Diferencia entre revisiones de «CFC»

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La fabricación y el empleo de CFC fueron prohibidos por el [[protocolo de Montreal]], debido a que los CFC destruyen la [[capa de ozono]]. Sin embargo, la producción reciente de CFC tendrá efectos negativos sobre el medio ambiente por las próximas décadas.
La fabricación y el empleo de CFC fueron prohibidos por el [[protocolo de Montreal]], debido a que los CFC destruyen la [[capa de ozono]]. Sin embargo, la producción reciente de CFC tendrá efectos negativos sobre el medio ambiente por las próximas décadas.


El mecanismo a través del cual los CFC atacan la [[capa de ozono]] es una [[reacción fotoquímica]]: al incidir la luz sobre la [[molécula]] de CFC, se libera un [[átomo]] de [[cloro]] con un electrón libre, denominado ''radical cloro'', muy reactivo y con gran afinidad por el [[ozono]], que rompe la molécula de este último. La reacción es catalítica;(a ver quien copia esto sin leerlo y lo imprime como tarea xD han de ser muchos) se estima que un solo [[átomo]] de [[cloro]] destruye hasta 30.000 moléculas de [[ozono]]. El CFC permanece durante más de cien años en las capas altas de la atmósfera, donde se encuentra el ozono.{{cita requerida}}
El mecanismo a través del cual los CFC atacan la [[capa de ozono]] es una [[reacción fotoquímica]]: al incidir la luz sobre la [[molécula]] de CFC, se libera un [[átomo]] de [[cloro]] con un electrón libre, denominado ''radical cloro'', muy reactivo y con gran afinidad por el [[ozono]], que rompe la molécula de este último. La reacción es catalítica; se estima que un solo [[átomo]] de [[cloro]] destruye hasta 30.000 moléculas de [[ozono]]. El CFC permanece durante más de cien años en las capas altas de la atmósfera, donde se encuentra el ozono.{{cita requerida}}


El descubridor de esta amenaza fue el científico [[México|mexicano]] [[Mario J. Molina]] (1943), quien el 11 de octubre de 1995 recibió el [[Premio Nobel]] de [[Química]] en reconocimiento por sus investigaciones en este campo. El galardón fue concedido también a su amigo y colaborador el químico [[Sherwood Rowland]], de la Universidad de [[California]], artífice con él de estos descubrimientos, y al danés [[Paul Crutzen]], del Instituto Max-Planck de [[Química de Mainz]], [[Alemania]].
El descubridor de esta amenaza fue el científico [[México|mexicano]] [[Mario J. Molina]] (1943), quien el 11 de octubre de 1995 recibió el [[Premio Nobel]] de [[Química]] en reconocimiento por sus investigaciones en este campo. El galardón fue concedido también a su amigo y colaborador el químico [[Sherwood Rowland]], de la Universidad de [[California]], artífice con él de estos descubrimientos, y al danés [[Paul Crutzen]], del Instituto Max-Planck de [[Química de Mainz]], [[Alemania]].

Revisión del 22:43 17 ago 2010

Moléculas de CFC

El clorofluorocarburo, clorofluorocarbana o clorofluorocarbonados (denominados también CFC, papa ajja magia) es cada uno de los derivados de los hidrocarburos saturados obtenidos mediante la sustitución de átomos de hidrógeno por átomos de flúor y/o cloro principalmente debido a su alta estabilidad fisicoquímica y su nula toxicidad, han sido muy usados como líquidos refrigerantes, agentes extintores y propelentes para aerosoles. Fueron introducidos a principios de la década de los años 1930 por ingenieros de General Motors, para sustituir materiales peligrosos como el dióxido de azufre y el amoníaco.

La fabricación y el empleo de CFC fueron prohibidos por el protocolo de Montreal, debido a que los CFC destruyen la capa de ozono. Sin embargo, la producción reciente de CFC tendrá efectos negativos sobre el medio ambiente por las próximas décadas.

El mecanismo a través del cual los CFC atacan la capa de ozono es una reacción fotoquímica: al incidir la luz sobre la molécula de CFC, se libera un átomo de cloro con un electrón libre, denominado radical cloro, muy reactivo y con gran afinidad por el ozono, que rompe la molécula de este último. La reacción es catalítica; se estima que un solo átomo de cloro destruye hasta 30.000 moléculas de ozono. El CFC permanece durante más de cien años en las capas altas de la atmósfera, donde se encuentra el ozono.[cita requerida]

El descubridor de esta amenaza fue el científico mexicano Mario J. Molina (1943), quien el 11 de octubre de 1995 recibió el Premio Nobel de Química en reconocimiento por sus investigaciones en este campo. El galardón fue concedido también a su amigo y colaborador el químico Sherwood Rowland, de la Universidad de California, artífice con él de estos descubrimientos, y al danés Paul Crutzen, del Instituto Max-Planck de Química de Mainz, Alemania.

Un claro ejemplo del problema de los CFC, de cómo se desarrolló y se resolvió el conflicto, se encuentra en el libro Miles de millones de Carl Sagan (capítulo 10: "Falta un pedazo de cielo").

Véase también

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