Armisticio de San Juan

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El armisticio de San Juan fue un fallido acuerdo de alto el fuego entre las fuerzas chilenas y peruanas a la llegada de las primeras a Miraflores, el 15 de enero de 1881, durante la Campaña de Lima de la Guerra del Pacífico.

Desarrollo del armisticio

Los chilenos

El jefe chileno, el general Manuel Baquedano, sostuvo, a petición del cuerpo diplomático con sede en Lima, una conferencia con una comisión representante de éste. Los diplomáticos pedían una serie de garantías tanto para las personas como para los bienes materiales de los sectores de la población que eran neutrales con respecto a la guerra. Además, se contempló la posibilidad de negociar con el gobierno peruano si éste entregaba el puerto de El Callao.

Baquedano acordó no abrir fuego hasta saber los resultados de las gestiones. Mientras el jefe chileno se encontraba inspeccionando los movimientos de las tropas chilenas,[1]​ las fuerzas peruanas, al interpretar que estos movimientos eran el inicio de un ataque, rompieron el fuego cerca de las 14:30 h, lo que desencadenó la batalla y posteriormente el bombardeo de los buques chilenos sobre Miraflores. El teniente francés E. de León, agregado como observador neutral al Estado Mayor chileno, dio en sus Memorias la siguiente explicación:

Creemos que, como suele ocurrir generalmente en la guerra, la batalla se empeñó de un modo casual. El general Baquedano cometió la ligereza de acercarse a las líneas enemigas; uno de los generales se lo estaba advirtiendo en ese momento. La vista del numeroso grupo de oficiales debió tentar a algunos soldados [peruanos] o quién sabe si éstos pensaron que aquello era un ataque.
Teniente E. de León, agregado al Estado Mayor chileno[2]

Los peruanos

En la mañana del día 14 de enero, el ministro chileno José Francisco Vergara, por petición de gran parte del alto mando chileno y en aras de que no se repitieran los hechos previos, envió al coronel Miguel Iglesias junto a Isidoro Errazúriz como emisarios al dictador Nicolás de Piérola para señalar la "inutilidad de derramar más sangre". Iglesias pudo conversar con Piérola, pero Errazúriz no fue recibido, ya que Piérola solo hablaría con un ministro oficial. Iglesias cumplió su palabra de regresar como prisionero.

Con el interés de salvaguardar las propiedades de la ciudad, entre ellas las propiedades de extranjeros, se establecieron como parlamentarios de la tregua los cónsules extranjeros M. de Vorges de Francia, Spencer Saint John de Gran Bretaña y Jorge Tezanos Pinto de El Salvador, que llegaron en un tren con bandera blanca a Chorrillos desde Lima. En la tarde del día 14 se reunieron con el alto mando chileno, pero Baquedano los citó para el día 15 en la mañana porque consideró que era ya muy de noche.

Así la reunión se realizó el día 15 de enero entre los diplomáticos extranjeros y los chilenos Manuel Baquedano, Guillermo Lira y José Francisco Vergara. Manuel Baquedano exigió la rendición incondicional del Callao. Los negociadores le pidieron tiempo para consultarlo con Piérola. Entonces se acordó de palabra que se detendrían las hostilidades hasta las 12:00 horas. Las tropas chilenas realizaron algunos desplazamientos.

Mientras Nicolás de Piérola se encontraba en Miraflores recibiendo a los extranjeros Tezanos Pinto, De Vorges, Saint John, Sterling y al almirante Petit Thouars y revisando las condiciones pedidas por Manuel Baquedano; el general Baquedano, Pedro Lagos y otros oficiales se encontraban por su lado practicando reconocimientos en el terreno, tomando posiciones dejadas por las líneas peruanas en la tregua. Un confuso incidente (un tiroteo cruzado) dio inicio a la batalla de Miraflores a las 2:30 pm del 15 de enero de 1881.

Véase también

Referencias

Bibliografía