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Diferencia entre revisiones de «Discusión:Carmen Conde»

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La verdadera relación entre Carmen Conde y Antonio Oliver con Amanda Junquera y Cayetano Alcázar (quienes salvaron la vida y ayudaron muchísimo a los Oliver Conde)
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Muy Sres. Míos: Tras haber leído el artículo biográfico de Carmen Conde, he decidido redactar esta carta para adscribirla a su página (en el epígrafe que se intitula discusión). Voy a narrarles cuanto viví y se aconteció en los cuatro años que estuve muy cercano a Carmen Conde; ayudándola como amigo, trabajando para ella y componiendo música para sus poemas. De veras no es mi intención replicar cuanto sobre su sexualidad anotan, y ni siquiera quiero discutir lo que José Luis Ferris afirma. Sino que mi intención es expresar lo que viví junto a esta poetisa; que siempre me narró como a Amanda Junquera de Alcázar le debía la vida (todo lo que les había unido en una amistad inquebrantable). Por todo ello, comenzaré desde el principio y les narraré cuanto sé y cuanto esta académica me contaba:
Muy Sres. Míos: Tras haber leído el artículo biográfico de Carmen Conde, he decidido redactar esta carta para adscribirla a su página (en el epígrafe que se intitula discusión). Voy a narrarles cuanto viví y se aconteció en los cuatro años que estuve muy cercano a Carmen Conde; ayudándola como amigo, trabajando para ella y componiendo música para sus poemas. De veras no es mi intención replicar cuanto sobre su sexualidad anotan, y ni siquiera quiero discutir lo que José Luis Ferris afirma. Sino que mi intención es expresar lo que viví junto a esta poetisa; que siempre me narró como a Amanda Junquera de Alcázar le debía la vida (todo lo que les había unido en una amistad inquebrantable). Por todo ello, comenzaré desde el principio y les narraré cuanto sé y cuanto esta académica me contaba:
Me llamo Angel Gómez-Morán Santafé y nací en Madrid en 1961. Conocí a Carmen Conde unas navidades de 1983; hace ya veinticinco años. Yo regresaba de Sevilla, tras llevar un año y medio en la “Mili”, y donde había estrenado en privado mi ballet Tartessos (escrito para guitarra). Me presentaron a Carmen en una fiesta de Jose Luis Morales y Marín; donde ella quiso escucharme interpretar parte de Tartessos. Quedó encantada con mi música y me pidió el teléfono para encargarme obra con su poesía. Así entablamos una larga relación.
Me llamo Angel Gómez-Morán Santafé y nací en Madrid en 1961. Conocí a Carmen Conde unas navidades de 1983; hace ya treinta y cinco años. Yo regresaba de Sevilla, tras llevar un año y medio en la “Mili”, y donde había estrenado en privado mi ballet Tartessos (escrito para guitarra). Me presentaron a Carmen en una fiesta de Jose Luis Morales y Marín; donde ella quiso escucharme interpretar parte de Tartessos. Quedó encantada con mi música y me pidió el teléfono para encargarme obra con su poesía. Así entablamos una larga relación.
Pronto me encargó que compusiera música principalmente para sus poemas publicados en Brocal, Del Obligado Dolor y Júbilos. Así lo hice y así los estrenamos, llevándolos hasta París; con el nombre de TROVAS DE CARMEN CONDE. De igual manera, me pidió que le compusiera un Ballet similar al que ella conocía mío -“Tartessos”, para dos guitarras- ; obra que ella quería dedicar a Safo. Ballet que terminé en 1986 y que fue presentado en Madrid -bajo la lectura de Carmen Bernardos y del poeta Porpetta- e interpretada por mí junto a Fernando Hípola.
Pronto me encargó que compusiera música principalmente para sus poemas publicados en Brocal, Del Obligado Dolor y Júbilos. Así lo hice y así los estrenamos, llevándolos hasta París; con el nombre de TROVAS DE CARMEN CONDE. De igual manera, me pidió que le compusiera un Ballet similar al que ella conocía mío -“Tartessos”, para dos guitarras- ; obra que ella quería dedicar a Safo. Ballet que terminé en 1986 y que fue presentado en Madrid -bajo la lectura de Carmen Bernardos y del poeta Porpetta- e interpretada por mí junto a Fernando Hípola.
Este “poema musical” dedicado a Safo, dio “pie” para mantener numerosas conversaciones con Carmen Conde acerca de la homosexualidad -femenina y masculina-; por cuanto puedo asegurarles que en nada noté que ella tuviera más inclinaciones y admiración a las mujeres que cualquier señora heterosexual. Pues como todos sabemos, todas las mujeres admiran el cuerpo femenino, habida cuenta que es muy bello; pero tan solo por buen gusto (con sensualidad no por sexualidad).
Este “poema musical” dedicado a Safo, dio “pie” para mantener numerosas conversaciones con Carmen Conde acerca de la homosexualidad -femenina y masculina-; por cuanto puedo asegurarles que en nada noté que ella tuviera más inclinaciones y admiración a las mujeres que cualquier señora heterosexual. Pues como todos sabemos, todas las mujeres admiran el cuerpo femenino, habida cuenta que es muy bello; pero tan solo por buen gusto (con sensualidad no por sexualidad).

Revisión del 19:03 26 dic 2017

--201.153.171.169 (discusión) 19:31 24 nov 2012 (UTC)Igual que en el resto de foros me gustaria que añadieran un apartado llamado "OBRAS" ademas de ser mencionadas en su biografía--Ana-celia-ana (discusión) 18:57 16 mar 2011 (UTC)[responder]

Referencias

Faltan referencias. --Tess (discusión) 17:34 10 feb 2013 (UTC) He añadido algunas referencias basándome en el contenido del artículo. No obstante, el artículo necesita una mejor estructuración y completarlo un poquito.--Tess (discusión) 14:44 1 jul 2013 (UTC)[responder]

Obras

Ana-celia-ana, es cierto que el artículo requiere un apartado en el que se expongan claramente las obras. --Tess (discusión) 14:44 1 jul 2013 (UTC) He añadido "Sección Obras" y "secciñon Premios"--Tess (discusión) 15:16 1 jul 2013 (UTC)[responder]

Primera mujer en la RAE

Imagino que su amistad y vecindad con Aleixandre, muy influyente en la Academia, fue decisiva para su ingreso en la casa. Mucho más lo había merecido María Moliner.


Muy Sres. Míos: Tras haber leído el artículo biográfico de Carmen Conde, he decidido redactar esta carta para adscribirla a su página (en el epígrafe que se intitula discusión). Voy a narrarles cuanto viví y se aconteció en los cuatro años que estuve muy cercano a Carmen Conde; ayudándola como amigo, trabajando para ella y componiendo música para sus poemas. De veras no es mi intención replicar cuanto sobre su sexualidad anotan, y ni siquiera quiero discutir lo que José Luis Ferris afirma. Sino que mi intención es expresar lo que viví junto a esta poetisa; que siempre me narró como a Amanda Junquera de Alcázar le debía la vida (todo lo que les había unido en una amistad inquebrantable). Por todo ello, comenzaré desde el principio y les narraré cuanto sé y cuanto esta académica me contaba: Me llamo Angel Gómez-Morán Santafé y nací en Madrid en 1961. Conocí a Carmen Conde unas navidades de 1983; hace ya treinta y cinco años. Yo regresaba de Sevilla, tras llevar un año y medio en la “Mili”, y donde había estrenado en privado mi ballet Tartessos (escrito para guitarra). Me presentaron a Carmen en una fiesta de Jose Luis Morales y Marín; donde ella quiso escucharme interpretar parte de Tartessos. Quedó encantada con mi música y me pidió el teléfono para encargarme obra con su poesía. Así entablamos una larga relación. Pronto me encargó que compusiera música principalmente para sus poemas publicados en Brocal, Del Obligado Dolor y Júbilos. Así lo hice y así los estrenamos, llevándolos hasta París; con el nombre de TROVAS DE CARMEN CONDE. De igual manera, me pidió que le compusiera un Ballet similar al que ella conocía mío -“Tartessos”, para dos guitarras- ; obra que ella quería dedicar a Safo. Ballet que terminé en 1986 y que fue presentado en Madrid -bajo la lectura de Carmen Bernardos y del poeta Porpetta- e interpretada por mí junto a Fernando Hípola. Este “poema musical” dedicado a Safo, dio “pie” para mantener numerosas conversaciones con Carmen Conde acerca de la homosexualidad -femenina y masculina-; por cuanto puedo asegurarles que en nada noté que ella tuviera más inclinaciones y admiración a las mujeres que cualquier señora heterosexual. Pues como todos sabemos, todas las mujeres admiran el cuerpo femenino, habida cuenta que es muy bello; pero tan solo por buen gusto (con sensualidad no por sexualidad). Siendo así; me dijo Carmen que le movía defender a Safo el hecho de que ella también había vivido en una Sociedad donde cualquier mujer que hubiera realizado trabajos intelectuales, era catalogada como un ser masculino. Pues toda labor artística o creativa se dejaba en manos del hombre; ya que “ellas” debían limitarse a cuidar de los hijos y a las labores del hogar. Pareciéndole increíble a Carmen Conde que mientras casi todos hombres en Grecia podían tener sus “pupilos” (chicos a los que “iniciaban” en el sexo); tan solo Safo era señalada como una pecadora por la Historia, habida cuenta de su supuesto “lesbianismo”. Este era el motivo de defender a Safo; pues creía que la homosexualidad femenina estaba históricamente doblemente penada (aún más que la masculina). En esos años que trabajé y que ayudé a Carmen Conde -llevándola en mi coche hasta donde ella no podía llegar sola, o bien acompañándola en duros momentos-; tuve que ir a numerosos funerales de amigos suyos. Entre ellos al de Vicente Aleixandre y al de Eduardo Junquera, el hermano de Amanda; del que recuerdo era un alto ejecutivo de una aseguradora española, que vivía en la calle Juan de la Cierva (en Madrid, aunque lo enterraron en Torrelodones). Por ello acompañaba yo a Carmen, en este caso llevándola con cariño en mi cochecito desde la casa de los Junquera, hasta la tumba de ellos -sita a más de cuarenta kilómetros de la capital-. Y durante aquellos paseos me contaba todas sus historias; entre ellas las de Amanda (a la que conocí en el sepelio y funeral de su hermano). De quien me relató la siguiente historia: Al parecer era la mujer de un amigo suyo de Murcia -Cayetano Alcázar- que había sido republicano como ellos (Carmen y su marido). Pero quien gracias a su cuñado y a la familia de Amanda (los Junquera) quedó libre de toda culpa y no sufrió represalias tras 1939. Pues teniendo bastante fuerza esta familia en el Régimen de Franco, se dedicaron a ayudar a personas que podían ser perseguidas, como su cuñado -Cayetano Alcázar-. Así fue como se trajeron de Murcia a Madrid a Carmen Conde, al terminar la Guerra Civil; quien estuvo viviendo semi-escondida dos años en la casa de veraneo que Amanda Junquera y Cayetano Alcázar tenían en el Escorial. Tras ello, pasó a vivir con Vicente Aleixandre en la colonia Welingtonia (en la planta baja de su chalet); cuando los Junquera lograron que Antonio Oliver -su marido- pudiera trabajar como profesor en la Complutense, pudiendo rehacer así su vida Carmen y su marido (hacia 1942). Todo cuanto narro era lo que debía Carmen Conde a los Junquera y en especial a su amiga Amanda, a la que también pude conocer y que murió pocos años después que su hermano. Aunque tristemente para aquel entonces yo ya había dejado de tratar con la pobre Carmen Conde; porque tras presentarle a mi novia entonces (hoy mi mujer) había comenzado a distanciarse mucho de mí. Evidentemente, yo nunca sospechaba que esa poetisa -con cincuenta y cinco años más que yo- podía sentir algo diferente al cariño de una madre por mí. Pero no debió ser así; pues en el momento en que conoció a mi novia, ella comenzó a tratarme de otro modo y a manifestar unos terribles celos; por lo que tuve que dejar de tratar con la poetisa -habida cuenta los desplantes y las broncas absurdas que me echaba-. Fue así como hacia 1988, decido no tratarla más; después de cinco años de gran amistad y tras muchas colaboraciones. Asustado por esas reacciones que ella tenía cada vez que me veía junto a mi novia. Por lo demás, y en cuanto a la sexualidad de Carmen Conde, desearía añadir que ella estuvo enormemente enamorada de Antonio Oliver, del que nunca dejaba de hablar y de narrar maravillas. Con él tuvo una hija que nació muerta (tras venir al mundo con el cordón umbilical anudado al cuello); todo lo que supuso una tremenda tragedia para la poetisa. Tanto que un día me pidió que yo pusiera música a este triste hecho; para lo que yo le compuse una pieza sobre la que ella recitó su poema “Cómo se va a llamar la niña: María del Mar y de la Muerte”. Finalmente añadiré acerca del extraño tema de la sexualidad de Carmen Conde (sobre el que tanto se habla); que sobre Antonio Oliver lo único que ella narraba era que su marido tuvo una enfermedad cardiaca grave. Dolencia que le impedía tener relaciones con él tantas veces como hubiera querido; todo lo que ella contaba con una gran pena, pues le hubiese gustado disfrutar más de su marido. Por lo demás, a Amanda Junquera y a su marido (Cayetano Alcázar) les debía la vida; tras haberla traído de Murcia, para esconderla en El Escorial -desde 1939 a 1940-. Además ellos fueron los que después consiguieron que Antonio Oliver tuviera un puesto en la Complutense como profesor (gracias a lo que Carmen y Antonio pudieron vivir dignamente; primero junto a los Aleixandre y luego en su casa de Ferraz 67). Por todo ello, creo que sería de justicia narrar la historia de los Junquera y Alcázar tal como sucedió. Y aunque no niego que pueda ser muy divertido pensar si unos se acostaban con otros o si “eran de allí” o “de allá”. A mi juicio, en este caso es muy cruel quedarse en esas suposiciones y no narrar la verdad; como lo fue que Amanda y Cayetano salvaron de un destino penoso a Carmen Conde y a Antonio Oliver. Sin más: Angel Gómez-Morán Santafé