Gran Priorato de Navarra de la Orden de San Juan de Jerusalén

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Armería del Palacio del Gran Maestre (La Valeta), donde se observa un estandarte colgado frente al ventanal representando la Lengua de Aragón y Navarra.

El Gran Priorato de Navarra de la Orden de San Juan de Jerusalén fue la estructura económico-administrativa que agrupaba las encomiendas bajo la autoridad de un prior que la Orden de San Juan de Jerusalén mantuvo dentro de los límites del Reino de Navarra, desde mediados del siglo XII. Cuando el volumen de donaciones en los reinos hispanos se incrementa, se crean, en 1140, una organización jerárquica vertebrada en los prioratos de Castilla y de Portugal, y en 1153, en el de Cataluña, Navarra y Aragón, gobernados por Guillermo de Belmés. Cuando desapareció la Orden del Temple, las encomiendas templarias fueron recibidas por los hospitalarios.

El priorato estaba adscrito a la denominada lengua de Aragón y Navarra (junto con el Priorato de Cataluña y la Castellanía de Amposta). Hasta 1462 también se incluyeron en esta lengua Castilla, León y Portugal.

Las ocho puntas de la cruz blanca de la Orden de San Juan de Jerusalén simbolizan las ocho bienaventuranzas, las ocho virtudes, que debe poseer un miembro de la Orden y las ocho Lenguas, o grupos nacionales, de sus miembros.

Historia

En el caso particular de Navarra, la Orden recibió unas primeras donaciones del rey de Aragón y Pamplona Alfonso I el Batallador: «un collazo en Astráin (1129), otro en Larraya (1130) y un “palacio” y la iglesia de Santa María en Sangüesa (1131)». Será en el controvertido testamento de este monarca, notablemente concienzado con el espíritu de cruzada, cuando en octubre 1131, nombre como sus herederos y sucesores tanto en su reino de Pamplona como de Aragón, a las tres órdenes principales: la Orden del Hospital de San Juan de Jerusalén, la Orden de los caballeros del Santo Sepulcro y la Orden del Temple, «tanto en el dominio de la tierra, dominatum, como en el gobierno de los hombres, principatum et ius

Tras la muerte de Alfonso el Batallador ambos reinos, Pamplona y Aragón, vuelven a separarse y las tres órdenes militares buscaron soluciones propias en cada caso. En el caso de Aragón concertaron rápidamente con Ramón Berenguer IV (1140-1143) la renuncia de sus derechos sobre el reino recibiendo compensaciones con castillos, villas y tierras. En el caso del reino de Pamplona fue más difícil un acuerdo similar puesto que «la Curia romana no reconoció el título de rey al nuevo soberano ni a su sucesor.» Sin embargo, tanto García Ramírez el Restaurador como Sancho VI el Sabio supieron favorecer generosamente a los hospitalarios: a las donaciones iniciales de Sangüesa y Cizur Menor fueron añadiendo las villas de Cabanillas y Fustiñana (García Ramírez en 1142), así como sus “palacios” de Estella (1165) y la villa de Pedriz (1174) por parte de Sancho VI el Sabio. La conducta ejemplar de los reyes se vio secundada por numerosas donaciones particulares que favorecieron un espectacular incremento de su patrimonio que facilitaron la configuración de las diferentes “encomiendas” y propiciaron la formación del priorato de Navarra.[1]

El Albergue de la Lengua de España y Portugal en la ciudad medieval de Rodas. (Rottiers Bernard Eugène Antoine. Monuments de Rhodes [Album], Brussels, Mme V. A. Colinez, 1828)

Organización

En Navarra, el mapa comendaticio fue definiéndose al compás de las donaciones recibidas y de las actuaciones de los miembros de la Orden durante la segunda mitad del siglo XII para ir diseñando una homogénea y rentable retícula patrimonial (Bonet y Pavón 2013, 24). Si comparamos con Castilla y León las posesiones en Navarra del Hospital de Jerusalén, representan la mitad de las castellanoleonesas, siendo la superficie territorial considerablemente inferior. Dentro del contexto de los siglos XII y XIII, el patrimonio de la Orden parece ser el mayor de todas las órdenes religiosas instaladas en el reino. Sólo el hospital de Roncesvalles y el monasterio de Leyre pueden haber tenido un número de propiedades similar o superior.[2]

Se puede contabilizar que las donaciones realizadas por García y sus nobles fueron principalmente al Temple, mientras que Sancho y su corte lo hizo a los Hospitalarios.[3]

  • En el área de Cizur: Cizur Menor, Galar, Cizur Mayor, Acella, Olza, Esparza, Beriáin y Lecoate.
  • En el área de Estella: Echávarri, Zufía, Bargota, Biurrun, Úcar, Mañeru y Cirauqui.
  • En la Ribera navarra: Calchetas, Casanueva, Pedriz, Cabanillas, Fustiñana y Buñuel.
  • En el área de Sangüesa: Santa María de Sangüesa, Leache, Iracheta e Induráin.
  • En el área de Ultrapuertos: Amat Hospital, Irisarri y Mendive.
  • En el área de Guipúzcoa: Arramel (junto a Tolosa) y Santa Catalina (San Sebastián).

En Navarra, la figura del priorato se configuró a partir de 1172. Para el siglo XII se registró una red formada por 17 encomiendas; en el siglo XIII creció hasta 21; para la decimocuarta centuria la suma alcanzó la cifra de 28, disminuyendo en la centuria siguiente hasta media docena aproximadamente.[4]​. Además, la Orden del Hospital contaba con 14 villas, 21 iglesias y propiedades en más de 250 localidades, a lo que en 1313 sumó todas las propiedades del Temple. El prior estaba a su cabeza, y dependiendo de él un número variable de comendadores, entre los doce y veintiocho, que refleja la flexibilidad y el dinamismo del sistema comendaticio.

Insignia de la Soberana Orden Militar de San Juan de Jerusalén, Rodas y Malta

Véase también

Referencias

Bibliografía

Enlaces externos