La caballería brasileña se acercó al campamento enemigo, produciendo algunas escaramuzas, favorecidos por mejores caballos, por lo que el general Lucio Norberto Mansilla decidió atacarlos por sorpresa para dispersarla, además de quitarle caballos. Tras marchar toda la noche, secundado por los generales José María Paz y Anacleto Medina, el día 23 al amanecer atacaron a las posiciones brasileñas, aunque la densa niebla impidió un éxito completo: los brasileños se retiraron a toda marcha, siendo atacados en el camino y expulsados más allá del Río Camacuá. Fue un combate puramente de caballería, aunque muchos de los soldados iban montados.[1]
Las fuentes argentinas coinciden en que no hubo bajas en el bando argentino, pero son discordantes sobre las bajas brasileñas: Mansilla informó 50 muertos, y Paz recordó en sus memorias a «5 o 6 muertos», aunque podrían ser solamente en el área en que combatió su regimiento.[1] Según las fuentes brasileñas, hubo tres muertos y un herido del Brasil y un muerto y 15 heridos entre los argentinos y orientales.[2]
Referencias
↑ abcRuiz Moreno, Isidoro J. (2005). Campañas militares argentinas. Tomo 1. Emecé. pp. 419-422.
↑Coronel Juvencio Saldanha Lemos, Tomo 2, Biblioteca do Exército, 2015. A saga no Prata.