Carabina de Ambrosio

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La Carabina de don Ambrosio es una expresión que se aplica a un objeto inútil, o que no sirve para lo que está ideado.

Origen

Aunque la expresión ya existía antes, es en escritores de finales del siglo XIX cuando la carabina de Ambrosio aparece con más frecuencia. Así, figura en el diccionario de Autoridades de 1729, en los complementos de la voz «carabina». La propuesta legendaria de que la frase "ser como la carabina de Ambrosio" procede de las aventuras de un atracador andaluz del siglo XIX, que asaltaba en los caminos con una carabina que no estaba cargada con pólvora, sino sólo con semillas de cañamones o algún otro tipo de perdigón inofensivo, puede que se quede en una ingeniosa opinión del escritor Luis Montoto,[1]​ Estudios más documentados apuntan hacia un origen apócrifo, como observa el jesuita padre Isla cuando dice que el sintagma hace referencia al famoso diccionario latino del siglo XVI obra de Ambrogio Calepino, conocido como el Calepino de Ambrogio, cuya deformación origina el chiste que comenta Isla para demostrar la ignorancia general y del latín en particular de los predicadores.[2]​ Volviendo a lo legendario, en la revista Por estos mundos (Madrid, 1900) apareció esta versión sobre el personaje del dicho proverbial:

Ambrosio fue un labriego que existió en Sevilla a principios de siglo (del siglo XIX). Como las cuestiones agrícolas no marchaban bien a su antojo, decidió abandonar los aperos de labranza y dedicarse a salteador de caminos, acompañado solamente por una carabina. Pero como su candidez era proverbial en el contorno, cuantos caminantes detenía lo tomaban a broma, obligándole así a retirarse de nuevo a su lugar, maldiciendo de su carabina, a quien achacaba la culpa de imponer poco respeto a los que él asustaba.[3]

A finales del XIX se puso de moda la palabra "carabina" para referirse a esa señorita de compañía que los padres de la buena sociedad imponían a sus hijas para garantizar la moralidad en su trato con los chicos.[4]​ Sabemos que esta carabina surge relacionada con la de Ambrosio por su manifiesta inutilidad en el intento de garantizar la moralidad de las jóvenes[5]

Es probable que con la aparición de estas inútiles ‘carabinas de compañía’ se recuperase la expresión la "carabina de Ambrosio" en su relación con la inutilidad. Con ese sentido y contexto aparece en las Cartas desde mi celda (1864) de Gustavo Adolfo Bécquer,[6]​ o en Benito Pérez Galdós en su novela Miau (1888),[7]​ o en Juanita la Larga (1895) de Valera.[8]​ En América la utiliza Juan Montalvo en su Tercera Catilinaria.[9]

Cultura popular

En la canción infantil del autor mexicano Francisco Gabilondo Soler "La Cacería ( ¿A Dónde Vas...? Conejo Blas)" (1935), el autor, quien esta pidiendo desperadamente ayuda al Conejo Blas para matar a un lobo feroz, justifica su incapacidad de hacerlo, al solo contar con la carabina de ambrosio, tomando un contexto literal. Una carabina que no funciona.

En México existió desde 1978 hasta 1988 un programa de televisión dedicado a las variedades, de nombre La carabina de Ambrosio. Fue protagonizado por varios cómicos de México y gozó de gran popularidad en varios países de América Latina.[cita requerida]

Referencias

  1. Luis Montoto y Rautenstrauch: Personajes, personas y personillas que corren por las tierras de ambas Castillas.
  2. Fray Gerundio de Campazas (1758): "Porque este modo de citarle se me representa una cosa muy parecida a la carabina de Ambrosio"...
  3. Iribarren, José María: El porqué de los dichos. 4ª. ed. Madrid, 1974, pág. 402
  4. García Remiro, José Luis, 2011 A buen entendedor... Alianza Editorial ISBN 978-84-206-5052-4
  5. Valera, Meditaciones utópicas sobre la educación humana: "Señoritas o damas solteras he conocido yo que, aun después de pasar de los treinta años, y aun de los cuarenta, no se atreven a salir solas; necesitan de una acompañante [...] a quién por lo menos pueden dar los chuscos el apodo de carabina por lo poco malo que evita". (13, en Miscelánea)
  6. "Sin hacer más caso de las poéticas bellezas de la alborada que de la carabina de Ambrosio".
  7. "Carolina Pez es una señora honrada, es decir, para el caso [se trata de pedirle una recomendación para entrar en un ministerio] la carabina de Ambrosio." (capítulo 26)
  8. "La aprobación y el aplauso que V. E. dice que me daba eran tan ocultos como inútiles; eran la carabina de Ambrosio."
  9. "Quiso ser espada de Bernardo, carabina de Ambrosio; y lo fue." (1872)