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Usuario:Fernandogeek78

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Educación, cultura y sociedad

No se puede negar que los procesos de globalización de la economía y la política están incidiendo de manera importante en la mundialización de la cultura; hoy no hay fronteras para el enriquecimiento de la cultura pues las redes del conocimiento han roto todas las barreras que los gobiernos habían establecido como distintivos de la cultura local. Actualmente, no podemos seguir comprendiendo los conceptos de nacionalismo, de nación y de identidad en el marco de paradigmas cerrados y estáticos; hoy se han incorporado, y prácticamente impuesto, conceptos culturales más dinámicos e incluyentes. Y como consecuencia, las fobias a las culturas diferentes y al pensamiento discordante se hacen cada vez más evidentes; y se incorporan a la dinámica social con sus expresiones de intolerancia y exclusión que representan verdaderos peligros y retos para los gobiernos actuales de los estados soberanos.

Frecuentemente, la expresión social de un reclamo cultural de este género resulta más intolerante y totalitario que el propio motivo de la inconformidad; por lo que no es extraño que las revoluciones sociales, políticas y culturales, caigan en la trampa de los excesos que supuestamente están combatiendo. Y es lamentable que, en estas circunstancias, los auténticos reclamos sociales, legítimos y justos sean presa de intereses políticos y queden enredados entre las redes de la injusticia y el engaño.

El futuro de la educación: entre la innovación y el cambio

El cambio institucional es el producto de un conjunto de estrategias, entre las cuales se integran las innovaciones. Siendo una innovación el producto de una investigación sistemática en algún campo del conocimiento, su instrumentación e implantación institucional tiene como propósito final el cambio organizacional. Pero, en el mismo sentido de la diversidad contextual de la cultura, no es recomendable que las innovaciones se generalicen; más bien, es más importante generalizar el desarrollo de las capacidades de innovación en los profesores, profesionalizándolos para que adquieran herramientas conceptuales y metodológicas para generar innovaciones.

Los cambios instrumentados para el mejoramiento de los maestros y los contenidos no son suficientes para generar verdaderas transformaciones institucionales. Primero porque no se pueden atacar simultáneamente todos los planos de las organizaciones; segundo, porque no hay secuencias universalmente válidas para asegurar los procesos de cambio educativo. En consecuencia, pareciera ser que las transformaciones institucionales obedecen a procesos de cambio graduales en el ámbito local; pues a causa de la diversidad cultural, lo que funciona para una institución puede resultar un rotundo fracaso en otra.

Por otra parte, si bien la centralización administrativa, en la actualidad es anacrónica, ninguna descentralización institucional es exitosa sin una administración central fuerte; de tal manera que descentralizar no es renunciar ni transferir todo el poder de decisión a los organismos locales; el éxito de una descentralización efectiva es acercar los servicios fundamentales de la organización a los usuarios de la misma; ofreciéndoles eficiencia y seguridad en procedimientos y trámites relacionados con la función que realizan y con los servicios que reciben. En el mismo sentido, no se pueden esperar resultados homogéneos instrumentando procedimientos homogéneos; la razón ya se ha expresado anteriormente, la cultura de una institución juega un papel diferenciador y la identidad institucional suele ser única entre una institución y otra; aun cuando pertenezcan a un mismo conjunto cultural.

En tiempos recientes, los planes y los programas de estudio ponen más el énfasis en la información y muy poco se orientan a su aplicación en la solución de los problemas pedagógicos cotidianos. Por lo que una buena política educativa sería asociar de manera efectiva a la escuela con el mundo laboral; hacer de la capacitación en vivo una práctica y no instrumentarla solamente a través de los libros.

Pero, ¿cómo instrumentar la innovación a nivel institucional? Es factible integrar en las instituciones educativas grupos de trabajo con propósitos muy puntuales; por ejemplo, para la producción de materiales de apoyo; o para la discusión y manejo de métodos de docencia para los profesores o de estudio para los estudiantes; e incluso para la discusión de temas coyunturales de interés académico, científico, cultural y tecnológico.