Batalla de Aquae Sextiae

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Batalla de Aquae Sextiae
la Guerra cimbria
Parte de Guerra Cimbra

Migraciones y batallas de los cimbrios y teutones.
Fecha 102 a. C.
Lugar Moderna Aix-en-Provence, Francia
Coordenadas 43°31′52″N 5°27′14″E / 43.5311111, 5.4538889
Resultado Decisiva victoria romana
Beligerantes
República romana
Ligures
Teutones
Ambrones
Comandantes
Cayo Mario Rey Teutobod  (P.D.G.)
Fuerzas en combate
40.000[1]
(6 legiones con caballería y auxiliares)
Estimación antigua:
280.000-290.000Error en la cita: La etiqueta de apertura <ref> es incorrecta o tiene el nombre mal
(incluyendo no combatientes)
Estimación moderna:
100.000 guerreros[1]
Bajas
300 muertos[1] Estimación antigua:
200.000 muertos[2][3]
80.000[2]​-90.000[3]​capturados
Estimación moderna:
90.000 muertos[1]​ y 20.000 prisioneros[4]

Plantilla:Guerra Cimbria La Batalla de Aquae Sextiae sucedió en el año 102 a. C., entre las legiones romanas del cónsul Cayo Mario y las tribus germanas de los teutones y sus aliados ambrones.

La batalla tuvo lugar en un valle dominado por empinadas y boscosas colinas, en las proximidades del poblado de Aquae Sextiae (actual ciudad de Aix-en-Provence), que bloqueaba el paso por los Alpes.

Preludio

Mientras sucedía el desastre de Arausio, Mario regresaba a Roma con sus veteranas legiones de la guerra de Yugurta. Fue elegido cónsul de nuevo, tras lo cual partió a enfrentarse a las hordas cimbrias. Mario decidió acampar en una magnífica posición cerca de Aquae Sextae, con la intención de esperar a que fueran los cimbrios quienes les atacaran. Esta posición fue escogida porque desde Aquae Sextae se podía controlar el paso de los Alpes, camino que debían coger los germánicos para entrar en territorio romano.

Pasaron casi tres años hasta que los germanos irrumpieron en la zona, años en los cuales Mario utilizó al ejército en tareas de construcción civil como crear nuevas carreteras, arreglar puentes, levantar obras hidráulicas, etc, y por supuesto, entrenar. También mejoró el arma arrojadiza de la legión, el pilum, aportándole una unión débil entre el asta metálica y el mango de madera. Esta unión se rompía tras el impacto, de manera que, una vez lanzada, ningún enemigo podía capturarla y lanzarla contra los propios romanos. Además, tras la batalla, los propios soldados podían recoger un pilum "partido" y repararlo fácilmente.

Por otro lado, Boiorix, tras vagar por la Hispania y la Galia desde su victoria en Arausio, decidió dividir en tres grupos a su séquito, y por fin, invadir Italia. Los teutones serán los encargados de entrar en Italia por el Oeste, a través de un paso en los Alpes cerca de Aquae Sextae.

Desarrollo de la batalla

Se dice que Cayo Mario contó con varios soldados que conocían la lengua celta. Escogió a unos pocos, entre ellos Quinto Sertorio, y los mandó infiltrarse en territorio teutón para conocer la fecha del ataque y las intenciones que llevaban. Cuando Mario recibió el aviso de peligro inminente de ataque, ordenó a Claudio Marcelo que se ocultara junto a 3.000 legionarios en las colinas cercanas para realizar una emboscada. Además, instruyó al resto de sus legionarios para que dejasen a los germanos cargar contra ellos cuesta arriba.

La batalla empezó cuando la avanzadilla germana, los ambrones, atacó la posición romana sin esperar refuerzos. Los germanos cargaron colina arriba quedando rota su formación por la pendiente y el terreno rocoso, quedando además diezmada a causa de la lluvia de sus jabalinas. Siguió un combate a golpes y puñaladas, en el que los romanos, con el gladius y mejor entrenados y situados, tuvieron una ventaja decisiva. Los germanos fueron rechazados hacia la planicie, donde intentaron formar un muro de escudos, a la espera del grueso de las tropas germanas.

Cuando la fuerza principal (los teutones) llegó, atacaron inmediatamente a los romanos, pero las cohortes de Marcelo aparecieron desde las colinas y cargaron contra los teutones cayendo por su retaguardia, mientras Mario les atacaba de frente. La retaguardia germana cedió, las primeras filas se dispersaron y todo el ejército quedó deshecho. En lo que parece ser una verdadera masacre murieron más de cien mil germanos, y otros noventa mil más fueron hechos prisioneros, incluyendo a su rey Teutobod. Éste fue conducido a Roma, para celebrar el Triunfo de su vencedor, donde finalmente fue ejecutado.

Consecuencias

Busto de Cayo Mario, vencedor en la batalla de Aquae Sextiae.

El Senado ofreció celebrar un Triunfo a Mario, pero éste, dándose cuenta del peligro que todavía representaban los cimbrios, se negó y se unió a su colega Catulo para enfrentarse a ellos. Un año después los cimbrios fueron igualmente derrotados en la batalla de Vercelas, lo cual supondría el fracaso de los planes de invadir Roma por parte de las tribus germánicas.

Referencias

  1. a b c d Richard A. Gabriel (2011). Man and Wound in the Ancient World: A History of Military Medicine from Sumer to the Fall of Constantinople. Washington DC: Potomac Books, pp. 18. ISBN 978-1-59797-848-4.
  2. a b Plinio Prioreschi (1996). A History of Medicine: Roman medicine. Tomo III. Omaha: Horatius Press, pp. 565. ISBN 978-1-88845-603-5. La cifra correspondiente a los 100.000 cimbrios y teutones esclavizados proviene del cálculo del autor, 80.000 germanos capturados en el 102 a. C. (200.000 más son asesinados) y 20.000 más son tomados prisioneros en el 101 a. C. (y otros 130.000 masacrados).
  3. a b Francisco Marco Simón & José Remesal Rodríguez (2004). Vivir en tierra extraña: emigración e integración cultural en el mundo antiguo : actas de la reunión realizada en Zaragoza los días 2 y 3 de junio de 2003. Barcelona: Edicions Universitat Barcelona, pp. 137 (cita 33). ISBN 978-8-44752-802-8. La fuente a la que se refiere el autor es Tito Livio, Períocas, libro 68: en ella Livio estima que en la batalla de Aquae Sextiae (102 a. C.) unos 200.000 teutones y ambrones fueron muertos y 90.000 capturados, también menciona que en el posterior Vercelas unos 160.000 cimbrios son masacrados y 60.000 esclavizados, en total 360.000 germanos muertos y 150.000 esclavizados.
  4. Richard A. Gabriel (2002). The Great Armies of Antiquity. Westport: Greenwood Publishing Group, pp. 266. ISBN 978-0-27597-809-9.

Notas

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