Diferencia entre revisiones de «Iconoclasia»

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ลัทธิทำลายรูปเคารพ

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Etimológicamente, el término se refiere a quien practica la iconoclasia, esto es a quien destruye pinturas o esculturas sagradas (iconos). Un ejemplo de iconoclastas fue la tradición bizantina, especialmente León III, que ordenó la destrucción de todas las representaciones de Jesús, la Virgen María y, especialmente, los santos.

En lenguaje coloquial, se utiliza también para referirse a aquella persona que va a contracorriente y cuyo comportamiento es contrario a los ideales, normas o modelos de la sociedad actual o a la autoridad de maestros dentro de ésta, sin que implique una connotación negativa de su figura.


Iconoclastas en el ámbito bizantino

El emperador León III el Isaurio mandó destruir toda representación cristiana de figuras religiosas o del evangelio en 730.

Su hijo, Constantino V (741-775) heredó un grave enfrentamiento entre la población mayormente a favor del uso de imágenes y la postura oficial, que finalmente concluyó utilizando su poderío militar.

Tras el segundo concilio de Nicea en el 787 se afirmó la veneración de iconos, basándose en la encarnación de Jesucristo en hombre.

El emperador León V (813-820) instauró un segundo periodo de luchas en el 813 y continuado por los siguientes emperadores hasta Teófilo.

Al morir éste, su esposa Teodora movilizó a los iconódulos y proclamó la restauración de iconos en el 843.

Iconoclastas en el ámbito islámico

Los musulmanes tienen la prohibición de representar figuras humanas en las mezquitas, no la prohibición general del uso de la figura humana en otros ámbitos, como ejemplifican los testimonios musivos conservados en los llamados Palacios del Desierto.

Iconoclastas en el ámbito protestante

Algunas congregaciones protestantes ven en la veneración a las imágenes una manifestación de idolatría (o culto a las imágenes), razón por la cual son contrarios a esta práctica religiosa cristiana, expresando su desaprobación y rechazo a esta tradición católica.