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Cayo Furnio (tribuno de la plebe)

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Cayo Furnio fue tribuno de la plebe en 50 a. C. (Cic. ad Att. v. 2, 18), amigo y corresponsal de Cicerón. (Ad Fam. x. 25, 26.)

Cicerón confió a los esfuerzos de Furnio, mientras era tribuno, para obtener que lo llamasen después del primer año como procónsul de Cilicia, y, después de su regreso, una suplicación o acción de gracias. (Ad Fam. viii. 10, ix. 24, xv. 14.) Una cláusula, sin embargo, que Furnio insertó en su plebiscito, haciendo que la llamada a Cicerón dependiera de que los partos permanecieran tranquilos hasta el mes de agosto, año 50 a. C., no satisfizo a Cicerón, puesto que julio era la temporada usual en que atacaban. (Cic. ad Att. vi. 1.) Furnio, como tribuno, se opuso a las irrazonables demandas del partido oligárquico en Roma, que Julio César debía inmediatamente y sin condiciones entregar su proconsulado de la Galia. (Cic. ad Fam. viii. 10.) Después del estallido de la guerra civil, fue enviado por César con cartas a Cicerón en marzo, 49 a. C., (Cic. ad Att. ix. 6, 11, vii. 19.) Cicerón recomienda a Furnio a Lucio Munacio Planco, en aquella época, 43 a. C., procónsul en la Galia Transalpina (Ad Fam. x. 1, 3, 4, 6, 8, 11, 12), y fue legado a Planco durante la primera guerra entre Antonio y Augusto, y hasta después de la Batalla de Filipos, 42 a. C. Durante la guerra entre Antonio y el senado, Furnio alabó a Cicerón por los movimientos y pareceres de las legiones romanas y comandantes en la Galia e Hispania, pero sus cartas no han sido conservadas. (Ad Fam. x.) En la guerra de Perusia, 41-40 a. C., Furnio se puso de parte de Lucio Antonio. Defendió Sentino en Umbría contra Augusto, y compartió los sufrimientos de la Perusina Fames, esto es, la "hambruna perusina". Furnio fue uno de los tres oficiales a los que Lucio Antonio encargó negociar la rendición de Perusia, y su recepción por Augusto fue tal que despertó sospechas en el partido de Antonio sobre su fidelidad. (Apiano, B. C. v. 30, 40, 41; Dion Cass. xlviii. 13, 14.) En 35 a. C. fue prefecto de Asia Menor, bajo Marco Antonio, donde apresó a Sexto Pompeyo, quien había huido allí después de que Agripa lo derrotase, 36 a. C. (Apiano, B. C. v. 137-42.) Después de la batalla de Accio, 31 a. C., Furnio, a través de la mediación de su hijo Cayo Furnio, fue reconciliado con Augusto (Senec. De Benef. ii. 25), y recibió de él el rango de senador consular (Dion Cass. lii. 42), y fue después nombrado uno de los cónsules suplementarios, 29 a. C., siendo la primera vez que el nombre de Furnio aparece en los Fastos consulares. Fue prefecto de la Hispania Citerior en 21 a. C. (Dion Cass. liv.5; Flor. iv. 12.) Furnio es probablemente mencionado por Tácito, De Oratoribus 21 entre los oradores cuya dicción precaria y obsoleta hacía que sus obras fueran imposibles de leer sin sentir inclinación a dormir o sonreír.

Referencias