Diferencia entre revisiones de «Teoría heliocéntrica»

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La '''Teoría heliocéntrica''' es la que sostiene que la [[Tierra]] y los demás planetas giran alrededor del [[Sol]]. El heliocentrismo fue propuesto en la antigüedad por el griego [[Aristarco de Samos]] (310 a.c. - 230 a.c.), quien se basó en medidas sencillas de la distancia entre la Tierra y el Sol, determinando un tamaño mucho mayor para el Sol que para la Tierra. Por esta razón, Aristarco propuso que era la Tierra la que giraba alrededor del Sol y no a la inversa, como sostenía la [[teoría geocéntrica]] de [[Claudio Ptolomeo|Ptolomeo]] e [[Hiparco de Nicea|Hiparco]], comúnmente aceptada en esa época y en los siglos siguientes, acorde con la visión [[antropocéntrica]] imperante. Esta teoría fue descubierta por Lukas Alvarez y JF Ternicien el año 307 despues de cristo.
La '''Teoría heliocéntrica''' es la que sostiene que la [[Tierra]] y los demás planetas giran alrededor del [[Sol]]. El heliocentrismo fue propuesto en la antigüedad por el griego [[Aristarco de Samos]] (310 a.c. - 230 a.c.), quien se basó en medidas sencillas de la distancia entre la Tierra y el Sol, determinando un tamaño mucho mayor para el Sol que para la Tierra. Por esta razón, Aristarco propuso que era la Tierra la que giraba alrededor del Sol y no a la inversa, como sostenía la [[teoría geocéntrica]] de [[Claudio Ptolomeo|Ptolomeo]] e [[Hiparco de Nicea|Hiparco]], comúnmente aceptada en esa época y en los siglos siguientes, acorde con la visión [[antropocéntrica]] imperante.


Más de un milenio más tarde, sin embargo, en el siglo XVI, la teoría volvería a ser formulada, esta vez por [[Nicolás Copérnico]], uno de los más influyentes [[astrónomo]]s de la historia, con la publicación en [[1543]] del libro ''[[De Revolutionibus Orbium Coelestium]]''. La diferencia fundamental entre la propuesta de Aristarco en la antigüedad y la teoría de Copérnico es que este último emplea cálculos matemáticos para sustentar su hipótesis. Precisamente a causa de esto, y a pesar de que su libro fue prohibido por la [[Iglesia Católica]] hasta 1835, durante casi tres siglos, sus ideas marcaron el comienzo de lo que se conoce como la [[revolución científica]]. No sólo un cambio importantísimo en la [[astronomía]], sino en las ciencias en general y particularmente en la [[cosmovisión]] de la civilización. A partir de la publicación de su libro y la refutación del sistema geocéntrico defendido por la astronomía griega y por la Biblia, la civilización rompe con la idealización del saber incuestionable de la antigüedad y se lanza con mayor ímpetu en busca del conocimiento.
Más de un milenio más tarde, sin embargo, en el siglo XVI, la teoría volvería a ser formulada, esta vez por [[Nicolás Copérnico]], uno de los más influyentes [[astrónomo]]s de la historia, con la publicación en [[1543]] del libro ''[[De Revolutionibus Orbium Coelestium]]''. La diferencia fundamental entre la propuesta de Aristarco en la antigüedad y la teoría de Copérnico es que este último emplea cálculos matemáticos para sustentar su hipótesis. Precisamente a causa de esto, y a pesar de que su libro fue prohibido por la [[Iglesia Católica]] hasta 1835, durante casi tres siglos, sus ideas marcaron el comienzo de lo que se conoce como la [[revolución científica]]. No sólo un cambio importantísimo en la [[astronomía]], sino en las ciencias en general y particularmente en la [[cosmovisión]] de la civilización. A partir de la publicación de su libro y la refutación del sistema geocéntrico defendido por la astronomía griega y por la Biblia, la civilización rompe con la idealización del saber incuestionable de la antigüedad y se lanza con mayor ímpetu en busca del conocimiento.

Revisión del 13:34 11 jun 2009

Universo heliocéntrico. Obra: Harmonia Macrocosmica, de Andreas Cellarius (1708).

La Teoría heliocéntrica es la que sostiene que la Tierra y los demás planetas giran alrededor del Sol. El heliocentrismo fue propuesto en la antigüedad por el griego Aristarco de Samos (310 a.c. - 230 a.c.), quien se basó en medidas sencillas de la distancia entre la Tierra y el Sol, determinando un tamaño mucho mayor para el Sol que para la Tierra. Por esta razón, Aristarco propuso que era la Tierra la que giraba alrededor del Sol y no a la inversa, como sostenía la teoría geocéntrica de Ptolomeo e Hiparco, comúnmente aceptada en esa época y en los siglos siguientes, acorde con la visión antropocéntrica imperante.

Más de un milenio más tarde, sin embargo, en el siglo XVI, la teoría volvería a ser formulada, esta vez por Nicolás Copérnico, uno de los más influyentes astrónomos de la historia, con la publicación en 1543 del libro De Revolutionibus Orbium Coelestium. La diferencia fundamental entre la propuesta de Aristarco en la antigüedad y la teoría de Copérnico es que este último emplea cálculos matemáticos para sustentar su hipótesis. Precisamente a causa de esto, y a pesar de que su libro fue prohibido por la Iglesia Católica hasta 1835, durante casi tres siglos, sus ideas marcaron el comienzo de lo que se conoce como la revolución científica. No sólo un cambio importantísimo en la astronomía, sino en las ciencias en general y particularmente en la cosmovisión de la civilización. A partir de la publicación de su libro y la refutación del sistema geocéntrico defendido por la astronomía griega y por la Biblia, la civilización rompe con la idealización del saber incuestionable de la antigüedad y se lanza con mayor ímpetu en busca del conocimiento.

Hipótesis fundamentales

Las hipótesis fundamentales de la Teoría Copernicana son:

  1. El mundo (universo) es esférico.
  2. La Tierra también es esférica.
  3. El movimiento de los cuerpos celestes es regular, circular y perpetuo o compuesto por movimientos circulares.
    Se distinguen varios tipos de movimientos:
    1. Movimiento diurno: Causado por la rotación de la Tierra en 24 horas y no de todo el universo.
    2. Movimiento anual del Sol: Causado por la traslación de la Tierra alrededor del Sol en un año.
    3. Movimiento mensual de la Luna alrededor de la Tierra.
    4. Movimiento planetario: Causado por la composición del movimiento propio y el de la Tierra. La retrogradación del movimiento de los planetas no es más que aparente y no un movimiento verdadero, y es debido al movimiento de traslación de la Tierra alrededor del Sol.
  4. El cielo es inmenso respecto a la magnitud de la Tierra.
  5. El orden de las órbitas celestes. Tras criticar el orden que la astronomía ptolemaica asignaba a los planetas, da el orden correcto de su alejamiento del Sol.

Es indudable que los 2000 años de teoría geocéntrica no acabaron repentinamente tras la publicación del libro de Copérnico, sino que la transición entre ambos sistemas fue gradual, gobernada por una necesidad social inspirada en los nuevos aires renacentistas y del Neoplatonismo que se respiraban, así como el hecho de que el modelo Copernicano no respondía satisfactoriamente a los datos empíricos hasta entonces existentes.

Movimiento de los planetas en la Teoría heliocéntrica

A pesar de que Copérnico propuso una teoría nueva colocando al Sol en el centro del sistema planetario, su teoría sostenía que los planetas giraban alrededor del mismo en órbitas circulares, al igual que lo estipulaba el modelo geocéntrico de Ptolomeo, con la diferencia de que en el último el Sol orbitaba la Tierra. Por esta razón, si bien los cálculos matemáticos para predecir el movimientos de los astros se había simplificado notablemente con la teoría de Copérnico, éstos no arrojaban aún resultados exactos y precisaban de numerosas correcciones y combinaciones de círculos.

Concretamente, la consideración filosófica de Copérnico de la circularidad como figura geométrica perfecta aplicable al universo, la tierra y las órbitas planetarias, le condujo a obtener datos matemáticos (y por tanto predicciones) más inexactos que los que arrojaba en tonces el modelo geocéntrico de Ptolomeo, entonces vigente y que había sido usado siglos atrás por el Papa Gregorio XIII para confeccionar el calendario gregoriano. Por tanto, su modelo, aunque interesante ya entonces y a la larga de gran influencia para la posteridad, no podía ser aceptado directamente¹. Adquiriría un grado de exactitud más preciso, con cálculos más simples, en 1609, cuando el astrónomo alemán Johannes Kepler (1571-1630) reformuló la teoría, sugiriendo que la trayectoria de los planetas no era circular, sino elíptica.

En el modelo copernicano, el intervalo entre dos conjunciones superiores o inferiores, si el planeta es interior, y dos conjunciones u oposiciones, si el planeta es exterior, se llama periodo orbital. Desde la antigüedad, se conoce dicho periodo para todos los planetas. En dicho periodo sinódico se repiten las distintas configuraciones de los planetas.

Si bien no se puede considerar a Copérnico ni como descubridor del heliocentrismo ni como desarrollador verdadero de la teoría, sí cumplió una función crucial como inspirador para los científicos que le sucederían. La verdadera revolución aún habría de venir, cuando otros científicos como Galileo Galilei, Johannes Kepler o René Descartes iniciasen otros debates sobre el tema, que llevarían a replantear la epistemología, la filosofía e incluso la teología. En efecto, fueron las observaciones de Galileo de los satélites jovianos las que constituyeron una prueba contundente que inclinaría la balanza a favor de la revolución copernicana.

Notas

1. Filosofía y metodología de las ciencias sociales. Antonio Escohotado Espinosa, UNED. ISBN84-3622198-2. MADRID 1989.

Véase también


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