Diferencia entre revisiones de «Meritocracia»

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Los primeros indicios de este mecanismo se remontan a la antigüedad, en China. [[Confucio]] y Han Fei son dos pensadores que propusieron un sistema próximo al meritocrático. También pueden ser citados [[Gengis Kan]] y [[Napoleón Bonaparte]], cada cual utilizó en su vida y en la política de sus estados elementos de la meritocracia.
Los primeros indicios de este mecanismo se remontan a la antigüedad, en China. [[Confucio]] y Han Fei son dos pensadores que propusieron un sistema próximo al meritocrático. También pueden ser citados [[Gengis Kan]] y [[Napoleón Bonaparte]], cada cual utilizó en su vida y en la política de sus estados elementos de la meritocracia.



''''''MERITOCRACIA:
EL PODER EN LAS MANOS DE LA INTELECTUALIDAD'''''' (No es la descripción sino un empleo de esta)
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MI MISIÓN DE UNA NUEVA HUMANIDAD... [[OSHO]]
Una cosa es absolutamente cierta: Los días de los políticos están contados. Han hecho demasiado bien su trabajo de ser destructivos y violentos. Nada favorece al político y cada día que pasa su muerte se acerca, más y más. El mismo es el responsable. Perfeccionó las armas, las que pueden matar al mundo entero, hasta tal punto que no hay modo de volver atrás. O bien habrá una última guerra –lo que significa muerte para todos- o un cambio total de toda la estructura de la sociedad humana. Llamo a ese cambio “Meritocracia”. Una cosa: debemos abandonar la idea de que cada hombre, sólo porque cumple veintiún años, es capaz de elegir quién es la persona apropiada para decidir el destino de las naciones. La edad no puede ser un factor decisivo; eso es cambiar los cimientos mismos. Mi sugerencia es que sólo una persona que sea por lo menos un licenciado, un graduado de escuela superior, pueda votar. Su edad no tiene importancia. Para el gobierno local, estar inscritos en la universidad será el requerimiento para los votantes. Y una graduación universitaria –al menos una licenciatura- deberá ser un requisito necesario para cualquiera que se presente como candidato en unas elecciones. Una diplomatura debería ser el requisito mínimo para quien se presente para una alcaldía. Para las elecciones estatales, el requisito mínimo para los votantes deberá ser la licenciatura. Dominar las ciencias, las artes, el comercio, debiera ser el requisito para los candidatos. Para los Ministros del gabinete, una licenciatura en artes con los más altos honores debiera ser el requisito mínimo necesario; cuantos más fueran los honores, más apreciado sería. Y cualquier posible candidato a Ministro de Gabinete, debería conocer algo acerca del puesto. Su preparación debería corresponderse con la materia con la que se fuera a relacionar.. De modo que si alguien tuviera que se Ministro de Educación, entonces sus titulaciones deberían calificarlo para ser Ministro de Educación. Debiera tener al menos una licenciatura en educación con los honores más altos; sin los honores más altos, nadie debiera ser un ministro en el ámbito estatal. Y si alguien tuviera un grado más alto –un doctorado en educación, un doctorado en filosofía de la educación- ¡estupendo!; eso lo calificaría mejor. El Procurador General debería tener por lo menos un doctorado en leyes; nada inferior a eso, porque va a defender la Ley del estado, los derechos de los ciudadanos. Debería tener el más alto grado posible de manera que conociera todo sobre su cargo. El Gobernador debería tener el más alto grado posible existente: Licenciatura con los más altos honores, doctorado –el cual debería ser en ciencias políticas- y por lo menos un título honorífico en Letras o en Leyes. Para el Gobierno Federal, una licenciatura sería el requisito mínimo para los votantes. Una licenciatura con los más altos honores y un doctorado, debiera ser el mínimo requisito para los candidatos que se presentaran a la elección. Y todos los ministros deberían tener los títulos más elevados en las materias en las cuales fueran a ser ministros. Si es en educación, entonces el más alto grado en educación disponible en el país. Si va a ser en salud, los más altos grados en salud obtenibles en el país. El Presidente debería tener por lo menos dos doctorados y uno honorífico en Letras o en Derecho; y lo mismo para el Vicepresidente, porque cualquier día podría convertirse en Presidente. De esta manera la mediocracia sería destruida. Así que sólo tener veintiún años, no quiere decir que seas capaz de elegir al gobierno. Elegir al gobierno debería ser un trabajo de gran habilidad e inteligencia. Teniendo veintiún años puedes ser capaz de reproducir niños, no se necesita ni habilidad ni educación; la biología te manda ya preparado. Pero para elegir al gobierno, elegir a la gente que va a tener todos los poderes sobre ti y los demás, y que va a decidir el destino del país y del mundo, tener veintiún años, ciertamente, no es bastante; el modo en que hemos estado eligiendo es simplemente estúpido. Me gustaría que todas las universidades –dentro de cada estado- convocaran a una convención de todos los vicedecanos y profesores eminentes; de eminente intelectualidad que puede no ser parte de la universidad: pintores, artistas, poetas, escritores, novelistas, bailarines, actores, músicos. Incluyendo todos los talentos en todas sus dimensiones, todo tipo de gente que hubiera mostrado su calibre, excluyendo por completo a los políticos. Todos los ganadores de premios Nobel deberían ser invitados, excluyendo, de nuevo, a los políticos, porque dentro de estos últimos años se les ha concedido a algunos, y esto ha degradado el valor del Premio Nobel. Así que en cada estado se debería elegir una delegación para la Asamblea Nacional, que sería la que elaborara los detalles del modo en que la Meritocracia pudiera funcionar. De entre los candidatos nacionales debería haber una convención internacional de todas las universidades del mundo y la intelectualidad. Esta sería la primera de este tipo, porque nunca se ha reunido la intelectualidad mundial para decidir el destino de la Humanidad. Ellos deberían escribir la primera Constitución del mundo. Esta no sería americana, ni india, ni china; sería simplemente Constitución de toda la Humanidad. No hay necesidad de diferentes clases de leyes. No hacen falta; todos los seres humanos necesitan el mismo tipo de ley. Y la Constitución mundial sería la declaración de que las naciones ya no tienen sentido. Podrían existir como unidades funcionales, pero ya no serían independientes. Y si toda la intelectualidad mundial está detrás de esta convención, no será difícil convencer a los generales del mundo de que se alejen de los políticos. ¿Y qué poder tienen los políticos? Todo el que tienen se lo hemos dado nosotros. Podemos recuperarlo de nuevo. No es su poder, es nuestro poder. Sólo tenemos que encontrar la manera de recuperarlo, porque dar es muy fácil, pero quitar es un poco difícil. No serán tan sencillos e inocentes cuando les retires el poder, como eran cuando te lo estaban pidiendo. Es nuestro poder, pero ellos seguirán teniéndolo si la masa continúa dándoselo; la masa puede ser convencida de cualquier cosa. Esta es la función de la intelectualidad… me gustaría decirte esto ahora: si algo le sucede a la Humanidad, todas las culpas serán para la intelectualidad: “¿Qué estabas haciendo? Si estos idiotas están listos para matar a la Humanidad: ¿Qué estabas haciendo tú? Simplemente estabas quejándote, te lamentabas, pero no hiciste nada más”. Y el tiempo se está acabando. Una vez que decidamos que el poder de votar no es un derecho de nacimiento de cada ser humano, sino que es un derecho que deberás ganar por tu inteligencia… debes ver la diferencia: a cada cual se le brinda la oportunidad de ganarlo; hay iguales oportunidades para que todos los ganen, pero no es algo que deba darse por nacimiento; tienes que demostrarlo. Una vez que traslademos el poder de las masas a las manos de gente inteligente, gente que sepa lo que está haciendo, crearemos algo hermoso. Si el hombre que se ha dedicado toda su vida a pensar sobre la educación y sus problemas, que han hecho todo lo que le era posible hacer para descubrir cada detalle, cada fundamento de la educación, todas las posibles filosofías de la educación, se convierte en Ministro de Educación, hay una posibilidad de que haga algo. Sugiero abandonar completamente a las masas e ir hacia unos pocos elegidos. No estoy en contra de la gente. En realidad, en las manos de estos políticos, la gente está en contra de sí misma. Estoy en todo a favor de la gente y lo que estoy expresando puede decirse que es exactamente lo que se ha estado diciendo de la democracia: del pueblo, por el pueblo, para el pueblo; lo único que yo cambiaré es “por el pueblo”. Esta intelectualidad será del pueblo, para el pueblo. Servirá a las masas. Es una cosa muy simple. No es que tú votes por un médico y que cualquiera pueda ser candidato por ser un derecho de nacimiento y que la gente pueda votar… dos personas compitiendo para ser el médico o el cirujano, ¿qué hay de malo en ello? El pueblo elige por sí mismo: del pueblo, por el pueblo, para el pueblo. ¿Escogen a una persona para ser el cirujano, porque habla mejor y se le ve bien en televisión y hace grandes promesas? ¡Pero no es ni siquiera un carnicero y quiere convertirse en cirujano! Un carnicero hubiese sido mejor; la menos sabría. ¿Cómo puedes escoger a un Presidente por elección? ¿Cómo puedes escoger a un Gobernador por elección? Hay tantas personas que anhelan un puesto, que lo desean. Aquéllos que son más ambiciosos son los que más lucharán, matarán, harán cualquier cosa. Estás dando demasiado poder a gente hambrienta de poder, ¡con tus propias manos estás ayudándoles a colgarte! Esto no es una democracia. Estas personas han estado explotando a las masas en nombre de la democracia. Así que los políticos y los sacerdotes, ambos deben ser retirados de sus amplias y extensas posiciones establecidas y una clase totalmente nueva de administración debe desarrollarse. Sólo para hacer una distinción llamo a mi sistema Meritocracia. ¿Pero mérito para qué? El mérito es para servir y compartir. Y una vez que has decidido transferir el poder de los políticos a la intelectualidad, todo es posible, todo se vuelve simple. La Meritocracia es todo un programa para transformar la estructura de la sociedad, la estructura del gobierno, la estructura de la educación. Es una tarea difícil, ardua, pero no imposible, particularmente es una situación tal en que la muerte es la única alternativa.

OSHO
(EXTRACTO DE UNA CHARLA hablada POR OSHO, llamada EL FUTURO DE ORO)


== Enlaces externos ==
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Revisión del 23:25 17 nov 2009

Meritocracia (del latín mereo, merecer, obtener) es una forma de gobierno basada en el mérito. Las posiciones jerárquicas son conquistadas en base al mérito, y hay una predominancia de valores asociados a la capacidad individual o espiritu competitivo tales como, por ejemplo, la excelencia en educación o deportes.

La meritocracia está asociada, por ejemplo, al estado burocrático, siendo la forma por la cual los funcionarios estatales son seleccionados para sus puestos de acuerdo con su capacidad (a través de concursos, por ejemplo). O también más comúnmente asociado a los exámenes de ingreso o evaluación en las escuelas, en las cuales no hay discriminación entre los alumnos en cuanto a las preguntas o temas propuestos. Así la meritocracia también indica posiciones conseguidas por mérito personal.

Aunque la mayoría de los gobiernos están basados en parte en la meritocracia, esta no se expresa de forma pura en ningún lugar. Gobiernos como el de Singapur o Finlandia utilizan estándares meritocráticos para la elección de autoridades, aunque mezclados con otros. Un modelo próximo a la meritocracia puede ser la jerarquía militar en la cual teóricamente los puestos se obtienen por adecuación a ciertos valores.

El principal argumento a favor de la meritocracia es que proporciona mayor eficiencia que otros sistemas jerárquicos, dado que las distinciones no se hacen por sexo o raza, ni por riqueza o posición social, entre otros factores biológicos o culturales. Aunque existen clases sociales y los defensores de la meritocracia no pretenden acabar con ellas, el esfuerzo individual -entendido como merito- es -se alega- un criterio más justo que otros para la distribución de los premios y ventajas sociales asociadas.

Conforme a lo que el sufijo "cracia" indica, la meritocracia es, estrictamente hablando, un sistema de gobierno basado en la habilidad (mérito) en vez de la riqueza o posición social. En este contexto, "mérito" significa básicamente inteligencia y esfuerzo. Mientras que la palabra "meritocracia" es ahora frecuentemente usada para describir un tipo de sociedad donde la riqueza, ingresos y clase social son designados por competición, asumiéndose que los vencedores, de hecho, merecen tales ventajas. Consecuentemente, la palabra adquirió una connotación de "Darwinismo social" y es usada para describir sociedades agresivamente competitivas, con grandes diferencias de ingresos y riqueza, en contraste con las sociedades igualitarias.

Gobiernos y organismos meritocráticos enfatizan el talento, educación formal y competencia en lugar de las diferencias existentes como clase social, etnia o sexo. En la práctica, las investigaciones sobre movilidad social indican que todos estos criterios supuestamente neutros favorecen a los hijos de los que ya son privilegiados de algún modo.

En una democracia representativa, donde el poder está, teóricamente, en las manos de los representantes electos, los elementos meritocráticos se incluyen en el uso de consultores especializados para ayudar a la formulación de políticas y en un servicio civil meritocrático para implementar dichas consultorías. El problema perenne de la defensa meritocrática es definir, exactamente, que se entiende por "mérito".

Orígenes e Historia

La palabra meritocracia probablemente aparece por primera vez en el libro Rise of the Meritocracy de Michael Young (1958). En el libro se la cargaba de contenido negativo, ya que la historia trataba de una sociedad futura en la cual la posición social de una persona era determinada por el coeficiente intelectual y el esfuerzo. Young utilizó la palabra mérito en un sentido peyorativo, diferente al común o aquel usado por los defensores de la meritocracia. Para estos, mérito significa aproximadamente habilidad, inteligencia y esfuerzo. (Una crítica comúnmente hecha a la meritocracia es la ausencia de una medida especifica de esos valores, y la arbitrariedad de las elecciones).

Los primeros indicios de este mecanismo se remontan a la antigüedad, en China. Confucio y Han Fei son dos pensadores que propusieron un sistema próximo al meritocrático. También pueden ser citados Gengis Kan y Napoleón Bonaparte, cada cual utilizó en su vida y en la política de sus estados elementos de la meritocracia.

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