Usuario:BustarApi
Empezamos 2024.
BustarApi.
Temas de apicultura.
Siempre desde mi esperiencia personal. No pretendo marcar una pauta de comportamiento en nadie y cada uno deberá valorar su utilidad y su aplicación personal.
Me centraré en un sólo apiario situado en la zona oeste de la comunidad de Madrid.
Básicamente iré detallando los manejos que hago, y justificando a mi modo de entender, los motivos que me llevan a hacerlos, y que pueden ser erróneos.
De todos ellos, mostraré el comienzo, el desarrollo y el resultado final.
Pero debemos tener en cuenta que hay factores que no podemos controlar, por lo que los resultados nunca estarán garantizados.
Principalmente, mis manejos se basaran en la eficiencia térmica de la colmena, optimizando al máximo los recursos a nuestro alcance, sin encarecer en exceso el proceso.
Cierto es que con los nuevos materiales que hay en el mercado, la eficiencia térmica es muy buena, teniendo como resultado un ahorro de consumos en la colmena, y una ampliación en el ciclo propio, anticipandose en la salida del invierno y retrasando su entrada en otoño.
El paso del 2023 al 2024 no ha habido parada invernal, por la bonanza del tiempo. Hay pocos días que hayamos observado que hacían el bolo invernal.. Con el consiguiente peligro que ello conlleva en el consumo de reservas y aumento de la varroa.
Pero los materiales son delicados de manejo y sobre todo tienen un serio problema con la polilla y con animales del entorno. Ademas de su limpieza.
Tradicionalmente se ha usado madera, el uso de otros materiales, ha sido con la idea de aligerar peso, y mejorar su eficiencia térmica.
Nosotros queremos ir a una apicultura tradicional, mejorando al máximo la eficiencia en los procesos, evitando alimentar innecesariamente y conseguir recuperar la rusticidad de nuestra abeja, y no hacerla tan dependiente del apicultor.
Nuestra esperiencia, nos dice que con un control sanitario regular, mediante la observación, y con un control de la varroa (principalmente), mediante test mensuales, suelos sanitarios, etc., nos permitirá controlar a tiempo la carga de infestacion, nos evitará muchas enfermedades derivadas. Y nos permitirá tener una abeja sana.
Si controlamos los flujos térmicos de la colmena, durante todo el año, nos permitirá mejorar la calidad de la abeja, evitando gastar energía en labores de atemperar la colmena, o de ventilarla, procesos que consumen muchos recursos y abeja ocupada, que no puede centrarse en producir.
Para mejorar el rendimiento térmico, en colmenas tradicionales de madera, nos ayudaremos de materiales aislantes, y de los estudios realizados por Palmer, en termo regulación vertical, por el efecto de chimenea, según la distribución de los cuadros en colmenas estándar de 10 cuadros.
Intentaremos guardar los cuadros de polen que podamos, congelándolos, y utilizarlos pasados el verano, sobre todo con las colmenas madres que iremos seleccionando durante toda la campaña.
El objetivo es que controlando la varroa para tener la carga mínima, el daño sanitario en las abejas será muy poco, y si las saturamos de pan de polen, la abeja que se haga estará con sus reservas de grasa (vitelogenina) muy alta y permitirá crear una abeja "deutina" (abeja de invierno ), grande y sana, que aguante todo el ciclo del invierno.
Como curiosidad me gustaría comentar, que abeja "deutina", hay prácticamente todo el año y se distingue de la abeja normal, por su tamaño, un abdomen grande. Es la abeja de supervivencia y que permite tener una salida adecuada del invierno y remontar en primavera, o después de periodos de escasez. La pecoreadora mal alimentada o enferma por varroa, tiene pocas reservas de vitelogenina y su ciclo de vida es corto.
Si carecieramos de abeja "deutina" en la salida de la invernada, probablemente la colmena colapsaría, y podríamos encontrarnos, con colmenas que mueren antes de la primavera y que aparentemente habían salido bien de la invernada.
Al parecer el ciclo de vida de una abeja depende de su carga de grasa, una vez que la consume muere pronto. Por eso es tan dañina la varroa, pues independientemente de que las heridas que hace no cicatrizan y son una entrada para todos los virus y patógenos, consume la grasa de las ninfas, dejándola antes de nacer sin prácticamente ninguna reserva, e impidiendo su normal desarrollo.