Guerras de bandos
Las guerras de bandos o guerras banderizas, también conocidas como luchas de bandos o luchas banderizas, son una serie de enfrentamientos que se dieron en el territorio del actual País Vasco (España) durante la Edad Media. Estos enfrentamientos tuvieron como protagonistas a los diferentes linajes de la nobleza rural vasca.
Las luchas
En estas luchas se engloban tres tipos de enfrentamientos, la nobleza contra el campesinado, la nobleza contra las villas y la nobleza contra si misma. Esté último es el más representativo de los enfrentamientos. En él, los diferentes linajes de la nobleza rural de los territorios de Vizcaya, Guipúzcoa y Álava se aglutinaron en torno a dos familias, los Gamboa y los Oñaz dando origen a los bandos de los gamboínos y oñacinos.
Los linajes estaban conformados por una extensa comunidad unida entre si por lazos de sangre frente a la cual se situaban los llamados parientes mayores, las familias con más posesiones y riqueza, y se sumaban a ellos otros miembros de la sociedad medieval como los encomendados, que ofrecen prestaciones económicas y trabajo como contrapartida a su seguridad; atreguados, individuos que se comprometían a título personal con el pariente mayor a cambio de protección; encartados y acostados (segundones pobres) que solían constituir la tropa y lo hacían por comida y alojamiento.[1]
La finalidad de las luchas
La finalidad de estas luchas estaba en el mantenimiento de las rentas y estatus social que venián menguando con el nacimiento y pujanza de las villas. En palabras de Lope Gracía de Salazar, cronista banderizo, estas luchas se hacían para saber quien valía más en la tierra o, como señala fray Juan de Victoria en el siglo XVI, cual ser más y mandar más. Estas definiciones cuajan en dos grandes apartados, el mantener y aumentar las posesiones y en el honor y fama pública adoptando una serie de valores como la valentía, el arrojo, el pundonor, la caballerosidad, etc. Existía un código de honor en el que se marcaban ciertas normas como las de no hacer la guerra sin razón, no quebrantar las treguas, no matar a traición, guardar la palabra dada, etc.[1]
Los bandos
Las principales familias que componían los linajes de los diferentes bandos son:
- Gamboinos: Familia de Gamboa, Olaso, Abendaño y Salazar. Tenían como aliados a los agramonteses y al Reino de Navarra.
- Oñacinos: Familia de Oñaz, Lazcano, Mújica y Butrón. Tenían como aliados a los beamonteses y a la Corona de Castilla.
El final de los enfrentamientos
Las rivalidades entre los bandos llegaron también a plasmarse en el interior de las villas al competir los diferentes parientes asentados en ellas por el control de las instituciones municipales, se llegó incluso a rivalizar entre familias del mismo bando por ello.
Las villas se defendieron de la nobleza rural mediante la creación de las Hermandades, embrión de lo que luego serían las Juntas Generales o Diputaciones contribuyendo así a la conformación de la provincia. Aliados de la villas en la lucha contra la nobleza rural se encontraba la corona. La alianza en pro de la superación de la conflictividad social que las luchas de bandos creaban dio como resultado la derrota de los parientes mayores que resultaron desterrados a las frontera con Granada y la disolución de sus tropas así como el derribo de sus casas torres o el desmochado de las mismas reconvirtiéndolas en residencias rurales.[1]
Referencias
- ↑ a b c Bazán y Otros, Iñaki (2006). De Túbal a Aitor. Historia de Vasconia. CIUDAD:Madrid EDITORIAL: La esfera de los libros. ISBN 94-9734-570-3.