Diferencia entre revisiones de «Concilio de Vienne»

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Revisión del 21:30 31 jul 2012

Concilio de Vienne
XV Concilio Ecuménico de la Iglesia Católica
Fecha 13111312
Reconocido por Catolicismo
Concilio anterior Lyon II
Concilio posterior Concilio de Constanza
Convocado por Papa Clemente V
Presidido por Papa Clemente V
Participación 20 cardenales, 122 obispos y 38 abades
Tema principal Supresión de la Orden del Temple

El Concilio de Vienne se celebró en la catedral de Vienne (Francia), entre el 16 de octubre de 1311 y el 6 de mayo de 1312.

Está considerado por la Iglesia Católica como el XV Concilio Ecuménico, y el séptimo de los celebrados en Occidente.[1]

Convocatoria

Convocado en 1308 por el papa Clemente V mediante la publicación de la bula "Regnums in coelis" oficialmente con la finalidad de reformar la Iglesia y recuperar Tierra Santa, sus verdaderas motivaciones fueron, por presiones del rey francés Felipe IV el Hermoso, la supresión de la Orden del Temple y la condena póstuma del papa Bonifacio VIII.

Supresión del Temple

La Orden del Temple había sido fundada en 1119 con la finalidad de defender Tierra Santa, acumulando a lo largo de los años numerosas riquezas, gracias a los beneficios y exenciones fiscales otorgadas por los distintos monarcas cristianos.

Cuando en 1291 cae San Juan de Acre, el último bastión cristiano en Tierra Santa, los templarios se trasladan a Europa y se convierten en los principales banqueros y prestamistas de las monarquías europeas, especialmente de la francesa, en cuyo territorio se localizaban sus mayores posesiones.

En 1307 el mayor deudor de los templarios era el rey francés Felipe IV, quien decidió confiscar las riquezas del Temple, acusando a sus miembros de prácticas heréticas e inmorales y procediendo, el 13 de octubre de dicho año, a encarcelar a todos los miembros de la Orden que pudo apresar en su reino.

La actuación del rey francés suponía una afrenta al Papa, de quien dependían directamente los templarios, pero este no reaccionó debido a las confesiones que Felipe IV le presentó como prueba. Dichas confesiones, obtenidas bajo tortura, presentan a los detenidos como culpables de los cargos de idolatría, sodomía, profanación de símbolos cristianos y negación de Cristo, entre otros; y hacen que Clemente V publique la bula "Pastoralis praeminen", que decreta la detención de los templarios en todos los territorios cristianos. Apremiado además por Felipe, el Papa procedió a convocar el concilio, que mediante la bula "Vox in excelso" suprimía, aunque no condenaba, la orden templaria. A pesar de todo, sus bienes no pasaron a la corona francesa, como quería Felipe, sino que fueron transferidos a otras órdenes militares, a través de las bulas "Ad providam" y "Considerantes".

Caso de Bonifacio VIII

Bonifacio VIII había gobernado la Iglesia Católica entre 1294 y 1303. Su pontificado se caracterizó por su continuo enfrentamiento con el rey francés Felipe IV por determinar cuál de ellos tenía una jerarquía superior. Durante esta pugna entre el poder temporal y el espiritual, el Papa amenazó en varias ocasiones a Felipe con la excomunión. Finalizó con el ultraje que el rey francés infligió a Bonifacio, al hacerlo prisionero en Anagni. Tras su liberación, el Papa excomulgó al monarca francés y poco después falleció.

En 1308, Felipe IV se reunió en la ciudad de Poitiers con el entonces papa, Clemente V, a quien convenció para que convocara un concilio en el que dictaminase que el pontificado de Bonifacio había sido nefasto para la Iglesia y que la actuación del rey francés había estado totalmente justificada.

El traslado de la sede papal a la ciudad de Aviñón, en territorio francés, en 1309, hizo que el Papa cediese a las pretensiones de Felipe y aunque se intentó un juicio contra su predecesor, finalmente el concilio cerró el proceso sin veredicto.[2]

Otras decisiones

Se condenó a los seguidores de Pedro Juan Olivi quien encabezaba una facción radical dentro de la orden franciscana conocida como los Espirituales y cuya doctrina se basaba en la observancia de una pobreza extrema.

Se decretó asimismo la creación de cátedras de griego, hebreo y árabe en las universidades, al constatarse que el conocimiento de dichas lenguas era imprescindible para la labor evangelizadora en Oriente.

Notas

  1. Enciclopedia católica online, [1]
  2. "Fu dichiarato chiuso il processo contro Bonifacio VIII", Mezzadri (2001:62).

Bibliografía