Ciriaco de Roma

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San Ciríaco de Atalia

Imagen de San Ciriaco en la Iglesia de San Ciriaco en Dümpelfeld (Alemania).
Información personal
Nacimiento Siglo III
Desconocido
Fallecimiento Hacia 303
Roma
Causa de muerte Decapitación Ver y modificar los datos en Wikidata
Religión Cristianismo Ver y modificar los datos en Wikidata
Información profesional
Ocupación Diácono Ver y modificar los datos en Wikidata
Área Cristianismo Ver y modificar los datos en Wikidata
Información religiosa
Canonización Pre-Congregación
Festividad 8 de agosto
Atributos Palma del martirio y demonio a sus pies.
Patronazgo Torre Le Nocelle e Ibiza y su capital

San Ciríaco de Atalia, también llamado San Ciriaco de Roma o simplemente San Ciriaco, fue un obispo y mártir cristiano, muerto en 303. Cuando se llevaron a cabo los trabajos para el hallazgo de la Cruz de Cristo en la ciudad santa, por iniciativa del obispo de Jerusalén, Macario, y de la piadosa madre del emperador Constantino, Helena, estaba presente un hebreo de nombre Judas. Entre los primeros milagros obrados por la santa cruz habría que citar la conversión de este hebreo.

Cambió su nombre por el de Ciríaco (nombre de origen griego que quiere decir “patricio”, muy difundido en todo el mundo romano), recorrió a Palestina y después fue elegido obispo de Jerusalén, en donde fue martirizado junto con la madre, Ana, durante la persecución de Juliano el Apóstata.

Pero la tradición de Ancona, corroborada por conspicuos testimonios de culto y antiguos monumentos, y acogida por el mismo Martirologio Romano, agrega más a su leyenda. Según esta otra tradición, Judas, ya con el nombre de Ciríaco recibido en el bautismo, para huir de sus antiguos correligionarios, abandonó Palestina y se refugió en Ancona (Italia). Aquí fue elegido obispo de la ciudad, en una época de extraordinario florecimiento del cristianismo, que desde hacía poco había salido de la clandestinidad con el edicto de Milán. Después de un largo tiempo de episcopado, lleno de méritos, Ciríaco va en peregrinación a Tierra Santa para volver a ver la patria de Jesús y la suya propia. Aquí lo esperaba la espada del perseguidor romano, Juliano el Apóstata, y el santo anciano recibió la palma del martirio. Más tarde las reliquias del obispo regresaron a Ancona en una caja llevada por las olas hasta el puerto de la ciudad. Para recordar esta leyenda, el 8 de agosto, en la catedral de Ancona se distribuyen manojos de juncos bendecidos.

Su fiesta se celebra el 8 de agosto. San Ciríaco de Atalia es uno de los catorce santos auxiliadores y es asimismo el patrono de la isla de Ibiza y de su capital, debido a que la isla fue conquistada a los árabes el día de San Ciriaco, 8 de agosto.[1]

Referencias