Amor fati

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Amor fati, estas dos palabras latinas se traducen como «amar el destino».

Nietzsche escribe por ejemplo:

Mi fórmula para expresar la grandeza en el hombre es amor fati; no querer tener nada de diverso de lo que se tiene, nada antes, nada después, nada por toda la eternidad. No sólo se debe soportar lo necesario y no esconderlo -todo idealismo es mentira frente a lo necesario-, sino amarlo. (F. Nietzsche: Ecce Homo, pág 678)

La fórmula amor fati es de Nietzsche, haciendo alusión al amor al destino del que habla él. Ningún escritor latino de la Antigüedad emplea estas palabras aunque hay analogías con el estoicismo. El Manual de Epicteto que redactó Arriano también expresaba bien esta actitud en una fórmula impactante que contiene toda la disciplina del deseo:

No intentes que lo que ocurre, ocurra como tú quieres, sólo ama lo que ocurre, ocurra como ocurre y serás feliz.


La frase se utiliza en varias ocasiones en los escritos de Nietzsche y es representativa de su perspectiva general de la vida:

Quiero aprender cada día a considerar como bello lo que de necesario tienen las cosas; así seré de los que las embellecen. Amor fati: sea este en adelante mi amor. No quiero hacer la guerra a la fealdad. No quiero acusar, ni siquiera a los acusadores. ¡Que mi única negación sea apartar la mirada! ¡Y en todo y en lo más grande, yo solo quiero llegar a ser algún día un afirmador!

Mi fórmula para expresar la grandeza en el hombre es amor fati [amor al destino]: el no-querer que nada sea distinto ni en el pasado ni en el futuro ni por toda la eternidad. No solo soportar lo necesario, y aún menos disimularlo ―todo idealismo es mentira frente a lo necesario― sino amarlo.

Para entender estas declaraciones puede ser útil tener en cuenta otros conceptos de Nietzsche. Por una parte, se trata de la aceptación de lo que es natural e inevitable, como algo necesario de lo que nos nutrimos y en cuyo entorno evolucionamos. Amor fati: amor a lo que nos toca en destino o en suerte. Por otra parte, se trata del concepto de tiempo. Nietzsche hace referencia a la forma de vida griega antigua (en su libro "El origen de la tragedia") y muestra que se consideraba prioritario vivir el presente con entrega. Solemos ver el tiempo como una línea recta por la que nos desplazamos; no obstante, este es considerado por Nietzsche como circular, concepto que describe con el término eterno retorno y que resulta similar al concepto budista de tiempo como espiral ascendente. Nietzsche asocia el concepto de superhombre (Übermensch) al de amor fati: el superhombre es el único capaz de salir del círculo cerrado del eterno retorno, en el que no tendría cabida el concepto de evolución. Nietzsche era profesor y pensaba que el alumno aprende por repetición mientras no comprende; cuando comprende pasa al nivel siguiente... del mismo modo, el hombre aprende por la repetición en el círculo del eterno retorno y, cuando comprende, se transforma en el superhombre.

Cabe una aclaración: evolución significa etimológicamente "movimiento", sin indicación de si se trata de "avance" o "retroceso". Tendemos a asociar evolución a un "movimiento de avance", pero Nietzsche era filólogo y, por tanto, consciente de que la "evolución" puede ser un movimiento en ambos sentidos. La retrogradación y la "voluntad de muerte", que asigna a las especies así como a las sociedades avanzadas resulta, entonces, una etapa de un movimiento ondulatorio que coincide con las etapas de nacimiento-crecimiento hasta el apogeo-declinación y muerte, momento en que el agotamiento y el cansancio generan deseo de descanso y la voluntad de muerte, así una etapa da paso a la siguiente por medio de la fusión de una energía que merma hacia la extinción y una que crece hasta tomar el primer lugar.

La evolución, en el sentido de Nietzsche, consiste en el equilibrio de fuerzas que se rompe por una expresión de la voluntad. Para que esto sea factible, resulta necesario tener la energía suficiente. Nietzsche considera al hombre actual atrapado en el Eterno Retorno a causa de su falta de fuerza; falta de fuerza que, por otra parte, define al hombre mismo y de la que, por lo tanto, no puede huir por completo. Es necesario un cambio en el hombre ("el hombre es algo que debe ser superado" decía), quizás una mutación o simplemente su extinción ante la aparición de un nuevo hombre, el superhombre: el nuevo eslabón en la evolución que ha de producir un hombre capaz de salir del círculo en que está preso el hombre actual.

Nietzsche describe a este superhombre en términos similares a: - un hombre que busca el abismo. - un hombre que sube solitario la helada ladera de la montaña. - un hombre solitario, sobre la montaña, que ve venir la tormenta y espera el rayo. - un hombre que tiene vocación por el abismo de lo desconocido. - un hombre que tienta al destino, a la vida, para que esta le muestre las variantes del azar.

Así, el concepto de Amor fati incluye las aristas de:

1.- Amor al destino. 2.- Amor al presente. 3.- Voluntad de azar. 4.- Evolución hacia el superhombre.

Véase también

Referencias