Diferencia entre revisiones de «Servando Teresa de Mier»

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A la edad de 16 años, Teresa de Mier ingresó a la Orden de Predicadores ([[Dominicos]]) en la ciudad de México. Estudió filosofía en el Colegio Pontificio de Regina Porta Coeli, de la misma Orden, donde se ordenó sacerdote. Cuando tenía la edad de 27 años, obtuvo su doctorado y se convirtió en un famoso predicador sagrado.
A la edad de 16 años, Teresa de Mier ingresó a la Orden de Predicadores ([[Dominicos]]) en la ciudad de México. Estudió filosofía en el Colegio Pontificio de Regina Porta Coeli, de la misma Orden, donde se ordenó sacerdote. Cuando tenía la edad de 27 años, obtuvo su doctorado y se convirtió en un famoso predicador sagrado.


El [[25 de septiembre]] de [[1794]], durante los festejos del aniversario 263 de la manifestación mariana de la Virgen de Guadalupe, en presencia del virrey [[Miguel de la Grúa Talamanca]], del arzobispo [[Manuel Omaña y Sotomayor]] y varios miembros de la [[Real Audiencia]] de [[Nueva España]], Teresa de Mier pronunció un sermón cuestionando el principal argumento con el que los españoles se justificaban por haber conquistado el continente destruyendo las civilizaciones nativas: que vinieron a evangelizar paganos.
El [[12 de diciembre]] de [[1794]], durante los festejos del aniversario 263 de la manifestación mariana de la Virgen de Guadalupe, en presencia del virrey [[Miguel de la Grúa Talamanca]], del arzobispo [[Manuel Omaña y Sotomayor]] y varios miembros de la [[Real Audiencia]] de [[Nueva España]], Teresa de Mier pronunció un sermón cuestionando el principal argumento con el que los españoles se justificaban por haber conquistado el continente destruyendo las civilizaciones nativas: que vinieron a evangelizar paganos.


Fray Servando afirmó que Santo [[Tomás el Apóstol]] vino a estas tierras y fue conocido como [[Quetzalcóatl]], evangelizando a los naturales con ayuda de la [[María (madre de Jesús) |Virgen María]], quien habrá sido conocida con el título de [[Coatlicue|Tonantzin]] y venerada en el propio Tepeyac, para ser luego rechazado el cristianismo por [[apostasía]] de los [[aborígenes]]. Sostuvo también que la imagen está pintada en la capa de Santo Tomás y no en la tilma de [[Juan Diego Cuauhtlatoatzin]], quien habría recibido aquella capa de manos de María.
Fray Servando afirmó que Santo [[Tomás el Apóstol]] vino a estas tierras y fue conocido como [[Quetzalcóatl]], evangelizando a los naturales con ayuda de la [[María (madre de Jesús) |Virgen María]], quien habrá sido conocida con el título de [[Coatlicue|Tonantzin]] y venerada en el propio Tepeyac, para ser luego rechazado el cristianismo por [[apostasía]] de los [[aborígenes]]. Sostuvo también que la imagen está pintada en la capa de Santo Tomás y no en la tilma de [[Juan Diego Cuauhtlatoatzin]], quien habría recibido aquella capa de manos de María.

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Fray Servando Teresa de Mier, óleo del siglo XIX en el Museo Nacional de las Intervenciones

Servando Teresa de Mier (o según su nombre completo, José Servando Teresa de Mier Noriega y Guerra) nació en Monterrey, Nuevo León, el 18 de octubre de 1763. Murió en la ciudad de México el 3 de diciembre de 1827. Fue fraile y sacerdote dominico, y escritor de numerosos tratados sobre filosofía política en el contexto de la independencia de México

Formación - Su famoso sermón

A la edad de 16 años, Teresa de Mier ingresó a la Orden de Predicadores (Dominicos) en la ciudad de México. Estudió filosofía en el Colegio Pontificio de Regina Porta Coeli, de la misma Orden, donde se ordenó sacerdote. Cuando tenía la edad de 27 años, obtuvo su doctorado y se convirtió en un famoso predicador sagrado.

El 12 de diciembre de 1794, durante los festejos del aniversario 263 de la manifestación mariana de la Virgen de Guadalupe, en presencia del virrey Miguel de la Grúa Talamanca, del arzobispo Manuel Omaña y Sotomayor y varios miembros de la Real Audiencia de Nueva España, Teresa de Mier pronunció un sermón cuestionando el principal argumento con el que los españoles se justificaban por haber conquistado el continente destruyendo las civilizaciones nativas: que vinieron a evangelizar paganos.

Fray Servando afirmó que Santo Tomás el Apóstol vino a estas tierras y fue conocido como Quetzalcóatl, evangelizando a los naturales con ayuda de la Virgen María, quien habrá sido conocida con el título de Tonantzin y venerada en el propio Tepeyac, para ser luego rechazado el cristianismo por apostasía de los aborígenes. Sostuvo también que la imagen está pintada en la capa de Santo Tomás y no en la tilma de Juan Diego Cuauhtlatoatzin, quien habría recibido aquella capa de manos de María.

A pesar de haber afirmado tan claramente que las apariciones de la Virgen de Guadalupe en 1531 eran una segunda visita de María, y de haber presentado una tesis tan fantasiosa, se pueden encontrar diversas fuentes (El mito guadalupano, vg.) que equivocadamente presentan a Fray Servando como un detractor de las apariciones, con lo cual hubiera derribado su propio argumento a favor de la Independencia.

Exilio

Por blasfemo, en castigo por haber pronunciado aquel sermón, el arzobispo Nuñez de Haro condenó a Teresa de Mier a diez años de exilio en el convento dominico de Las Caldas, actual Cantabria, España. Además, se le prohibió a perpetuidad el ejercicio de la enseñanza, la enunciación de sermones o la realización de confesiones. Igualmente, fue despojado de su grado de doctor.

En 1796 obtuvo un permiso para presentar su caso ante el Consejo de Indias. Sin embargo, a su regreso fue encarcelado de nueva cuenta. Esta vez fue confinado en el convento de San Francisco, en Burgos. De ahí, en 1801 se escapó y se refugió en Bayona, Francia. De Bayona pasó a Burdeos y de Burdeos a París. En esa ciudad fungió como intérprete del potentado peruano José Sarea, conde de Gijón.

Junto con Simón Rodríguez, antiguo profesor de Simón Bolívar, Teresa de Mier abrió una academia en París para la enseñanza de la lengua española. Tradujo Atala de François-René de Chateaubriand. Mier también escribió una disertación contra Constantin-François de Chasseboeuf, conde de Volney. En París conoció a Lucas Alamán, en aquél entonces estudiante, y futuro político del partido conservador mexicano. También conoció a Alejandro de Humboldt, al duque de Montmorency y al mismo Chateaubriand. En 1802 dejó la orden dominica y se convirtió en un cura secular en Roma.

Cuando volvió a Madrid, fue puesto preso por tercera ocasión. La causa fue una sátira en apoyo a la causa independentista mexicana. Fue enviado a un reformatorio en Sevilla, de donde escapó en 1804. Nuevamente fue arrestado y puesto en prisión, donde purgó una pena de tres años. Entonces, el Papa lo nombró su prelado particular, porque había convertido a dos rabinos al catolicismo.

En plena guerra entre Francia y España, Teresa de Mier volvió a la península como militar del cuerpo de Voluntarios de Valencia. Se presentó a numerosas batallas. Fue hecho prisionero por los franceses, pero pudo escapar nuevamente. Se presentó ante el general Blake, quien lo recomendó a la Junta de Sevilla por sus servicios. La Regencia de Cádiz le proporcionó una pensión de tres mil pesos anuales. Se trasladó a Londres, donde colaboró con José María Blanco White en El Español, un periódico que apoyaba los movimientos independentistas en los dominios españoles en América.

De vuelta a la Nueva España

En Londres conoció al revolucionario español Francisco Javier Mina, a quien convence de acompañarlo en una expedición a Nueva España para pelear por la independencia de ese virreinato. Partieron rumbo a América el 15 de mayo de 1816. Con la captura de los insurgentes en el fuerte de Soto la Marina el 13 de junio de 1817, fue preso nuevamente, en esta ocasión por los realistas. Fue enviado al castillo de San Carlos de Perote, y finalmente a La Habana en 1820. Escapando por sexta ocasión, se refugió en Filadelfia, donde permaneció hasta la consumación de la independencia de México.

En febrero de 1822 volvió a México arribando al puerto de Veracruz, pero de nueva cuenta fue hecho prisionero y enviado al castillo de San Juan de Ulúa, bajo el control de los españoles. Posteriormente, fue diputado al primer congreso mexicano por el estado de Nuevo León. Siempre se opuso a la formación de un Imperio Mexicano con Agustín de Iturbide a la cabeza, hecho que le valió la prisión por enésima vez. Escapó por última vez el 1 de enero de 1823, en esta ocasión del convento de Santo Domingo.

Miembro del Congreso Constituyente

Teresa de Mier fue electo diputado al segundo Congreso Constituyente. El 13 de diciembre de 1823 pronunció su famoso "Discurso de las profecías". En este discurso, se manifestaba a favor de una república centralista o de una república federal moderada. Estaba en contra de los defensores del Acta Constitutiva de la Federación y de la Constitución Federal. El primer presidente de México, Guadalupe Victoria, lo invitó a vivir en el Palacio Nacional.

Muerte y otras aventuras

Cerca de su muerte, Teresa de Mier convidó a sus amigos a una fiesta. Pronunció un discurso justificando su vida y opiniones, y pocos días después, murió. Fue enterrado con honores en la cripta del antiguo convento de Santo Domingo de la ciudad de México. En 1861 su cuerpo fue exhumado y luego momificado. Su momia y las de otras doce personas fueron exhibidas como víctimas de la inquisición. Algunas de las momias, incluida la de Teresa de Mier, fueron vendidas a un italiano. Se desconoce el paradero de los restos de Fray Servando Teresa de Mier, aunque se cree que están expuestos en una de las 365 capillas ubicadas en la zona de Cholula Puebla.

Su nombre está escrito con letras de oro en el Muro de Honor del Palacio Legislativo de San Lázaro, México. La novela El mundo alucinante, del escritor cubano Reinaldo Arenas, está basada en la figura de Fray Servando.

Escritos

Mier publicó muchos discursos, sermones y tratados sobre religión y política, entre ellos:

  • Cartas de un americano al español, 1811-13.
  • Historia de la revolución de Nueva España, 2 vols., Londres: 1813. 2a. ed., México: 1922.
  • Apología y relaciones de su vida bajo el título de Memorias, Madrid: 1917. 2a. ed., México: 1946.

Véase también

Referencias

  • "Mier Noriega y Guerra, José Servando Teresa de,": Enciclopedia de México, vol. 9. México: 1987.