Carmen Romano

Carmen Romano Nolk (Ciudad de México, 1926 - Ciudad de México, 9 de mayo de 2000). fue la esposa del presidente José López Portillo y Primera Dama de México de 1976 a1982.

Primeros años

Carmen Romano Nolk nació en el Distrito Federal en 1926, en el seno de una familia clasemediera. Fue una de los tres hijos (dos mujeres y un hombre) que procrearon Alfonso Romano Guillemín, alto funcionario de la Ford, y Margarita Nolk Travieso, quién viviría con José y Carmen los últimos quince años de su vida después de haber fallecido su marido. Los padres de Carmen Romano se conocieron en Guatemala.

Matrimonio y familia

José López Portillo había conocido a Carmen Romano desde niña debido a que eran vecinos. A media cuadra de la casa de los López Portillo vivían los Romano.

Al distanciarse de su primera novia, don José inició con doña Carmen un noviazgo que duró tres años y que culminó en matrimonio, efectuado en octubre de 1951. La luna de miel fue en Acapulco.

Después regresaron a la capital y se fueron a vivir a una casa de tres pisos que había sido construida en uno de los muchos terrenos que le había obsequiado don Alfonso a su hija. En ese hogar nacieron los tres hijos procreados por el matrimonio: José Ramón, Carmen Beatriz y Paulina.

Cuando Luis Echeverría designó a López Portillo candidato a la presidencia, él y doña Carmen ya estaban separados. En aras de la buena imagen familiar, que la moral de entonces consideraba fundamental, se reúnen nuevamente para que doña Carmen cumpla con el papel de Primera Dama, parte indispensable de la función presidencial. Sin embargo, cada uno siguió su vida de manera independiente.

Primera Dama de México

Doña Carmen unificó el INPI y el IMAN y el 10 de enero de 1977 se creó el Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia. También puso en marcha, por vez primera, a gran escala, diversos programas culturales, lo que constituyó una manera original de realizar su trabajo como Primera Dama. Así se crea el Fondo Nacional para Actividades Sociales(FONAPAS).

La señora López Portillo cumplió con las actividades que le correspondían como esposa del presidente: acompañarlo a ceremonias, festivales, giras de trabajo, inauguración de obras, recibir al cuerpo diplomático, etcétera.

Su labor, vista a la distancia, se puede juzgar a través de sus virtudes como de sus defectos. Abrió posibilidades de educación artística a muchos jóvenes sin recursos, ya que se establecieron en todas partes casas de cultura y se formaron orquestas y talleres de enseñanza musical. Entre sus defectos se encontraría el derroche de recursos económicos que realizó.

Últimos años

La costumbre dictaba que tres meses antes del fin de su mandato, la familia del presidente debía dejar la residencia de Los Pinos para darle oportunidad a los futuros ocupantes y ordenar los arreglos y cambios que consideraran necesarios. Sin embargo, los días pasaron y doña Carmen no abandonaba el lugar. Permaneció allí hasta el último momento. El 30 de noviembre, un día antes de la toma de posesión del nuevo presidente, las mudanzas trabajaron toda la noche.

Concluido el periodo presidencial López Portillo y doña Carmen se separaron. Él se fue a vivir con otra mujer, Sasha Montenegro. Ella se retiró de la luz pública a su casa en una colonia residencial al sur de la ciudad. En 1985, en el mismo mes y año de los temblores que devastaron la capital, la señora Romano sacó a remate gran cantidad de objetos, todos ellos regalados a ella y a su marido durante la gestión presidencial.

La señora Carmen se dedicó a viajar por el mundo y quince años después, volvió a aparecer ante los medios cuando una de sus hijas presentó un libro de su autoría sobre temas filosóficos. El 9 de mayo de 2000, la señora Romano falleció a consecuencia de cáncer en su residencia decorada con el modo excéntrico que siempre la caracterizó. Sus restos fueron depostitados en el Panteón Jardín de la ciudad de México.