Usuario:Fra7634gggDED667g/Introducción
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Mi primer día en la clase de farmacología comenzó con una frase sorpresa. El profesor inició el curso escribiendo en el pizarrón: "Los fármacos son VENENO".
Lo primero que pensé fue que ese doctorcillo estaba exagerando. Todos sabemos que los nuevos descubrimientos de la farmacología y sus ramas prometían resolver problemas que, desde que nuestros antepasados eran atormentados por legendarios pterodáctilos, han abatido a la humanidad. Además, la comunidad médica hoy día está más entusiasmada ante la posibilidad de nuevos y mejorados fármacos.
Han pasado 25 años y hemos presenciado muchos "milagros" farmacológicos. Pero al mismo tiempo estos mismos años nos han demostrado que muchas de estas sustancias pueden provocar daño (aún mayor que la afección que estaban destinados a aliviar) cuando se les emplea de manera errónea o sin una cabal comprensión. Todo experto en la materia debe tener un respeto adecuado por lo que los fármacos pueden o no pueden hacer. Hoy, más que nunca, puedo comprender lo que aquél profesor trataba de insinuar con su frase.
Un fármaco no puede "curar"; solo ayuda a las defensas naturales del organismo para promover su recuperación. De la misma manera, un laboratorio farmacéutico o un médico, no pueden garantizar que un fármaco sea útil para el 100% de la población que lo toma. La complejidad del cuerpo humano, las respuestas individuales en distintas personas, y aún en la misma bajo circunstancias diversas, el estado de salud presente y pasado, la edad y las diferencias sexuales pueden influir en el mecanismo de acción de un fármaco cualquiera.
Todos los fármacos eficaces producen cambis deseables en el organismo, pero también son responsables de reacciones adversas que ningún médico quiere que aparezcan, mucho menos los pacientes. Existen así mismo, los efectos colaterales en algunas personas. A pesar de estas incertidumbres los descubrimientos farmacológicos del medio siglo atrás han brindado armas para salvar vidas, reducir las molestias y mejorar la calidad de vida de los pacientes, sin embargo, una pregunta siempre ronda las cabezas de los médicos: "¿los beneficios superan a los riesgos potenciales?"
La información presentada en el Proyecto Fármacos se obtuvo de varias fuentes expertas y representa el consenso de muchos expertos en la materia, libros eruditos, publicaciones de estudios y datos provenientes de los mismos laboratorios que diseñaron los fármacos. Se han hecho los esfuerzos posibles para que el contenido resulte preciso y lo más completo posible en un lenguaje sencillo y sin muchos tecnicismos, sin eliminar por ello el rigorismo científico. Se debe reconocer que cuando hay evidencias controversiales de diferentes fuentes, se empleó el criterio de la mayoría acoplado con el juicio propio basado en la experiencia e idiosincracia de México y España. Recordemos que el conocimiento farmacológico cambia con las observaciones contínuas de los médicos y los pacientes.
La información del Proyecto Fármacos se aplica para los fármacos en base a su Denominación Común Internacional o nombre genérico. Solamente se empleará el nombre comercial cuando no haya expirado la patente del laboratorio que lo creó.