Ir al contenido

Diferencia entre revisiones de «Neoliberalismo en el Perú»

De Wikipedia, la enciclopedia libre
Contenido eliminado Contenido añadido
DSan (discusión · contribs.)
creado artículo desde Conservadurismo en el Perú, para reducir la carga del anterior artículo y mejorar las referencias
(Sin diferencias)

Revisión del 21:28 26 oct 2023

El neoliberalismo en el Perú (conocido también como «neoliberalismo criollo»)[1]​ corresponde a una serie de políticas de tal ideología aplicadas desde los años 1980,[2]​ que fueron efectivas con el Fujishock de los años 1990, luego de las propuestas económicas recibidas desde Washington hacia América Latina, las que estuvieron fuertemente relacionadas desde entonces.[3]

Es una de las corrientes que permaneció vigente en esa región, debido a que no es cuestionada.[4]​ Tal corriente cuenta con el apoyo de la élite económica y parte de la clase media, y los partidarios abogan por la desregulación, la privatización y la eliminación de los programas sociales.[5]​ Este último se reemplaza a un enfoque individualista al compromiso social, siendo el movimiento cooperativo que dejó la primera reforma agraria en 1969 reemplazada por empresas que buscan ofrecer tales enfoques.[2]

Desarrollo del neoliberalismo

Antecedentes

La economía liberal provino de José Manuel Rodríguez, representante de la primera generación de economistas del Perú (finales del siglo XIX) con idea de fomentar la intervención del capital extranjero en la exportación de sus productos.[6]​ El antecedente del neoliberalismo se concretó en las medidas económicas por el entonces ministro Pedro Beltrán Espantoso en el segundo gobierno de Manuel Prado Ugarteche, a mediados del siglo siglo XX.[7]​ A continuación, una nueva versión preliminar se aplicó como medida económica por parte de Manuel Ulloa, consistiendo en llevar las medidas de financiamiento a la clase pobre con obtener recursos naturales.[8]

Implementación de los consensos de Washington y Lima

Hernando de Soto, fundador de una de las primeras organizaciones neoliberales en América Latina, el Instituto para la Libertad y la Democracia (ILD), comenzó a recibir asistencia de la administración de Ronald Reagan, con el Centro para la Empresa Privada Internacional de la Fundación Nacional para la Democracia. Aquella fundación brindó financiamiento y educación a ILD para sus campañas publicitarias.[9][10][11]​ Entre 1988 y 1995, de Soto y el ILD fueron los principales partícipes de unas cuatrocientas iniciativas, leyes y reglamentos que llevaron a cambios significativos en el sistema económico del Perú.[12]​ Especialistas como Carlos Iván Degregori, Cecilia Blondet y Nicolás Lynch catalogaron su visión de «neoconservadora» por naturaleza, debido los derechos que aplicarían a los trabajadores en condición de informalidad (una de más grandes en el precario sistema laboral del país).[13]

Luego de la economía social de mercado sustentada originalmente por el Partido Popular Cristiano para la constitución de 1979, según el historiador Henry Pease,[14]​ el neoliberalismo de la constitución de 1993, ahora bajo el neopopulismo de Fujimori,[15]​ fue el primer inicio para fomentar políticas más inclusivas; sin embargo, en la práctica no fue así.[16]​ El Consenso de Lima establecido durante la administración de Fujimori se centró económicamente en la desregulación y la privatización con el objetivo de migrar el Estado a una economía neoliberal.[17][18]​ Según la investigadora Maruja Barrig, en el poder ejecutivo hubo mayor prioridad en la maximización del capital que en iniciativas sociales como el enfoque de género.[16]

Cuando el gobierno de Fujimori comenzó a implementar su política económica, su administración intentó reescribir la visión económica del Perú, bajo la supervisión del ministro Ministro de Economía Carlos Boloña. El ministro justificó en una narrativa oficialista que «durante las tres décadas que antecedieron a la presente (1994), las ideas y los gobiernos populistas, socialistas o mercantilistas ejercieron en nuestro país un predominio casi absoluto».[18]​ El desmantelamiento de los partidos políticos en la década de 1990 trajo como resultado que los políticos recién llegados al siglo XXI estuvieran débilmente estructurados, ya que los tecnócratas que existían en el gobierno de Fujimori seguirían promoviendo el Consenso y permanecer la situación política en Perú.[19]​ A medida que el Consenso de Washington perdía relevencia en la década de 2000, un Consenso de Lima más definido comenzó a surgir en Perú al mismo tiempo que la economía mejoraba durante el auge de las materias primas de esa década.[20]​ El auge permitió a Perú crecer su economía a base de recursos esenciales y diversificó de los elementos minerales que explotaba,[21]​ mientras que población se jerarquizó en base al acceso a los créditos financieros.[22]

Postura política

Dentro de la historia del país, el historiador Franklin Pease García Yrigoyen señaló que la tendencia conservadora mantuvo los principios colonialistas al Estado desde que este se ha independizado de los españoles; por ejemplo, de ser un «productor del bien público y de la bonanza económica» con apoyo de comerciantes extranjeros.[23]​ En el siglo XXI la tendencia conservadora sugirió al neoliberalismo como una corriente positiva por su particularidad en obtener recursos a cambio de generar megaobras.[24]

Este toma conceptos clásicos de la ideología; donde sostiene a una comunidad política conformada por individuos (sean empresarios o integrantes de gremios) que «deben enriquecerse» para encontrar el progreso de los peruanos, y así ganar su liderazgo en la toma de decisiones del país.[1]​ Esta ideología intentó extender otros sectores sociales del país a modo de promesas.[25]​ La falta de intervención estatal promovida por el Consenso alejó los planes de una democracia liberal idealizada,[26]​ ya que la corriente neoliberal continuó luego del régimen de Fujimori.[27]​ En cambio, con un desempeño deficiente de los gobiernos sucesores,[26]​ este sistema estuvo muy propensa a la corrupción (tal como ocurrió en el segundo gobierno de Belaúnde),[8]​ con muchos peruanos experimentando servicios básicos insuficientes como educación, justicia y seguridad.[17][19]

Sin embargo, el auge económico que experimentó Perú no significó en un gobierno más fuerte, con la desregulación y la privatización cada vez más establecidas debido al Consenso que siguió a la caída del gobierno de Fujimori, mientras que las élites que apoyaban el Consenso obtuvieron poder de veto en el gobierno.[17][20][19]

Impacto en el conservadurismo peruano

Desarrollo del mercantilismo en la preparación académica

La instrucción académica bajo el modelo neoliberal de Fujimori permitió la docencia del sector privado,[28]​ algo que se impidió con la Constitución de 1979.[29]​ Un rasgo importante de este modelo es la «promoción de la inversión en educación» (a partir de una norma legislativa publicada en 1996),[29]​ que solía ligarse de la mercantilización, limitando el conocimiento en algunos sectores con bajo poder adquisitivo.[30]​ El educador Juan Rivera Palomino justificó que el objetivo de la reforma fue de «preparar, entrenar alumnos idóneos, eficientes, competentes y competitivos en la aplicación de conocimientos a situaciones problemáticas para que desarrolle competencias con miras al mundo laboral, al empleo y al mercado como sostienen los técnicos de la OCDE y los del Banco Mundial».[31]

Según La República, con el Tratado de Libre Comercio Perú-Estados Unidos, no se propusieron atractivas ofertas de en la mayoría de los servicios del sector educativo estatal (salvo centros de idiomas y arte culinario), sin descartar la posibilidad de realizar cambios en la legislación nacional sobre educación.[32]​ Esto explica que en casi tres décadas de neoliberalismo, el desarrollo de materias sociológicas y afines a las ciencias políticas se debilitaron en la formación universitaria.[33]​ Irónicamente, debido a la situación informal, la implementación del sistema laboral no aportó en mejorar la calidad de los trabajadores en el país.[34]

Una investigación sobre la Reforma Educativa Neoliberal (aquella emprendida desde 1990 con su revisión final en 1997) por la Universidad San Ignacio de Loyola dedujo en este postulado: «[La reforma] no se apoyó en la generalizada sensación de derrota del campo progresista para descalificar las estrategias educacionales demoliberales, consignar como acabado el sistema educativo tradicional y borrar de la memoria las innumerables experiencias educacionales (que se desarrollaron a mediados y finales del siglo XX)».[35]

Ecología

La degradación ambiental ocurrió en el Perú debido a la permisividad del Estado para obtener un mayor crecimiento de los recursos naturales.[17]​ La degradación se debe a la carencia de protección de los pueblos indígenas,[36]​ que fueron aprovechadas particularmente en los gobiernos de Fernando Belaúnde y Alan García (segundo mandato).[37]

No obstante, en el gobierno de Fujimori, el neoliberalismo instaurado permitió la expropiación de tierras indígenas.[27]​ De hecho, se limitó el Código del Medio Ambiente y los Recursos Naturales de 1990, considerado como un «obstáculo» para el sector empresarial por sus incongruencias en el manejo de riqueza ecológica;[38]​ mientras que en los capítulos de economía de la Constitución Política de 1993, los derechos de territorio se redactaron con ambigüedad.[39]

Aférreos a la doctrina neoliberal suelen desprestigiar propuestas alternativas estar aparentemente ideologizadas,[40]​ propuestas que fueron concretándose en movimientos sociales.[41]​ Estas no tuvieron el mismo peso con quienes estuvieron en contra de los mecanismos extractivistas en la sierra y selva del país, que agrupa a la izquierda peruana.[41]​ No obstante, por el lado opuesto, el Bulletin de l'Institut Français d'Études Andines señaló que se buscaron crear convenios para evitar la sobrepresencia empresarial en el entorno ecológico como fue la Coordinadora Binacional de la Nacionalidad Achuar del Ecuador y Perú, que estuvo involucrados movimientos católicos y evangélicos.[42]

Pese a los pocos intentos de oposición, el extractivismo en Perú permaneció en las siguientes décadas, promovida del abandonado consenso de Washington, por empresas privadas.[43]​ Por ende, la estrategia para generar ingresos continuó de línea económica antiguorregimental,[44]​ y el país no pudo encontrar una industria sostenible para reemplazar ese sector extractivo.[34]​ En 2014 se reveló una serie de correos filtrados desde el despacho ministerial de René Cornejo,[45]​ en que se involucraron una disputa en la toma de decisiones en el estudio ambiental para ceder la explotación de recursos naturales.[46][47]​ En los años 2020, a causa del conservadurismo de sus representantes, el Congreso se negó a ratificar el Acuerdo de Escazú sobre derechos ambientales, argumentando que violaría la soberanía de Perú e interferiría con la economía.[17]

Referencias

  1. a b López Lozano, Rafael Baldomero (30 de junio de 2019). «Influencia del neoliberalismo en los principios y valores de las elites empresariales de la ciudad de Lima, Perú». Entramado 15 (2): 202-215. ISSN 2539-0279. doi:10.18041/1900-3803/entramado.2.5714. Consultado el 20 de octubre de 2023. «La mayoría de los entrevistados conciben la nacionalidad peruana sobre la base de un neoliberalismo criollo, esto es, la adaptación del pensamiento neoliberal clásico al contexto peruano. Este sostiene que una comunidad política se encuentra compuesta por individuos que para progresar deben enriquecerse, siendo la única posibilidad de "salir adelante" el trabajo productivo dentro de un mercado libre. [...] Esta narrativa tiene como objetivo integrar a otros a nivel de sociedad [y] brinda protagonismo a los empresarios en la vida política nacional y asegurar sus intereses. [...] Por otro lado, la hegemonía del pensamiento neoliberal no solo parte de la economía sino de la vida en general, siendo esta su forma de concepción de la sociedad. Ella representa a la nación en el sentido de una comunidad de individuos con intereses distintos que para progresar económicamente deben entender que el trabajo es la única forma de generar bienestar. En ese sentido, dentro de los gremios empresariales se genera la riqueza de todos y eso les permite ganar un liderazgo en la toma de decisiones del rumbo de la sociedad». 
  2. a b Poole, Deborah (28 de diciembre de 2012). «Corriendo riesgos: normas, ley y participación en el Estado neoliberal». Anthropologica 30 (30): 83-100. ISSN 2224-6428. doi:10.18800/anthropologica.201201.005. Consultado el 26 de octubre de 2023. «Con la reforma neoliberal del Estado en los ochenta y la nueva Constitución de 1993, la fuerza normativa de la ley ya no radica en esta lógica social de una ciudadanía que revindica sus derechos sociales. En el Derecho administrativo y fiscal neoliberal mas bien, la «fuerza de la ley» emerge precisamente de los discursos técnicos con los que el Estado busca universalizar (o «igualar») los derechos individuales dentro de la lógica competitiva del mercado (Plant, 2009). [...] Desde esta perspectiva, la única opción que el Estado ofrece a los cooperativistas es la conversión en una «empresa» y la repartición de sus terrenos bajo títulos particulares. En este sentido, las acciones de los cooperativistas al repartir sus tierras se adecuan a una lógica jurídica neoliberal según la cual el fin del Derecho es el de consagrar y privilegiar los derechos individuales en el contexto del mercado». 
  3. Contreras, Carlos; Monsalve, Martín (2022). El Estado y los empresarios en la historia económica del Perú independiente. Nudos de la República. Proyecto Especial Bicentenario de la Independencia del Perú. p. 158. ISBN 978-612-49142-3-2. Consultado el 14 de octubre de 2023. «El Consenso de Washington retomaba las ideas del liberalismo económico del siglo xix, por lo que fue bautizado como «neoliberalismo». Por tener que batallar contra las medidas redistributivas del keyneseanismo de mediados del siglo xx, que habían propiciado diversos programas estatales de ayuda social y empleo, y en América Latina, contra el desarrollismo, que le sumaba a ello, las estrategias de participación del Estado para el logro de una revolución industrial, el neoliberalismo exacerbó algunas líneas maestras del liberalismo clásico, como la exclusión del Estado de las tareas de producción y distribución de bienes, el fiel cumplimiento del equilibrio entre los ingresos y egresos fiscales y la estabilidad de la moneda». 
  4. Eaton, 2015, p. 129. «Explanations vary of neoliberalism’s unusual persistence in Peru. Some explain the resilience of Peruvian neoliberalism as the result of the capture of the state by business interests, particularly the financial sector (DURAND, 2010). Others attribute this persistence not to the private sector but to the public sector, namely entrenched technocrats in key bureaucracies like the Central Bank and Ministry of Economy and Finance whose expertise and mastery of administrative procedure have enabled them to shield the neoliberal regime from political interference (DARGENT, 2011, 2014; VERGARA and ENCINAS, forthcoming). Whatever the cause of this persistence, the inability of opponents of neoliberalism to generate even a serious debate about the neoliberal model stands in sharp contrast to other countries in Latin America, where neoliberalism has been seriously questioned (e.g. Argentina, Bolivia, Ecuador and Venezuela) or complemented with important new forms of state-financed social protection (e.g. Brazil and Chile) (LEVITSKY and ROBERTS, 2011)».
  5. Holland, Lynn (30 de julio de 2014). «The House on the Mountain: How Mining Corrodes Democracy in Peru». Council on Hemispheric Affairs (en inglés estadounidense). Consultado el 23 de febrero de 2022. 
  6. Saenz-Armstrong, Patricia (2018). «Economic Liberalism in Peru». Econ Journal Watch 15 (2): 179-200. Consultado el 13 de octubre de 2023. «Tax reform was a chief topic of discussion in this platform that Rodriguez had created. Rodriguez advocated liberalizing policies such as lower tariffs and fiscal reforms, but he also advocated interventions including capital controls, as Peru was exporting heavily and running a negative financialaccount balance». 
  7. Orrego, Juan Luis. «Los límites del neoliberalismo en el Perú del siglo XX». Revista Ideele. Consultado el 11 de septiembre de 2023. 
  8. a b Figueroa, Adolfo (1982). «El problema distributivo en diferentes contextos sociopolíticos y económicos: Perú, 1950-1980». Desarrollo Económico 22 (86): 163-185. ISSN 0046-001X. doi:10.2307/3466386. Consultado el 12 de octubre de 2023. 
  9. Pee, Robert (2018). The Reagan Administration, the Cold War, and the Transition to Democracy Promotion. Palgrave Macmillan. pp. 178-180. ISBN 978-3319963815. 
  10. Pee, Robert (2018). The Reagan Administration, the Cold War, and the Transition to Democracy Promotion. Palgrave Macmillan. pp. 168-187. ISBN 978-3319963815. 
  11. Mitchell, Timothy (2005). «The work of economics: how a discipline makes its world». European Journal of Sociology 46 (2): 299-310. doi:10.1017/S000397560500010X. 
  12. Brooke, James (27 de noviembre de 1990). «A Peruvian Is Laying Out Another Path». The New York Times (en inglés estadounidense). ISSN 0362-4331. Consultado el 26 de septiembre de 2020. 
  13. Lamas Zoeger, Leonor; Espinoza Portocarrero, Juan Miguel (2020). «¿Emprendedores y decentes?: una mirada histórico-comparativa a la raza, la distinción y la ciudadanía en el Perú contemporáneo». En Cánepa Koch, Gisela; Lamas Zoeger, Leonor, eds. Épicas del neoliberalismo: Subjetividades emprendedoras y ciudadanías precarias en el Perú. Pontificia Universidad Católica del Perú. pp. 170-171. ISBN 978-612-4355-06-6. Consultado el 21 de octubre de 2023. 
  14. Valladares López, Margarita (20 de enero de 2002). «Reforma constitucional: "construyendo una República de ciudadanos" Entrevista a Henry Pease García Yrigoyen». IUS ET VERITAS (24): 289-296. ISSN 1995-2929. Consultado el 14 de agosto de 2023. «La economía social de mercado proviene básicamente de propuestas social cristianas, que llegan a través del PPC a la Asamblea Constituyente del '79». 
  15. Murakami, Yusuke (2012). Perú en la era del chino: la política no institucionalizada y el pueblo en busca de un salvador. Ideología y Política (Segunda edición revisada y actualizada). Instituto de Estudios Peruanos. p. 45. ISBN 978-9972-51-345-9. Consultado el 27 de septiembre de 2023. «Teniendo en cuenta lo anterior, es dable preguntarse: ¿por qué se le llama “neopopulismo” a la política de Fujimori? Para responder a esta pregunta es importante tomar en cuenta que mientras el populismo convencional se desarrolló bajo un esquema que asignaba al Estado un desempeño importante en la economía y la sociedad así como en la protección de las industrias internas, en el caso de Fujimori, el populismo se amoldó a las políticas “neoliberales” de minimizar en lo posible el rol del Estado, impulsar la apertura y liberalización de la economía y perfeccionar la economía de mercado». 
  16. a b Alegría, Alicia (30 de noviembre de 2020). «La controversia en torno al enfoque de género en el currículo nacional de educación básica en el Perú por parte de la campaña #ConMisHijosNoTeMetas». La Colmena (13): 8-17. ISSN 2220-4490. Consultado el 9 de agosto de 2023. «Según Maruja Barrig (2002), en el Perú de los años noventa, el desarrollo del neoliberalismo viene conjuntamente acompañado con políticas a favor del enfoque de género, dada la “alianza implícita” del gobierno de Fujimori con los organismos internacionales y organizaciones no gubernamentales feministas en la Conferencia de Beijing en 1995. En esta, como señala Barrig (2002), el Estado se compromete, de manera general, a incentivar políticas para las mujeres, lo que permitió intervenir mediante programas de “planificación familiar”. Paradójicamente, lo que se presentó como una manera de empoderar a las mujeres sobre su vida sexual, condujo a la aplicación de un conjunto de políticas de esterilización que se implementaron privilegiando la maximización del capital sobre los derechos de los cuerpos de las mujeres». 
  17. a b c d e Tegel, Simeon. «How Peru Laid the Groundwork for an Oil Spill Disaster». Foreign Policy (en inglés estadounidense). Consultado el 23 de febrero de 2022. 
  18. a b Orihuela, José Carlos (January–June 2020). «El consenso de Lima y sus descontentos: del restringido desarrollismo oligarca a revolucionarias reformas estructurales». Revista de historia (Concepción, Chile) 27 (1): 77-100. 
  19. a b c Levitsky, Steven (Otoño de 2014). «First Take: Paradoxes of Peruvian Democracy: Political Bust Amid Economic Boom?». ReVista. Archivado desde el original el 22 de noviembre de 2014. Consultado el 24 de octubre de 2023. 
  20. a b «El Consenso de Lima». La Republica. 11 de mayo de 2013. Archivado desde el original el 20 de julio de 2020. Consultado el 23 de febrero de 2022. 
  21. Drinot, 2014, p. 173. «For sure, export commodities continue to play a key role in Peru economic fortunes, but the export quantum, though still dominated by minerals, is increasingly diversified and includes both a growing range of nontraditional primary commodities (particularly foodstuffs such as asparagus, paprika, mangoes, and coffee) and manufactured foods».
  22. Drinot, 2014, p. 173. «One of the most interesting but little examined social consequences of Peru’s recent economic growth has been the consolidation of a new social stratification based primarily on patterns of consumption. [...] In a sense, Peruvian society is divided into three social classes: those with access to unlimited credit, those with access to some credit at still relatively high rates (although lower than in many other Latin American countries), and those excluded from credit».
  23. Pease, Franklin (1993). Perú: Hombre e Historia III. Lima: La República. p. 181. Consultado el 26 de abril de 2020. «Se ha mencionado con frecuencia la alternabilidad de proyectos conservadores y liberales; ello no es falso, pero quizás no es -a la vez- tan cierto. Aun los más liberales criterios empleados fueron conservadores en el sentido de que se mantenían dentro de las viejas pautas coloniales que consideraban al Estado como la fuente de los beneficios y de la riqueza, al Estado como productor del bien público y de la bonanza económica. [...] Así, la primera República no fomentó el crecimiento de un empresariado dinámico, y fue conservadora en su diseño de un Estado con marcada tendencia al monopolio y al centralismo. Resultaría interesante investigar detenidamente el comportamiento de los comerciantes extranjeros, representantes voceados del liberalismo económico, pues al parecer aprendieron muy rápidamente como hacer negocios bajo las mismas pautas tradicionales». 
  24. Chueca, Francisco Quiroz (13 de noviembre de 2018). «Conmemoraciones e historiografía». En Líneas Generales (002): 17-29. ISSN 2616-6658. doi:10.26439/en.lineas.generales2018.n002.2664. Consultado el 14 de octubre de 2023. «No es posible hablar de una sola tendencia en la historiografía y, antes bien, nuestra historiografía ratifica su ancestral carácter conflictivo. La nueva tendencia conservadora ve la historia peruana en positivo en medio de un auge neoliberal exportador de minerales y de grandes obras de infraestructura que imprime optimismo económico y social al país». 
  25. Duárez Mendoza, Jorge Luis (Agosto de 2014). «Los estudios sobre el neoliberalismo en el Perú: entre legitimadores del discurso y críticos de la dominación». Revista de Sociología (24): 281-305. ISSN 1609-7580. Consultado el 24 de octubre de 2023. «[...] Víctor Vich ha analizado cómo cierta industria cultural en el Perú ha reproducido un mensaje con el objetivo de reforzar entre la población las promesas de la sociedad de mercado. Relacionando los contenidos de dos programas de televisión con alta sintonía con la reestructuración de los mercados de música popular, el autor identifica una nueva narrativa que busca incluir a amplios sectores sociales del país (los que en palabras de Arellano serían las otroras “clases menos favorecidas” del país) en los éxitos obtenidos por el neoliberalismo [...]». 
  26. a b Drinot, 2014, p. 175. «At the same time, critics have commented on the ways in which neoliberal reforms in the economic sphere, begun by Fujimori (1990–2001) but continued by both Toledo (2001–2006) and García (2006–2011), have not led, as some theorists assume, to the consolidation of an idealized liberal democracy, but rather to a suboptimal politics characterized by clientelism, corruption, limited accountability, and authoritarianism. Perhaps inevitably, Peruvians have little to no confidence in their country’s public institutions and a high percentage view democracy as suspect».
  27. a b Felices Luna, Maritza (1 de abril de 2017). «The Pacification of Peru and the Production of a Neoliberal Populist Order». State Crime Journal (en inglés) 6 (1). doi:10.13169/statecrime.6.1.0156. Consultado el 24 de octubre de 2023. «The anti-institutionalization practices of neoliberal populist leaders pave the way for the continuation of neoliberal populism after the end of their regime (Weyland 2006). As a result, the downfall of Fujimori represented the end of an authoritarian regime but not the end of neoliberal populism. Since 2001, the three democratically elected presidents have continued (in a more or less successful way) to engage in neoliberal populist politics in such a way that populist politics has become the norm. [...] Serious harms are also caused by neoliberal populist policies and practices which expropriate indigenous communities’ land, force the relocation or displacement of communities and populations, cause environmental pollution and degradation, criminalize social protest, generate unstable and dangerous working conditions and facilitate the predatory extraction of natural resources.» 
  28. Astete Barrenechea, Carlos (1 de marzo de 2014). «Políticas educativas y el neoliberalismo en el Perú». Horizonte de la Ciencia 4 (6): 83-86. ISSN 2413-936X. Consultado el 20 de octubre de 2023. 
  29. a b Klaiber, 2007, p. 190. «The new Fujimori-controlled congress promptly wrote a new constitution which favored his neoliberal tendencies. All of these political crises directly affected education. The constitution of 1979 expressly forbade education for profit. The new Fujimori-controlled congress eliminated that particular article, and in 1996 put into effect a law to "foster investment in education". The new law aimed to attract private entities to enter the fi eld of education and thus take some of the burden off the state».
  30. Huertas Vilca, Karla Stefanny; Durand Azcárate, Luis Augusto; Cabos Villa, Luigi; D'Angelo Panizo, Maria del Carmen (8 de febrero de 2022). «Modelo neoliberal en sistema educativo peruano: Crisis y limitaciones en el contexto de pandemia». Encuentros. Revista de Ciencias Humanas, Teoría Social y Pensamiento Crítico. (15): 352-365. ISSN 2610-8046. doi:10.5281/zenodo.5980107. Consultado el 10 de septiembre de 2023. «El modelo neoliberal pone al descubierto la mercantilización de la educación, en cuyo caso privatiza el saber y coloca al conocimiento y la información en un lugar privilegiado cuyo provecho se ve determinado por la capacidad y cobertura económica». 
  31. Rivera Palomino, Juan (1 de junio de 2022). «Vida y muerte de la política educativa neoliberal en el Perú 2». Revista Ideele. Consultado el 20 de octubre de 2023. 
  32. Ruiz Caro, Ariela. «Reforma neoliberal - TLC y educación en el Perú». LaRepublica.pe. Archivado desde el original el 28 de octubre de 2014. Consultado el 8 de septiembre de 2023. «Es cierto que Fujimori realizó una reforma neoliberal en el sector educativo, que hoy, sin necesidad de modificaciones, se intenta perpetuar con el TLC. En la medida en que el Perú, en el marco de las negociaciones multilaterales que tienen lugar en la OMC, no ha presentado una oferta de liberalización de los servicios educativos (salvo centros de idiomas y arte culinario), un futuro gobierno podría realizar cambios en la legislación nacional sobre educación. [..] Este proceso [de neoliberalización] se ha profundizado desde inicios de los noventa con el telón de fondo de las políticas económicas aplicadas en el marco del denominado Consenso de Washington, cuyos ejes centrales fueron la plena libertad de mercado, la disciplina fiscal y la desregulación del Estado. Al Estado se le asignó un rol "subsidiario", hecho que connota una visión residual de las políticas públicas, pues a éste, según dicho Consenso, sólo le corresponde actuar allí donde el mercado no llega. El Estado debía limitarse a mantener el orden interno y externo y a la realización de tareas de asistencia social.» 
  33. Castillo Rivadeneira, Oscar (31 de diciembre de 2021). «La sociología, el neoliberalismo y el traje del emperador». Pluriversidad (8): 27-49. ISSN 2617-6262. doi:10.31381/pluriversidad.v1i8.4569. Consultado el 9 de septiembre de 2023. «En ese aspecto, se puede decir que, los neoliberales, aliados con los conservadores de ultraderecha, y grupos fanáticos religiosos, también tuvieron éxito, asociando o ligando a la oposición de izquierda, la socialdemocracia y las ciencias sociales, con los conceptos de «terrorismo» «comunismo» y «violencia política». Así, a lo largo de las décadas de esta «larga noche neoliberal», disciplinas como la sociología y las ciencias políticas se debilitaron o desaparecieron en muchas universidades del país». 
  34. a b Jiménez, Félix (2001). «El modelo neoliberal peruano: límites, consecuencias sociales y perspectivas». En Sader, Emir, ed. El ajuste estructural en América Latina: Costos sociales y alternativas. CLACSO. pp. 145-169. ISBN 950-9231-56-8. Consultado el 6 de octubre de 2023. 
  35. Solórzano, Rolando Oscco; Tasayco, Héctor Chico; Suarez, Eric Gálvez; Sotelo, William Flores; Lalupú, José Coveñas; Montes, Carmen del Pilar Gallardo (2 de enero de 2019). «Análisis crítico de las reformas educativas emprendidas desde 1990 en docentes investigadores de Lima Metropolitana». Propósitos y Representaciones 7 (1): 83-106. ISSN 2310-4635. doi:10.20511/pyr2019.v7n1.256. Consultado el 20 de octubre de 2023. 
  36. Gamboa Balbín, César (1 de diciembre de 2011). «Consulta previa y su contexto nacional: un mejor manejo político sobre los recursos naturales». Revista Elecciones 10 (11): 119-161. ISSN 1995-6290. doi:10.53557/Elecciones.2011.v10n11.05. Consultado el 4 de agosto de 2023. «El constitucionalismo andino puede estar marcado por Cartas políticas conservadoras y progresistas en cuanto al reconocimiento de los derechos colectivos de los pueblos indígenas. Las Constituciones de Bolivia, Ecuador y Venezuela tienen un lenguaje constitucional mucho más preciso y descriptivo de ciertos derechos colectivos; la Carta de Colombia plantea un reconocimiento de liberalismo moderado que incluye la inserción del reconocimiento de la autonomía indígena en la estructura estatal; muy por el contrario, la Constitución del Perú no le dedica ningún capítulo especial y es muy reacia a considerar algún contenido normativo específico, respondiendo a principios generales, sin institucionalizar la relación del Estado y los pueblos originarios». 
  37. Arenas, Susan Carol Bernuy (30 de diciembre de 2021). «Colonialidad, extractivismo y resistencia en la Amazonía peruana». Espiral, revista de geografías y ciencias sociales 3 (6): 5-27. ISSN 2708-8464. doi:10.15381/espiral.v3i6.21705. Consultado el 19 de agosto de 2023. «Es posible identificar la actuación colonial del Estado en la Amazonía peruana. Entre los ejemplos que ilustran esta situación, se puede identificar el gobierno de Fernando Belaúnde y su política de “La conquista del Perú por los peruanos” que se centró en la ocupación/colonización de la Amazonía, la explotación desordenada de sus recursos y la imposición de una “visión de desarrollo moderna” que se acompañaron de acciones como el bombardeo a pueblos originarios no contactados (Genocidio Matsés en Loreto). O el gobierno de Alan García que promulgó decretos legislativos que afectaban la autonomía de los pueblos originarios, a fin de facilitar la firma de un tratado de libre comercio con los Estados Unidos, lo cual fue realizado sin ningún tipo de consulta, alegando que “estas personas no son ciudadanos de primera clase” y que sus territorios son “tierras ociosas porque el dueño no tiene formación ni recursos económicos, por tanto, su propiedad es aparente”, más una serie de irresponsables acciones que suscitaron la masacre en Bagua, más conocida como el “Baguazo”». 
  38. Fisher, Jeffrey A. (18 de agosto de 1995). «Privatizando el medio ambiente ¿un rubro contradictorio para el desarrollo sostenible?». Agenda Internacional 2 (5): 113-129. ISSN 2311-5718. doi:10.18800/agenda.199503.007. Consultado el 27 de septiembre de 2023. «Desde que el Código del Medio Ambiente y los Recursos naturales (CMARN) se firmó en Septiembre de 1990, este se ha debilitado considerablemente, dejando de ser un "obstáculo" para la inversión privada. Cabe decir que desde el principio, el Código contenía omisiones e incongruencias que requerían ser clarificadas, pero muchos de los cam-bios que se han dado hasta ahora buscan solo que el Perú sea más atractivo para la inversión privada. Esto se evidencia en las leyes aprobadas después que se promulgó el CMARN. Por ejemplo, la ley de Promoción de las Inversiones en el Sector Agrario, del 11 de Noviembre de 1991, deroga el Artículo 71 del CMARM que prohibía desarrollar actividades de aprovechamiento energético o de recursos naturales no renovables en áreas naturales protegidas». 
  39. Salas, Fabio Manuel (15 de diciembre de 2022). «La economía política de la ambigüedad del reconocimiento: derechos colectivos de los pueblos indígenas bajo el neoliberalismo à la peruana (1990-2000)». La Colmena (15): 51-62. ISSN 2220-4490. doi:10.18800/lacolmena.202201.003. Consultado el 9 de agosto de 2023. «[B]ajo la Constitución peruana no se plantea reconocimiento alguno del territorio de los pueblos indígenas a pesar de que dicho concepto es referido explícitamente por el Convenio en su artículo 13 (OIT, 2014): “La utilización del término tierras en los artículos 15 y 16 deberá incluir el concepto de territorios (...).” (p. 35). Mientras que el concepto de "tierra" hace referencia al espacio físico que ocupan directamente los PI, el de “territorio” comprende dicho ámbito y lo supera, al incluir el espacio en que los PI obtienen recursos naturales que son necesarios tanto para la subsistencia como para el desarrollo, también aquel espacio en el que las costumbres y tradiciones se realizan, en última instancia constituyéndose como manifestación de su identidad (Landa, 2020)». 
  40. Silva Santisteban, Rocío (1 de enero de 2016). «Perros y antimineros : discursos extractivistas y prácticas represivas en el Perú.». Tabula Rasa (24): 79-104. ISSN 2011-2742. doi:10.25058/20112742.58. Consultado el 19 de agosto de 2023. «De esta manera el discurso extractivista se engarza «naturalmente» sobre el discurso neoliberal fujimorista que apela a lo técnico como elemento neutro dentro del ámbito de lo político y desprestigia lo político asumiéndolo como ideologizado; y sin embargo se integra al sistema global en tanto que país productor de materias primas. Con el alza posterior de los commodities y el aumento de las inversiones mineras, de hidrocarburos y gasíferas a gran escala entrado el siglo XXI, así como la democracia en el Perú, el mismo sentido común permanece». 
  41. a b Crabtree, John (2020). «Democracia, poder de las élites y sociedad civil: una comparativa entre Bolivia y el Perú». Revista CIDOB d' Afers Internacionals: 139-162. ISSN 2013-035X. doi:10.24241/rcai.2020.126.3.139. Consultado el 17 de octubre de 2023. «A partir del año 2000, los principales signos de resistencia a la política gubernamental se dieron en aquellos sectores en los que el desarrollo de las industrias extractivas amenazaba los intereses de la comunidad, especialmente en la minería (en las tierras altas) y los hidrocarburos (en la selva amazónica). Otros sectores impulsaron acciones de retaguardia, como los cocaleros que se opusieron a los planes de erradicación del Gobierno. Con todo, la izquierda peruana resultó ser incapaz de coordinar estas acciones –hacer encajar todas las piezas– para aportar liderazgo y una ideología encaminada a la protección de los recursos naturales contra el capitalismo desbocado, por lo que los movimientos sociales siguieron atomizados y con proyección únicamente local». 
  42. Espinosa, Oscar (8 de diciembre de 2018). «La relación de la Iglesia católica y las Iglesias evangélicas con las organizaciones indígenas en la Amazonía peruana: la experiencia del pueblo achuar». Bulletin de l'Institut français d'études andines (47 (3)): 267-292. ISSN 0303-7495. doi:10.4000/bifea.10226. Consultado el 11 de agosto de 2023. «[L]uego de la firma de la Declaración de Paz de Itamaraty en 1995 y del Acta de Brasilia en 1998 entre Perú y Ecuador, la relación mantenida entre los achuar peruanos y ecuatorianos permitió la realización de encuentros binacionales y la creación de una instancia común: la Coordinadora Binacional de la Nacionalidad Achuar del Ecuador y Perú (COBNAEP). Según Jorge Fachín y Segundo Wasunt (comunicación personal, 2007), se trató de un proceso cada vez mayor de coordinación y unidad para hacer frente a los problemas comunes que se enfrentan a ambos lados de la frontera, principalmente ante las amenazas que suponen las empresas petroleras. Este proceso de unidad significaba, pues, relativizar las diferencias religiosas y destacar, en cambio, aquellos aspectos en común, como el impacto negativo de la presencia de las empresas en relación con su territorio y su medio ambiente.» 
  43. Alayza Moncloa, Alejandra, ed. (2011). Transiciones: post extractivismo y alternativas al extractivismo en el Perú (Primera edición). Centro Peruano de Estudios Sociales. ISBN 978-9972-722-17-2. Consultado el 26 de septiembre de 2023. «Por un lado, tenemos la realidad de países como Colombia, Perú y con ciertos matices Chile (de Sebastián Piñeira), que continúan bajo los preceptos de las políticas del consenso de Washington y que tienen en el sector extractivo, sobre todo la minería y los hidrocarburos, a uno de los pilares de sus economías: en estos países las políticas se siguen caracterizando por la promoción abierta de estas actividades, bajo el predominio y el control de los recursos por empresas transnacionales, que desarrollan sus actividades en un escenario de desregulación total, con Estados que tienen una mínima presencia y participación». 
  44. Torres Arancivia, 2007, pp. 132-133. «El Perú nunca pasó por un proceso de industrialización. Más bien, optó por continuar en la línea económica antiguorregimental: exportación de materias primas, cargas tributarias a estamentos sobrevivientes —dígase indígenas, por ejemplo—, ingresos por aduanas y, lo más importante, el fomento del rentismo más que de una cultura capitalista».
  45. «¿Cómo formalizar el lobby en el Perú?». El Comercio. 8 de septiembre de 2014. ISSN 1605-3052. Consultado el 3 de agosto de 2023. «José de Echave, ex viceministro de Gestión Ambiental, acepta la validez del lobby, pues reconoce que también las ONG ambientalistas y de derechos humanos lo ejercen, sin embargo, indica que su ejercicio adolece de una gran falta de transparencia». 
  46. «Gestiones tras bambalinas: el poder según los ‘CornejoLeaks’». Panamericana Televisión. Consultado el 3 de agosto de 2023. 
  47. Vázquez, José A. Cortés; Beltran, Oriol (25 de noviembre de 2019). Repensar la conservación. Naturaleza, mercado y sociedad civil. Edicions Universitat Barcelona. p. 134. ISBN 978-84-9168-216-5. Consultado el 4 de agosto de 2023. 

Bibliografía