de provincia don Mariano Antezana los despachos de coronel i brigadier con que la Excma.junta de la capital de Buenos Aires se sirvió condecorar a don Francisco del Rivero, i por el gobierno se procede con rapidez en el seguimiento de su causa; su actual situación me consterna, i deseo que en las justificaciones que produjese a su tiempo, haga ver que sus procedimientos, perjudiciales a su primera opinión, no tuvieron por oríjen la depravación de su voluntad"
Cuartel de Tarata, 1 de marzo de 1812, Esteban Arze, Al señor jeneral en jefe don Juan Martin Pueyrredon.

El 19 de abril de 1812, desde su campamento de Campo Santo, el nuevo comandante del Ejército del Norte, Manuel Belgrano solicitaba a Antezana que remitiera a Rivero a su campamento. Sin embargo, la orden no se cumplió: encontrándose en su finca de Sucusuma sumamente enfermo, fue trasladado a Cochabamba, donde falleció en julio de 1813 en su casa de la esquina noroeste de la plaza 14 de septiembre.

Referencias

Notas

  1. Rivero a la Junta Provincial de la Villa de Potosí, 19 de julio de 1811.
  2. Oficio de la Junta al general Juan José Viamonte, 2 de agosto de 1811.
  3. Desde su intervención en la represión del levantamiento de La Paz de 1809 Goyeneche tenía una bien establecida reputación de crueldad con los vencidos, la que demostraría con creces en la misma Cochabamba tras vencer el segundo levantamiento de la ciudad.

Bibliografía

  • Vicente Osvaldo Cutolo, Nuevo diccionario biográfico argentino (1750-1930), Editorial Elche, 1968.
  • Eufronio Viscarra, "Apuntes para la historia de Cochabamba". 1882.
  • Yaben, Jacinto R., Biografías argentinas y sudamericanas, 1938.
  • José Luis Roca, Ni con Lima ni con Buenos Aires, Plural Editores, 2007.
  • Juan Ramón Muñoz Cabrera, La guerra de los quince años en el Alto-Perú, Imprenta del Independiente, 1867.

Enlaces externos